Tendría unos nueve años cuando vi Alien - El octavo pasajero (Alien, Ridley Scott, 1979) por primera vez en televisión. Estaba toda mi familia acurrucada en el sofá y recuerdo que mi madre me dijo: "si sale algo que te da miedo, tápate los ojos." La verdad es que no tuve tiempo de taparme los ojos a medida que cada aterradora imagen se me grababa en el cerebro. Nunca lo había pasado tan bien pasándolo tan mal, desde entonces fui un fan de los Alien.
A mediados de los setenta, Dan O'Bannon regresó a Estados Unidos después de que el proyecto de filmar Dune por parte de Alejandro Jodorowsky se desmontara al no encontrar financiación (todavía no se había estrenado La guerra de las galaxias (Star Wars, George Lucas, 1977) y el espacio no estaba de moda). O'Bannon, arruinado y sin un lugar en el que quedarse, encontró alojamiento en casa de Ronald Shusett, un compañero guionista. Ambos empezaron a mirar proyectos en los que trabajar juntos. El primero fue una adaptación de un relato de Phillip K. Dick titulado We Can Remember It For You Wholesale (publicado por Ediciones B junto a El informe de la minoría en que se basó Steven Spielberg para rodar Minority Report (2002)) que sería retitulado Total Recall y convertido en película por Paul Verhoeven en 1990. Shusett y O'Bannon sabían que Total Recall sería un proyecto caro, así que O'Bannon se puso a trabajar en una historia que pensaba dirigir enfocada a ser una producción de serie B y, por tanto, más factible de ser hecha.
El guion, todavía sin título, trataba sobre unos astronautas que reciben una señal de socorro y cuando la van a investigar son atacados por una bestia extraterrestre. O'Bannon, encallado al principio, se lanzó a escribir un guion que reunía no sólo elementos de las películas de ciencia-ficción y el terror de los cincuenta y sesenta, sino también elementos sacados de los relatos de H. P. Lovecraft. El elemento que lo desencalló fue la sugerencia de Shusett de que O'Bannon utilizara la estructura de un relato anterior de O'Bannon titulado B-17, en el que un avión de vuelta de una misión durante la Segunda Guerra Mundial es atacado por unos gremlins. Si habéis leído el post, sabréis que este relato fue luego adaptado en la indispensable Heavy Metal (Gerald Potterton, 1981), cambiando los gremlins por zombis.
Poco más tarde, O'Bannon terminó un guion que decidió titular Alien (en inglés puede ser tanto un nombre como un adjetivo, es usado con significados relacionados a cosas o personas que no pertenecen a un lugar y son ajenos a éste, principalmente inmigrantes y extraños) ya que utilizó el término para referirse a la criatura extraterrestre que acaba con los astronautas en el guion. La historia mostraba influencias de muchas fuentes: desde The Black Destroyer de A. E. Van Vogt, un relato en el que una bestia extraterrestre ataca a unos astronautas; hasta infinidad de películas como The Night of the Blood Beast (Bernard L. Kowalski, 1958) en la cual aparece, creo que por primera vez, un humano usado como incubadora de estraterrestres; o It! The Terror Beyond Space (Edward L. Cahn, 1958) en la que de nuevo se repite el esquema de unos astronautas atrapados en una nave y una bestia extraterrestre que los va eliminando uno a uno. Se podría decir que Alien fue la epítome de este tipo de películas, la que incluía todo hecho de una manera única, por ello después de Alien, todas las películas que se estrenaron parecían copias de ésta. No es hasta 1987 que se estrena una película que consigue diferenciarse de Alien y ser única en su estilo: Depredador (Predator, John McTiernan).
El guion fue dando vueltas de productora en productora, siendo rechazado en todas. Es entonces que cae en manos de Brandywine, una productora propiedad de Walter Hill y David Giler. Estos no eran fans de la ciencia-ficción ni mucho menos y el guion les pareció malo salvo un par de escenas. Decidieron producirlo cuando la Twentieth Century-Fox buscaba más proyectos ambientados en el espacio tras el fenomenal éxito de Star Wars. O'Bannon recuerda como en una de las primeras reuniones, Walter Hill declaró que lo mejor que podía aportar al proyecto era que no le gustaba la ciencia-ficción ni sabía nada sobre el tema. Y se notaba.
Hill es bastante bueno en lo suyo: películas de acción. Pero cuando lo sacas de ahí tenemos problemas. Eso se notó especialmente en el intento de robar el guion que O'Bannon había escrito. Y habéis leído bien, he escrito robar. Primero empezó por cambiar el nombre de todos los personajes, convencido de que así constaría como autor. Luego, junto a Giler, empezó a reescribir el guion añadiendo los tópicos más sobados del cine de terror, por ejemplo: el gato y la escena en que en peligro de muerte Ripley (Sigourney Weaver) vuelve a por él. Un detalle tremendamente estúpido que deslustra una obra maestra. Pero Giler y Hill sí que hicieron una adición interesante: convertir a Ash (Ian Holm) en un robot. El caso es que Giler y Hill empezaron a hacer reescritura tras reescritura, pero lo único que consiguieron con ello fue destrozar el guion original y, finalmente, tuvo que volver a manos de O'Bannon cuando descubrió que el par pretendía quitarle su historia y empezó a trabajar para arreglar el desaguisado.
Es debido al incidente Alien y el intento de apropiarse del mérito de algo que no era suyo por parte de Walter Hill que mucha gente considera justicia poética cuando tras dirigir la película Supernova se peleó con el estudio por el montaje. Finalmente la película se estrenó en el año 2000, sin estar firmada por Hill que usó el pseudónimo Thomas Lee, y se dice que en el montaje final participaron Francis Ford Coppola y Jack Sholder.
O'Bannon, siguiendo el estilo de trabajo que había observado en Jodorowsky durante el fiasco Dune, había contactado con una serie de artistas para diseñar la película: Ron Cobb, Jean Giraud "Moebius" y H. R. Giger. Cuando le presentó los diseños de Giger a Ridley Scott (el director escogido por la productora, la intención original era que la dirigiera O'Bannon), Scott estuvo inmediatamente convencido que ése era el hombre adecuado para diseñar la criatura de su película.
Finalmente, todos los elementos estaban reunidos para rodar la que sería una de las películas clásicas del cine de terror y ciencia-ficción.
Alien da miedo. Scott, que gastó todo su genio entre esta película y Blade Runner (1982) y no ha hecho nada desde entonces que esté a la misma altura, crea una atmósfera de pesadilla. Se juega con elementos que a todo el mundo da miedo como la oscuridad o ahogarse, pero el diseño de Giger le añade toda una capa de miedos psicosexuales.
Básicamente, la criatura de Alien es un falo con dientes. La forma de la cabeza, los tubos en la espalda... son claramente fálicos. Su superficie negra y brillante, sin ojos, y sus enormes dientes en una boca cuya lengua tiene aún más dientes. Todo esto son elementos que conjugan miedos infantiles y adultos. Es una mezcla de símbolos sexuales en una criatura que parece asexuada. Por ello, no sólo da miedo, también nos incomoda a un nivel subconsciente. Personalmente, una de las escenas que más me impresionó fue cuando la criatura viola a Lambert, cosa que no vemos pero oímos. Otro elemento perturbador es la idea de algo creciendo dentro de tu cuerpo que es ajeno a él. Como un cáncer.
Scott también demuestra buena mano en la creación de la relación entre los personajes, que se aparta de la norma. Convencido de que en largos viajes espaciales se desaconsejarían relaciones sentimentales, que provocarían peligrosos conflictos, crea una relación lésbica entre Ripley y Lambert (Veronica Cartwright), insinuada más que explícita, ya que Scott visionaba un futuro donde las barreras entre heterosexualidad y homosexualidad se abrían borrado. De ahí que despierten todos juntos del hipersueño desnudos, hombres y mujeres.
Pero temáticamente hablando, para mí es muy interesante un detalle que se añadió en el montaje del director que se estrenó el 2003. Si no habéis visto esta versión, saltaos el párrafo. En esta versión se añade la escena al final en la cual Ripley descubre el nido que ha estado haciendo la criatura y es así como vemos que el Alien crea sus huevos a partir de los cuerpos de sus víctimas. Es decir, que vive a través de la muerte, como un parásito, sin necesidad de sexo ni reinas ni nada. Resulta tremendamente fascinante e inquietante, la criatura no simplemente te mata sino que te usa para crear más como él. Te hace pensar que habría sucedido con las secuelas que vinieron a continuación, ya que se revela que los Aliens no necesitan ningún tipo de reina para incubar los huevos de los que nace. Hay también una escena eliminada que no fue incluida en ninguna versión en la que vemos dentro de la nave que exploran Dallas (Tom Skerritt), Lambert y Kane (John Hurt) como se encuentran con una especie de jeroglífico en el que vemos el ciclo de reproducción del Alien. También se sugiere algún tipo de connotación religiosa.
Alien es una película impecable, un modelo a imitar en cuanto a cómo crear tensión y suspense, especialmente la versión del director, que es mucho más tensa. El éxito de la película hizo inevitable que se estrenaran continuaciones en un intento de ganar más dinero. El problema es que, como ya he mencionado antes, en Alien está todo y las secuelas cuentan la misma historia una y otra vez. Pero no por ello carecen de interés.
Poco más tarde, O'Bannon terminó un guion que decidió titular Alien (en inglés puede ser tanto un nombre como un adjetivo, es usado con significados relacionados a cosas o personas que no pertenecen a un lugar y son ajenos a éste, principalmente inmigrantes y extraños) ya que utilizó el término para referirse a la criatura extraterrestre que acaba con los astronautas en el guion. La historia mostraba influencias de muchas fuentes: desde The Black Destroyer de A. E. Van Vogt, un relato en el que una bestia extraterrestre ataca a unos astronautas; hasta infinidad de películas como The Night of the Blood Beast (Bernard L. Kowalski, 1958) en la cual aparece, creo que por primera vez, un humano usado como incubadora de estraterrestres; o It! The Terror Beyond Space (Edward L. Cahn, 1958) en la que de nuevo se repite el esquema de unos astronautas atrapados en una nave y una bestia extraterrestre que los va eliminando uno a uno. Se podría decir que Alien fue la epítome de este tipo de películas, la que incluía todo hecho de una manera única, por ello después de Alien, todas las películas que se estrenaron parecían copias de ésta. No es hasta 1987 que se estrena una película que consigue diferenciarse de Alien y ser única en su estilo: Depredador (Predator, John McTiernan).
El guion fue dando vueltas de productora en productora, siendo rechazado en todas. Es entonces que cae en manos de Brandywine, una productora propiedad de Walter Hill y David Giler. Estos no eran fans de la ciencia-ficción ni mucho menos y el guion les pareció malo salvo un par de escenas. Decidieron producirlo cuando la Twentieth Century-Fox buscaba más proyectos ambientados en el espacio tras el fenomenal éxito de Star Wars. O'Bannon recuerda como en una de las primeras reuniones, Walter Hill declaró que lo mejor que podía aportar al proyecto era que no le gustaba la ciencia-ficción ni sabía nada sobre el tema. Y se notaba.
Hill es bastante bueno en lo suyo: películas de acción. Pero cuando lo sacas de ahí tenemos problemas. Eso se notó especialmente en el intento de robar el guion que O'Bannon había escrito. Y habéis leído bien, he escrito robar. Primero empezó por cambiar el nombre de todos los personajes, convencido de que así constaría como autor. Luego, junto a Giler, empezó a reescribir el guion añadiendo los tópicos más sobados del cine de terror, por ejemplo: el gato y la escena en que en peligro de muerte Ripley (Sigourney Weaver) vuelve a por él. Un detalle tremendamente estúpido que deslustra una obra maestra. Pero Giler y Hill sí que hicieron una adición interesante: convertir a Ash (Ian Holm) en un robot. El caso es que Giler y Hill empezaron a hacer reescritura tras reescritura, pero lo único que consiguieron con ello fue destrozar el guion original y, finalmente, tuvo que volver a manos de O'Bannon cuando descubrió que el par pretendía quitarle su historia y empezó a trabajar para arreglar el desaguisado.
Es debido al incidente Alien y el intento de apropiarse del mérito de algo que no era suyo por parte de Walter Hill que mucha gente considera justicia poética cuando tras dirigir la película Supernova se peleó con el estudio por el montaje. Finalmente la película se estrenó en el año 2000, sin estar firmada por Hill que usó el pseudónimo Thomas Lee, y se dice que en el montaje final participaron Francis Ford Coppola y Jack Sholder.
O'Bannon, siguiendo el estilo de trabajo que había observado en Jodorowsky durante el fiasco Dune, había contactado con una serie de artistas para diseñar la película: Ron Cobb, Jean Giraud "Moebius" y H. R. Giger. Cuando le presentó los diseños de Giger a Ridley Scott (el director escogido por la productora, la intención original era que la dirigiera O'Bannon), Scott estuvo inmediatamente convencido que ése era el hombre adecuado para diseñar la criatura de su película.
Finalmente, todos los elementos estaban reunidos para rodar la que sería una de las películas clásicas del cine de terror y ciencia-ficción.
Alien da miedo. Scott, que gastó todo su genio entre esta película y Blade Runner (1982) y no ha hecho nada desde entonces que esté a la misma altura, crea una atmósfera de pesadilla. Se juega con elementos que a todo el mundo da miedo como la oscuridad o ahogarse, pero el diseño de Giger le añade toda una capa de miedos psicosexuales.
Básicamente, la criatura de Alien es un falo con dientes. La forma de la cabeza, los tubos en la espalda... son claramente fálicos. Su superficie negra y brillante, sin ojos, y sus enormes dientes en una boca cuya lengua tiene aún más dientes. Todo esto son elementos que conjugan miedos infantiles y adultos. Es una mezcla de símbolos sexuales en una criatura que parece asexuada. Por ello, no sólo da miedo, también nos incomoda a un nivel subconsciente. Personalmente, una de las escenas que más me impresionó fue cuando la criatura viola a Lambert, cosa que no vemos pero oímos. Otro elemento perturbador es la idea de algo creciendo dentro de tu cuerpo que es ajeno a él. Como un cáncer.
Scott también demuestra buena mano en la creación de la relación entre los personajes, que se aparta de la norma. Convencido de que en largos viajes espaciales se desaconsejarían relaciones sentimentales, que provocarían peligrosos conflictos, crea una relación lésbica entre Ripley y Lambert (Veronica Cartwright), insinuada más que explícita, ya que Scott visionaba un futuro donde las barreras entre heterosexualidad y homosexualidad se abrían borrado. De ahí que despierten todos juntos del hipersueño desnudos, hombres y mujeres.
Pero temáticamente hablando, para mí es muy interesante un detalle que se añadió en el montaje del director que se estrenó el 2003. Si no habéis visto esta versión, saltaos el párrafo. En esta versión se añade la escena al final en la cual Ripley descubre el nido que ha estado haciendo la criatura y es así como vemos que el Alien crea sus huevos a partir de los cuerpos de sus víctimas. Es decir, que vive a través de la muerte, como un parásito, sin necesidad de sexo ni reinas ni nada. Resulta tremendamente fascinante e inquietante, la criatura no simplemente te mata sino que te usa para crear más como él. Te hace pensar que habría sucedido con las secuelas que vinieron a continuación, ya que se revela que los Aliens no necesitan ningún tipo de reina para incubar los huevos de los que nace. Hay también una escena eliminada que no fue incluida en ninguna versión en la que vemos dentro de la nave que exploran Dallas (Tom Skerritt), Lambert y Kane (John Hurt) como se encuentran con una especie de jeroglífico en el que vemos el ciclo de reproducción del Alien. También se sugiere algún tipo de connotación religiosa.
Alien es una película impecable, un modelo a imitar en cuanto a cómo crear tensión y suspense, especialmente la versión del director, que es mucho más tensa. El éxito de la película hizo inevitable que se estrenaran continuaciones en un intento de ganar más dinero. El problema es que, como ya he mencionado antes, en Alien está todo y las secuelas cuentan la misma historia una y otra vez. Pero no por ello carecen de interés.
Aliens: El regreso (Aliens, 1986): Dirigida por James Cameron, esta continuación cambia el tono de la película, ya no es una claustrofóbica historia de terror, es más una aventura de acción y suspense. Cameron aprovechó material que había escrito para la segunda parte de Acorralado (First Blood, Ted Kotcheff, 1982) y que no fue usado por Stallone en su guion. Así, los comentarios respecto a que en esta película Ripley se convierte en una Rambo femenina no son casuales. Como es habitual en Cameron, puebla su película de personajes planos y tópicos y el argumento es predecible. De hecho, el final es el mismo que en Alien pero simplemente cambiando la escala de los eventos. Por otro lado, Cameron compensa sus deficiencias como narrador creando escenas de acción y tensión muy entretenidas haciendo que se te olvide que no estás viendo nada nuevo. El tipo de historia que maneja Cameron era más familiar para Giler y Hill, con lo cual no hubo problemas en ese aspecto. La versión del director resulta una película más redonda en lo que representa crear una subtrama según la cual Ripley pierde a su hija que muere de vieja mientras ella estaba congelada en el espacio. La maternidad es uno de los temas de la película, que también es una nada sutil metáfora sobre la guerra de Vietnam. Si bien cinematográficamente hablando, esta continuación no está a la altura de la primera, no puedo negar que resulta muy entretenida y te hace pasar un buen mal rato.
Alien³ (1992): Dirigida por David Fincher, recuerdo pensar cuando la vi en el cine que este director era bastante interesante. Como muchos ya sabréis, originalmente la película iba a ser dirigida por Vincent Ward, que había escrito un guion en el cual Ripley va a parar a una comunidad de monjes que vive en un planeta de madera que flota en el espacio. Al principio, no hubo ningún problema. No es hasta que se están construyendo los decorados que Giler, Hill y los ejecutivos de la Twentieth se echan atrás con lo del planeta de madera y deciden que no les gusta la idea. Ward se retira entonces del proyecto que pasa a manos de Fincher. Como ya he dicho, no es hasta que ya se había desperdiciado una buena cantidad de dinero en decorados que no se usaron, además de que Giler y Hill empiezan a reescribir el guion sobre la marcha. Y se nota. Fincher es un director ambicioso visualmente pero, debido a la estúpida manera de desperdiciar dinero de los estudios, tiene que abandonar muchos efectos, planos y escenas que había ideado. Luego, el estudio se apropia de la película y es obligado a estrenar una versión que no tiene nada que ver con su visión original. A pesar de todo, la película tiene algunas cosas interesantes. Lo peor es el guión de Giler y Hill, que escriben la típica historia de machotes que se les da tan bien, ambientando la película en una cárcel llena de personajes antipáticos. Sin embargo, en el año 2003, dentro del impresionante (hasta el pack en Blu-ray) pack Alien Quadrilogy viene incluido el primer montaje de Fincher. Uau. Aquí tenemos realmente una versión alternativa completamente diferente, una película cargada de tensión, nihilista y oscura. Con una duración de casi dos horas y media, esta versión es realmente una maravilla. A pesar de arrastrar los fallos del guion de Giler y Hill, como la muerte de Newt y Hicks o los personajes antipáticos, Fincher crea una auténtica pesadilla usando los espacios de la cárcel semiabandonada. El problema de la versión estrenada deriva de los intentos del estudio de estrenar una película menos amenazante y más digerible para el público. Recomiendo esta versión encarecidamente, especialmente si no os gustó la versión de Alien³ estrenada en cines.
Alien resurrección (Alien: Resurrection, 1997): Escrita por Joss Whedon y dirigida por Jean-Pierre Jeunet, la cuarta entrega de la serie es una entretenida película de aventuras espaciales y poco más. Ya conocéis la historia, los Aliens se desmandan en una nave espacial y se van cargando a los supervivientes uno a uno. Un detalle interesante que se añade es que Ripley tiene características del Alien que ha adquirido durante un proceso de clonación. Los toques de humor y unas escenas de acción bien dirigidas hacen que la película resulte aceptable, pero está a años luz de la de Scott, eso está claro. También existe una versión extendida, si bien Jeunet explica que la versión del director es la que se estrenó en cines y está muy contento con el resultado y esta versión extendida es simplemente una curiosidad para los fans. Ciertamente, las escenas añadidas no aportan gran cosa pero tienen su gracia. Sólo queda esperar que las dos precuelas que está preparando Ridley Scott devuelvan la saga a su estado de gloria. Las películas de Alien vs. Predator voy a fingir que no existen. Y os sugiero que hagáis lo mismo.
5 comentarios:
Si a mí es la primera a la que le jode que no me gusten algunas películas "buenas", pero es que de verdad, Alien no me gustó. Vamos, que tampoco me pareció malísima, pero no supe verle la gracia. Tengo bajada la segunda, pero aún no me he animado a verla.
Tremenda entrada, Raül, muy buena.
Cada una de los aliens, de las partes, tiene su encanto. Yo me quedaría primero con la 1 que es una joya del cine de terror de ciencia ficción, después elijo la 2, la del Fincher, que visualmente es la mejor, aunque falla algo en cuanto al guión (aunque, como dices tu, en la primera, en la escena de irse a por el gato cuando pasaba lo que pasaba era como para decir en alto en el cine: Pero deja al puto gato y sálvate que te coje el monstruo!! Y eso que yo soy amante de los animales y les tengo mucho cariño, bien es cierto que m´s de perros que de gatos, pero yo al gato de Alien no le deseaba ningún mal, en serio :-) ---
La segunda de Cameron está bien, es más en plan peli de guerra, como si fuera una peli de misiones en el espacio (ésta sería la tercera en mi elección sobre la saga)... y la peor es la de Jaunet, la cuarta, una aventura en plan La aventura del Poseidón, pèro también en el espacio...esta es la "menos seria" de las cuatro y, aunque tiene aspectos muy interesantes, en general me parece algo despropósito, una especie de rizar un rizo que ya estaba demasiado rizado. En fin... muy buena entrada. Un saludo, Raül, y felices fiestas
Bea, cada cual tiene sus gustos y te aseguro que hay muchas personas por ahí que tampoco les gusta Alien. La segunda asegúrate que es el montaje del director, mucho más intensa que la versión cinematográfica.
Javi, como digo, la tercera podría haber sido mejor pero tuvo serios problemas de producción que lo impidieron, pero ya te digo que el primer montaje de Fincher es una película bastante buena a pesar del guión de Hill y Giler gracias al arte de Fincher. Si no la has visto échale un vistazo a esa versión que es realmente interesante. Está editada en Blu y DVD.
Muy buena entrada! quizá porque el tema trate sobre una de mis sagas cinematográficas favotiritas.
Donde esté Alien y Aliens que se quitan las otras dos, aunque admito que Alien Resurrection es bastante entretenida.
Hace muy poquito me hice con la antología en Blu Ray. Vale la pena.
Hombre que si vale la pena la edición en Blu! Y lo que luce el huevo alien con la lucecita! Aunque la mayoría del material ya salió en el Alien Anthology, pero hay adiciones interesantes.
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