Hace poco vi el episodio 12 de la 7ª temporada de Expediente X (The X Files, creador Chris Carter, 1993-2002). Debería ser la tercera o cuarta vez que lo veía, pero ahora me llamó la atención debido a la reciente moda de las películas de "metraje encontrado". Este episodio, titulado X-Cops, se trata de una especie de crossover entre Expediente X y el pionero programa Cops (pionero en cuanto a ser uno de los primeros reality shows). Al utilizar los códigos visuales y estilísticos de Cops, este episodio de las aventuras de Mulder y Scully resulta moderno hoy día por su semejanza con las películas found footage, de modo que el espectador actual que desconociese la existencia del programa Cops podría tomar este episodio como una muestra más del género.
Esto demuestra que este tipo de películas no es nuevo, aunque se hayan ahora mismo en la cresta de la ola de un nuevo ciclo dentro del cine fantástico y de terror.
El cine de terror es cíclico y estos ciclos se producen por cambios sociales y motivos económicos. Es decir, en un momento significativo socialmente se produce una película de terror que permite al espectador canalizar sus terrores e inquietudes reales de modo inofensivo, produciendo una catarsis. Esto hace que la película sea un éxito de taquilla y de forma inmediata se producen más películas que intentan aprovechar el éxito de esta primera película. La acumulación de imitaciones y copias acaba cansando al espectador y se diluye la popularidad y entusiasmo hacia el tipo de película que haya causado la moda, normalmente se marca el fin de ciclo con parodias y comedias que se mofan de los recursos explotados por las películas y aparece un nuevo ciclo que contrasta con el anterior, igual que el romanticismo fue seguido por el realismo.
Por ejemplo, durante la década de los 70 se estrenaron dos películas que fueron grandes éxitos y generaron un ciclo de cine de terror crudo, visceral, oscuro y pesimista: La matanza de Texas (The Texas Chain Saw Massacre, Tobe Hooper, 1974) y El exorcista (The Exorcist, William Friedkin, 1973). Este ciclo terminó en los 80 con la llegada de los slashers y un cine de terror más lúdico, donde el humor se hace muy presente y abundan las autorreferencias, así como los efectos especiales de maquillaje se hacen los reyes de la función.
Por supuesto, los límites de estos ciclos son difusos. No es que un día se haga un tipo de película y al día siguiente se cambie, son procesos graduales donde se pueden detectar películas pioneras o primeros ejemplos de un nuevo tipo de película, algo de lo que uno se da cuenta a posteriori.
La reciente moda de las found footage tiene bastante en común con la fiebre slasher de los 80. Ambas tienen bastantes razones en común para sus respectivas popularidades, solo queda ver si sus ciclos de vida serán semejantes.
El inicio del siglo XXI, con la caída de las Torres Gemelas, la guerra de Irak y los vídeos de rehenes decapitados corriendo por Internet nos llega un nuevo ciclo de películas de terror crudas, pesimistas y salvajes que contrasta con la época políticamente correcta de los 90. Este nuevo ciclo primero nos trajo las mal llamadas torture porn. Este despreciativo término venía a describir las películas de terror en las cuales las víctimas eran torturadas de forma salvaje antes de morir. Las imitaciones y múltiples secuelas de Hostel (Eli Roth, 2005) y Saw (James Wan, 2004) se encargaron de quemar el género rápidamente y prácticamente desapareció de las pantallas en muy poco tiempo. Sin embargo, una nueva moda dentro de este ciclo estaba ya preparada para tomar el relevo: las found footage.
Los motivos económicos por los cuales estas películas son tan populares es bastante obvio, son muy baratas de producir y gracias a su mínimo presupuesto se garantiza un beneficio económico aunque la película no funcione muy bien en taquilla. Los motivos sociales ya son más difusos. Uno de los principales es que nos encontramos viviendo en una sociedad donde prácticamente todo el mundo lleva una cámara consigo gracias a la nueva tecnología de los teléfonos móviles, otro es la extensión de las nuevas redes sociales. Esto ha creado una "generación YouTube" en la que impera el "hazlo-tú-mismo", una filosofía parecida a la que acabó provocando la llegada del punk y la música garage como contraste a los cada vez más elaborados y sobrecargados rock progresivo y heavy metal. De ahí que, aunque este tipo de películas existen desde mediados de los 90 (ya sé, ya sé, los falsos documentales surgen en los 60, pero las películas mondo son antecedentes con un lenguaje distinto, igual que películas como Psicosis [Psycho, Alfred Hitchcock, 1960] son antecedentes de los slashers pero no son exactamente slashers) no es hasta ahora que realmente se han puesto de moda y se han hecho muy populares.
Otro factor importante es que la perfección es algo accesible en el cine. La alta definición y el avance en efectos especiales digitales hacen posible la creación de espectáculos increíbles de aspecto real. Pero el espectador sabe que no son reales y, como contraste, busca la imperfección. Es como los músicos que empezaron a incorporar los crujidos del vinilo en las grabaciones en CD. Se busca algo más crudo, visceral, que esté alejado de la grandilocuencia digital (aunque también en las found footage se utilizan efectos digitales).
Por supuesto, esta "imperfección" está cuidadosamente diseñada para generar un efecto, así que aquellos familiarizados con el lenguaje cinematográfico pueden rápidamente detectar la "artificialidad" de estas películas. Los movimientos bruscos de cámara, los cortes escondidos en panorámicas, convertir la cámara en un elemento más de la acción o un guion casi inexistente son algunos de los recursos utilizados por estas películas para lograr su efecto.
Su aparente sencillez (y lo baratas que son) hace que se produzcan muchos títulos de este género, lo que puede acabar quemándolo. Igual que los slashers, las found footage puede que parezcan muy sencillas y simples en la superficie pero es difícil hacer una película de este estilo que sea realmente buena y efectiva. En otras palabras, hay muy pocos [REC] (Jaume Balagueró y Paco Plaza, 2007) y muchos Monstruoso (Cloverfield, Matt Reeves, 2008).
¿Qué le aguarda a este género en el futuro? No lo sé, supongo que lo mismo que a otros géneros: cansancio del público debido al exceso de producciones de este tipo, desaparición momentánea y posterior resurrección. Solo el tiempo nos dará la respuesta.
Esto demuestra que este tipo de películas no es nuevo, aunque se hayan ahora mismo en la cresta de la ola de un nuevo ciclo dentro del cine fantástico y de terror.
El cine de terror es cíclico y estos ciclos se producen por cambios sociales y motivos económicos. Es decir, en un momento significativo socialmente se produce una película de terror que permite al espectador canalizar sus terrores e inquietudes reales de modo inofensivo, produciendo una catarsis. Esto hace que la película sea un éxito de taquilla y de forma inmediata se producen más películas que intentan aprovechar el éxito de esta primera película. La acumulación de imitaciones y copias acaba cansando al espectador y se diluye la popularidad y entusiasmo hacia el tipo de película que haya causado la moda, normalmente se marca el fin de ciclo con parodias y comedias que se mofan de los recursos explotados por las películas y aparece un nuevo ciclo que contrasta con el anterior, igual que el romanticismo fue seguido por el realismo.
Por ejemplo, durante la década de los 70 se estrenaron dos películas que fueron grandes éxitos y generaron un ciclo de cine de terror crudo, visceral, oscuro y pesimista: La matanza de Texas (The Texas Chain Saw Massacre, Tobe Hooper, 1974) y El exorcista (The Exorcist, William Friedkin, 1973). Este ciclo terminó en los 80 con la llegada de los slashers y un cine de terror más lúdico, donde el humor se hace muy presente y abundan las autorreferencias, así como los efectos especiales de maquillaje se hacen los reyes de la función.
Por supuesto, los límites de estos ciclos son difusos. No es que un día se haga un tipo de película y al día siguiente se cambie, son procesos graduales donde se pueden detectar películas pioneras o primeros ejemplos de un nuevo tipo de película, algo de lo que uno se da cuenta a posteriori.
La reciente moda de las found footage tiene bastante en común con la fiebre slasher de los 80. Ambas tienen bastantes razones en común para sus respectivas popularidades, solo queda ver si sus ciclos de vida serán semejantes.
El inicio del siglo XXI, con la caída de las Torres Gemelas, la guerra de Irak y los vídeos de rehenes decapitados corriendo por Internet nos llega un nuevo ciclo de películas de terror crudas, pesimistas y salvajes que contrasta con la época políticamente correcta de los 90. Este nuevo ciclo primero nos trajo las mal llamadas torture porn. Este despreciativo término venía a describir las películas de terror en las cuales las víctimas eran torturadas de forma salvaje antes de morir. Las imitaciones y múltiples secuelas de Hostel (Eli Roth, 2005) y Saw (James Wan, 2004) se encargaron de quemar el género rápidamente y prácticamente desapareció de las pantallas en muy poco tiempo. Sin embargo, una nueva moda dentro de este ciclo estaba ya preparada para tomar el relevo: las found footage.
Los motivos económicos por los cuales estas películas son tan populares es bastante obvio, son muy baratas de producir y gracias a su mínimo presupuesto se garantiza un beneficio económico aunque la película no funcione muy bien en taquilla. Los motivos sociales ya son más difusos. Uno de los principales es que nos encontramos viviendo en una sociedad donde prácticamente todo el mundo lleva una cámara consigo gracias a la nueva tecnología de los teléfonos móviles, otro es la extensión de las nuevas redes sociales. Esto ha creado una "generación YouTube" en la que impera el "hazlo-tú-mismo", una filosofía parecida a la que acabó provocando la llegada del punk y la música garage como contraste a los cada vez más elaborados y sobrecargados rock progresivo y heavy metal. De ahí que, aunque este tipo de películas existen desde mediados de los 90 (ya sé, ya sé, los falsos documentales surgen en los 60, pero las películas mondo son antecedentes con un lenguaje distinto, igual que películas como Psicosis [Psycho, Alfred Hitchcock, 1960] son antecedentes de los slashers pero no son exactamente slashers) no es hasta ahora que realmente se han puesto de moda y se han hecho muy populares.
Otro factor importante es que la perfección es algo accesible en el cine. La alta definición y el avance en efectos especiales digitales hacen posible la creación de espectáculos increíbles de aspecto real. Pero el espectador sabe que no son reales y, como contraste, busca la imperfección. Es como los músicos que empezaron a incorporar los crujidos del vinilo en las grabaciones en CD. Se busca algo más crudo, visceral, que esté alejado de la grandilocuencia digital (aunque también en las found footage se utilizan efectos digitales).
Por supuesto, esta "imperfección" está cuidadosamente diseñada para generar un efecto, así que aquellos familiarizados con el lenguaje cinematográfico pueden rápidamente detectar la "artificialidad" de estas películas. Los movimientos bruscos de cámara, los cortes escondidos en panorámicas, convertir la cámara en un elemento más de la acción o un guion casi inexistente son algunos de los recursos utilizados por estas películas para lograr su efecto.
Su aparente sencillez (y lo baratas que son) hace que se produzcan muchos títulos de este género, lo que puede acabar quemándolo. Igual que los slashers, las found footage puede que parezcan muy sencillas y simples en la superficie pero es difícil hacer una película de este estilo que sea realmente buena y efectiva. En otras palabras, hay muy pocos [REC] (Jaume Balagueró y Paco Plaza, 2007) y muchos Monstruoso (Cloverfield, Matt Reeves, 2008).
¿Qué le aguarda a este género en el futuro? No lo sé, supongo que lo mismo que a otros géneros: cansancio del público debido al exceso de producciones de este tipo, desaparición momentánea y posterior resurrección. Solo el tiempo nos dará la respuesta.
6 comentarios:
Interesante artículo, sin duda.
Gracias.
Yo soy bastante fan de este tipo de películas, siendo El proyecto de la bruja de Blair la que me hizo engancharme al acojonarme tanto.
De hecho, raro es el found footage que no me gusta, aunque lógicamente hay algún bodriete por ahí.
También hay bodrios que me gustan, como Evidence, un found footage cuya media hora resulta tan demencial y absurdo que no tuve más remedio que enamorarme de esa película jaja
Por cierto, V/H/S es una joya. No sé si la habrás visto...
No la he visto pq todavía no se ha editado en Blu-ray, ni siquiera en cines (supongo que la pondrán en el festival de Sitges) y prefiero verla bien cuando la editen que mal ahora.
Yo no soy muy fan porque se me hace muy repetitivo todo el asunto y prefiero una buena historia contada con todas las ventajas del lenguaje cinematográfico, pero alguna he visto que me ha gustado.
Excelente artículo. Muchisimas gracias!
Me alegro de que te resultara interesante.
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