La única película que ha dirigido Stephen King, adaptando su historia Camiones incluida en El umbral de la noche, no fue la obra maestra del terror que muchos esperaban. La rebelión de las máquinas (Maximum Overdrive, 1986) fue un fracaso en su día, pero, con el tiempo, se ha convertido en una película de culto merecedora de lujosas ediciones en Blu-ray.
El cuento original se centra en un grupo de personas atrapadas en una gasolinera, después de que los camiones hayan adquirido una homicida conciencia propia. Es un relato bastante breve y efectivo en su simpleza. Para llevarlo a la pantalla grande, King decidió extender los impulsos homicidas a todas las máquinas (excepto los coches) y añadió una posible explicación: la Tierra se encuentra expuesta a la radiación de un cometa.
No está claro si fue Stephen King quién le pidió a Dino De Laurentiis dirigir la película o fue sugerencia de De Laurentiis que King dirigiera Maximum Overdrive. Sí está claro que el film se produjo después de que De Laurentiis y King hubieran colaborado llevando varias adaptaciones de King a la gran pantalla, empezando con La zona muerta (The Dead Zone, David Cronenberg, 1983), que fueron seguidas por Ojos de fuego (Firestarter, Mark L. Lester, 1984), Los ojos del gato (Cat's Eye, Lewis Teague, 1985) y Miedo azul (Silver Bullet, Daniel Attias, 1985).
El propio King ha reconocido que no hizo un gran trabajo como director. Pero los resultados son notables si tenemos en cuenta la dificultad del bajo presupuesto y que, siendo King un director primerizo sin ningún tipo de experiencia, el director de fotografía era italiano y no hablaba palabra de inglés, cuando lo más lógico habría sido emparejar a King con un director de fotografía experimentado que le sirviera de guia. Fue el veterano actor Pat Hingle el que más ayudó a King, explicándole trucos y dándole consejos durante el rodaje. La posproducción también tuvo sus dificultades: gran parte de las escenas sangrientas y el gore rodado fueron cortados por la MPAA, además de que se añadieron unos textos completamente innecesarios al inicio y al final para dejarlo todo masticado a la audiencia. A todo esto hay que sumarle una campaña de publicitaria centrada completamente en Stephen King. Desde el póster al tráiler, todo se centraba en King, prometiendo una experiencia aterradora. Lo que contribuyó a que el film fracasara ya que King no pensaba en Maximum Overdrive como una película de terror, sino más bien como una divertida serie B, el tipo de película que unos años antes se había proyectado en un autocine.
A pesar de todo, la película ha sobrevivido. Tal vez por estar asociada al nombre de un autor convertido en icono pop, pero también porque está llena de momentos y escenas que salvan la película.
King, como en sus novelas, mezcla hábilmente el terror y la comedia, manejando bien los cambios en el tono del film. La banda sonora de AC/DC, de la que King era fan y ya en el guion había indicado dónde irían las canciones, no funciona siempre, pero cuando lo hace, lo hace a lo grande. La decisión de King de utilizar a AC/DC también lleva a que muchas escenas en las que otro director habría incluido música, lo hacen en silencio, dándole un toque distinto y original a las escenas de suspense. Y, como ya he dicho, hay diversas escenas que funcionan a la perfección: el puente levadizo, el juego de beisbol, el paseo por el barrio residencial... Y pequeños detalles en los personajes y en las escenas que le otorgan una personalidad propia.
Se ha de señalar que la película resulta bastante relevante hoy día. Mientras que en 1986 la trama era considerada absurda, hoy día no lo es tanto si tenemos en cuenta la cantidad de aparatos que llevan incorporada algún tipo de inteligencia artificial.
Es cierto que Maximum Overdrive tiene bastante problemas, como interpretaciones irregulares y que el final es bastante flojo. Pero si se ve esperando una divertida y absurda serie B, La rebelión de las máquinas no decepciona. No es perfecta, pero sí tremendamente entretenida.
2 comentarios:
Siempre recuerdo de esa peli..el camión con cara de duende....lo que más me marcó de esa pelo
Sí, es lo más memorable de La rebelión de las máquinas.
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