Mal de ojo (Malocchio aka Eroticofollia, Mario Siciliano, 1975) es una exploitation delirante que aprovecha la moda satánica de los 70 para regalarnos una obra de dudoso gusto pero muy entretenida. Una de esas maravillosas coproducciones eurotrash que hicieron de los 70 una década mágica.
No había oído hablar nunca de esta película, la descubrí cuando, gracias al estreno del proyecto Grindhouse (2007) de Robert Rodríguez y Quentin Tarantino, se pusieron a la venta varias colecciones de DVD que recuperaban perdidas joyas de la exploitation en formato dos por uno. En una de estas ediciones dobles se editó Los ritos sexuales del diablo (José Ramón Larraz, 1982), película que buscaba hace tiempo. Mal de ojo era la película que acompañaba el film de Larraz.
Esta edición doble fue editada por BCI Eclipse, con los títulos americanos de las películas: Black Candles/Evil Eye (Grindhouse Double Feature), y destacaba por la inclusión de la opción Grindhouse Experience que te permite ver la dos películas seguidas con anuncios y tráilers. Así que cuando finalmente me puse a ver Mal de ojo fue tras los excesos de Los ritos sexuales del diablo y varios tráilers que contribuyeron a ponerme en el estado mental perfecto para disfrutar de este peculiar film.
Porque peculiar es un rato largo.
He de decir que una de las cosas que más me atrajo (y me sigue atrayendo tras haber visto la película varias veces) fue su aspecto visual de moda setentera pasada de vueltas. El estilo de la ropa, los muebles, todo el diseño en general me dejó extasiado. Especialmente las camisas abiertas que lleva el ultramasculino protagonista Peter Crane (Jorge Rivero) y los reveladores vestidos que llevan las actrices. Es el tipo de cosa que me hace mucha gracia y para mí es un punto positivo para la película: es deliciosamente hortera.
Pero a lo mejor sois de esas personas que necesita algo más que guapas actrices italianas en distintos grados de desnudez o varoniles actores de pelo en pecho para disfrutar de una película. Bueno, ¿qué os parece una historia contada con la misma lógica que utilizaría un esquizofrénico paranoide?
El argumento mezcla elementos del giallo y el cine de terror para contarnos la historia de Peter Crane, una especie de playboy que se ve envuelto en una serie de misteriosos asesinatos al tiempo que se ve acosado por extrañas pesadillas y alucinaciones. El film se inicia con una de las visiones de Crane, una delirante secuencia que parece ser una extraña ceremonia de aire satánico.
¿Es el protagonista un asesino demente? ¿Es víctima de un culto satánico? Preguntas que una película normalmente contestaría pero en el caso de Mal de ojo se adopta una actitud que dice "ante la duda, otra escena de ducha". Lo cual es, desde mi punto de vista, otro punto positivo para la película.
A pesar de su original lógica, en ningún momento del film uno se aburre ya que continuamente están pasando cosas, ya sea en su aspecto giallo, como en el terrorífico o en el eroticofestivo. El film avanza de una manera que cuando llega final absurdo uno no se queda decepcionado o grita "¡¿pero qué &%#@!", sino que resulta el final perfecto para una historia que no tenía ni pies ni cabeza.
Por tanto, si os gustan las películas de calidad alternativa, llenas de pantalones de campana, momentos delirantes e impagables alucinaciones, es posible que esta película os proporcione varios momentos de placer.
Esta edición doble fue editada por BCI Eclipse, con los títulos americanos de las películas: Black Candles/Evil Eye (Grindhouse Double Feature), y destacaba por la inclusión de la opción Grindhouse Experience que te permite ver la dos películas seguidas con anuncios y tráilers. Así que cuando finalmente me puse a ver Mal de ojo fue tras los excesos de Los ritos sexuales del diablo y varios tráilers que contribuyeron a ponerme en el estado mental perfecto para disfrutar de este peculiar film.
Porque peculiar es un rato largo.
He de decir que una de las cosas que más me atrajo (y me sigue atrayendo tras haber visto la película varias veces) fue su aspecto visual de moda setentera pasada de vueltas. El estilo de la ropa, los muebles, todo el diseño en general me dejó extasiado. Especialmente las camisas abiertas que lleva el ultramasculino protagonista Peter Crane (Jorge Rivero) y los reveladores vestidos que llevan las actrices. Es el tipo de cosa que me hace mucha gracia y para mí es un punto positivo para la película: es deliciosamente hortera.
Pero a lo mejor sois de esas personas que necesita algo más que guapas actrices italianas en distintos grados de desnudez o varoniles actores de pelo en pecho para disfrutar de una película. Bueno, ¿qué os parece una historia contada con la misma lógica que utilizaría un esquizofrénico paranoide?
El argumento mezcla elementos del giallo y el cine de terror para contarnos la historia de Peter Crane, una especie de playboy que se ve envuelto en una serie de misteriosos asesinatos al tiempo que se ve acosado por extrañas pesadillas y alucinaciones. El film se inicia con una de las visiones de Crane, una delirante secuencia que parece ser una extraña ceremonia de aire satánico.
¿Es el protagonista un asesino demente? ¿Es víctima de un culto satánico? Preguntas que una película normalmente contestaría pero en el caso de Mal de ojo se adopta una actitud que dice "ante la duda, otra escena de ducha". Lo cual es, desde mi punto de vista, otro punto positivo para la película.
A pesar de su original lógica, en ningún momento del film uno se aburre ya que continuamente están pasando cosas, ya sea en su aspecto giallo, como en el terrorífico o en el eroticofestivo. El film avanza de una manera que cuando llega final absurdo uno no se queda decepcionado o grita "¡¿pero qué &%#@!", sino que resulta el final perfecto para una historia que no tenía ni pies ni cabeza.
Por tanto, si os gustan las películas de calidad alternativa, llenas de pantalones de campana, momentos delirantes e impagables alucinaciones, es posible que esta película os proporcione varios momentos de placer.
2 comentarios:
Tomo nota de la peli. Es lo que dice tú a veces: de vez en cuando apetece meterse en un McDonalds y ponerse ciego de hamburguesas, mostaza y patatas fritas.
Oye: perdona por los comentarios de El callejón de las almas perdidas. Me puse demasiado cabezón; sólo traté de conciliar una postura que tenía, con muchas dudas, eso sí, con la tuya. Cuando sea así, si te parece algo mal, dímelo o mándame a la mierda directamente. Seguro que no me lo tomo mal porque sé cuando puedo estar metiendo la pata.
Un saludo, Raül.
Hombre, Javi, no hay nada que perdonar, si a mí me pasa lo mismo y me volverá a pasar. Por eso están puestos los comentarios, para que la gente comente. Además, prefiero que me lleven la contraria o me discutan algo a que simplemente me den la razón, porque te obliga a replantearte tu postura y buscar mejores argumentos. En el caso de El callejón... sirvió para que volvieras a ver y disfrutaras más de una película que creo es muy buena, en parte el objetivo de este blog. Saludos.
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