Durante mucho tiempo, antes de la llegada del Universo Cinematográfico Marvel, si se preguntaba a los aficionados al cine cuál era la mejor película basada en un cómic, la respuesta estaría entre dos claras opciones: o Superman (Richard Donner, 1978) o Batman (Tim Burton, 1989). Pero entre los propios artistas dentro del mundo del cómic y entre los aficionados al cine de culto, solo había una respuesta: Diabolik (Mario Bava, 1968).
La serie Diabolik fue creada a principio de los años 60 del siglo XX por las hermanas Angela y Luciana Giussani como un cómic pensado para el público adulto. Proyectos para llevarlo al cine no tardaron en producirse, debido a la popularidad del personaje. El director Seth Holt empezó a rodar una adaptación con Jean Sorel como Diabolik, Elsa Martinelli como Eva y Gilbert Roland como el inspector Genko. Sin embargo, el rodaje no fue nada bien, muchos conflictos y poco trabajo hecho. Entonces, el productor Tonino Cervi le mostró el metraje rodado para ver si le interesaba a Dino De Laurentiis terminar la película, De Laurentiis consideró que el material rodado por Holt no se podía utilizar y decidió empezar de cero con Mario Bava al frente.
El film de Bava nos introduce al supercriminal Diabolik (John Phillip Law), el cual, con la ayuda de su amante Eva (Marisa Mell), lleva a cabo grandes golpes sin que la policía se vea capaz de detenerlo. Finalmente, se le dan poderes especiales al inspector Genko (Michel Piccoli) para atrapar a Diabolik. Una historia que no se basa en ninguna trama en concreto del cómic, pero en el desarrollo se utilizan varias escenas aparecidas en el mismo, que Bava reproduce fielmente. El reparto fue todo un acierto, John Phillip Law encarna a Diabolik mucho mejor de lo que podría haberlo hecho Jean Sorel, un actor no tan estatuesco. Law se esfuerza para que incluso sus cejas sean fiel reflejo del personaje original. Marisa Mell está fantástica como Eva, un papel que le permitió explotar toda la belleza y sensualidad que poseía. Originalmente se eligió para interpretar a Eva a la actriz Catherine Deneuve, que dio muchos problemas durante el rodaje, lo que llevó a que Bava pidiera a De Laurentiis que la sustituyera. Por otro lado, Deneuve, desde la perspectiva actual, era demasiado fría para interpretar a la tórrida Eva. Law y Mell trabajaron en pareja a la perfección, al parecer mantuvieron un romance mientras duró la filmación y se nota entre ambos mucha química.
Diabolik destaca hoy día como una gran muestra de lo que era el arte pop llevado al cine. Bava crea realmente un cómic en acción, aplicando su sabiduría con los trucos de efectos especiales en cámara. Una habilidad que hizo que produjera el film con un presupuesto mucho menor de lo que De Laurentiis se había planteado. De hecho, el productor le propuso a Bava filmar una secuela con el dinero que había sobrado del presupuesto originalmente considerado. Pero Bava lo rechazó. A pesar de que se considera una de las mejores películas de Mario Bava, este no tenía la película en mucha estima ya que no disfrutó nada del intervencionismo de Dino De Laurentiis; Bava estaba acostumbrado a rodar con un mayor control sobre el proyecto en el que trabajaba. Tampoco le gustó a Bava tener que suavizar la violencia del cómic original por órdenes de De Laurentiis, que pensaba en la taquilla internacional. Aún así, se cortaron algunas escenas cuando el film se estrenó en Estados Unidos para que no fuera calificada para adultos y en Inglaterra se llegaron a cortar 17 minutos de película.
Otra de las razones por la que esta película destaca es que es tremendamente subversiva. El protagonista es un genio criminal y no se disimula: roba para su propio placer y no tiene ningún escrúpulo para conseguir lo que quiere. Los "villanos" son las fuerzas del orden que se ven incapaces de detenerlo. Algo que encajaba con la mentalidad revolucionaria de la juventud de entonces y que hoy sería imposible. Cuando hoy día se hacen películas protagonizadas por criminales, estos personajes se suavizan mucho para hacerlos más aptos para el gran público. Solo hay que pensar en la diluida y castrada versión de Parker, el asesino creado por Donald Westlake, que aparece en la descafeinada Parker (Taylor Hackford, 2013) (esta versión es aún más triste si la comparamos con encarnaciones anteriores del personaje -con otros nombres- como las que aparecen en A quemarropa [Point Blank, John Boorman, 1967], El reparto [The Split, Gordon Flemyng, 1968] o Payback [Brian Helgeland, 1999]).
Además de ser una trepidante película de acción llena de los maravillosos trucajes por los que era famoso Mario Bava, este clásico es también muy divertido. Adopta un tono irónico y con toques de humor negro que la hacen aún más disfrutable. Diabolik es toda una maravilla pop subversiva y muy entretenida. Todo un clásico a reivindicar.