18 mar 2022

La noche del demonio (Night of the Demon)

 
 
Es posible que como herencia del interés por la espiritualidad New Age que se escinde del movimiento hippie de finales de los 60, o tal vez no, la cuestión es que alrededor del mundo aumentó el interés por los fenómenos paranormales a lo largo de los años 70. Se empezaron a publicar montones de revistas sobre OVNIS, fantasmas y criptozoología. El equivalente del Yeti, el americano Bigfoot, también se puso de moda, generando un gran número de películas explotando la figura de esta criatura, a veces de forma positiva, la mayoría de forma negativa.

De entre las muchas películas que se produjeron durante esta época, una de las más memorables posiblemente sea La noche del demonio (Night of the Demon, James C. Wasson, 1980), no confundir con el clásico del Jacques Tourneur La noche del demonio (Night of the Demon, 1957). Convertida en película de culto, la película tardó un tiempo en salir de la oscuridad, pero cuando lo hizo, lo hizo rugiendo.

Originalmente, la película se concibió como vehículo para aprovechar el éxito de The Legend of Boggy Creek (Charles B. Pierce, 1973), una pionera del found footage, que se había reestrenado a mediados de los 70 y vuelto a ser un éxito. El productor Jim L. Ball puso en marcha La noche del demonio, buscándose un guionista, Mike Williams, y un director, James C. Wasson, que le dieran forma a la idea que había tenido.

El argumento es similar al de otros títulos dentro del subgénero Bigfoot, un profesor va con un grupo de estudiantes a investigar que hay de cierto en los ataques de Bigfoot que se han producido en cierta área del bosque, añadiendo algunos toques de folk horror. Y se rodó como una atmosférica película de terror, siguiendo la estela de The Legend of Boggy Creek, sin sangre ni nada que hiciera que la película fuera calificada para mayores de 18 años. Pero en unos pases de prueba, Ball y Wasson vieron que la película no funcionaba. Wasson se desentendió del proyecto, mientras que Ball le fue dando vueltas a la cabeza para encontrar una forma de que el film se pudiera explotar. Y, finalmente, llegó la inspiración: Ball decidió volver a filmar algunas escenas y rodar nuevas, pero estas escenas se hicieron con mucho gore y derramando litros de sangre.

De esta manera mejorada llegó La noche del demonio a algunas pantallas y fue distribuida en vídeo en 1980.

La ocurrencia de Ball fue realmente afortunada. Mientras que la historia en sí no es nada del otro mundo, las delirantes escenas en las que Bigfoot ataca de forma indiscriminada, culminando en un sangriento clímax que hay que ver para creer, son lo que hacen que esta película quede grabada en la memoria. Seguramente la escena más infame es la que muestra como el Bigfoot le arranca la herramienta del amor a un motorista que se alivia la vejiga en los arbustos equivocados, pero mi favorita es la fantástica escena en la que Bigfoot hace que dos girl-scouts se apuñalen entre sí repetidas veces.

La noche de los demonios no entrará en los libros de historia del género como un gran título a buscar y apreciar, pero es una fiesta de la mutilación tan entretenida como divertida. Es difícil resistirse a su gore de saldo y su dirección menos que notable que no ofrecen nunca un momento de aburrimiento. Aún más increíble, hoy día se puede disfrutar de esta psicotrónica película de terror en una lujosa edición en Blu-ray.

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