He aquí un ejemplo de película esquizofrénica. Una película que es parte típico thriller policial, parte sórdida exploitation con toques de slasher.
Si leéis otros artículos sobre En la cuerda floja (Tightrope, Richard Tuggle, 1984), seguramente justificarán la extraña naturaleza de este film con el publicitado conflicto tras las cámaras que tuvo lugar al empezar el rodaje. A Clint Eastwood no le gustaba nada la manera en que Tuggle estaba llevando la filmación, así que lo despidió y se puso a dirigirla él mismo (la película estaba producida por la productora de Eastwood, Malpaso). Sin embargo, eso para mí no explica en absoluto el conflicto del film. Para mí, la cuerda floja por la que camina el policía Wes Block, el personaje que interpreta Eastwood, se hace paralela a la que caminaba el propio Eastwood.
Como muchos ya sabréis, Pier Paolo Pasolini dividió los directores en dos categorías: prosa y poesía. Los directores de poesía serían gente como Brian De Palma o Dario Argento, los cuales tienen una manera de dirigir muy estilizada. Clint Eastwood es definitivamente un director de prosa, la cámara nunca llama la atención, es invisible, buscando la manera más directa y sencilla de contar una historia. Sin embargo, en esta película sí que nos encontramos aquí y allá algunos planos y secuencias bastante estilizados. Esto sí que puede justificarse por la sustitución del director, pero no algo que afecta a toda la película.
A lo largo de finales de los 70 y 80, Eastwood intentó distanciarse de Harry, el sucio. Por ejemplo, en la fantástica Ruta suicida (The Gauntlet, Clint Eastwood, 1977) interpreta a un policía alcohólico en las últimas, muy alejado del expeditivo Harry Callahan. En la cuerda floja parece otro intento de hacer eso mismo, aunque al ir viendo la película uno tiene la sensación de que Eastwood no estaba muy seguro de lo que estaba haciendo.
Las partes menos interesantes de la película son aquellas en las que Eastwood es el típico poli-Eastwood. El estoico tipo duro con una respuesta ingeniosa siempre a mano. No es que sea un mal thriller, simplemente es algo que ya hemos visto antes.
Los momentos que hacen destacar esta película y que provocan que hoy esté aquí escribiendo sobre ella, son aquellos que muestran un tipo de thriller mucho más interesante. Filmada en plena fiebre slasher, en el film se muestra la influencia del género en algunas escenas propias del cine de terror, con un asesino enmascarado acechando mujeres de buen ver. Block es un policía al borde del alcoholismo, que empieza a adentrarse en la vida nocturna de la ciudad, momento en que el film adquiere un tono más sórdido y oscuro, entablando relación con diversas señoritas de esas que fuman, te hablan de tú y te cogen de la mano. Es entonces que el asesino se queda "prendado" de Block y empieza a matar a las mujeres con las que Block entabla relaciones sexuales.
Por desgracia, la parte más interesante del film, que parece una reinterpretación de algunos de los temas de la estupenda A la caza (Cruising, William Friedkin, 1980), acaba siendo aplastada por su lado de thriller más convencional, culminando en un algo precipitado clímax.
Es un film curioso dentro de la filmografía de Clint Eastwood, con buenos momentos a pesar de su esquizofrenia. Sin embargo, no me importaría que David Fincher hiciera un remake de esta película centrándose en su trama más oscura y perversa.
Las partes menos interesantes de la película son aquellas en las que Eastwood es el típico poli-Eastwood. El estoico tipo duro con una respuesta ingeniosa siempre a mano. No es que sea un mal thriller, simplemente es algo que ya hemos visto antes.
Los momentos que hacen destacar esta película y que provocan que hoy esté aquí escribiendo sobre ella, son aquellos que muestran un tipo de thriller mucho más interesante. Filmada en plena fiebre slasher, en el film se muestra la influencia del género en algunas escenas propias del cine de terror, con un asesino enmascarado acechando mujeres de buen ver. Block es un policía al borde del alcoholismo, que empieza a adentrarse en la vida nocturna de la ciudad, momento en que el film adquiere un tono más sórdido y oscuro, entablando relación con diversas señoritas de esas que fuman, te hablan de tú y te cogen de la mano. Es entonces que el asesino se queda "prendado" de Block y empieza a matar a las mujeres con las que Block entabla relaciones sexuales.
Por desgracia, la parte más interesante del film, que parece una reinterpretación de algunos de los temas de la estupenda A la caza (Cruising, William Friedkin, 1980), acaba siendo aplastada por su lado de thriller más convencional, culminando en un algo precipitado clímax.
Es un film curioso dentro de la filmografía de Clint Eastwood, con buenos momentos a pesar de su esquizofrenia. Sin embargo, no me importaría que David Fincher hiciera un remake de esta película centrándose en su trama más oscura y perversa.
2 comentarios:
El penúltimo párrafo que has escrito define perfectamente mi opinión sobre el film. Es que la historia, una vez que la conoces, es demasiado convencional, y lo que realmente mola es la sordidez que hay en los ambientes en los que se mueve Block.
Efectivamente, Einer, lo único que hace destacar la película son los ambientes turbios, por desgracia es un film que apesta a oportunidad desaprovechada.
Publicar un comentario