26 oct 2010

A punto para Halloween 1: El Exorcista



Se acerca Halloween, o Todos Los Santos, y rebuscando algo para ir preparando tan señalada fecha entre mi vasta colección de tesoros pop, terroríficos y cinemáticos (lo que sucesivas parejas han apodado cariñosamente "tu montón de basura") me topé con un ejemplar de Fangoria, el número 31 que salió el mes de julio de 1994, que incluía un reportaje sobre los efectos especiales de El Exorcista (The Exorcist, William Friedkin, 1973). ¡El Exorcista! Qué mejor manera de empezar a celebrar esta festividad que con uno de los títulos más aterradores de la historia del cine.

Una de las cosas que me llamó la atención repasando la película fue la manera tan sucinta y efectiva que tiene Friedkin de presentar a los personajes, con pocos detalles nos hace saber todo lo que necesitamos saber de ellos. El prólogo en Irak nos presenta a uno de los personajes centrales, el Padre Merrin (Max von Sydow), el exorcista que ya no volverá a aparecer hasta los últimos veinte minutos de película. Es en este prólogo también donde se van plantando las semillas de lo que será uno de los temas centrales de la película: el bien contra el mal, la lucha contra el diablo que se resume en un plano digno de un western en el que vemos a Merrin frente a frente contra Pazuzu, el demonio contra el que se supone que se enfrenta en el duelo final.

Como he dicho, ya desde el prólogo Friedkin va introduciendo detalles que tendrán un significado especial a medida que avanza la película. Son detalles sutiles pero a los que si uno está atento hacen que la película sea más redonda y bien pensada. Mención aparte tienen las imágenes subliminales con las que Friedkin juega para provocar nerviosismo en el espectador. Imágenes que en un primer momento puede que pasen desapercibidas pero que también contribuyen al efecto general del film.

Si hay algo que se le da bien a Friedkin es el realismo. Tiene la costumbre de investigar y preparar muy bien cada película, añadiendo matices y riqueza a los guiones que filma. No es de extrañar teniendo en cuenta que Friedkin procedía del mundo de los documentales cosa que destaca en películas como Contra el imperio de la droga (The French Connection, 1971). En el caso de El Exorcista contribuye a hacer más impactante la parte final rodando todo lo que la antecede de forma sobria, introduciendo los elementos perturbadores de forma puntual y sin llegar nunca a la acumulación o a saturar al espectador. Todo lo contrario, deja sitio para que el espectador piense sobre lo que está sucediendo sin abandonar nunca su estilo realista.

Dentro de este aspecto cabe destacar el uso que hace Friedkin del silencio. Cada momento perturbador, en el que la poseída Regan (Linda Blair) comete alguna barbaridad o sucede algún fenómeno inexplicable, está precedido y seguido de momentos de silencio en el que no se oye nada. Esto consigue dos cosas. Por un lado hace que los momentos terroríficos, por llamarlos de alguna manera, tengan un impacto mayor y resulten aún más extremos en comparación con el silencio que los sigue. Por otro lado da oportunidad al espectador para recuperarse y prepararse para el siguiente impacto, consiguiendo que la película sea efectiva de principio a fin, ya que el espectador no está saturado y aburrido de continuos impactos y sustos, un error en el que suelen caer las películas de terror actuales.

Todo esto contribuye a que la película resulte efectiva hoy día, la habilidad de Friedkin como director, pero en su momento otros factores sociales provocaron que en el momento de su estreno la película se convirtiera en un fenómeno.

Como ya la mayoría sabe, William Peter Blatty se inspiró en un caso "real" que tuvo lugar en 1949 en Maryland, donde un niño fue exorcizado de un demonio. El caso llenó los titulares de la prensa de entonces, pero no es hasta principios de los setenta que Blatty escribe la novela y se hace la película. Y es que es justo en ese momento que la película tenía que hacerse.

El cine de terror es el género que, mucho mejor que cualquier drama social, nos muestra la realidad del momento en que se produce. En cierta manera actúa como nuestro subconsciente colectivo. En el caso de El Exorcista recordad que desde mediados de los sesenta se estaba produciendo la revolución hippie. Sin embargo, en 1968 los asesinatos del caso Tate-LaBianca orquestados por Charles Manson marcaron el final del Verano del Amor. De repente, los inofensivos hippies se habían convertido en adoradores del diablo y peligrosos asesinos. Muchos padres veían como sus hijos actuaban de manera totalmente extraña para ellos, dejándose el pelo largo y escuchando música decididamente demoníaca como la que hacía Black Sabbath.

De esta manera, El Exorcista tuvo un efecto catártico entre los espectadores de la época, algo parecido a lo que experimentaron los japoneses cuando vieron Japón bajo el terror del monstruo (Gojira, Ishiro Honda, 1954) cuando las heridas de los bombardeos en Hiroshima y Nagasaki todavía eran recientes.

En el año 2000 se estrenó una versión extendida y reeditada de la película. Presenta cambios en diferentes escenas, aparte de añadir escenas eliminadas, y además Friedkin añade más imágenes subliminales y sutiles efectos. La película fue promocionada como "el montaje del director" o "la versión que no te dejaron ver". En realidad, esta revisión de la película fue impulsada por Blatty, que no sólo era autor de la novela original y guionista de la película sino también productor de la misma. Resulta interesante de ver y añade diversos matices a la original. Yo me quedo con ambas, no tengo una favorita.

La trayectoria de El Exorcista en DVD en España ha sido bastante pobre. La original venía sólo con la película, sin ninguno de los extras de las versiones americanas o inglesas. Al igual que con la versión extendida. En blu-ray la cosa no ha cambiado mucho y a fecha de hoy sólo se puede encontrar la versión extendida con algunos extras. Yo os recomiendo que os compréis, bastante barata, la edición inglesa en blu-ray de dos discos que incluye ambas versiones de la película y extras y documentales para parar un tren. Además ambas versiones están subtituladas en castellano.



2 comentarios:

Antoine Doinel dijo...

La mejor película de Terror de todos los tiempos. Interesante y detallado post.

Javier Simpson dijo...

Muy buen trabajo, Raül. Es una película de terror legendaria. Es, como bien dices, efectiva, que no efectista, y da margen a no estar siempre en tensión, hay tramos en los que puedes "respirar" para poderte preparar mejor para el siguiente arrebato demoníaco. De estas del diablo me gusta también mucho la de Polanski La semilla del diablo; es menos de terror (acojona menos), pero su climax es inigualable.