En plena moda de torture porn, zombis ultrarrápidos y despersonalizados remakes, siempre resulta chocante encontrarse con una película de terror que se basa más en lo sugerido y lo que no se cuenta que en intentar impresionar al espectador cada cinco minutos.
La recién estrenada (en DVD) YellowBrickRoad (Jesse Holland, Andy Mitton, 2010) es un film de terror atmosférico y psicológico que, durante 90 minutos, sumerge al espectador en una inquietante y absorbente historia que lo estimula y aterra con el sencillo método de enfrentarlo a lo desconocido. Una mezcla entre la primera mitad de El resplandor (The Shining, Stanley Kubrick, 1980), La casa encantada (The Haunting, Robert Wise, 1963) y uno de esos episodios de Perdidos (Lost, 2004-2010) que te dejaban pensando what the fuck?
En 1940, todos los habitantes del pequeño pueblo Friar dejaron lo que estaba haciendo, así como todas sus pertenencias, y empezaron a seguir una ruta de montaña. De entre los 572 habitantes, sólo un superviviente fue rescatado, no en el más sano de los estados mentales. 70 años más tarde, una pequeña expedición, organizada por Daryl Luger (Clark Freeman) y Erin Luger (Cassidy Freeman) que esperan escribir un libro sobre el misterioso destino de los habitantes de Friar, intentará averiguar que se encuentra al final de la ruta que siguió el pueblo de Friar.
Nos encontramos ante una película de terror independiente de bajo presupuesto, distribuida bajo el sello Bloody-Disgusting Selects. Este sello fue creado por la conocida, entre los aficionados al cine de terror, página web Bloody-Disgusting con el objetivo de distribuir y dar a conocer películas independientes de terror que de otra manera se verían arrinconadas por las majors.
En el caso de YellowBrickRoad, la carencia de medios no es un problema, ya que la historia no exige un gran despliegue de efectos especiales, y juega a su favor a la hora de potenciar el misterio de formas más o menos sutiles. La película se dedica a introducirse, de manera lenta pero sin pausa, bajo la piel del espectador. Avanzando hacia un terreno abstracto y demencial a medida que la cordura de los personajes se va fracturando.
"Misterio" es la palabra clave en este film. Por lo menos para mí, que siempre disfruto del "no-saber" al encontrarlo tremendamente estimulante. Estimulante porque tengo una imaginación desenfrenada que busca cualquier excusa para ponerse a crear fantasías. Es por eso que nunca me acabarán de gustar las precuelas, porque prefiero imaginar qué pasó a que me lo digan.
Sin embargo, el hecho de que la película dependa hasta cierto punto de la imaginación del espectador y su capacidad de meterse en una historia completamente surrealista, en la que hay muchas preguntas pero ninguna respuesta, es a un tiempo su mayor virtud y su peor defecto.
Defecto, claro, para aquellos que necesiten ciertas dosis de realidad (no confundir con "realismo") en sus películas y les gusta que todo tenga una lógica y quede perfectamente explicado hasta el último detalle sin dejar ni un resquicio para que el espectador piense sobre lo que está viendo, ya que no necesita pensar al tenerlo todo explicado.
Apoyándose en un sólido reparto, que no consiste en adolescentes-que-se-han-perdido-de-camino-a-una-fiesta o adolescentes-que-se-meten-dónde-no-se-les-llama, la película evoluciona hacia un clímax que puede resultar potencialmente polémico; de hecho, los únicos comentarios críticos contra el film que he leído se basan principalmente en el final. Sin desvelar nada, creo que el final encaja con el tono y estilo de la película, y no me causó ningún problema. Pero, claro, yo estoy acostumbrado a que mi mente se vaya a extraños lugares.
En 1940, todos los habitantes del pequeño pueblo Friar dejaron lo que estaba haciendo, así como todas sus pertenencias, y empezaron a seguir una ruta de montaña. De entre los 572 habitantes, sólo un superviviente fue rescatado, no en el más sano de los estados mentales. 70 años más tarde, una pequeña expedición, organizada por Daryl Luger (Clark Freeman) y Erin Luger (Cassidy Freeman) que esperan escribir un libro sobre el misterioso destino de los habitantes de Friar, intentará averiguar que se encuentra al final de la ruta que siguió el pueblo de Friar.
Nos encontramos ante una película de terror independiente de bajo presupuesto, distribuida bajo el sello Bloody-Disgusting Selects. Este sello fue creado por la conocida, entre los aficionados al cine de terror, página web Bloody-Disgusting con el objetivo de distribuir y dar a conocer películas independientes de terror que de otra manera se verían arrinconadas por las majors.
En el caso de YellowBrickRoad, la carencia de medios no es un problema, ya que la historia no exige un gran despliegue de efectos especiales, y juega a su favor a la hora de potenciar el misterio de formas más o menos sutiles. La película se dedica a introducirse, de manera lenta pero sin pausa, bajo la piel del espectador. Avanzando hacia un terreno abstracto y demencial a medida que la cordura de los personajes se va fracturando.
"Misterio" es la palabra clave en este film. Por lo menos para mí, que siempre disfruto del "no-saber" al encontrarlo tremendamente estimulante. Estimulante porque tengo una imaginación desenfrenada que busca cualquier excusa para ponerse a crear fantasías. Es por eso que nunca me acabarán de gustar las precuelas, porque prefiero imaginar qué pasó a que me lo digan.
Sin embargo, el hecho de que la película dependa hasta cierto punto de la imaginación del espectador y su capacidad de meterse en una historia completamente surrealista, en la que hay muchas preguntas pero ninguna respuesta, es a un tiempo su mayor virtud y su peor defecto.
Defecto, claro, para aquellos que necesiten ciertas dosis de realidad (no confundir con "realismo") en sus películas y les gusta que todo tenga una lógica y quede perfectamente explicado hasta el último detalle sin dejar ni un resquicio para que el espectador piense sobre lo que está viendo, ya que no necesita pensar al tenerlo todo explicado.
Apoyándose en un sólido reparto, que no consiste en adolescentes-que-se-han-perdido-de-camino-a-una-fiesta o adolescentes-que-se-meten-dónde-no-se-les-llama, la película evoluciona hacia un clímax que puede resultar potencialmente polémico; de hecho, los únicos comentarios críticos contra el film que he leído se basan principalmente en el final. Sin desvelar nada, creo que el final encaja con el tono y estilo de la película, y no me causó ningún problema. Pero, claro, yo estoy acostumbrado a que mi mente se vaya a extraños lugares.
Gracias por la crítica. Es la única que he leído que le hace justicia a la película. Hay demasiada gente que necesita que le masquen los finales para no tener que pensar una vez terminado el film.
ResponderEliminarDe nada. Gracias por leerla y comentar. Me sorprende que no sea una película más conocida, porque es bastante efectiva.
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