A veces al destino le gusta reírse de ti. Hace nada compré una serie de películas que inmediatamente me puse a ver. Una de ellas era la que comentamos ayer, The Arena (Steve Carver, 1974), cuya edición en DVD incluía dos películas más: Fly Me (Cirio H. Santiago, 1973) y Cover Girl Models (Cirio H. Santiago, 1975), ambas dirigidas por un tipo del que no había oído hablar en la vida. Poco me imaginaba que sabría mucho más de lo que nunca quise cuando, antes de ponerme a ver este pack de películas, vi el documental Machete Maidens Unleashed! (Mark Hartley, 2010), que me había llegado a la vez que las otras películas. El documental le dedicó una generosa sección al trabajo de Santiago y se comentan varias cosas sobre Fly Me y Cover Girl Models, lo suficiente para que tuviese al mismo tiempo ganas de verlas y temiese enfrentarme a ellas.
Fly Me cuenta la improbable historia de Andrea (Lenore Kasdorf), Toby (Pat Anderson) y Sherry (Lyllah Torena), tres azafatas que se ven inmersas en una sórdida historia de tráfico de drogas y trata de blancas mientras viajan de Estados Unidos a Las Filipinas pasando por Hong Kong.
Las dos únicas cosas que realmente me llamaron la atención de la película fueron la secuencia de títulos de crédito y las escenas de kung fu, secuencias con las que el director Santiago no tuvo nada que ver: los títulos de crédito fueron obra de Eddie Collins y las escenas de kung fu fueron obra de David Chow. Eso sí, tampoco os penséis que son grandes escenas de acción. La azafata Andrea se supone que es una experta en artes marciales, sin embargo Lenore Kasdorf no tenía ni idea de kung fu, así que su entrenamiento consistió en una hora con David Carradine para que le enseñara algunos movimientos. Lo que hace que estas escenas sean bastante divertidas, como una que se supone transcurre en Hong Kong, pero se puede ver de fondo el famoso letrero de Hollywood, donde aparece también un tipo haciendo de ciego (de la manera más torpe y obvia posible, de esos que se pasan todo el rato mirando para arriba) que sigo sin saber quién es o que pinta en la escena o por qué mata a uno de los malos que atacan a Andrea.
La película, y quiero decir literalmente película para filmar, que usaron debía estar bastante destrozada, porque a lo largo de todo el film se ven rayas, manchas y saltos, y todo eso después de ser restaurada y remasterizada. Da la impresión que para ahorrar gastos, el también productor Santiago utilizó restos de bobinas para filmar. Pero este look destrozado (100% auténtico), mezclado con el estilo de los 70 en peinados, moda, desnudos y acción, hace que el conjunto final sea bastante entretenida de ver. Además, algunos rostros familiares en las producciones Corman (Santiago trabajaba para la New World de Roger Corman) le añaden "visibilidad" a una película con la que, si hubiera sido rodada hoy o en otra casa cinematográfica, no habría perdido ni media hora.
Es una película de azafatas karatecas de los 70, para mí eso ya es suficiente razón para verla. No la recomiendo a nadie, a no ser que le hagan gracia las mismas tonterías que a mí.
Cover Girl Models es otra película, es un decir, de Cirio Santiago producida en la New World, así que aparecen diversos rostros familiares para el connoisseur cormaniano como eran Mary Woronov, Vic Díaz o Tara Strohmeier. De hecho, la secuencia con la que empieza la película tiene lugar en la misma oficina que aparece al principio de La celda de la violación (Jackson County Jail, Michael Miller, 1976), que en realidad era la oficina de Roger Corman en la New World.
Esta vez la película que usaron parece que estaba en mejor estado y técnicamente hablando este film está mejor ejecutado que Fly Me. Lo cual no quiere decir mucho. En esta ocasión seguimos las peripecias de tres modelos que se verán involucradas en una "compleja" trama de espionaje. Como en la anterior, las tres tramas separadas de las protagonistas se unirán en la parte final. Igual que Fly Me, Cover Girl Models dura poco más de una hora y diez, pero aún así se hace un pelín larga. Eso sí, ofrece algunos momentos hilarantes (como cuando el malo hace que le corten la cabeza a un sicario, escena en la que utilizan un obvio maniquí) y una trama adecuadamente absurda en algunos momentos.
Las secuencias de acción te dan la sensación de estar viendo un episodio de El equipo A, eso sí, con los desnudos y los muertos que nunca aparecieron en la clásica serie. Las tres protagonistas hacen que sea un film fácil de ver, aunque las interpretaciones no sean nada del otro mundo.
De nuevo, no es algo que recomiende aunque mentiría si no dijese que pasé un rato entretenido viéndola.
Fly Me cuenta la improbable historia de Andrea (Lenore Kasdorf), Toby (Pat Anderson) y Sherry (Lyllah Torena), tres azafatas que se ven inmersas en una sórdida historia de tráfico de drogas y trata de blancas mientras viajan de Estados Unidos a Las Filipinas pasando por Hong Kong.
Las dos únicas cosas que realmente me llamaron la atención de la película fueron la secuencia de títulos de crédito y las escenas de kung fu, secuencias con las que el director Santiago no tuvo nada que ver: los títulos de crédito fueron obra de Eddie Collins y las escenas de kung fu fueron obra de David Chow. Eso sí, tampoco os penséis que son grandes escenas de acción. La azafata Andrea se supone que es una experta en artes marciales, sin embargo Lenore Kasdorf no tenía ni idea de kung fu, así que su entrenamiento consistió en una hora con David Carradine para que le enseñara algunos movimientos. Lo que hace que estas escenas sean bastante divertidas, como una que se supone transcurre en Hong Kong, pero se puede ver de fondo el famoso letrero de Hollywood, donde aparece también un tipo haciendo de ciego (de la manera más torpe y obvia posible, de esos que se pasan todo el rato mirando para arriba) que sigo sin saber quién es o que pinta en la escena o por qué mata a uno de los malos que atacan a Andrea.
La película, y quiero decir literalmente película para filmar, que usaron debía estar bastante destrozada, porque a lo largo de todo el film se ven rayas, manchas y saltos, y todo eso después de ser restaurada y remasterizada. Da la impresión que para ahorrar gastos, el también productor Santiago utilizó restos de bobinas para filmar. Pero este look destrozado (100% auténtico), mezclado con el estilo de los 70 en peinados, moda, desnudos y acción, hace que el conjunto final sea bastante entretenida de ver. Además, algunos rostros familiares en las producciones Corman (Santiago trabajaba para la New World de Roger Corman) le añaden "visibilidad" a una película con la que, si hubiera sido rodada hoy o en otra casa cinematográfica, no habría perdido ni media hora.
Es una película de azafatas karatecas de los 70, para mí eso ya es suficiente razón para verla. No la recomiendo a nadie, a no ser que le hagan gracia las mismas tonterías que a mí.
Cover Girl Models es otra película, es un decir, de Cirio Santiago producida en la New World, así que aparecen diversos rostros familiares para el connoisseur cormaniano como eran Mary Woronov, Vic Díaz o Tara Strohmeier. De hecho, la secuencia con la que empieza la película tiene lugar en la misma oficina que aparece al principio de La celda de la violación (Jackson County Jail, Michael Miller, 1976), que en realidad era la oficina de Roger Corman en la New World.
Esta vez la película que usaron parece que estaba en mejor estado y técnicamente hablando este film está mejor ejecutado que Fly Me. Lo cual no quiere decir mucho. En esta ocasión seguimos las peripecias de tres modelos que se verán involucradas en una "compleja" trama de espionaje. Como en la anterior, las tres tramas separadas de las protagonistas se unirán en la parte final. Igual que Fly Me, Cover Girl Models dura poco más de una hora y diez, pero aún así se hace un pelín larga. Eso sí, ofrece algunos momentos hilarantes (como cuando el malo hace que le corten la cabeza a un sicario, escena en la que utilizan un obvio maniquí) y una trama adecuadamente absurda en algunos momentos.
Las secuencias de acción te dan la sensación de estar viendo un episodio de El equipo A, eso sí, con los desnudos y los muertos que nunca aparecieron en la clásica serie. Las tres protagonistas hacen que sea un film fácil de ver, aunque las interpretaciones no sean nada del otro mundo.
De nuevo, no es algo que recomiende aunque mentiría si no dijese que pasé un rato entretenido viéndola.
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