Last Girl Standing (Benjamin R. Moody, 2015) tiene como centro la clásica figura de la Final Girl, esencial en los slashers, planteando qué le sucede cuando acaba el horror y empieza la vida real.
Hace cinco años, Camryn (Akasha Villalobos) sobrevivió el ataque de un psicópata enmascarado apodado "El Cazador" (Jason Vines). Todavía sufre secuelas psicológicas de la ordalía que sufrió, pero son manejables. Sin embargo, todo empeora cuando Nick (Brian Villalobos) empieza a trabajar en la misma lavandería en que ella trabaja. De pronto, empieza a ver de nuevo a El Cazador acechándola.
En los últimos años, cierto renovado interés por el slasher ha traído consigo un nuevo interés por la figura de la Final Girl. Películas como Las últimas supervivientes (The Final Girls, Todd Strauss-Schulson, 2015) y Final Girl (Tyler Shields, 2015) juegan con esta figura dándole la vuelta o desmontando las expectativas alrededor de este icónico arquetipo. En Last Girl Standing se trata de forma más o menos realista qué le sucedería a una persona que ha sobrevivido una experiencia traumática como la que atraviesa la protagonista de un slasher.
El principio del film podría ser los últimos minutos de cualquier película de asesino enmascarado masacra adolescentes en un bosque. Pero que no os engañe este inicio, el grueso del film está dedicado a estudiar las secuelas psicológicas que sufre y cómo afronta el día a día Camryn. No es hasta el tramo final que el film se encauza hacia terrenos más tradicionales dentro del género, de este modo liberando la tensión acumulada durante el grueso del metraje.
Hay una limitada cantidad de maneras en que puede desarrollarse una historia como esta, pero que sea hasta cierto punto predecible no le quita valor. Al fin y al cabo, está jugando con un género que tiene una fórmula perfectamente establecida. Y, en este sentido, creo que los fans del género, que no le tengan ascos a añadir un poco de drama psicológico al terror, puede que encuentren este film interesante.
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