La bestia bajo el asfalto (Alligator, Lewis Teague, 1980) es una monster movie producida al calor del éxito monstruoso de Tiburón (Jaws, Steven Spielberg, 1975). Gracias al talento del guionista John Sayles y del director Lewis Teague, la película consigue ser algo más que una simple copia del clásico de Spielberg y se ha convertido en un clásico de la serie B por derecho propio gracias a su tono irónico y un buen reparto.
Teague y Sayles habían salido ambos de la escuela Roger Corman, trabajando juntos en la cinta de acción La dama de rojo (The Lady in Red, 1979). Sayles, además, había trabajado con Joe Dante en Piraña (Piranha, 1978), otra variante de Tiburón que gracias a grandes de dosis de talento y originalidad se ha convertido en un clásico de culto, y ambos repetirían éxito trabajando juntos en la también clásica Aullidos (The Howling, 1981). El tono de Alligator tiene bastante en común con el de los filmes de Dante, Sayles guiña el ojo al espectador usando la comedia y diferentes referencias cinematográficas combinándolo con el suspense, el terror y la sangre.
Por supuesto, el trabajo de Sayles sería inútil sin un director que supiera captar las pretensiones del guionista, que ignoró el guion previo bastante flojo de Frank Ray Perilli empezando de cero, y trasladarlas intactas a la pantalla. Teague hace un buen trabajo traduciendo las ideas del guionista en imágenes. A pesar de las limitaciones del presupuesto, el director consigue hacer interesantes los ataques de la bestia, de manera que los momentos más flojos de los efectos sean perdonados por el espectador ya que se está divirtiendo demasiado como para prestarles demasiada atención.
Para el argumento del film se mezclaron leyendas urbanas con las preocupaciones sociales del momento. Un bebé caimán es lanzado por la taza de un water y, de alguna forma, consigue sobrevivir alimentándose de los restos de animales con los que una compañía farmacéutica ha experimentado. Esto provoca que el animal crezca hasta proporciones gigantescas, hasta que las alcantarillas ya no lo puedan contener y se lance a devorar inocentes ciudadanos. El policía David Madison (Robert Forster) y la doctora Marisa Kendall (Robin Riker) intentarán detener a la bestia bajo el asfalto.
El estupendo reparto cuenta con Robert Forster y Robin Riker como protagonistas y se ve beneficiado de la presencia de actores clásicos de este tipo de films como el gran Henry Silva. Todos ellos encarnan arquetipos del género, pero con cierta ironía. De hecho, los chistes a costa de Madison fueron incorporados a raíz de los comentarios que hacía el propio Forster sobre si mismo. Tenemos al héroe, la heroina, el gran cazador blanco, el alcalde corrupto que quiere quedar bien... A todo ello se le añade un ligero comentario social: el caimán empieza a devorar gente en un ghetto y empieza a subir a partir de ahí hasta una fiesta de la clase alta que es cuando las autoridades deciden intervenir realmente.
Vista hoy día, lejos de los centenares de bichejos gigantescos que se pusieron a comer gente a finales de los 70, la película resulta una efectiva monster movie, divertida y entretenida. La mezcla de leyenda urbana y temas ecológicos resulta interesante y diferente de la típica explicación atómica o genética. En resumen, 90 minutos de sangrienta diversión.
6 comentarios:
Bueno, con esta entrada ya me pongo al día en tu blog. ¿Qué decir? CLASICAZO. Me la alquilé de crío porque el concepto de cocodrilo gigante que anda por la ciudad sembrando pánico a su paso me pareció la mar de interesante. Junto con "Piraña", la cual veo que mencionas (y de la que has escrito), la mejor variante de "Tiburón", de Spielberg. Aún no he visto la secuela, y tampoco es que tenga muchas ganas, jeje.
Esta era típica de alquilarla el sábado para poder disfrutarla todo el fin de semana! Yo tampoco he visto la secuela porque sin Lewis Teague y John Sayles me da que debe ser un truñaco.
La conozco desde que era casi un mocoso pero todavía no la he visto, y eso que estoy seguro al 97% de que me va a gustar.
¿Pues a qué esperas, muchacho?
Entretenida serie B como la mayoría de producciones de Corman de la época. Nostálgica y divertida a partes iguales. Un pequeño clásico del género olvidado.
PD: Felicidades por el blog.
Gracias.
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