Solo en los 70 se podía hacer una película como Mujeres violentas (Wonder Women, Robert O'Neill, 1973) y que se estrenara calificada como apta para todos los públicos. A pesar de que empieza con tres mujeres en top-less nadando en una piscina y la gran cantidad de escenas violentas, apta para todos los públicos. Como ya he dicho, solo en los 70.
Un grupo de misteriosas mujeres se dedica a secuestrar personalidades del deporte. Se trata del ejército femenino de la doctora Tsu (Nancy Kwan), en el que encontramos veteranas de la serie B y la exploitation como Roberta Collins. Un detective que trabaja para una compañía de seguros, Mike Harber (Ross Hagen), es contratado para averiguar quién está llevando a cabo estas acciones. Harber se enfrentará entonces al poder de la doctora Tsu y sus mujeres maravillosas. Sid Haig tiene un breve papel como villano.
Rodada durante la época en que Las Filipinas se convirtió en el Hollywood de la exploitation, la mayoría del reparto ya se encontraba allí rodando otros títulos del mismo estilo, el film aprovecha las ventajas económicas que les ofrecía rodar allí para ofrecer generosas dosis de acción. La trama avanza de la manera en que es habitual en este tipo de historias, con Ross Hagen interpretando al típico héroe macho de la época, acabando con todo los esbirros que se le ponen por delante y seduciendo a las féminas con igual facilidad. Hagen también fue productor de la película, así que eso facilitó que se presentara a su personaje como un gran héroe de acción.
La acción mencionada incluye una elaborada persecución y distintas peleas, así como un explosivo clímax. Pero realmente esta película resulta entretenida por su aire setentero. La estética, la banda sonora, los diálogos, el cutre fu... Un conjunto difícil de resistir para los amantes de esta década. Aunque los máximos elementos de exploitation se quedan en los distintos pósteres hechos para promocionar el film.
No es un clásico perdido del género, pero su delirante historia, alrededor del robo y transplante de órganos que le da un toque de ciencia ficción, es suficiente para mantener al espectador interesado. Y, además, no es muy complicada de seguir, lo que es una ventaja teniendo en cuenta lo fácilmente que se distrae uno ante peinados antigravedad, vestuarios imposibles y decorados "futuristas".
Si habéis llegado hasta aquí, supongo que ya sabréis si es el estilo de película que va con vosotros. En todo caso, el tráiler os convencerá definitivamente.
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