Una serie de crisis económicas y revueltas populares acaban creando una sociedad represora que encierra en campos de reeducación a todos aquellos "desviados", a todos aquellos considerados rebeldes o problemáticos para que sean convertidos en miembros útiles de la sociedad. En uno de estos campos, su jefe, Thatcher (el nombre no fue escogido por casualidad, interpretado por Michael Craig), decide llevar a cabo una cacería para sus poderosos amigos de la alta sociedad cuyas presas serán algunos infortunados prisioneros.
Bajo esta premisa se rodó en 1981 El imperio de la muerte (Turkey Shoot), producción australiana dirigida por Brian Trenchard-Smith que se estrenó acompañada de mucha polémica y con el tiempo se ha convertida en una película de culto.
Originalmente fue escrita como una película ambientada en el presente, sin embargo se decidió que sería más rentable ambientarla en el futuro (aunque tal y como están las cosas parece ambientada en el presente) y convertirla en una orwelliana alegoría futurista. Sin embargo, justo antes de empezar a rodar, algunos inversores decidieron retirarse con lo que la película vio considerablemente reducido su presupuesto. Lo que significó no poder rodar unas 15 páginas de guion y que gran parte de las elaboradas escenas de acción no se pudiesen rodar al ser demasiado caras.
A pesar de todo, Trenchard-Smith siguió adelante y decidió convertir el film en una salvaje sátira, con lo que no pierde mensaje político y lo transmite de forma mucho más divertida. Para que fuese claro el tono satírico, el director le añadió toneladas de humor, que oscila entre el humor más negro y Los autos locos (Wacky Races, 1968-70); ingentes dosis de sangre y violencia, así como un mutante llamado Alph (Steve Rackman, el cual recuerda bastante a Graham Chapman) y otros detalles memorables (digamos, por ejemplo, que las futuristas duchas mixtas no las inventó Paul Verhoeven).
A los tres actores protagonistas que hacían de prisioneros no les hizo mucha gracia que el principio del guion no se pudiese filmar ya que explicaba quiénes eran y cómo es la sociedad futura, pero hacen un trabajo estupendo a pesar de todo. Y lo cierto es que creo que el principio resulta más interesante así: conociéndolos cuando recuperan la conciencia en la furgoneta que los lleva al campo, con un breve flashback que indica el motivo por el que están ahí. Steve Railsback es Paul Anders, un revolucionario que ya se ha escapado de otros campos parecidos, lo cual lo convierte en la víctima ideal para la cacería, un capricho del jefe del campo. Railsback (el sufrido astronauta de Lifeforce - Fuerza Vital (Lifeforce, Tobe Hooper, 1985)) hace una adecuada interpretación aunque a veces es un pelín demasiado intensa. Olivia Hussey, la fuerte e independiente Jess de Black Christmas (Bob Clark, 1974), interpreta aquí un personaje bastante diferente: la ingenua Chris Walters, una inocente enviada sin motivo al campo de reeducación y que no acaba de entender por qué está ahí. Hussey tiene un momento que me hizo bastante gracia: cuando Thatcher recita los motivos por los que los nuevos están allí y la califica de agitadora y rebelde y Hussey pone cara de ofendida y extrañada al mismo tiempo, como una niña a la que castigan injustamente. Lynda Stoner es la tercera prisionera protagonista, una actriz australiana muy conocida allí, imagino, pero a la cual yo desconocía. Actúa correctamente y es agradable a la vista. Griff (Bill Young) y Dodge (John Ley) son otros dos prisioneros que formarán parte de la cacería, siendo el primero un conflictivo prisionero que planea una fuga y el segundo un egoísta colaboracionista que espera sobrevivir a todos.
En el lado de los malos destaca el mencionado Michael Craig como Thatcher. Craig también era un buen escritor así que a petición del director reescribió sus diálogos y algunos discursos del campo de forma bastante efectiva (reminiscentes de "el trabajo os hará libres" de Auschwitz). Como decía al principio, el nombre del personaje no fue escogido por casualidad sino por la resonancia que tenía respecto a cierta mandataria británica. Roger Ward, enorme actor que interpreta al memorable jefe de los guardias Ritter, que algunos recordaréis por Mad Max: Salvajes de la autopista (Mad Max, George Miller, 1979), es tremendamente divertido como el sádico y brutal guardia que tiene a todos acojonados. De entre los ricos y poderosos que se dedican a cazar personas, destacaría Carmen Duncan como la sádica y brutal Jennifer, deliciosamente sobreactuada y muy divertida.
Exagerada, hiperbólica, desmadrada, ultraviolenta, divertida y sangrienta, Turkey Shoot es una pequeña maravilla cuya desvergüenza a la hora de mostrar sus encantos casi te desafía a que te la tomes en serio, teniendo en cuenta el argumento y los temas que toca. Porque lo cierto es que la alegoría social no sólo sigue siendo relevante: es cada vez parece más presente y menos futura. Un título que recomiendo especialmente si os gustó la brillante y soberbia versión original de La carrera de la muerte del año 2000 (Death Race 2000, Paul Bartel, 1975).
En el lado de los malos destaca el mencionado Michael Craig como Thatcher. Craig también era un buen escritor así que a petición del director reescribió sus diálogos y algunos discursos del campo de forma bastante efectiva (reminiscentes de "el trabajo os hará libres" de Auschwitz). Como decía al principio, el nombre del personaje no fue escogido por casualidad sino por la resonancia que tenía respecto a cierta mandataria británica. Roger Ward, enorme actor que interpreta al memorable jefe de los guardias Ritter, que algunos recordaréis por Mad Max: Salvajes de la autopista (Mad Max, George Miller, 1979), es tremendamente divertido como el sádico y brutal guardia que tiene a todos acojonados. De entre los ricos y poderosos que se dedican a cazar personas, destacaría Carmen Duncan como la sádica y brutal Jennifer, deliciosamente sobreactuada y muy divertida.
Exagerada, hiperbólica, desmadrada, ultraviolenta, divertida y sangrienta, Turkey Shoot es una pequeña maravilla cuya desvergüenza a la hora de mostrar sus encantos casi te desafía a que te la tomes en serio, teniendo en cuenta el argumento y los temas que toca. Porque lo cierto es que la alegoría social no sólo sigue siendo relevante: es cada vez parece más presente y menos futura. Un título que recomiendo especialmente si os gustó la brillante y soberbia versión original de La carrera de la muerte del año 2000 (Death Race 2000, Paul Bartel, 1975).
otra película que demuestra mi incultura cinéfaga. Vamos, que no había escuchado hablar de ella en mi vida, pero me la apunto.
ResponderEliminarPor cierto, ¿esta película va en la misma línea de Death Race 2000, en cuanto a humor negro y sátira se refiere, o es cosa mía?
Hombre, Dr. Gonzo, lo bueno es estar descubriendo continuamente nuevas películas, sino sería una afición terriblemente aburrida. Y sí, a mí me recordó bastante a Death Race 2000 aunque Turkey Shoot es menos caricaturesca pero gasta también bastante mala leche. Eso sí, asegúrate de encontrar un versión sin censurar.
ResponderEliminarHay un documental titulado Not Quite Hollywood: The Wild, Untold Story of Ozploitation! que cuenta los años locos del cine australiano de bajo presupuesto. Hay un momento que hablan de esta película y es para alucinar la historia que hay detras.
ResponderEliminarYo de hecho la descubrí gracias a este documental que, aparte de bastante bueno e informativo, me proporcionó un montón de títulos que me puse a buscar enseguida. Lástima que hay un par (Next of Kin y Fair Games) que no he podido encontrar en DVD (mucho menos Blu-ray), el resto han sido relativamente fáciles de localizar.
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