Hace poco me sumergí en la franquicia de La mosca a través de la colección en Blu-ray editada por Shout! Factory. Y lo hice con mucha curiosidad por La maldición de la mosca (Curse of the Fly, Don Sharp, 1965), porque era la única de toda la colección que no había visto. Cuando la vi, descubrí con placer que era muchísimo mejor de lo que me esperaba.
El film arranca con una mujer en ropa interior saltando a través de una ventana, huyendo a través de un campo de un hospital psiquiátrico. La escena está rodada a cámara lenta, dándole un aire onírico a la huida de la protagonista Patricia Stanley (Carole Gray) del manicomio. Patricia es socorrida por Martin Delambre (George Baker), descendiente del doctor Andre Delambre, que interpretado por Al Hedison acabó con una cabeza de mosca en La mosca (The Fly, Kurt Neumann, 1958). Patricia y Martin hacen lo típico que dos personas cargadas de secretos que se acaban de conocer hacen: casarse. Así, Patricia entra en la familia Delambre y en su mansión, en la que suceden no pocas cosas extrañas. Patricia no sabe que Martin, junto a su hermano Albert (Michael Graham), sigue con los experimentos con teletransportadores bajo la insistencia de su padre Henri Delambre (Brian Donlevy). Cuando Patricia lo descubra, se desatará el terror.
El film obtuvo una mala reputación desde el momento de su estreno ya que no aparecía ningún hombre mosca y tampoco aparecía Vincent Price, que interpretó el papel de François Delambre en La mosca y El regreso de la mosca (Return of the Fly, Edward Berns, 1959). Price se encontraba entonces bajo un estricto contrato de la AIP que le impedía aparecer en títulos de terror de otros estudios. Aunque es posible que, debido al bajo presupuesto, de todos modos no se hubieron podido permitir los servicios de Price. Sin embargo, Brian Donlevy hace un buen papel como obseso científico "que se atreve a jugar a ser Dios", como tanto gusta decir a los americanos.
Más notoria debería ser la ausencia de hombre mosca, pero los mutantes creados por la familia Delambre llenan cualquier vacío, en especial cuando se acerca el clímax. Además, la película en su mayor parte sigue una trama a lo Luz que agoniza (Gaslight, George Cukor, 1944): para ocultar sus experimentos, los Delambre hacen creer a Patricia que se está volviendo loca, lo cual en su frágil estado mental no es muy difícil.
Es esta mezcla de ciencia ficción y terror gótico la que hizo que el film me resultara tremendamente entretenido, mucho mejor que El regreso de la mosca. De este modo también se puede ver con simpatía sus carencias en el terreno de los efectos especiales y el maquillaje. Otro detalle que hoy día chirría un poco es que usaron a una actriz caucásica para interpretar a una criada asiática, algo que entonces no tenía importancia pero hoy, por fortuna, sería imposible a no ser que seas Scarlett Johansson.
Es un film que recomendaría a los amantes del cine de serie B de los 60 y del cine de monstruos clásico. A pesar de ser una entrega de La mosca sin mosca, ofrece mucho más de lo que uno se espera en este tipo de películas.
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