Mientras escribo estas líneas, suena a todo volumen Nowhere Fast de Fire Inc., la banda creada por Jim Steinman para interpretar las dos canciones que escribió para la banda sonora de Calles de fuego (Streets of Fire, Walter Hill, 1984). La canción abre tanto el disco de la banda sonora como la película, resumiendo a la perfección la energía y la naturaleza exagerada del film de Walter Hill. Una fábula de Rock & Roll que se ha convertido en una indiscutible película de culto.
Tras el tremendo éxito que fue Límite: 48 horas (48 Hrs., 1982), Walter Hill aprovechó para llevar a cabo un proyecto más personal y extraño. Una fantasía ambientada en un mundo retro-futurista, con influencias del cómic, el cine adolescente de los 50, una buena dosis de romanticismo, el western y la acción urbana en la que Hill se había especializado. Utilizando esta potente mezcla, se nos cuenta la historia de Tom Cody (Michael Paré), un solitario mercenario, que regresa a su ciudad natal cuando su hermana Reva (Deborah Van Valkenburgh) le escribe para que lleve a cabo una complicada misión: rescatar a la chica que le rompió el corazón a Tom, Ellen Aim (Diane Lane), ahora una famosa cantante que ha sido secuestrada por Raven Shaddock (Willem Dafoe), el líder de los Bombers. Con la ayuda del mánager y actual novio de Ellen, Billy Fish (Rick Moranis), y la soldado sin empleo McCoy (Amy Madigan), Tom se adentrará en las peligrosas calles de este particular mundo para salvar a Ellen.
Originalmente se promovió ante los estudios como la primera entrega de una trilogía que nunca llegó a hacerse, ya que su sonoro fracaso en taquilla abortó cualquier idea de continuar las aventuras de Tom Cody en este peculiar universo creado por Hill y Larry Gross. La película fue producida por la Universal, dando la casualidad que, justo cuando Calles de fuego estaba en posproducción, hubo un cambio de la directiva del estudio. Estos cambios suelen significar la muerte de cualquier película que se encuentre en producción en ese momento, ya que la nueva directiva entierra los proyectos de la antigua. Y eso es exactamente lo que le sucedió al film de Hill, que se estrenó sin apenas publicidad ni promoción de ningún tipo. Así, la película fue un fracaso en Estados Unidos, aunque funcionó muy bien en Europa y Japón.
En Estados Unidos la película se descubrió cuando se editó en VHS. Fue entonces cuando empezó a convertirse en una cinta de culto. Fue entonces cuando se empezó a descubrir esta maravilla cargada de energía. El film atrapa con su inicio, en una actuación de Ellen Aim con su posterior secuestro por parte de los Bombers. A partir de aquí se convierte en una aventura a través de esta extraña ciudad, un western en el que se utilizan motos en lugar de caballos. Intercambiando diálogos de tipo duro exagerados y bastante divertidos, los personajes avanzan por esta particular odisea, en la que se intercala algún número musical, esquivando balas y puños.
Es un film peculiar y personal, que parecía destinado a convertirse en cinta de culto. Antes he mencionado que se concibió como una trilogía, aunque se podría decir que Calles de fuego es una secuela espiritual de Los amos de la noche (The Warriors, Walter Hill, 1979). El origen de Calles de fuego se encuentra en el deseo de Hill de regresar al mundo creado en The Warriors, lo que se hace explícito en los puntos en común de ambas: ambientadas en el mismo mundo de fantasía urbana (aunque en puntos diferentes de ese mismo mundo), con alusiones a la mitología griega (en el caso de Calles de fuego el secuestro de Helena de Troya), estructura parecida (en ambas los protagonistas se ven obligados a avanzar por terreno enemigo para regresar a casa) y en ambas la música tiene un fuerte protagonismo, siendo Calles de fuego lo más cerca que ha estado Walter Hill de dirigir un musical.
Por supuesto, el principal punto en común de ambas es que las dos fueron fracasos de taquilla que se convirtieron en veneradas películas de culto. Y ambas son tremendamente entretenidas, claro.
A los fans de esta película que no tengan problemas con el inglés les recomiendo la edición limitada alemana de tres discos, dos Blu-rays y un CD con la banda sonora original, que ha salido hace poco y todavía podéis encontrar a un precio razonable. A aquellos que no la conozcan, os la recomiendo sin dudarlo. En una doble sesión con The Warriors os puede derretir el cerebro de placer.
Originalmente se promovió ante los estudios como la primera entrega de una trilogía que nunca llegó a hacerse, ya que su sonoro fracaso en taquilla abortó cualquier idea de continuar las aventuras de Tom Cody en este peculiar universo creado por Hill y Larry Gross. La película fue producida por la Universal, dando la casualidad que, justo cuando Calles de fuego estaba en posproducción, hubo un cambio de la directiva del estudio. Estos cambios suelen significar la muerte de cualquier película que se encuentre en producción en ese momento, ya que la nueva directiva entierra los proyectos de la antigua. Y eso es exactamente lo que le sucedió al film de Hill, que se estrenó sin apenas publicidad ni promoción de ningún tipo. Así, la película fue un fracaso en Estados Unidos, aunque funcionó muy bien en Europa y Japón.
En Estados Unidos la película se descubrió cuando se editó en VHS. Fue entonces cuando empezó a convertirse en una cinta de culto. Fue entonces cuando se empezó a descubrir esta maravilla cargada de energía. El film atrapa con su inicio, en una actuación de Ellen Aim con su posterior secuestro por parte de los Bombers. A partir de aquí se convierte en una aventura a través de esta extraña ciudad, un western en el que se utilizan motos en lugar de caballos. Intercambiando diálogos de tipo duro exagerados y bastante divertidos, los personajes avanzan por esta particular odisea, en la que se intercala algún número musical, esquivando balas y puños.
Es un film peculiar y personal, que parecía destinado a convertirse en cinta de culto. Antes he mencionado que se concibió como una trilogía, aunque se podría decir que Calles de fuego es una secuela espiritual de Los amos de la noche (The Warriors, Walter Hill, 1979). El origen de Calles de fuego se encuentra en el deseo de Hill de regresar al mundo creado en The Warriors, lo que se hace explícito en los puntos en común de ambas: ambientadas en el mismo mundo de fantasía urbana (aunque en puntos diferentes de ese mismo mundo), con alusiones a la mitología griega (en el caso de Calles de fuego el secuestro de Helena de Troya), estructura parecida (en ambas los protagonistas se ven obligados a avanzar por terreno enemigo para regresar a casa) y en ambas la música tiene un fuerte protagonismo, siendo Calles de fuego lo más cerca que ha estado Walter Hill de dirigir un musical.
Por supuesto, el principal punto en común de ambas es que las dos fueron fracasos de taquilla que se convirtieron en veneradas películas de culto. Y ambas son tremendamente entretenidas, claro.
A los fans de esta película que no tengan problemas con el inglés les recomiendo la edición limitada alemana de tres discos, dos Blu-rays y un CD con la banda sonora original, que ha salido hace poco y todavía podéis encontrar a un precio razonable. A aquellos que no la conozcan, os la recomiendo sin dudarlo. En una doble sesión con The Warriors os puede derretir el cerebro de placer.
4 comentarios:
Si "Streets of fire" es una secuela espiritual de "The warriors", yo creo que no hay mucho que pensar. No está en YouTube, pero seguro que consigo descargarla. Me encantó la crítica.
Gracias, espero que disfrutes con la peli si no la conocías.
La he pillado hace poco (la edición en dvd),,,,y me ha gustado mucho..pendiente tengo de hacer la crítica en mi blog. La tuya genial, es de esas pelis que crecen con el tiempo.
Un saludo
Sí, es al mismo tiempo ochentera y eterna. Un clasico. Saludos.
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