De momento, el siglo XXI no ha dado iconos del terror tan populares e icónicos como los surgidos durante la década de los 80 del siglo XX. Uno de los más innovadores e interesantes de los iconos surgidos durante el siglo XXI es La Mujer, interpretada por Pollyanna McIntosh en tres películas de terror muy distintas entre sí en ejecución pero similares en temática. Una trilogía, hasta ahora, que surge del cine de terror más independiente y salvaje, que desafía al espectador tanto psicológicamente como visualmente. Una trilogía que debería ser más conocida de lo que es, creo yo, de ahí este artículo en el que espero queden claras las grandes virtudes de estas películas.
La Mujer tiene un origen literario de pedigrí. Durante la década de los 80 del siglo XX empezaron a surgir nuevas corrientes dentro de la literatura de terror, que en diversas ocasiones se entrecruzaban. Me refiero al splatterpunk y al terror extremo que, aprovechando el boom de novelas de terror producido por la popularidad de Stephen King, iban mucho más lejos en cuanto a lo explícito de su violencia y a la hora de romper tabúes. Uno de los pioneros de esta vertiente más extrema fue Jack Ketchum, que despertó una gran polémica con su primera novela Off Season, publicada en 1981. La novela cuenta la historia de un grupo de amigos que, mientras pasan un fin de semana en una apartada cabaña en la montaña, son atacados por una tribu de caníbales. Un argumento que hoy día no parece muy original, pero el propio Stephen King la recomendó por la efectiva manera en que la novela metía el horror en el lector. Incluso teniendo en cuenta que entonces se publicó una versión censurada, su impacto fue innegable y abrió el camino para otros autores como Richard Laymon.
Casi veinte más tarde de que se publicara Off Season, Ketchum publicó una versión restaurada sin censurar de la novela (la que está ahora disponible en inglés). Esta novela llamó la atención del cineasta Andrew van den Houten, que ya había producido la adaptación de otra obra de Ketchum, la perturbadora y escalofriante novela La chica de al lado en una película dirigida por Gregory Wilson en 2007. Pero los derechos de Off Season habían sido vendidos y no estaba disponible para ser filmada. Por suerte, en 1991 Ketchum había escrito la secuela Offspring, en la que se desarrolla el personaje de La Mujer, así que Van den Houten se decidió a producir y dirigir una adaptación de esta novela.
Offspring (2009) contó con guion del propio Ketchum, así que sobra decir que es muy fiel a la novela. Tan fiel que es casi tan brutal y salvaje como su versión literaria. Los Halbard, David (Andrew Elvis Miller) y Amy (Amy Hargreaves), son los orgullosos padres de una recién nacida, viven en una gran casa en el campo y su trabajo no podría ir mejor. Todo va a la perfección. Hasta que reciben la visita de Claire Carey (Ahna Tessler), acompañada de su hijo Luke (Tommy Nelson), que llega huyendo de su ex marido Stephen (Erick Kastel). Pero el terror llega cuando son atacados por un clan de caníbales en busca de la poderosa sangre de un bebé.
La película de Van den Houten canaliza los aspectos más brutales y salvajes de películas como Caníbal feroz (Cannibal Ferox, Umberto Lenzi, 1981) y Las colinas tienen ojos (The Hills Have Eyes, Wes Craven, 1977), sin ninguna contención, aprovechando que fue una película producida de forma independiente. Como el film clásico de Wes Craven, lo que hace interesante Offspring es que la película tiene más profundidad de lo que parece a primera vista. Se plantea la cuestión de quién es realmente malvado entre lo que hacen los caníbales y el personaje que interpreta Erick Kastel. Pero, claro, el principal impacto en el espectador lo provocan las sangrientas escenas de los ataques del clan caníbal en el que destaca La Mujer, gracias a la interpretación de Pollyanna McIntosh. La actriz la convierte en un personaje temible e inquietante. De hecho, su interpretación es tan poderosa que Van den Houten decidió cambiar su destino original, tras consultarlo con Jack Ketchum. Ketchum no puso inconveniente, porque él mismo ya había hecho algo parecido entre Off Season y Offspring.
Fue rodada originalmente en 16 mm, lo que le da un aspecto que recuerda al de las películas de finales de los 70 que homenajea. Si bien es algo que se puede apreciar en la edición 4K/Blu-ray más reciente, porque originalmente se editó en DVD con un aspecto que parecía rodada en video sin mucha gracia. Pero el film sobrevivió, dejando su sangrienta marca en los aficionados al terror.
Andrew van den Houten le mostró una primera versión de la película al director Lucky McKee, que mostró su interés por el personaje de La Mujer. Sugirió entonces hacer una secuela, con Jack Ketchum escribiendo una novela y él un guion cinematográfico. Ketchum le dijo entonces que por qué no escribir juntos novela y guion, que es lo que finalmente hicieron. Primero escribieron la novela y luego la adaptaron, así nació The Woman (Lucky McKee, 2011).
Chris Cleek (Sean Bridgers) se encuentra de caza cuando descubre la presencia de La Mujer (McIntosh) en el bosque. Chris decide secuestrarla y tenerla prisionera en su casa, con la intención de "civilizarla" y convertirla en una mujer "de verdad". Su familia reacciona de distinta manera a la nueva presencia. Belle Cleek (Angela Bettis) siente cierta aprensión pero ha aprendido por las malas a obedecer a su marido. El hijo Brian (Zach Rand) se siente muy excitado con la recién llegada. Darlin' (Shyla Molhusen), la hija pequeña, no acaba de entender la situación, solo que se supone que tienen que ayudar a La Mujer a curarse. La única que parece ver lo equivocado y perverso de la situación es la hija mayor del clan, Peggy (Lauren Ashley Carter).
La reacción del clan Cleek no es la más normal ante la situación, la razón de ello se revelará a medida que vamos conociendo más a los Cleek. Una familia que, en apariencia, parece muy típica y normal, pero está llena de oscuros secretos. La Mujer, por otro lado, es más honesta y no pretende ser otra cosa que lo que es: una mujer salvaje que come carne humana. El tema de la auténtica naturaleza del mal y la hipocresía de la civilización ya aparece en Offspring, pero The Woman es una película muy distinta a su predecesora. No es solo que el estilo sea distinto, lo que es de esperar al ser dirigidas por distintos directores, sino que la película de Lucky McKee cuenta un tipo de historia distinto que se aparta de la secuela habitual. Arranca poco después de lo sucedido en la anterior, pero no continua con la venganza de La Mujer sobre los supervivientes de Offspring o muestra un nuevo ataque del clan caníbal con la subsiguiente batalla por la supervivencia, enfoques más típicos y habituales. The Woman opta por una trama más psicológica, aunque sin abandonar el terror sangriento y gráfico, donde el terror radica en ver cómo Chris Cleek va perdiendo la máscara "civilizada" a medida que intenta dominar a La Mujer.
Desde el momento de su estreno, The Woman fue una película rodeada de polémica. Calificada de misógina por sus detractores y de feminista por sus defensores, creo que estas reacciones opuestas tienen su origen en la manera que presenta la violencia, cruda y brutal, sin intentar darle un toque recreativo. Eso no quiere decir que no haya humor en la película, está cargada de humor negro, en especial en los momentos más grotescos. Además, las personas que acusan a la película de ser misógina deberían fijarse en cómo se presentan los personajes y cuáles son vistos de forma positiva y cuáles de forma negativa.
The Woman es una potente película de terror cuyo principal monstruo es el patriarcado que representa Chris Cleek, pero no suaviza el personaje de La Mujer, que sigue siendo despiadada y salvaje. De las tres, es posible que esta sea la entrega más redonda en cuanto a ejecución y temática.
Tras el éxito de The Woman, James van den Houten le planteó la posibilidad de hacer una tercera entrega a Pollyanna McIntosh. McIntosh tenía una premisa en la cabeza inspirada por el personaje de Darlin', que le planteó a Van den Houten. Entusiasmado, este le ofreció la posibilidad de también dirigir la película a McIntosh, además de escribirla. Este es el origen de Darlin' (Pollyanna McIntosh, 2019).
Darlin' (Lauryn Canny) es dejada a la puerta de un hospital que pertenece a la Iglesia. Un obispo (Bryan Batt) ve la oportunidad de crear mucha publicidad con la salvación de la misteriosa chica feral y poder así salvar la escuela para chicas que dirige. Mientras Darlin' se encuentra en la escuela, La Mujer empieza a buscarla para reconstruir su clan.
De nuevo, esta tercera entrega se parece poco a las anteriores a pesar de tratar temas parecidos. El film ataca las esferas de poder de la Iglesia que protegen a los abusadores con el personaje que interpreta Bryan Batt. Además, la película es una historia de paso de niñez a la adolescencia, aunque sangrienta y brutal, debido al protagonismo que se le da a Darlin'. Luego tenemos la búsqueda que realiza La Mujer de Darlin', en la que va dejando un reguero de cadáveres. Todos estos elementos los va balanceando McIntosh en su notable debut como directora. Las limitaciones del bajo presupuesto no impiden que la directora desarrolle una película de terror que también contiene emotivos momentos dramáticos, consiguiendo despertar las simpatías del espectador hacía Darlin', a pesar de las cosas terribles que descubrimos ha hecho en el pasado. Por supuesto, hasta que punto es culpable por hacer lo que parece normal en el entorno en el que ha crecido es uno de los temas de la película. Lo que diferencia esta entrega de las dos anteriores: sin dejar el terror, los aspectos dramáticos están más desarrollados con un interesante grupo de personajes. La interpretación de Lauryn Canny es realmente fantástica, algo esencial teniendo en cuenta que la película descansa sobre sus hombros, McIntosh mantiene a La Mujer como personaje secundario. Una decisión inteligente, no solo le da frescura a la historia, también evita que el personaje se normalice y se convierta en demasiado familiar, como le ha sucedido a tantos iconos del cine de terror.
No hay otra franquicia dentro del cine de terror tan diversa como esta. Tres películas similares y distintas. Tres maneras únicas de adentrarse en el terror más perturbador, en ocasiones sangriento, en ocasiones psicológico, en el que también hay sitio para la poesía y el drama. Unas cualidades posibles al ser películas independientes de bajo presupuesto, que no son éxitos masivos de multicine y por eso no pierden su esencia buscando ampliar su público. Muy recomendadas.
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