Antes de empezar a
comentar esta película, que próximamente se estrenará en España, os voy a pedir
una cosa: por favor, vedla de forma legal. Ir al cine a partir del 22 de junio,
alquiladla cuando salga en alquiler o compradla en Blu-ray como hice yo en su
edición inglesa, pero no os la descarguéis ilegalmente. ¿Por qué? Porque fue
una película autofinanciada, con poco dinero, y autodistribuida, completamente
fuera del sistema de los estudios, completamente independiente. Es el tipo de
proyecto que creo merece el apoyo de los aficionados, el tipo de proyecto que
realmente se ve perjudicado por las descargas ilegales. Así que, a todos
aquellos que se quejen de que ya no se hacen películas interesantes, que todo
es lo mismo y ya no se hace nada original, os pido que veáis esta película de
forma legal para que eso no se haga realidad.
Otra cosa, yo
hablaré de la película sin estropear ni fastidiar ninguna de las sorpresas del
argumento. En otros lugares puede que no sean tan cuidadosos, así que cuidado
con lo que leéis sobre este film.
Red State
(Kevin Smith, 2011) es una película de terror pero no en el sentido tradicional
del término. No sigue una trama o fórmula establecida, aunque al principio
utilice una premisa típica del género para introducirnos en la historia. Es
algo completamente diferente a lo que esperaría una persona que simplemente
quisiese ver una película de sustos o pasar un rato entretenido viendo
monstruos devorando inocentes víctimas. Este film resulta inquietante y
perturbador porque es incómodamente realista. El villano del film, el pastor
Abin Cooper (absolutamente genial Michael Parks), no es el típico villano de
opereta, loco peligroso que roza el ridículo. Resulta escalofriante primero
porque cree absolutamente y sin ninguna hipocresía en lo que hace, segundo
porque resulta carismático a pesar de que diga monstruosidades gracias a la
interpretación de Parks: tranquilo, calmado como un tigre e igualmente
peligroso. Una interpretación muy rica, cargada de matices que está garantizado
que será destrozada por el doblaje, por mucho talento que tenga el doblador.
Sólo hay un Michael Parks.
Es
posible que a muchos les sorprenda que una película tan perturbadora, oscura e
inquietante esté escrita y dirigida por alguien como Kevin Smith, especializado
hasta ahora en comedias. Sin embargo, aquellos que leímos su andadura en los
primeros números de Daredevil, en la entonces nueva cabecera Marvel
Knights, sabíamos que tenía la capacidad de escribir algo más que diálogos más
o menos ingeniosos, más o menos divertidos. Smith se adentra aquí en una sátira
de los fanáticos peligrosos que coloca al espectador en una tierra de nadie
moral. A medida que Red State se desarrolla, como si fuera tres películas
en una, los personajes actúan como seres humanos auténticos, no como personajes
con un arco dramático predispuesto, de modo que algunas decisiones de la gente
que se supone son “los buenos” resultan tan horripilantes como las que llevan a
cabo “los malos”. Y viceversa, en algunos momentos el espectador se ve obligado
a ponerse de parte de “los malos”.
Esto
puede hacer que la película resulte muy incómoda para algunos, ya que no hay
posibilidad de ponerse de parte de nadie y uno se ve atrapado por los
acontecimientos de la misma manera que los protagonistas. La ausencia de una
banda sonora contribuye a la crudeza del film y también a su moralidad gris: en
ningún momento se nos indica que tenemos que sentir.
Así,
con una historia que cambia en cuanto crees que ya sabes cómo irá y un
planteamiento que presenta al espectador diferentes dilemas morales, el film
hace que nos veamos desorientados, en el buen sentido. No ofrece ninguna
comodidad: te coge del cuello y no te suelta hasta el final.
En Red
State se puede notar una fuerte influencia del cine de los años 70. Al
estilo semi-documental y la atmósfera pesimista se le suman una serie de
influencias cinematográficas de la época, claves a la hora de marcar el tono. Deliverance
– Defensa (Deliverance, John Boorman, 1972) y Carrera con el diablo (Race with the Devil, Jack Starrett, 1975) son dos de los
films que Smith cita como influencias, así como el tramo final de La semilla del diablo (Rosemary’s Baby, Roman Polanski, 1968) por como muestra el mal como algo banal, muy
corriente. Los malvados en Red State son personas normales, personajes
perfectamente realistas, de ahí que resulten doblemente perturbadores. Existe
gente así.
Es
una película que no es fácil, no es algo para ver simplemente para pasar el
rato, pero se la recomiendo a todo el mundo. Se la recomiendo a los fans del
cine de terror que quieran ver algo diferente y a los fans del cine en general
que les interese el cine como arte y no simple entretenimiento. Aunque la película,
desde luego, es entretenida, no da un momento de respiro.
Para
haceros una idea os dejo el teaser, que refleja muy bien el tono sin estropear
nada del film y no hay diálogos, así que aunque no sepáis inglés no os perdéis
nada (os podéis saltar la intro de Kevin Smith).
9 comentarios:
Me gustó mucho, no me extraña que ganara en Sitges.
Es muy buena realmente, lo que me extraña es que con el éxito que tuvo en Sitges haya tardado tanto en estrenarse.
Yo tengo mucha ganas de verla, y eso que desde que vi Vaya par de polis se me quitaron las ganas de volver a saber nada de Kevin Smith (sí, ya sé que el guión no era suyo... pero hostia, es que la película falla en TODO).
Esta la veré sin duda, principalmente porque la temática me interesa y la estética parece de las que da mal rollo y te deja el cuerpo trastocado.
También siento mucha curiosidad por ver como se las apaña el frikazo de Smith en un género que no sea la comedia, aunque por lo que he leído en muchas partes(incluido en tu blog), parece que se desenvuelve más que bien.
Y sí, me jode que en España tengamos que ser los últimos monos para todo, excepto para las cosas que me importan un pepino.
Deberías escuchar lo que dice el propio Kevin Smith sobre Vaya par de polis, para empezar dice que sólo era un director contratado sin ningún input, pero el caso es que tras haber leído cosas suyas más serias sabía que era capaz de hacerlo, lo que me ha sorprendido es lo bien que le ha salido.
Lo siento Raul,me vas a matar,primero por que la vi descargda y 2º porque me parecio una pelicula con violencia y nada mas.
Siento haber tardado en volver,pero me ha dado la lata el ordenador.
Bueno yo desconocia cómo fue financiada la película, pero debo decir que la vi simplemente online la vez que salió. Y pues esta vez discrepo con tu opinión Raul, en realidad es una pelicula interesante pero me parece que su irregular estructura le hace mucho daño, nunca llega a ser tan terrorifica o perturbadora como pretende y hay ratos de tedio extremo (lo confieso me aburrí soberamente en algunas partes)... Y su final no la compensa para nada... todo lo contrario, me deja frio e insatisfecho. Lo bueno del film es que sabe crear una atmosfera muy interesante y está bien creado ese ambiente sectario, y que ademas Michael Parks hace un papelón...
Un abrazo!
Atticus, ahora ya no se puede hacer nada, pero en el futuro piensa que son estas películas modestas las que se ven perjudicadas por la piratería. Por otro lado, creo deberías volver a verla, porque si hay algo que no es esta película es violencia y nada más.
Daniel, a mí me gustó la estructura irregular porque una vez te estás familiarizado con cómo se construye un guion o una histoira, es difícil no ver los andamiajes: ok es el primer acto, ahora pasará esto, el segundo acto acabará así para pasar al tercero, etc. He de estar muy sumergido en la película para que no pase eso. Con la estructura de este film, en cambio, no sabía nada ni a que atenerme y es algo que me gustó mucho experimentar.
Me pareció buena, aunque discrepo con eso de "cambiar bandos". Los de ATF eran unos salvajes pero jamás me dejé llevar por lo que hacían los fanáticos ni por las vacuas súplicas de la chica rubia.
Lo interesante es el comentario socio-político. Y la gran interpretación de Michael Parks.
Yo me refería más bien (aunque ya hace tiempo de esto) a que algunos dentro de la secta intentan escapar de ella. Esta claro que sin Michael Parks habría sido otra película, no sé si igualmente interesante.
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