Shuya bajó la vista hacia el revolver y volvió a alzarla. Se le había ocurrido otra pregunta.
-¿Me puedes explicar una cosa?
-¿Qué?
-¿Cuál es el objetivo de este juego? ¿Cómo ésto puede ser útil para cualquier propósito?
Los ojos de Shogo se agrandaron... pero entonces bajó la vista y empezó a reír. Le parecía divertido. Finalmente dijo:
-No hay ningún objetivo.
Koushun Takami, Battle Royale
Se dice que cuando el sabio señala la luna, el tonto mira el dedo. Nada más acertado, sobretodo en lo que se refiere a la polémica levantada por Battle Royale, ya sea la novela o la película, por la violencia de la historia y el hecho de estar protagonizada por chicos y chicas de quince años. Sin embargo, todos aquellos escandalizados por la violencia eran como el tonto mirando el dedo, siendo incapaces de ver más allá de la superficie.
Publicada en 1999, la novela de Koushun Takami Battle Royale se convirtió en un polémico bestseller en Japón. El país pasaba por aquel momento por una crisis económica que había venido acompañada de un aumento en la criminalidad juvenil. Algo que se reflejaba en la novela de Takami, ambientada en una especie de realidad alternativa en la que Japón se ha convertido en la República del Gran Este Asiático, una dictadura que desarrolla algo llamado el Programa nº 12. Este programa consiste en llevar a un lugar secreto una clase de secundaria y obligarles a matarse los unos a los otros hasta que sólo quede uno. El superviviente gana una pensión y una foto autografiada de El Dictador, presidente de la república. Este año, le toca el turno a la clase B de tercer año del Instituto Shiroiwa de Secundaria.
Takami ambienta su novela en una dictadura que ha prohibido hasta la música rock y en la que cualquier disidente es eliminado de forma sucinta. Es este aspecto de la novela el que contiene más trazas de sátira y crítica social. Pero lo realmente interesante es como se describen las diferentes reacciones de los estudiantes: mientras que algunos se lanzan al combate alegremente, otros intentan encontrar una salida sin tener que matar a nadie. En el desarrollo de los diferentes personajes se nos ofrece también parte de su pasado, para hacer más comprensibles sus reacciones. Es esta parte de la novela la que recuerda a El señor de las moscas de William Golding, pero si Golding muestra en su fantástica y clásica novela como los estudiantes se van volviendo poco a poco más salvajes cuanto más tiempo pasan en la isla, Takami muestra como la tensión, el miedo y la desconfianza van provocando cada vez más muertes.
Otro aspecto interesante es como las relaciones sociales entre los distintos grupos que se han formado en la clase son examinadas en condiciones extremas. Antes de empezar se consideran todos amigos y compañeros, con algunas excepciones: los marginados que hay en cualquier clase. Sin embargo, puestos a prueba se revela que algunas relaciones no son tan sólidas como se pensaba, así como otros aprovechan para llevar a cabo sus fantasías y algunos intentan encontrar una salida luchando contra el gobierno.
A pesar de sus más de 600 páginas (mi edición por lo menos), la novela se lee bastante rápido. Pero, en caso de que no dominéis el inglés y el japonés lo tengáis algo oxidado, podéis leeros la adaptación al manga que hizo el propio Takami de la novela con dibujos de Masayuki Taguchi que Ivrea publicó en castellano. Con un total de quince tomitos, la versión manga no es la novela con dibujos, se trata de una adaptación y muchas cosas se quedan fuera y hay otras diferentes, pero es lo mejor en caso de no tener otra opción, y si ya tenéis la novela también resulta interesante. Takami escribió una continuación en manga, con dibujos de Hitoshi Tomizawa: Battle Royale II: Blitz Royale. Consiste en dos tomitos que también fueron publicados por Ivrea en castellano.
En el año 2000 se estrenó Battle Royale (Batoru rowaiaru) de Kinji Fukasaku. Desde el momento de su publicación, Fukasaku estuvo determinado a llevar la novela al cine, ya que contenía diversos elementos comunes al cine de Fukasaku, principalmente la violencia y el comentario social. La carrera de Fukasaku como director se remonta a los años sesenta, pero es en 1973 que alcanza notoriedad con Battles without honor & humanity (Jingi naki tatakai), la primera de una serie de películas que explora el mundo de la Yakuza. La película causa impacto, aparte de por ser rodada cámara al hombro, por como refleja el impacto social que tiene esta violencia en la sociedad. Fukasaku fue un estudiante envuelto en protestas políticas, y trasladó muchas de sus ideas políticas al cine. Su interés en Battle Royale también tiene raíz en su juventud: con quince años trabajaba en una fábrica que fue objeto de diferentes bombardeos durante la II Guerra Mundial. En una entrevista, Fukasaku explica como muchas veces se tenía que esconder bajo los cadáveres de compañeros para sobrevivir y como luego tenía que retirar los cuerpos de sus compañeros fallecidos.
Son estos elementos los que hicieron que Fukasaki, a pesar de contar ya con 70 años, hace una película cargada de rabia juvenil con la experiencia de décadas dedicado al mundo del cine. Battle Royale es una película, además, que rompe fronteras, alcanzando una gran popularidad y facilidad para conectar con el espectador a pesar de las diferencias culturales entre oriente y occidente.
El guion fue escrito por Kenta Fukasaku, su hijo, con la supervisión de Fukasaku padre. Aunque se mantiene bastante fiel a la novela, la película introduce varios cambios interesantes. Algunos motivados por la necesidad de condensar la novela en un par de horas (como las apuestas que hacen las autoridades del régimen para ver quién sobrevive al final que no aparecen en el film), otros surgidos por los intereses de Kinji Fukasaku. El primero es la elección de Takeshi Kitano como supervisor del programa. Mientras que en la novela el supervisor es un personaje exagerado y cargado de humor negro, Kitano en la película es un personaje, aunque no falto de cierto humor negro, más pausado y calmado. Además de darle una conexión con la clase que se verá sometida al programa convirtiéndole en un antiguo profesor suyo.
El principal cambio que hace Fukasaki es ambientar la historia en un Japón hundido económicamente, incapaz de manejar a una juventud rebelde. Es decir, Fukasaku lo acerca más al Japón del momento, bastante parecido a nuestra actual Europa en plena crisis. Fukasaku justifica la rebelión de la juventud mostrando una sociedad que les ha fallado a todos los niveles. El protagonista, o uno de los protagonistas, Shuya Nanahara (Tatsuya Fujiwara) es abandonado por su madre cuando era pequeño y su padre se suicida al no poder encontrar un trabajo. Es esta incapacidad de los adultos por aceptar sus errores y la manera en que han fallado a las nuevas generaciones una de las causas del conflicto que lleva a la creación de la ley Battle Royale.
Fukasaki también acierta en hacer que los estudiantes sean encarnados por actores y actrices que tenían la misma edad que los personajes que interpretaban. Salvo un par de excepciones, justificadas dramáticamente ya que se trata de personajes que han pasado por experiencias traumáticas y eso se refleja en un rostro más envejecido que el de sus compañeros.
La película es también una alegoría de la sociedad competitiva, del ganar a cualquier precio, en que ha degenerado la sociedad actual. La presión continua sobre los estudiantes para tener una buena carrera que les permita conseguir un trabajo que les permita ganar grandes cantidades de dinero. Esta presión es especialmente salvaje en Japón, donde estudiantes se han suicidado por no poder entrar en una universidad de prestigio. Si habéis pasado por la Selectividad, recordaréis la tensión y los nervios que pasaba todo el mundo. Esta alegoría queda ejemplificada a la perfección por uno de los estudiantes que justifica el asesinato de sus compañeros para poder entrar en una buena universidad.
En la edición especial extendida, que hizo Fukasaku después del éxito en cines, se añadió un flashback en el que Mitsuko Sôma (Kô Shibasaki) recuerda cuando con 9 años su madre intenta prostituirla. Esto incide en la temática de como los errores de una generación marca a la siguiente.
Battle Royale también es, subtexto aparte, una película sobresaliente en términos cinematográficos. La impresionante energía que Fukasaku imprime a las imágenes queda subrayada por la impresionante banda sonora compuesta por Masamichi Amano a la que se le añade la utilización de obras de Verdi, Bach, Strauss y Schubert. Fukasaku crea también momentos líricos, llenos de belleza, que destacan entre la violencia y el horror de la historia.
Tráiler de la edición especial
Tres años después del estreno de Battle Royale, el equipo de padre e hijo se pusieron a trabajar en la continuación: Battle Royale II: Requiem (Batoru rowaiaru II: Chinkonka). Sin embargo, Fukasaku padre murió al poco de empezar el rodaje y su hijo acabó dirigiendo la película, siguiendo sus notas fielmente como homenaje. Esta vez la película se centra en la guerra, convirtiéndose en un alegato antibelicista con varias referencias a la guerra de Irak.
De nuevo, un grupo de estudiantes son escogidos para participar en un programa a vida o muerte. Esta vez se trata de la ley BR-II: los estudiantes son obligados a participar en un juego de guerra por parejas cuyo objetivo es matar al líder terrorista Shuya Nanahara. Si bien la película empieza siguiendo un esquema parecido al de la primera entrega, poco a poco es abandonado para entrar de lleno en el conflicto adultos-jóvenes.
Battle Royale II es una película más reflexiva que la anterior entrega. Se analizan una serie de interesantes opciones éticas llevadas a cabo por los personajes. El ataque contra la política de utilizar a los jóvenes como carne de cañón es satirizada hasta el extremo. Y lo cierto es que las películas nos venden la idea de un soldado más adulto, pero la mayoría de soldados que han participado en guerras durante el siglo XX son muy jóvenes, a partir de los 18 años, con lo cual el mensaje de la película es mucho más directo. En este aspecto me recordó a ¿Quién puede matar a un niño? (1976) de Chicho Ibáñez Serrador, que también incide en los sufrimientos de la infancia durante los conflictos bélicos.
De esta secuela existe también un montaje del director: Battle Royale II: Revenge. Con una duración cercana a las tres horas, en esta versión hay un mayor desarrollo de los personajes, lo que hace que sea una película más redonda desde el punto de vista dramático.
Resumiendo, ya sea por su sátira social, su ritmo frenético o, simplemente, por lo buenas que son, ambas películas forman un díptico que por desgracia cada vez es más presente y menos ciencia-ficción. Manga Films editó ambas películas, pero con pocos extras y sólo las versiones cinematográficas. Acabo de comprobar que la edición limitada en Blu-ray de Arrow Films (japonés con subtítulos en inglés, contiene además un libro con ensayos sobre la película y un cómic original que están bastante bien) de tres discos está agotada, pero saldrá una edición más simple próximamente, y en DVD todavía se encuentra. De la segunda parte, Tartan editó una versión limitada de tres discos con la versión cinematográfica y el montaje del director que creo aún se puede encontrar.
De nuevo, un grupo de estudiantes son escogidos para participar en un programa a vida o muerte. Esta vez se trata de la ley BR-II: los estudiantes son obligados a participar en un juego de guerra por parejas cuyo objetivo es matar al líder terrorista Shuya Nanahara. Si bien la película empieza siguiendo un esquema parecido al de la primera entrega, poco a poco es abandonado para entrar de lleno en el conflicto adultos-jóvenes.
Battle Royale II es una película más reflexiva que la anterior entrega. Se analizan una serie de interesantes opciones éticas llevadas a cabo por los personajes. El ataque contra la política de utilizar a los jóvenes como carne de cañón es satirizada hasta el extremo. Y lo cierto es que las películas nos venden la idea de un soldado más adulto, pero la mayoría de soldados que han participado en guerras durante el siglo XX son muy jóvenes, a partir de los 18 años, con lo cual el mensaje de la película es mucho más directo. En este aspecto me recordó a ¿Quién puede matar a un niño? (1976) de Chicho Ibáñez Serrador, que también incide en los sufrimientos de la infancia durante los conflictos bélicos.
De esta secuela existe también un montaje del director: Battle Royale II: Revenge. Con una duración cercana a las tres horas, en esta versión hay un mayor desarrollo de los personajes, lo que hace que sea una película más redonda desde el punto de vista dramático.
Resumiendo, ya sea por su sátira social, su ritmo frenético o, simplemente, por lo buenas que son, ambas películas forman un díptico que por desgracia cada vez es más presente y menos ciencia-ficción. Manga Films editó ambas películas, pero con pocos extras y sólo las versiones cinematográficas. Acabo de comprobar que la edición limitada en Blu-ray de Arrow Films (japonés con subtítulos en inglés, contiene además un libro con ensayos sobre la película y un cómic original que están bastante bien) de tres discos está agotada, pero saldrá una edición más simple próximamente, y en DVD todavía se encuentra. De la segunda parte, Tartan editó una versión limitada de tres discos con la versión cinematográfica y el montaje del director que creo aún se puede encontrar.
4 comentarios:
Buena crítica has sabido exponer lo bueno que tiene Battle royale 2, que aunque a mi me resulte una peli algo incoherente, estoy de acuerdo con lo que dices. No he leido la novela y los comics de Battle royale, las películas me encantan aún con sus fallos como sátira social son inigualables, te recomiendo si no has visto más pelis de este gran director que veas Under the flag of the rising sun y sus pelis de yakuzas, la primera también es antibelica como la de battle royale, pero es realista, y hace una critica muy punzante a la politica de Japón. Las de yakuzas son obras maestras del cine casi todas excepto las 3 continuaciones de las battles without honor, tituladas new battles, las 5 primeras son de lo mejor del cine sobre mafias, superior a mi juicio al Padrino
Sí, de Kinji Fukasaku me interesa sobretodo la serie Battles without honor y todo lo de los 70.
A hace poco la volvi a ver Battle royale 2 la versión revenge esta en la mula por si te interesa tiene unos 20 min mas de metraje, no se bien lo que hay añadido respecto a la version de cines, creo que un mejor desarrollo de los personajes. Fukasaku fue el mejor y más influyente director de cine de acción, tiene de todo aunque las mejores sean las de yakuzas, tiene hasta peliculitas de monstruos de serie B. Bueno ahi queda eso voy a ver que más reseñas tienes por ahi saludos
Sí, ya la comento en el post. Battle Royale 2 Revenge venía incluida en la edición especial de 2 discos inglesa que es la que tengo. Un saludo.
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