PRÓLOGO
En retrospectiva, nunca me he quedado satisfecho con ninguno de los posts que he hecho sobre mis películas favoritas. Siento que no he sabido transmitir lo que siento cuando las veo. La razón principal radica precisamente en lo mucho que me apasionan, haciendo que sea incapaz de coger cierta distancia y hacer un buen análisis. Soy consciente de que tengo un estilo hiperbólico que hace que casi cada película de la que hablo sea mi favorita o la más tremenda o la más fantástica. Pero eso es porque una vez me pongo a escribir me empiezo a emocionar y a entusiasmar. Lo cierto es que son pocas mis películas favoritas y menos aún las que he comentado aquí (¿qué cuáles son? tendrás que averiguarlo tu mismo/a). Teniendo eso en cuenta, decidí no escribir más sobre mis favoritas y simplemente ir remirando por mi filmoteca para ir sacando títulos curiosos que valiesen la pena comentar.
Desde hace un tiempo, La cosa (The Thing, John Carpenter, 1982) me pedía que la comentase con insistencia. Yo me negaba ya que no sólo es un gran clásico que todo el mundo conoce y ya ha sido comentada y explicada hasta la saciedad, es que además es la número uno en mi lista de películas favoritas. En palabras de la teniente Ripley, ha estado conmigo tanto tiempo que no recuerdo nada más.
Tampoco tenía bien claro (ni tengo en este momento, mientras escribo) como enfocarlo. Hacer algo técnico, explicando la historia de como se llegó a rodar, tal vez. O tal vez enfocarlo desde un punto de vista más personal, biográfico. Anteriormente me evité el problema mencionándola sólo de pasada en el post que hice sobre El enigma de otro mundo, sorteando la cuestión algo cobardemente. Por cierto, ¿cuando se parte de material literario o de otro que no sea una película, se puede hablar realmente de remake? ¿El término remake no se debería aplicar sólo a películas que son nuevas versiones de otras películas?
En todo caso, a finales de año se estrenará la precuela de La cosa. Hace poco leí una entrevista a John Carpenter donde, entre otras cosas, hablan de este clásico. Detalles que han vuelto a ponerme la película en la cabeza de forma insistente.
No es que haya salido alguna vez.
MI COSA
No recuerdo exactamente cuántos años tenía, pero no podían ser más de nueve o diez. El caso es que una noche, viernes o sábado, grabé La cosa que en aquel momento daban por TVE1 (las privadas todavía no existían). Recuerdo que en aquel entonces tenía un vídeo Beta que no tenía mando a distancia, así que para sacar los anuncios me quedé sentado en una hamaca de camping al lado del vídeo, bajo la televisión, un modelo enorme con carcasa se madera, de modo que las transformaciones se desplegaban justo encima mío.
No sé por qué decidí grabarla o cómo supe que la daban, el caso es que me dejó aterrado de principio a fin. Quedé absorbido por la historia de unos hombres enfrentados a una entidad metamórfica monstruosa. La película tenía algo, algo que no podía identificar, que iba más allá de la simple paranoia y el miedo, pero que resonó dentro de mi con fuerza.
No identifiqué ese algo hasta que, el año siguiente, mis padres me fueron comprando, mientras estábamos de veraneo en un camping de la Costa Brava, unos libros que iban de promoción con El Mundo. Los libros siempre llegaban, el periódico se quedaba en alguna papelera entre el pueblo y el camping. Un par o tres de los libros estaban escritos por H. P. Lovecraft: la novela El caso de Charles Dexter Ward y recopilaciones de relatos.
En estas historias de Lovecraft encontré lo que me había llamado tanto la atención de La cosa: el horror cósmico. Un horror cósmico que se me hacía tremendamente real entonces, bajo un manto estelar infinito que contrastaba con el cielo oscuro sin apenas estrellas al que estaba acostumbrado en Barcelona.
Bajo aquellas estrellas no era difícil imaginar cualquier cosa antigua y monstruosa aguardando a que llegara su momento de alzarse.
La cosa parte de un referente literario que poco tiene que ver con Lovecraft. Se basa en el relato o novela breve Who goes there? de John W. Campbell, que escribió bajo el pseudónimo Don A. Stuart en 1948. Campbell era partidario de la ciencia ficción más científica y racional, presentando siempre como victoriosos y moralmente superiores a sus protagonistas humanos. En el relato, hay una inmediata reacción a considerar que el extraterrestre hallado en la nieve es malvado basándose simplemente en su expresión y aspecto físico, lo que provoca una discusión entre los partidarios de descongelarlo para estudiarlo y los que prefieren dejarlo tal y como está.
Este es un aspecto que sí aparece en la versión de Howard Hawks. Así como el enfrentamiento de la cosa con los perros, el descubrimiento de la nave y la criatura en el hielo con la accidental destrucción de la nave y la ejecución del extraterrestre electrocutándolo. Aspectos del relato que aparecen en la versión de John Carpenter son la capacidad metamórfica de la criatura, de nuevo el enfrentamiento con los perros, el nombre de algunos personajes, la prueba de la sangre y Blair construyendo una nave sólo en su cabaña. Así, mezclando las dos versiones os podéis hacer una idea de como es la historia de Campbell en el caso de que no la hayáis leído. También os digo que, desde mi raramente humilde punto de vista, las dos versiones son superiores al relato. Es de suponer que algunos elementos argumentales también aparecerán en la precuela.
Cuando nos compramos un vídeo VHS lo primero que hice fue buscar una copia de La cosa. Por suerte conservaba el Beta, porque no fue hasta mediados de los noventa que encontré una copia en VHS. Por desgracia, habían decidido aumentar la imagen para que no aparecieran las barras negras habituales en el formato panorámico. A pesar de todo, seguía manteniendo toda su fuerza. Hay algo que me llamó la atención de esta versión: en la que grabé de TVE1, en panorámico, hay una escena en la que suena la canción de Stevie Wonder Superstition. Pero cuando me puse a ver la versión en VHS, Superstition había sido sustituida por una horrible canción instrumental genérica desconocida. Un misterio para mí.
También me sorprendió la dificultad de encontrar una copia en vídeo de la película. Para mí es la epítome del horror y la paranoia, del suspense más absorbente y el miedo en estado puro. ¿Cómo era posible que no fuera más conocida?
La película en su momento fue un gran fracaso tanto de público como de crítica (supongo que muchos críticos que en su momento la condenaron son los mismos que hoy la califican de clásico). En una entrevista en Ain't It Cool, el entrevistador le comenta a Carpenter que vista hoy día parece increíble que La cosa no fuese un gran éxito de taquilla en el momento que se estrenó. Carpenter explica que el fracaso de la película fue tan grande que estuvo a punto de acabar con su carrera. Posiblemente sea uno de esos casos en los que el público simplemente no estaba preparado para el despliegue de increíbles efectos especiales que tiene lugar en el filme, llevados a cabo por un joven Rob Bottin, con alguna ayuda de Stan Winston.
La idea de llevar a cabo una versión que fuese más fiel al relato original y se apartase de "la planta espacial" del filme de Hawks partió del estudio. Ya en 1978, la Universal le propuso a William F. Nolan escribir un tratamiento cinematográfico basado en el relato y que se alejase de la versión Hawks. Nolan, co-autor de la novela La fuga de Logan que había sido llevada al cine recientemente con gran éxito, escribió un tratamiento que se parecía más a La invasión de los ladrones de cuerpos (Invasion of the Body Snatchers, 1956) de Don Siegel que al relato de Campbell, un tratamiento en el cual la criatura va dejando cáscaras de cuerpos una vez imitados que va escondiendo. Aquel mismo 1978 se estrenó La invasión de los ultracuerpos de Philip Kaufman, la segunda y mejor de las varias adaptaciones que existen de la novela de Jack Finney Los ladrones de cuerpos, que fue otro incomprensible fracaso de taquilla, así que la Universal decidió prescindir de la versión Nolan e ir en otra dirección. Por fortuna para nosotros, fue la dirección que los llevó al guion de Bill Lancaster que acabó dirigiendo Carpenter.
La primera película que me compré en DVD fue La cosa. Para entonces era ya un fanático absoluto y total de la versión original, así que estaba tremendamente excitado por ver La cosa en versión original. Descubrí dos cosas curiosas: en el doblaje se habían eliminado todas las palabrotas que aparecen en la versión original y mientras que la canción Superstition sí aparece en la VO, no lo hacía en la versión doblada donde seguía la horrible canción instrumental genérica que había descubierto en la versión VHS.
Para cuando me compré el DVD, la película había adquirido ya el estatus de clásico del que disfruta ahora. Como se puede comprobar simplemente viendo lo exhaustiva y completa que era la edición para coleccionistas. Era una de las primeras películas que se editaba en DVD, así que no estaba adaptada para 16/9 ni tenía subtítulos en castellano, algo que no se corrigió en reediciones posteriores.
A pesar de todo lo que había visto y leído, La cosa mantenía todo su poder intacto. Desde los títulos de crédito y la atmosférica banda sonora de Ennio Morricone (que normalmente me pongo de fondo para leer libros de terror ya que es realmente una gran banda sonora cargada de suspense y tensión) la película me sumerge fácilmente en un estado de suspense y miedo que se verá de forma irrevocable aumentado a medida que avance el filme.
Las secuencias que más me impresionan son las que supongo llaman la atención de todo el mundo: la muerte del doctor y la transformación de Norris, el test de la sangre y, por supuesto, el enigmático y nihilista final, un broche de oro a una película sublime. Pero toda la película se mantiene en alto gracias a las geniales interpretaciones de todo el reparto, destacando Keith David como Childs y, claro, Kurt Russell como MacReady. Una interpretación que creo supera la que Russell hizo como Snake Plissken, más que nada porque MacReady es realmente un personaje de carne y hueso, más que un gran héroe, lo que lo hace más interesante.
Es en esta época donde la popularidad de La cosa permite que se empiece a hablar de una secuela. Carpenter llevaba tiempo con la idea de hacer una continuación y, de hecho, en una entrevista, también en Ain't It Cool, de la época, comenta que tiene un guion y está listo para rodar. ¿Qué pasó? ¿Por qué no se materializó nunca esa continuación? Al parecer la aprobación del proyecto dependía del éxito de otra secuela que Carpenter hizo de otro de sus clásicos: 2013: Rescate en L.A. (Escape from L.A.) que se estrenó en 1996. Esta película no funcionó demasiado bien en taquilla por lo que la secuela de La cosa quedó aparcada.
Se hicieron continuaciones en cómic, vía miniseries, editadas por Dark Horse, editorial especializada en continuar franquicias cinematográficas. Estas miniseries no fueron demasiado destacables. Aunque en el departamento artístico son realmente fantásticas, los guiones dejan bastante que desear. Una especie de secuela se creó en formato videojuego en el 2002. Y aunque no soy muy aficionado a los videojuegos, éste sí que me lo compré.
En el videojuego eres el encargado de una misión dedicada a averiguar que ha sucedido en el campamento. Tras ver los restos del campamento destruido empieza la habitual trama de instalaciones subterráneas y experimentos fallidos a la Resident Evil. El juego tiene algún detalle divertido, como introducir la paranoia como elemento clave del juego y las súbitas transformaciones de miembros de tu equipo. Puede resultar interesante para los fans de la película como servidor, pero no sé hasta que punto puede atraer a jugadores expertos.
La primera película que me compré en Blu-ray fue La cosa. Ver las transformaciones en alta definición fue como ver la película por primera vez, descubriendo detalles y colores que no se apreciaban en las demás encarnaciones de la película que había visto/disfrutado. Por curiosidad, comprobé si la horrible canción instrumental en lugar de la clásica de Stevie Wonder seguía en el doblaje en castellano y así era. También he comprobado que esa horrible canción sólo aparece en el doblaje castellano, las pistas en francés, italiano y alemán incluyen la canción de Stevie Wonder.
Algo que siempre procuro hacer al ver esta película, y algunas otras, es desconectar mi parte más analítica y simplemente dejarme llevar por las emociones. Creo que si empiezo a analizar los encuadres, la fotografía, el guión, en definitiva: si la desmonto, perderá la fuerza primigenia que ejerce sobre mí. Una fuerza primigenia que puede resultar incomprensible y absurda para cualquiera que no sea yo, de la misma manera que yo tendría problemas para entender la fascinación y obsesión que alguna otra película puede ofrecer sobre vosotros y vosotras.
Y cuando no tengo tiempo de ver la película, tengo una manera alternativa de disfrutarla: la novelización que escribió Alan Dean Foster. Basada en una versión del guion anterior a la que se rodó, resulta fascinante por las escenas distintas y el final diferente que podemos leer en el libro. Una de mis posesiones más preciadas.
No importa el tiempo que pase, La cosa me sigue dando miedo. Toca algún nervio, alguna fibra que hace que me recorra un escalofrío por la espalda cuando la cámara se empieza a pasear por esos pasillos vacíos. Tal vez sea por la pesadilla lovecraftiana hecha carne, tal vez por la manera en que administra el suspense. No lo sé.
Lo único que sé es que en el puesto de investigación 31 en la Antártida hay alguien que no es quién dice ser. Que no es lo que dice ser. Alguien que no es humano. Ahora, tal vez sólo sea uno, pero por la mañana podrían ser todos. Y, entonces, nadie podría parar a La cosa.
En todo caso, a finales de año se estrenará la precuela de La cosa. Hace poco leí una entrevista a John Carpenter donde, entre otras cosas, hablan de este clásico. Detalles que han vuelto a ponerme la película en la cabeza de forma insistente.
No es que haya salido alguna vez.
MI COSA
No recuerdo exactamente cuántos años tenía, pero no podían ser más de nueve o diez. El caso es que una noche, viernes o sábado, grabé La cosa que en aquel momento daban por TVE1 (las privadas todavía no existían). Recuerdo que en aquel entonces tenía un vídeo Beta que no tenía mando a distancia, así que para sacar los anuncios me quedé sentado en una hamaca de camping al lado del vídeo, bajo la televisión, un modelo enorme con carcasa se madera, de modo que las transformaciones se desplegaban justo encima mío.
No sé por qué decidí grabarla o cómo supe que la daban, el caso es que me dejó aterrado de principio a fin. Quedé absorbido por la historia de unos hombres enfrentados a una entidad metamórfica monstruosa. La película tenía algo, algo que no podía identificar, que iba más allá de la simple paranoia y el miedo, pero que resonó dentro de mi con fuerza.
No identifiqué ese algo hasta que, el año siguiente, mis padres me fueron comprando, mientras estábamos de veraneo en un camping de la Costa Brava, unos libros que iban de promoción con El Mundo. Los libros siempre llegaban, el periódico se quedaba en alguna papelera entre el pueblo y el camping. Un par o tres de los libros estaban escritos por H. P. Lovecraft: la novela El caso de Charles Dexter Ward y recopilaciones de relatos.
En estas historias de Lovecraft encontré lo que me había llamado tanto la atención de La cosa: el horror cósmico. Un horror cósmico que se me hacía tremendamente real entonces, bajo un manto estelar infinito que contrastaba con el cielo oscuro sin apenas estrellas al que estaba acostumbrado en Barcelona.
Bajo aquellas estrellas no era difícil imaginar cualquier cosa antigua y monstruosa aguardando a que llegara su momento de alzarse.
La cosa parte de un referente literario que poco tiene que ver con Lovecraft. Se basa en el relato o novela breve Who goes there? de John W. Campbell, que escribió bajo el pseudónimo Don A. Stuart en 1948. Campbell era partidario de la ciencia ficción más científica y racional, presentando siempre como victoriosos y moralmente superiores a sus protagonistas humanos. En el relato, hay una inmediata reacción a considerar que el extraterrestre hallado en la nieve es malvado basándose simplemente en su expresión y aspecto físico, lo que provoca una discusión entre los partidarios de descongelarlo para estudiarlo y los que prefieren dejarlo tal y como está.
Este es un aspecto que sí aparece en la versión de Howard Hawks. Así como el enfrentamiento de la cosa con los perros, el descubrimiento de la nave y la criatura en el hielo con la accidental destrucción de la nave y la ejecución del extraterrestre electrocutándolo. Aspectos del relato que aparecen en la versión de John Carpenter son la capacidad metamórfica de la criatura, de nuevo el enfrentamiento con los perros, el nombre de algunos personajes, la prueba de la sangre y Blair construyendo una nave sólo en su cabaña. Así, mezclando las dos versiones os podéis hacer una idea de como es la historia de Campbell en el caso de que no la hayáis leído. También os digo que, desde mi raramente humilde punto de vista, las dos versiones son superiores al relato. Es de suponer que algunos elementos argumentales también aparecerán en la precuela.
Cuando nos compramos un vídeo VHS lo primero que hice fue buscar una copia de La cosa. Por suerte conservaba el Beta, porque no fue hasta mediados de los noventa que encontré una copia en VHS. Por desgracia, habían decidido aumentar la imagen para que no aparecieran las barras negras habituales en el formato panorámico. A pesar de todo, seguía manteniendo toda su fuerza. Hay algo que me llamó la atención de esta versión: en la que grabé de TVE1, en panorámico, hay una escena en la que suena la canción de Stevie Wonder Superstition. Pero cuando me puse a ver la versión en VHS, Superstition había sido sustituida por una horrible canción instrumental genérica desconocida. Un misterio para mí.
También me sorprendió la dificultad de encontrar una copia en vídeo de la película. Para mí es la epítome del horror y la paranoia, del suspense más absorbente y el miedo en estado puro. ¿Cómo era posible que no fuera más conocida?
La película en su momento fue un gran fracaso tanto de público como de crítica (supongo que muchos críticos que en su momento la condenaron son los mismos que hoy la califican de clásico). En una entrevista en Ain't It Cool, el entrevistador le comenta a Carpenter que vista hoy día parece increíble que La cosa no fuese un gran éxito de taquilla en el momento que se estrenó. Carpenter explica que el fracaso de la película fue tan grande que estuvo a punto de acabar con su carrera. Posiblemente sea uno de esos casos en los que el público simplemente no estaba preparado para el despliegue de increíbles efectos especiales que tiene lugar en el filme, llevados a cabo por un joven Rob Bottin, con alguna ayuda de Stan Winston.
La idea de llevar a cabo una versión que fuese más fiel al relato original y se apartase de "la planta espacial" del filme de Hawks partió del estudio. Ya en 1978, la Universal le propuso a William F. Nolan escribir un tratamiento cinematográfico basado en el relato y que se alejase de la versión Hawks. Nolan, co-autor de la novela La fuga de Logan que había sido llevada al cine recientemente con gran éxito, escribió un tratamiento que se parecía más a La invasión de los ladrones de cuerpos (Invasion of the Body Snatchers, 1956) de Don Siegel que al relato de Campbell, un tratamiento en el cual la criatura va dejando cáscaras de cuerpos una vez imitados que va escondiendo. Aquel mismo 1978 se estrenó La invasión de los ultracuerpos de Philip Kaufman, la segunda y mejor de las varias adaptaciones que existen de la novela de Jack Finney Los ladrones de cuerpos, que fue otro incomprensible fracaso de taquilla, así que la Universal decidió prescindir de la versión Nolan e ir en otra dirección. Por fortuna para nosotros, fue la dirección que los llevó al guion de Bill Lancaster que acabó dirigiendo Carpenter.
Para cuando me compré el DVD, la película había adquirido ya el estatus de clásico del que disfruta ahora. Como se puede comprobar simplemente viendo lo exhaustiva y completa que era la edición para coleccionistas. Era una de las primeras películas que se editaba en DVD, así que no estaba adaptada para 16/9 ni tenía subtítulos en castellano, algo que no se corrigió en reediciones posteriores.
A pesar de todo lo que había visto y leído, La cosa mantenía todo su poder intacto. Desde los títulos de crédito y la atmosférica banda sonora de Ennio Morricone (que normalmente me pongo de fondo para leer libros de terror ya que es realmente una gran banda sonora cargada de suspense y tensión) la película me sumerge fácilmente en un estado de suspense y miedo que se verá de forma irrevocable aumentado a medida que avance el filme.
Las secuencias que más me impresionan son las que supongo llaman la atención de todo el mundo: la muerte del doctor y la transformación de Norris, el test de la sangre y, por supuesto, el enigmático y nihilista final, un broche de oro a una película sublime. Pero toda la película se mantiene en alto gracias a las geniales interpretaciones de todo el reparto, destacando Keith David como Childs y, claro, Kurt Russell como MacReady. Una interpretación que creo supera la que Russell hizo como Snake Plissken, más que nada porque MacReady es realmente un personaje de carne y hueso, más que un gran héroe, lo que lo hace más interesante.
Es en esta época donde la popularidad de La cosa permite que se empiece a hablar de una secuela. Carpenter llevaba tiempo con la idea de hacer una continuación y, de hecho, en una entrevista, también en Ain't It Cool, de la época, comenta que tiene un guion y está listo para rodar. ¿Qué pasó? ¿Por qué no se materializó nunca esa continuación? Al parecer la aprobación del proyecto dependía del éxito de otra secuela que Carpenter hizo de otro de sus clásicos: 2013: Rescate en L.A. (Escape from L.A.) que se estrenó en 1996. Esta película no funcionó demasiado bien en taquilla por lo que la secuela de La cosa quedó aparcada.
Se hicieron continuaciones en cómic, vía miniseries, editadas por Dark Horse, editorial especializada en continuar franquicias cinematográficas. Estas miniseries no fueron demasiado destacables. Aunque en el departamento artístico son realmente fantásticas, los guiones dejan bastante que desear. Una especie de secuela se creó en formato videojuego en el 2002. Y aunque no soy muy aficionado a los videojuegos, éste sí que me lo compré.
En el videojuego eres el encargado de una misión dedicada a averiguar que ha sucedido en el campamento. Tras ver los restos del campamento destruido empieza la habitual trama de instalaciones subterráneas y experimentos fallidos a la Resident Evil. El juego tiene algún detalle divertido, como introducir la paranoia como elemento clave del juego y las súbitas transformaciones de miembros de tu equipo. Puede resultar interesante para los fans de la película como servidor, pero no sé hasta que punto puede atraer a jugadores expertos.
La primera película que me compré en Blu-ray fue La cosa. Ver las transformaciones en alta definición fue como ver la película por primera vez, descubriendo detalles y colores que no se apreciaban en las demás encarnaciones de la película que había visto/disfrutado. Por curiosidad, comprobé si la horrible canción instrumental en lugar de la clásica de Stevie Wonder seguía en el doblaje en castellano y así era. También he comprobado que esa horrible canción sólo aparece en el doblaje castellano, las pistas en francés, italiano y alemán incluyen la canción de Stevie Wonder.
Algo que siempre procuro hacer al ver esta película, y algunas otras, es desconectar mi parte más analítica y simplemente dejarme llevar por las emociones. Creo que si empiezo a analizar los encuadres, la fotografía, el guión, en definitiva: si la desmonto, perderá la fuerza primigenia que ejerce sobre mí. Una fuerza primigenia que puede resultar incomprensible y absurda para cualquiera que no sea yo, de la misma manera que yo tendría problemas para entender la fascinación y obsesión que alguna otra película puede ofrecer sobre vosotros y vosotras.
Y cuando no tengo tiempo de ver la película, tengo una manera alternativa de disfrutarla: la novelización que escribió Alan Dean Foster. Basada en una versión del guion anterior a la que se rodó, resulta fascinante por las escenas distintas y el final diferente que podemos leer en el libro. Una de mis posesiones más preciadas.
No importa el tiempo que pase, La cosa me sigue dando miedo. Toca algún nervio, alguna fibra que hace que me recorra un escalofrío por la espalda cuando la cámara se empieza a pasear por esos pasillos vacíos. Tal vez sea por la pesadilla lovecraftiana hecha carne, tal vez por la manera en que administra el suspense. No lo sé.
Lo único que sé es que en el puesto de investigación 31 en la Antártida hay alguien que no es quién dice ser. Que no es lo que dice ser. Alguien que no es humano. Ahora, tal vez sólo sea uno, pero por la mañana podrían ser todos. Y, entonces, nadie podría parar a La cosa.
12 comentarios:
mecachís, tenía revisto hablar en breve de esta peli. Creo que lo haré igualmente, desde mi punto de vista que creo que se complementa bastante copn el tuyo. Muy buen post, dudo que el mío esté a la altura, pero lo intentaré.
Bueno, siempre he creído que cada película es diferente dependiendo de quién la ve. Así que seguramente tu visión sea diferente de la mía.
Creo que es una de las películas que más me ha impactado. Obra maestra. La vi con 15 años y en el cine. Aun recuerdo el día y la frase promocional del poster castellano: "en las profundidades de la antartida duerme una extraña criatura que puede poner en peligro a toda la humanidad. No es un fantasma, no es un mostruo, es...". El poster de entonces y que el dvd no ha recuperado era ya una joya. tres diminutos hombres en mitad de la nieve y luego esa especie de erupción volcánica cárnica imposible de describir...
Yo no sabía lo que iba a ver. El impacto fue bestial. El comienzo sereno pero lleno de incognitas me sigue pareciendo majestuoso.¡que narrador!
Y luego que te voy a contar, la has visto cien veces, yo no se cuantas.
Hubo un momento en que pensé como tu, y me pregunté que tal envejecería. Cada año es mejor. Y es que el film auna aromas de western, de fantástico, de enigma whodonit a lo Agatha Cristie, de insondable nihilismo, de auténtico terror a lo desconocido...
Lo que más me llama la atención es que la película avanza en su inicio una idea atroz que será uno sus implacables leit motivs. Macready juega al ajedrez con un ordenador y pierde. Aunque ha usado toda su inteligencia, algo más potente le vence. Poco puede sospechar que ese será su sino. La consciencia de estar enfrentandose a algo no solo desconocido sino mucho más poderoso, lleva el film hacia ese profundo nihilismo, un abismo insondable. Al final, la inteligencia humana se revela insuficiente, y la solución final es idéntica a la que se adoptó ante el ordenador. No voy a hablar de ese final sublime, de honda raigambre filosófica en un paraje de western. Y que bien dosificado está el tempo narrativo, pausado pero contundente y con explosiones de terror antológicas. Aun así me quedo con momentos como ese de transición en el que Macready graba en un magnetofono la situación en la estación por si no queda nadie. Perdón por la extensión, pero es que me pasaría hablando horas. Un saludo
¿qué decir? Me chifla esta película, y la original tambien, pero esta es mucho más impactante visualmente. De eso no hay duda.
A mi, todo lo que tenga aroma a Lovecraft y esté medio bien hecho, me tiene ganado. Y esta película es puro Lovecraft, quitando los elementos místicos tan propios de este gran autor.
La edición e dvd que tengo está cargada de extras, pero los muy cabrones no tuvieron la decencia de subtitularlos, así que...
Sobre la precuela, aún sabiendo desde ya que no le llegará a la suela de los zapatos a las dos películas originales, iré de cabeza al cine a verla. Por pura curiosidad y porque soy fan de esta historia.
Espero que de paso, aprovechando el tirón, se reedite la novela, porque la edición que tengo deja mucho que desear (un pdf impreso y encuadernado en una papeleria). Menos es nada.
Gran entrada!
V, el póster que mencionas también lo usaron en otros países, era uno de los alternativos en USA y era el que tenía la caratula de mi copia en VHS. Si te fijas, el póster inglés que he puesto utiliza el mismo concepto pero cambiando las figuras humanas por el campamento. Efectivamente, la primera secuencia es tremendamente importante, no sólo como alegoría del final, también como muestra del carácter de MacReady, alguien a quién no le gusta perder. Originalmente, John Carpenter ideó una secuela que seguiría la historia de Childs y MacReady, algo que me parece un error y le quitaría fuerza al final. En fin, como dices, una obra maestra.
Dr. Gonzo, Carpenter hizo también un gran homenaje a Lovecraft en En la boca del miedo, otro clásico que habría que recuperar, creo que acaba de salir una edición en DVD en España, que espero sea como la que tengo de importación y los que se la compren disfruten del interesante comentario de Carpenter. La edición en DVD a la que haces referencia es una reedición de la que tenía, por lo tanto ya tienes excusa para pasarte al Blu-ray, que tiene todos esos extras subtitulados en castellano. Por cierto, ¿a nadie más le llama la atención las diferencias musicales entre la versión doblada castellana y todas las demás, no sólo la original sino los otros doblajes europeos? De la secuela espero que sea como la nueva versión de El Amanecer de los Muertos: un gran entretenimiento aunque no sea tan buena como la original. De la historia original de Campbell la verdad es que no soy muy fan, pero como se trata de un relato a no ser que se edite una antología traducida de los relatos de Campbell dudo mucho que llegue a editarse en castellano.
Digo lo mismo que Gonzo: ¿Qué decir?, si está todo dicho. Gran entrada. Yo no podría elegir entre la de Nyby y la de Carpenter, las dos tienen cosas que me gustan. El comienzo de La cosa, el test de la sangre,... insuperable. Pero El enigma de otro mundo tiene cosas como el plano en el que se colocan en círculo alrededor de la nave sobre el hielo que es alucinante.
Y te lo repito: gran entrada.
Lo de quitar o cambiar una canción, no salgo de mi asombro pero no es la primera vez que lo veo.
Otra cosa, yo personalmente prefiero los comentarios en los que se nota el cariño a una película, o que notas que el que escribe realmente disfruta hablando de la peli, del libro, etc., que no los comentarios en plan análisis gafapasta y totalmente asépticos.
Einer, para mí sin duda la de Carpenter. La de Nyby me gusta mucho, especialmente los diálogos y, como dices, tiene momentos icónicos. En la versión de Carpenter incluyeron unos cuantos homenajes a la de Nyby: la aparición del título, el vídeo de los noruegos haciendo el círculo... Pero uno de ellos fue eliminado: en una de las habitaciones que explora MacReady se encontraba unas plantas congeladas como las crías extraterrestres que aparecen en la versión del 51, pero fue eliminada del montaje final.
En cuanto al estilo de comentario, siempre he procurado hacer una mezcla de los dos, como tengo tendencia a entusiasmarme demasiado cuando comento una peli, para darle cierta credibilidad. A veces me excedo en el análisis y a veces me excedo en el entusiasmo, pero espero ir mejorando en el futuro. Para leerlos no tengo una preferencia, depende de la persona y el estilo que tenga.
Maravillosa tu entrada :) Esa visión nostálgica alrededor de una peli y lo que significa para nosotros es lo que hace que cueste tanto reseñar nuestras favoritas. A mí también me ocurre y, de hecho, me cuesta escribir entradas sobre películas que han sido importantes para mí porque temo no saber expresar bien con palabras lo que siento cuando las veo.
Sobre "La cosa" en concreto, yo tardé mucho en verla, quizás debido a que no era en absoluto una película conocida en sus primeros años, como bien comentas. Creo que se reducía a un selecto círculo de fans de cine de terror y fuera de ahí no tuvo mucha repercusión. Pero con el paso de los años ha conseguido situarse como el gran clásico que es, como tantas otras pelis que en su momento pasaron desapercibidas o incluso fueron sonados fracasos y hoy son consideradas de culto.
Lo de la música en la versión doblada se me ocurre que puede ser un tema de derechos de la discográfica en nuestro país. Supongo que será como con Spotify, que cada país tiene sus propias leyes de propiedad intelectual y distribución, por lo que hay canciones disponibles en unas zonas geográficas y no en otras porque no hay acuerdo.
En fin, que la película me gusta muchísimo, aunque estoy segura de que no tanto como a ti :D
saluditos
Parece que cuando más nos gusta algo parece que se hace más difícil expresarlo. Supongo que señala lo importante que es para cada uno.
Gracias por aclarar la posible razón de la discrepancia musical! Me tenía muy intrigado. Sobre tardar más o menos en ver una película, creo que hay ocasiones en que ves una película no cuando se estrena sino cuando tienes que verla. Es decir, cuando estás en mejor disposición de disfrutarla y entenderla. Como una especie de sexto sentido que te indica cuando ver algo. Aunque a veces falla. En fin, que no se trata de ver las pelis antes o después o cuando se estrenan, sino verlas.
Maravillosa pelicula, recomendaria a muchos cineastas actuales que la revisaran para caer en la cuenta de que la forma sirve al fondo, nunca a la inversa. Para mi esta en ese reducido grupo de peliculas que puedes ver cien veces sin que pierda su encanto. Ademas,y esto ya es subjetivo, sus excelentes planos evocan y homenajean segun mi parecer grandes obras del cine como Ran de Kurosawa, etc.
Carpenter ha sido un director de un estilo clásico a la hora de narrar, su director favorito es Howard Hawks, del que tomó la economía narrativa que también se encuentra en Kurosawa. La cámara está siempre en función de la historia.
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