El conde Jan Potocki pasó deprimido la última parte de su vida. Se convenció de que se estaba convirtiendo en un hombre lobo y por ello se encerraba por las noches para no hacer daño a nadie. Finalmente, se suicidó usando una bala de plata en 1815. La única novela que escribió se tituló El manuscrito encontrado en Zaragoza, texto que cargó de elementos místicos y cabalísticos. La novela es la transcripción que hace un soldado napoleónico de un texto que ha encontrado en Zaragoza (el título es una pista). Este texto dentro del texto narra las peripecias del noble caballero Alphonse Van Worden en su camino hacia Madrid atravesando Sierra Morena.
El libro fue adaptado por el director polaco Wojciech J. Has en 1965. Has crea un paisaje místico y fantasmagórico, una España mágica por la que deambulan extraños personajes. El noble protagonista parece encarar tales encuentros con miedo y sorpresa, en ocasiones, otras con simple curiosidad, pero nunca con incredulidad. Es decir, se muestra todo con la misma naturalidad que deberían sentir los españoles de la España profunda del siglo XVIII hacia lo mágico y lo sobrenatural. O al menos ésa es la impresión que me dio. Las macabras experiencias de Van Worden son alternadas con unas peripecias de amor cortesano, que parecen actuar como contrapeso.
Por su exotismo y peculiares imágenes, la película se pasa bastante rápido a pesar de sus casi tres horas de duración. De hecho, en ocasiones tuve la tentación de parar y volver a ver alguna escena o escenario en particular para poder estudiarlo mejor, como si estuviera en un museo mirando cuadros. La película fue restaurada y reestrenada por Martin Scorsese y Francis Ford Coppola, con lo que se puede encontrar en DVD con relativa facilidad.
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