Ayer llegué a casa y supe de la muerte del maestro de la ciencia ficción, la fantasía y la literatura Ray Bradbury. Por un momento pensé que no era posible, me había convencido que Bradbury de alguna manera siempre estaría ahí, que había conseguido la inmortalidad manteniéndose vivo con su imaginación.
Luego fui consciente de que Bradbury siempre estará ahí. Bradbury, a través de sus obras, realmente ha conseguido la inmortalidad.
La primera novela que leí del maestro fue Fahrenheit 451, clásico que, para aquellos amantes de los libros, es también una novela de terror. Luego vinieron relatos y más clásicos como Crónicas marcianas (Les cròniques marcianes en editorial Proa). Pero mi novela favorita de Bradbury es La feria de las tinieblas (Something Wicked This Way Comes), nada futurista pero sí cargada de fantasía. Con una bella prosa Bradbury nos cuenta la historia de dos chicos que se enfrentarán al terror que llega a su pueblo en forma de misteriosa feria. La novela fue llevada al cine en 1983 por la Disney (en su época extraña), dando como resultado una más que correcta adaptación dirigida por Jack Clayton.
La imaginación de Bradbury no se limitó a trabajar novelas y relatos, también colaboró en cine, TV, teatro y cómics. Curiosamente, su entrada en el cine y en los cómics fue bastante parecida. Uno de los productores de El monstruo de tiempos remotos (The Beast from 20,000 Fathoms, Eugène Lourié, 1955) copió la historia de Bradbury El faro sin pagar derechos de ningún tipo. Cuando Bradbury se dio cuenta les reclamó a los productores sus derechos y colaboró con los cineastas. Otro gran nombre de la fantasía trabajó en ese film, el mítico Ray Harryhausen, con el cual Bradbury trabó una larga amistad. En los cómics fue el editor de la EC, William Gaines, el que hizo que Bradbury colaborara con ellos. Gaines había adaptado una historia de Bradbury sin pagar derechos. Bradbury, demostrando su clase, le llamó y le dijo: "oye, parece que se os ha olvidado pagarme los derechos de esta historia". Gaines le pagó y, ya que lo tenía al teléfono le comentó si no le importaría colaborar con ellos con más historias. De esta colaboración destacaría la aterradora historia ¡El pequeño asesino! (Small Assassin!), incluido en el número 7 de Shock suspenstories, publicado en 1953 y que podéis encontrar en el volumen 7 de Clásicos del suspense, colección de Biblioteca grandes del cómic, sello en el cual Planeta publicó los clásicos de la EC de terror (Clásicos del terror), suspense, ciencia ficción (Clásicos de la ciencia-ficción) y bélicos (Clásicos bélicos).
Es una gran pérdida para la literatura y la fantasía, pero siempre nos quedarán sus obras, eternos monumentos a la imaginación.
5 comentarios:
Me acabo de enterar justo ahora en otro blog. Vaya pérdida. Es un escritor que, al margen de que te guste más o menos lo que escribe, creo que tiene algo especial en cómo lo escribe.
De todas formas, no me creo nada... Me lo voy a tomar como que está de vacaciones en Marte y mientras tanto echaré un repaso a sus obras. La feria de las tinieblas no la he leído; empezaré por esa.
Desde luego, su prosa en algunas ocasiones casi poética era en gran parte culpable de que acabases leyendo sus obras a pesar de que a lo mejor ni siquiera te interesara la ciencia ficción.
He leido algunas de sus obras ,y me han gustado mucho,es una pena que ya no estè entre nosotros pero como tu bien has dicho vivirà atra ves de sus obras.Un abrazo.Paola L.
Sí, sus obras son inmortales. Un abrazo.
Publicar un comentario