Una de las cosas que más me gusta del cine (en términos absolutos: DEL CINE) es la comunión entre temazos (no música orquestada, TEMAZOS) e imágenes; cuando ambos elementos se combinan en una sola cosa, como la escena inicial de la segunda temporada de Preacher. Así que imagina lo que he sentido viendo esta película. Una maravilla. Una película de acción con ADN de musical.
La premisa me ha recordado a un cortometraje que pensé grabar hacer unos años. Trataba sobre un tío que quería vengarse (matar) al criminal que asesinó a su novia, pero le faltaban agallas para ponerse manos a la obra. Lo que hacía para resolver este problema era ponerse música western de Ennio Morricone en su reproductor de mp3.
Desde el principio de su carrera, Edgar Wright siempre ha sabido combinar y escoger muy bien música e imágenes, siguiendo la estela de directores como Martin Scorsese y Quentin Tarantino. A mí Baby Driver me encantó.
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Una de las cosas que más me gusta del cine (en términos absolutos: DEL CINE) es la comunión entre temazos (no música orquestada, TEMAZOS) e imágenes; cuando ambos elementos se combinan en una sola cosa, como la escena inicial de la segunda temporada de Preacher. Así que imagina lo que he sentido viendo esta película. Una maravilla. Una película de acción con ADN de musical.
La premisa me ha recordado a un cortometraje que pensé grabar hacer unos años. Trataba sobre un tío que quería vengarse (matar) al criminal que asesinó a su novia, pero le faltaban agallas para ponerse manos a la obra. Lo que hacía para resolver este problema era ponerse música western de Ennio Morricone en su reproductor de mp3.
Desde el principio de su carrera, Edgar Wright siempre ha sabido combinar y escoger muy bien música e imágenes, siguiendo la estela de directores como Martin Scorsese y Quentin Tarantino. A mí Baby Driver me encantó.
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