Antes de entrar en profundidad con el comentario que tenía planeado para hoy, he de hablar brevemente de dos hechos recientes que han alterado mi habitual paz mental y característico savoir faire. Podéis llamarme gafapasta, friqui o lo que queráis, pero me lo he de sacar de dentro:
En primer lugar, por segundo mes consecutivo la revista Fotogramas recomienda películas que yo he recomendado aquí en el pasado, como Amer. ¿En qué me he equivocado? ¿Me habrá pasado como a esas bandas de punk que se acaban vendiendo y haciéndose comerciales? He de reflexionar sobre este asunto.
En segundo lugar, cada vez me molesta más que en informativos (¿o debería decir "informativos"?) y revistas de cine se hable de la nueva película de Conan como A) un remake de la película de John Milius o B) una nueva adaptación de un personaje de cómic. Entiendo que un civil pueda cometer tales errores y tener una visión equivocada de quién es Conan y desconocer sus orígenes literarios, pero se supone que los periodistas a cargo de los noticieros y las revistas de cine tienen cierto nivel de información y que no deberían propagar la ignorancia y los tópicos.
Mientras me calmo con la banda sonora extendida de La chica de rosa (Pretty in Pink, Howard Deutch, 1986), vayamos con el asunto que originalmente nos había reunido hoy aquí.
Si habéis leído los extensos artículos que le dediqué a películas como La matanza de Texas (The Texas Chain Saw Massacre, Tobe Hooper, 1974), El exorcista (The Exorcist, William Friedkin, 1973) o Perros rabiosos (I Drink Your Blood, David E. Durston, 1970); o artículos como el que hice sobre homosexualidad y cine fantástico, sabréis que me apasiona el aspecto alegórico del cine fantaterrorífico. La manera en que el género expresa los cambios sociales y la manera en que evoluciona la sociedad mucho mejor que cualquier drama o película realista.
El cine de terror se ha caracterizado siempre por ser un espejo en el que se refleja la sociedad, de manera más efectiva cuando lo hace de forma inconsciente. Sobre este tema se basa el documental Nightmares in Red, White and Blue: The Evolution of the American Horror Film (2009), dirigido por Andrew Monument y escrito por Joseph Maddrey, basándose en su libro homónimo.
El documental abarca desde los inicios del cine hasta la actual época de remakes. En cada instancia, relacionando el género con lo que estaba sucediendo entonces en la sociedad: la bomba atómica, la guerra de Vietnam, el 11-S... En el camino, nos vemos beneficiados con entrevistas a diversos directores de cine especializados en el género como Joe Dante, John Carpenter, Larry Cohen, George A. Romero, etc.
Si bien la parte que gira en torno a los 50 y los 60 era ya terreno conocido para mí, me interesó igualmente por los comentarios de los participantes, así como la parte dedicada a analizar las décadas más recientes. Me llamó la atención cuando se menciona la reciente oleada de remakes sea tanto responsabilidad de Hollywood como del estado en que se encuentra la cultura americana en este momento. Comentario que, al igual que la parte dedicada a las décadas más recientes, se puede también aplicar a nuestra sociedad.
De entre todos los directores, me pareció especialmente brillante Carpenter comentando la diferencia entre películas que hablan sobre el mal como algo que está más allá, en la oscuridad, y películas que hablan sobre como el mal está entre nosotros, que nosotros somos el monstruo. Esta segunda distinción es más difícil de hacer de forma efectiva y suele producir filmes más brillantes e interesantes.
Aparte de la reflexión sobre el género y dónde radica nuestra atracción por él, el documental también hizo que me entraran ganas de volver a ver las películas que aparecen comentadas pero, aún mejor, me descubrió un título que no conocía: One Dark Night (Tom McLoughlin, 1983), que me pondré a buscar inmediatamente.
En definitiva, tanto si sois aficionados al género como si os interesa la sociología, es un documental tremendamente interesante e informativo que invita a la reflexión.
En segundo lugar, cada vez me molesta más que en informativos (¿o debería decir "informativos"?) y revistas de cine se hable de la nueva película de Conan como A) un remake de la película de John Milius o B) una nueva adaptación de un personaje de cómic. Entiendo que un civil pueda cometer tales errores y tener una visión equivocada de quién es Conan y desconocer sus orígenes literarios, pero se supone que los periodistas a cargo de los noticieros y las revistas de cine tienen cierto nivel de información y que no deberían propagar la ignorancia y los tópicos.
Mientras me calmo con la banda sonora extendida de La chica de rosa (Pretty in Pink, Howard Deutch, 1986), vayamos con el asunto que originalmente nos había reunido hoy aquí.
Si habéis leído los extensos artículos que le dediqué a películas como La matanza de Texas (The Texas Chain Saw Massacre, Tobe Hooper, 1974), El exorcista (The Exorcist, William Friedkin, 1973) o Perros rabiosos (I Drink Your Blood, David E. Durston, 1970); o artículos como el que hice sobre homosexualidad y cine fantástico, sabréis que me apasiona el aspecto alegórico del cine fantaterrorífico. La manera en que el género expresa los cambios sociales y la manera en que evoluciona la sociedad mucho mejor que cualquier drama o película realista.
El cine de terror se ha caracterizado siempre por ser un espejo en el que se refleja la sociedad, de manera más efectiva cuando lo hace de forma inconsciente. Sobre este tema se basa el documental Nightmares in Red, White and Blue: The Evolution of the American Horror Film (2009), dirigido por Andrew Monument y escrito por Joseph Maddrey, basándose en su libro homónimo.
El documental abarca desde los inicios del cine hasta la actual época de remakes. En cada instancia, relacionando el género con lo que estaba sucediendo entonces en la sociedad: la bomba atómica, la guerra de Vietnam, el 11-S... En el camino, nos vemos beneficiados con entrevistas a diversos directores de cine especializados en el género como Joe Dante, John Carpenter, Larry Cohen, George A. Romero, etc.
Si bien la parte que gira en torno a los 50 y los 60 era ya terreno conocido para mí, me interesó igualmente por los comentarios de los participantes, así como la parte dedicada a analizar las décadas más recientes. Me llamó la atención cuando se menciona la reciente oleada de remakes sea tanto responsabilidad de Hollywood como del estado en que se encuentra la cultura americana en este momento. Comentario que, al igual que la parte dedicada a las décadas más recientes, se puede también aplicar a nuestra sociedad.
De entre todos los directores, me pareció especialmente brillante Carpenter comentando la diferencia entre películas que hablan sobre el mal como algo que está más allá, en la oscuridad, y películas que hablan sobre como el mal está entre nosotros, que nosotros somos el monstruo. Esta segunda distinción es más difícil de hacer de forma efectiva y suele producir filmes más brillantes e interesantes.
Aparte de la reflexión sobre el género y dónde radica nuestra atracción por él, el documental también hizo que me entraran ganas de volver a ver las películas que aparecen comentadas pero, aún mejor, me descubrió un título que no conocía: One Dark Night (Tom McLoughlin, 1983), que me pondré a buscar inmediatamente.
En definitiva, tanto si sois aficionados al género como si os interesa la sociología, es un documental tremendamente interesante e informativo que invita a la reflexión.
Guauuuu!! me encanta este tipo de documentales
ResponderEliminary luego tenemos a Dante y Carpenter,tiene una pinta excelente.No se si lo dieron en Canal Plus,me parece haberlo visto anunciado,no se.
Y por cierto no te preocupes tanto de eses que se llaman periodistas,que como dices deberian estar mas informados,a mi ya me tienen cansado desde hace tiempo sobre las informaciones que dan tan erroneas,peo bueno asi estamos.
Espero que te hayas relajado con la cancion
"Wouldn't It Be Good" a mi me encanta,es una de las canciones que me gustaban mucho de los 80'.
Me quedo con lo que dice Carpenter. No sólo me gusta más el horror terrenal y humano, sino que además de eso, es una verdad como un templo. El mal está entre nosotros, porque nunca seremos invadidos por zombies o extraterrestres homicidas, pero siempre habrá seres humanos dispuestos a cometeres atrocidades, y eso si que da miedo....
ResponderEliminarSupongo que este documental no se puede encontrar subtitulado ¿verdad? Echaré un vistazo, a ver si tengo suerte.
Me parece muy buena idea éste documental para analizar la relación del cine de terror con la sociedad, además de entretenido el escuchar lo que tienen que decir los cineastas más famosos al respecto. El terror siempre será el género más divertido pero mira que entender sus metáforas es darle una carga reflexiva muy interesante. Espero verlo en algún lado. Un abrazo.
ResponderEliminarMario.
Atticus, pues no sé si lo dieron por la televisión privada, yo lo he visto en DVD. Wouldn't Be Good está muy bien, todo un clásico, también me gusta bastante Left of Center con la Suzanne Vega.
ResponderEliminarDr. Gonzo, Carpenter no se refería a terror terrenal en oposición a terror sobrenatural, sino al sentido metafórico de donde se sitúa la amenaza. Por ejemplo, en El planeta de los simios (la original) nosotros somos los simios. En las pelis de zombis de George A. Romero, nosotros somos los zombis. No sé dónde lo puedes encontrar subtitulado, pero siempre puedes encontrar el documental por un lado y los subtítulos por otro, si tienes un programa que añade subtítulos a las pelis. Te lo puedes bajar de Internet.
Mario, las metáforas son el aspecto que más me atrae del terror, por eso le dedico tantos artículos, y es lo que ha mantenido el género vivo desde el inicio del cine.