Un hombre de mediana edad deambula, enfermo, por un brillante y moderno centro comercial. Finalmente, cae y muere. Inmediatamente, un equipo de limpieza retira el cadáver y limpia el lugar. Como si no hubiera pasado nada, los compradores siguen con su rutina sin inmutarse.
Con esta ballardiana secuencia arranca Somos lo que hay (2010), una impresionante e intelectualmente provocativa película escrita y dirigida por Jorge Michel Grau. El film se centra sobre la familia del hombre que muere en la secuencia inicial: su desesperación ante el hecho de que su líder ha muerto y deben reorganizar su existencia para cumplir con lo que llaman "el rito". Este rito consiste en comerse a cualquier incauto que puedan cazar por la calle.
Cuando uno piensa en películas centradas en familias caníbales le vienen a la cabeza los excesos gore del género cargados de gótico americano, aquellas cintas que siguen la estela de la clásica familia texana que creara Tobe Hooper. Sin embargo, la película de Grau se aleja de este conocido esquema ofreciéndonos algo más fresco y original, sin utilizar ninguno de los clichés del género (ni tampoco mucha sangre).
Para ello, Grau convierte la cámara en una observadora imparcial de los eventos que se despliegan ante ella, como un científico observaría las trágicas existencias de unos insectos. Este enfoque resulta bastante efectivo sobre el espectador, dejando que la fuerza de los eventos y el momentum de la historia lleguen con toda su magnitud, ya que no se previene al espectador sobre lo que va a suceder utilizando los trucos habituales para crear suspense o inquietud.
A este efecto contribuye también la fuerza dramática presente en la cinta. De hecho, más que los crímenes, resulta fascinante observar la lucha familiar por el poder, casi como si fuera una cinta de mafiosos, y los juegos políticos alimentados por los rencores del pasado. Sí, resulta que las familias asesinas caníbales son tan disfuncionales como las familias "normales".
Esta familia la compone: Patricia (Carmen Beato), la matriarca que debe superar la súbita muerte del patriarca; Sabina (Paulina Gaitán) la pequeña que de forma inmediata se hace cargo de la situación e intenta controlar la familia utilizando a Alfredo (Francisco Barreiro), el mayor y sensible hijo mayor, y a Julián (Alan Chávez), el violento hermano mediano. Paralelamente a las vicisitudes de la familia, también se nos cuenta la historia de los policías que investigan "el caso de los caníbales", más interesados en la fama y el dinero que les puede proporcionar resolver el caso que en detener las muertes.
Las críticas horas que siguen a la muerte del padre resultan en un fascinante drama familiar, con los personajes enfrentándose a su pasado y entre sí. El añadido del canibalismo le da al film unas casi inevitables lecturas sociales, teniendo en cuenta el estado en que se encuentra el mundo ahora mismo, en plena crisis global. En este sentido destaca una divertida escena en la morgue, protagonizada por el forense que se encarga de la autopsia del padre muerto. Me recordó un documental sobre la sociedad mejicana que vi en la universidad hace un tiempo, en el cual aparecía un doctor que trabajaba como voluntario en la morgue y explicaba como podía saber el estado social de las cosas simplemente estudiando los cuerpos que le llegaban (y su estado).
En definitiva, esta fantástica producción mejicana es una de esas rara avis dentro del género que puede interesar tanto a los aficionados como, por sus valores dramáticos y cinematográficos, a aquellos que no verían jamás una película con la palabra "caníbales" en su argumento.
Para ello, Grau convierte la cámara en una observadora imparcial de los eventos que se despliegan ante ella, como un científico observaría las trágicas existencias de unos insectos. Este enfoque resulta bastante efectivo sobre el espectador, dejando que la fuerza de los eventos y el momentum de la historia lleguen con toda su magnitud, ya que no se previene al espectador sobre lo que va a suceder utilizando los trucos habituales para crear suspense o inquietud.
A este efecto contribuye también la fuerza dramática presente en la cinta. De hecho, más que los crímenes, resulta fascinante observar la lucha familiar por el poder, casi como si fuera una cinta de mafiosos, y los juegos políticos alimentados por los rencores del pasado. Sí, resulta que las familias asesinas caníbales son tan disfuncionales como las familias "normales".
Esta familia la compone: Patricia (Carmen Beato), la matriarca que debe superar la súbita muerte del patriarca; Sabina (Paulina Gaitán) la pequeña que de forma inmediata se hace cargo de la situación e intenta controlar la familia utilizando a Alfredo (Francisco Barreiro), el mayor y sensible hijo mayor, y a Julián (Alan Chávez), el violento hermano mediano. Paralelamente a las vicisitudes de la familia, también se nos cuenta la historia de los policías que investigan "el caso de los caníbales", más interesados en la fama y el dinero que les puede proporcionar resolver el caso que en detener las muertes.
Las críticas horas que siguen a la muerte del padre resultan en un fascinante drama familiar, con los personajes enfrentándose a su pasado y entre sí. El añadido del canibalismo le da al film unas casi inevitables lecturas sociales, teniendo en cuenta el estado en que se encuentra el mundo ahora mismo, en plena crisis global. En este sentido destaca una divertida escena en la morgue, protagonizada por el forense que se encarga de la autopsia del padre muerto. Me recordó un documental sobre la sociedad mejicana que vi en la universidad hace un tiempo, en el cual aparecía un doctor que trabajaba como voluntario en la morgue y explicaba como podía saber el estado social de las cosas simplemente estudiando los cuerpos que le llegaban (y su estado).
En definitiva, esta fantástica producción mejicana es una de esas rara avis dentro del género que puede interesar tanto a los aficionados como, por sus valores dramáticos y cinematográficos, a aquellos que no verían jamás una película con la palabra "caníbales" en su argumento.
6 comentarios:
Hace tiempo que quiero verla!
Pues es bastante fácil de encontrar de importación en Inglaterra, tanto DVD como Blu-ray, a buen precio.
Yo había escuchado el título de la película, pero pensé que era el típico drama social. No imaginaba que había caníbales de por medio, aunque es un tema que atrae, sobre todo si está planteado desde un punto de vista realista, sin excesos ni gore gratuito.
Me la apunto, Raül.
Es lo bueno de la película, que no tiene una presentación típica.
Una de esas películas que hace tiempo tengo pendientes y me faltaba algo que me lanzara a verla.
Tras leer tu crítica le voy a dar una oportunidad, ya te comentare que me ha parecido.
Saludos!!
Espero que te guste!
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