17 sept 2019

Nightmare Cinema

Las películas de terror antológico atraviesan una especie de edad dorada desde el 2007. Y todavía parece que durará un tiempo, si nos sirve de ejemplo Nightmare Cinema (2018), que reúne cinco directores de peso dentro del género: Joe Dante, David Slade, Mick Garris, Alejandro Brugués y Ryûhei Kitamura.

La premisa del film es bastante atractiva: un extraño cine abandonado atrae a unos desconocidos, cada uno ve una "película" que le afecta personalmente. Esta trama, que sirve de hilo conductor entre los segmentos, está protagonizada por el Proyeccionista, interpretado por Mickey Rourke.

"The Thing in the Woods" abre el film. Dirigido por Alejandro Brugués, el segmento arranca como un típico slasher que luego tiene giros interesantes. Me gustó por su tono adrenalítico y la manera en que condensa en unos pocos minutos la esencia del género, para pasar luego a otro género que también me gusta bastante. Fantástico gore y efectivo humor negro.

"Mirari" es el segmento de Joe Dante. Y se nota. El relato recuerda el tono y macabra ironía de las historias de los EC Comics. Trata sobre los horrores de la cirugía plástica llevada al extremo, un tema no muy original pero efectivo gracias a los efectos de maquillaje.

No sé si fue intencionada la ironía de que la primera aparición de Mickey Rourke como el Proyeccionista venga justo a continuación de un relato sobre horrores creados con cirugía plástica. Es el momento álgido del hilo conductor, que es lo más flojo de la película.

"Mashit" de Ryûhei Kitamura es el segmento más estilizado. Cargado de humor negro y con un estilo tremendamente exagerado, es lo que necesita para hacer memorable esta historia de demonios en un colegio religioso. Dura lo justo para que su asalto a los sentidos se disfrute al máximo y termina antes de hacerse pesado.

"This Way to Egress" de David Slade es un bienvenido cambio de marchas. Tras los excesos de segmentos anteriores, se aprecia más este inquietante cuento filmado en blanco y negro. Más abstracto que los anteriores, su atractivo no es tan inmediato. Personalmente me gustó mucho, tiene un tono lynchiniano que le otorga una fuerte personalidad y no es tan inmediatamente "clasificable" como los otros segmentos.

"Dead" es el último segmento y el más flojo. Mick Garris es el director de ambos. Al igual que el hilo conductor, no es un segmento que sea particularmente original o excitante. Resulta todo muy familiar y se aleja del tono más extremo, original y desafiante de los anteriores segmentos.

Con la excepción de la aportación de Mick Garris, Nightmare Cinema es un auténtico festival para los amantes del terror. Es una lástima que la edición en Blu-ray americana no incluya ningún extra, me habría encantado escuchar un comentario conjunto de los directores. Pero, como ya he dicho, es un film muy recomendable cuyas virtudes superan de largo sus pocos defectos.


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