Nada mejor que una buena película de terror para este viernes 13. Y La bruja (The Witch: A New-England Folktale, Robert Eggers, 2015) es una asombrosa película de terror que transciende el género gracias a su cuidada ambientación y estudiada dirección. Curiosamente, el pase de prensa fue en un día oscuro y lluvioso, como si la película hubiera afectado hasta la meteorología.
Nos encontramos en el siglo XVII. Una familia de Nueva Inglaterra es expulsada de la comunidad en la que vivía por motivos religiosos y se instala cerca de un bosque. Allí serán víctimas de la brujería y la magia negra. Un sencillo argumento que permite al director Robert Eggers que se desarrollen bien los personajes y se cree una absorbente e inquietante atmósfera que poco a poco va atrapando al espectador.
El subtítulo que acompaña al título original, una vieja leyenda de Nueva Inglaterra, resume bastante bien lo que es el espíritu del film. Eggers se inspiró en leyendas, juicios por brujería y diarios de la época para crear el guion, llegando al extremo de reproducir diálogos de estos diarios en la película. Un guion que mezcla el horror fantástico de la bruja con los muy reales horrores de la época alimentados por la superstición y el fanatismo religioso.
El film, como mencionamos al principio, hace gala de una cuidada ambientación, que se extiende no solo al vestuario, también al uso del inglés antiguo de la época. Pero la ambientación no sirve de mucho si los intérpretes no te hacen creer en sus personajes. La bruja hace gala de un excelente reparto encabezado por Ralph Ineson y Kate Dickie, como William y Katherine, los padres que ven impotentes cómo su familia se deshace sin que puedan hacer nada para evitarlo. Luego tenemos a la protagonista Thomasin, la hija mayor que encarna Anya Taylor-Joy, la única que parece conservar la cordura mientras se desarrolla el horror.
Sin embargo, La bruja es una de esas películas que puede funcionar o no dependiendo de lo que busquéis en una película de terror y si preferís películas más "convencionales" (no es una crítica, a mí me gusta todo). Eggers dirige con un ritmo pausado y deliberado, con una estructura que recuerda al cine de terror de los 70 y al Kubrick de El resplandor (The Shining, 1980). Se basa principalmente en el terror psicológico, tejiendo una atmósfera de opresiva inquietud que se apoya en puntuales picos de escenas en las que el terror se convierte en el centro de atención, para luego volver al segundo plano, sin dejar el horror de flotar sobre las cabezas de los protagonistas. En este sentido, no podemos olvidar la excelente banda sonora de Mark Korven y el uso en diversas escenas de luz natural, que contribuyen a enriquecer la atmósfera del film.
Es un estilo que en mi caso funcionó a la perfección, alternando entre los horrores que provoca la bruja y el descenso hacia la locura de los protagonistas. Los elogios y las alabanzas que se le han dedicado al film son completamente merecidos. No es que sea una buena película de terror, es que es una muy buena película.
Recomiendo disfrutar de La bruja en la más oscura sala de cine que podáis encontrar.
2 comentarios:
Para mí es una película de terror ejemplar, construida sobre la atmósfera y los personajes en vez de los sustos fáciles, esos que tanto abundan en el mediocre y aburrido cine de terror comercial de ahora.
Claro que hay sustos y momentos impactantes en La Bruja, pero se abarcan como debe ser: no abusando de ellos ni recreándose, así se consigue que la película sea creíble.
Para mí está, desde ya, entre lo mejor del año.
Desde luego, es un film muy notable y que trasciende el género por su calidad.
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