Resulta sorprendente que Mario Bava dijera que esta es una de sus peores películas, según cuenta su biógrafo Tim Lucas, ya es uno de los títulos más trepidantes, innovadores y delirantes de su filmografía. Un giallo narrado con ritmo enfebrecido que nos ofrece una misantrópica visión del ser humano.
Cinco muñecas para la luna de agosto (5 bambole per la luna d'agosto, Mario Bava, 1970) tiene un argumento que resulta bastante familiar: un grupo de personas reunidas en una isla que son asesinadas una a una. La paranoia y la desconfianza se apodera de todos a medida que cada vez quedan menos personajes vivos. Es, obviamente, un plagio descarado de Los diez negritos de Agatha Christie.
Los diez negritos es una novela seminal tanto para el giallo como para el slasher. Rompiendo el molde de la típica novela detectivesca, aquí no tenemos un sofisticado detective investigando el caso de un aristocrático asesinato, sino que son las propias víctimas las que intentan encontrar el culpable antes de ser presa del misterioso asesino que los está eliminando uno a uno. Aunque a mi juicio tiene una resolución algo anticlimática, es indudable el papel que ha tenido en el desarrollo de dos de mis géneros favoritos.
La novela se publicó originalmente en 1939 y desde 1945 ha sido adaptada numerosas veces, la más reciente en 2015 en formato miniserie con el más políticamente correcto título And Then There Were None. De forma no oficial, la novela también ha servido de base o inspiración a un incontable número de películas, como el caso de la interesante Nove ospiti per un delitto (Ferdinando Baldi, 1977), que tiene como novedad que los personajes forman todos parte de la misma familia.
Bava reconoció enseguida que el guion que tenía que dirigir era un plagio de la novela de Christie, pero no le dieron tiempo para trabajar en él. Ya le habían pagado y el rodaje empezaba inmediatamente, de modo que el maestro se puso a dirigir un guion que no le gustaba.
Tal vez ahí se encuentre la clave de lo que hace esta película tan fascinante y fantástica. Sin ningún interés en el guion, Bava se lanzó a crear un espectáculo visual lleno de trucos, ironía y subversión. Editada por el propio Bava, Cinco muñecas no pierde un momento en nada que no sea ofrecer un plano brillante tras otro. El reparto del film, en el que nos encontramos una hermosa selección de bellas actrices como Edwige Fenech (para aquellos que no estén en absoluto interesados en los piratas), está al servicio de la cámara, formando parte de la escenografía más que siendo personajes reales.
Cinco muñecas nos presenta un mundo lleno de culpables en el que nadie es inocente. En este sentido, encaja perfectamente dentro de la obra de Bava, especialmente al lado de la clásica Bahía de sangre (Reazione a catena, Mario Bava, 1971). Ambas nos ofrecen una visión tremendamente misantrópica del ser humano y su trama tiene como centro la avaricia. Esto hace aún más sorprendente la afirmación de Bava de que esta es una de sus peores películas.
A pesar de lo que diga su director, Cinco muñecas para la luna de agosto es un fantástico y trepidante giallo. Todo un clásico que nos muestra que, con muy poco (el presupuesto era tan bajo que los actores se traían el vestuario de casa), Bava era capaz de hacer mucho.
2 comentarios:
Excelente muestra de las dotes de Mario Bava, en relaciòn con lo cuidada de la escenografìa, y especialmente con la selecciòn de hermosas mujeres que alegran la vista del espectador. Segùn mi parecer, hace un guiño al antiguo cine negro, pudiendo considerarse un buen ejemplo de neo-noir, especialmente por su ambivalencia de valores, lo que se denota claramente en el final del film.
Más que neo-noir, el film creo que enlaza con el suspense y la intriga al estilo Agatha Christie, de donde surge el film.
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