10 ene 2025

El extraño amor de los vampiros

 


 

Se dice que el auténtico crítico, el que decide el valor de una película, es el tiempo. El extraño amor de los vampiros (León Klimovsky, 1975) es un claro ejemplo de esta máxima: cuando se estrenó pasó sin pena ni gloria, una película de serie B más, pero con el tiempo ha perdurado como un clásico pionero.

Catherine (Emma Cohen) es una joven cuya buena posición sirve de poco, ya que poco a poco se muere consumida por la enfermedad. El pueblo en el que vive tampoco pasa su mejor momento, ya que se están produciendo diversas muertes, cuya causa los habitantes están convencidos que son vampiros. El padre de Catherine (Manuel Pereiro) y el médico del pueblo (Lorenzo Robledo), al principio desechan los temores de los pueblerinos como mera superstición ignorante. Pero cuando se hace evidente deciden tomar cartas en el asunto. Por su parte Catherine, que descubre que su recientemente fallecida hermana (Amparo Climent) ha sido convertida en una vampiresa, se enamora del conde Rudolf de Winberg (Carlos Ballesteros), el vampiro que lidera toda una banda de no muertos.

Gracias a la interpretación de Christopher Lee, los vampiros, durante gran parte de los sesenta, se habían representado como amenazantes criaturas de la noche. Pero entrada la década de los setenta, se empiezan a enfatizar los toques eróticos y también se enfatizan los toques románticos, como por ejemplo en El gran amor del conde Drácula (Javier Aguirre, 1973), mientras que en 1976 Anne Rice publica Entrevista con el vampiro. La Hammer, en un intento de atraer espectadores, hacía más explícitos los toques eróticos que antes se insinuaban, como en la eróticamente cargada Las amantes del vampiro (The Vampire Lovers, Roy Ward Baker, 1970). Finalmente, la década culminaría con uno de los Dráculas más sexys del cine, al que dio vida Frank Langella en Drácula (Dracula, John Badham, 1979). Y, claro, tampoco podemos pasar por alto las interpretaciones iconoclastas de los vampiros que arrancan con la clásica comedia El baile de los vampiros (The Fearless Vampire Killers, Roman Polanski, 1967).

Todo esto flotaba en el ambiente cuando Juan José Daza, Juan José Porto y Carlos Pumares se pusieron a trabajar en un guion que rompiese con los tópicos cinematográficos asociados con los vampiros populares en la época. Y es algo palpable en El extraño amor de los vampiros. Aquí no tenemos un grupo de valientes cazavampiros unidos para acabar con la amenaza de los no muertos. No hay un infalible y sabio equivalente a Van Helsing que salve a los personajes. El centro es la historia de amor entre Catherine y el conde Rudolf, donde destaca Emma Cohen. La actriz hace un excelente trabajo a la hora de ilustrar el descenso hacia la oscuridad de su personaje, con un momento en particular, en la escena de la fiesta, realmente retorcida.

Klimovsky, director de algunas de las mejores películas de Paul Naschy, había trabajado los vampiros previamente en La orgía nocturna de los vampiros y La saga de los Drácula (ambas 1973) (y tampoco podemos olvidar que la villana de La noche de Walpurgis [1971] es también una vampiresa). Esta película iba a ser un retorno al tema vampírico pero también fue la despedida del director del fantaterror, algo de lo que parece que era consciente y por ello puso toda la carne en el asador. Además de algunos toques surrealistas y perversos, en especial en la fiesta de los vampiros, Klimovsky dota al film de una atmósfera melancólica y romántica, que enlaza con el terror y el gótico. No es un film que de miedo, pero su atmósfera gótica resulta intoxicante y deliciosa.

El extraño amor de los vampiros se ha convertido en un clásico, no solo para los amantes del fantaterror español, también para aquellos amantes del cine de vampiros y el gótico.


3 ene 2025

Gorgo





Es posible que este clásico no sea conocido entre los cinéfilos mainstream, pero para los aficionados al cine de monstruos gigantes, este es un título muy querido y respetado. Preparaos porque llega la madre de todos los monstruos en Gorgo (Eugène Lourié, 1961).

Joe Ryan (Bill Travers) y Sam Slade (William Sylvester) son dos cazatesoros que recalan en la costa de Irlanda para arreglar su barco. Durante su estancia, escuchan los rumores de la existencia de una criatura que ronda las profundidades de la zona. Intuyendo que pueden ganar mucho dinero, capturan a la criatura. Sean (Vincent Winter), un niño huérfano del lugar, les advierte que deben dejar a la criatura en paz o se arrepentirán. Pero Joe y Sam no le hacen caso, más interesados en cómo explotar a la criatura. Se ríen de los científicos que pretenden estudiarla y deciden venderla a un circo de Londres, donde es bautizada con el nombre de Gorgo. Pero lo que no sospechan es que Gorgo no es más que una cría y que su gigantesca madre está de camino y no muy contenta.

Eugène Lourié estaba bastante familiarizado con el género cuando se puso a dirigir Gorgo. Su primera película como director fue el clásico El monstruo de tiempos remotos (The Beast from 20,000 Fathoms, 1953) y desde entonces, casi todo su trabajo como director se mantuvo dentro de este género para el que demostró tener no poco talento. Tal vez es esa misma familiaridad con el género lo que acabó haciendo de esta una película tan especial, que se aparta de lo que era más típico entonces: protagonistas científicos, heroícos militares que se enfrentan al monstruo para abatirlo triunfalmente... Nada de esto aparece en Gorgo. Los protagonistas son dos personajes interesados solo en ganar dinero. Esta avaricia es la que acaba provocando una gran tragedia y que ambos se acaben replanteando su filosofía de vida, una lección poco habitual en la época en que se rodó la película, cuando entonces se relacionaba el éxito personal con el éxito material: tener el mejor coche, la mejor casa y el mejor todo.

Pero el aspecto por el que esta película destaca sobre el resto de títulos parecidos de la época es su contenido ecologista. Aquí el monstruo no es el enemigo a destruir sino el héroe. No se presenta como una criatura malvada sino como un animal que reacciona de forma natural a lo que sucede, un mensaje animalista insólito a principios de los años sesenta del siglo XX. En esto también se ha de agradecer el impacto que tuvo en Lourié lo que le dijo su hija de cuatro años, después de llevarla a ver su debut como director: "has sido malo, papá. Mataste a la simpática criatura". Un comentario que se le quedó grabado a Lourié, que no se esperaba que los niños empatizaran de esa manera con el monstruo. Esto se refleja en Gorgo en Sean, el niño protagonista que representa el centro moral de la historia.

Sin embargo, los aficionados a las películas de monstruos gigantes ven estas películas para disfrutar con algo de acción monstruosa. Y, desde luego, Gorgo no defrauda. El diseño de Gorgo y su madre van más allá del simple lagarto grande o el pseudodinosaurio. Es original, con características, como las orejas "aladas", que le dan personalidad propia y los distinguen de otras criaturas parecidas de la época. Los efectos especiales son muy notables, teniendo en cuenta el presupuesto y los medios que existían entonces. El trabajo de las maquetas es excelente, creando la ilusión de que caen objetos pesados cuando se destruyen los edificios. La integración de la acción monstruosa y los actores humanos está también muy bien lograda. El único plano que resulta poco convincente es una obvia pintura usada para establecer una localidad y solo aparece unos segundos en pantalla.

Aunque sus aventuras continuaron en una efímera serie de cómics, Gorgo no tuvo secuelas. Pero su impacto se notó dentro del género. En especial en la saga Godzilla, después del gran éxito que fue Gorgo en Japón. Y su legado continua, claro, como uno de los mejores títulos clásicos que se pueden encontrar dentro del género.


27 dic 2024

Alien from L.A.



Albert Pyun, después de dos películas dirigidas al público adulto como El planeta del placer (Vicious Lips, 1986) y El tesoro de San Lucas (Down Twisted, 1987), quiso cambiar de estilo y filmar una aventura para toda la familia. El resultado fue Alien from L.A. Una película que, teniendo en cuenta la senisibilidad de Pyun como cineasta y que fue producida por la Cannon, no es la típica película de aventuras para todos los públicos.

Wanda Saknussemm (Kathy Ireland) es una joven que nunca ha salido de su ciudad natal ni ha tenido ninguna gran aventura. Esto es hasta que recibe una carta que la informa de que su padre, el arqueólogo Arnold Saknussemm (Richard Haines), ha desaparecido mientras exploraba unas ruinas en Sudáfrica. Al llegar a su destino, Wanda cae por el mismo pozo sin fondo por el que cayó su padre y descubre que ha llegado a la mítica ciudad de Atlantis. Allí descubrirá a la aventurera que lleva dentro, explorando la extraña ciudad y su más extraña sociedad en busca de su padre.

Se puede intuir por el argumento y parte de la historia, que Pyun se inspiró en clásicos como Alicia en el país de las maravillas y El mago de Oz, más las diversas películas que han inspirado, para dar forma a las aventuras de Wanda en Atlantis. En su viaje por Atlantis, Wanda conoce a diversos personajes, algunos aliados, que la ayudan en su viaje, y otros enemigos, que quieren hacerla prisionera, como les sucede a Alicia y Dorothy. Tras darle cuerpo al argumento, Pyun siguió el consejo de los productores y hacer que un par de guionistas, Judith y Sandra Berg (bajo los pseudónimos Debra Ricci y Regina Davis), le dieran un "toque femenino" al personaje de Wanda. Pero la inherente sensibilidad de Serie B que caracterizó el cine de Pyun se mantuvo intacta. Algunos de estos toques más Pyun van desde que el interés romántico de Wanda no aparece hasta que han transcurrido tres cuartas partes de película y entonces solo brevemente porque Pyun no tuvo la idea hasta que estaban ya terminando el rodaje, hasta hacer que los actores secundarios interpretaran distintos personajes para maximizar el gasto de llevarlos a Sudáfrica.

Aunque la intención de Pyun era, como ya se ha mencionado, filmar una aventura para todos los públicos, es una película demasiado extraña para apelar al gran público. Pero los pases en televisión hicieron que fuera adquiriendo muchos fans, seducidos por su peculiar sentido del humor y original ambientación. Original, si bien muy ochentera: una amalgama de estética videoclip y Mad Max. Y no se puede negar que es muy entretenida y divertida, si conectas con su peculiar sentido del humor. He de advertir que a mí a ratos me recordó a la posterior Super Mario Bros. (Annabel Yankel, Rocky Morton, 1993). Y lo digo como una advertencia porque, para mí, es algo positivo.

Tras finalizar Alien from L.A., Pyun se ofreció a ayudar a los jefazos de la Cannon, Yoram Globus y Menahem Golan, completando una película que se había quedado sin acabar por problemas de presupuesto y "ejecución". Viaje al centro de la Tierra (Journey to the Center of the Earth, 1988) fue iniciada por Rusty Lemorande como una aventura infantil, pero Pyun aprovechó el material que tenía, los decorados y el reparto todavía disponible de Alien from L.A., para convertir esta película sin acabar en una especie de secuela de la suya. Aunque el resultado final es más una suma de escenas para llegar a los 80 minutos no muy coherente en su intento de mezclar distintas tramas y personajes que no se pensaron para mezclarse así.

Alien from L.A.  es una entretenida cinta de Serie B. Pyun intentó realizar una clásica cinta de aventuras, pero su propia sensibilidad era demasiado "B" como para hacer algo mundano y típico. En otras palabras, es una aventura para los amantes de la Serie B y fans de los productos Cannon.


20 dic 2024

Hellboy: El Hombre Retorcido (Hellboy: The Crooked Man)




Llega una nueva película de Hellboy, la gran creación de Mike Mignola, que será celebrada por aquell@s que conocieron a Hellboy a través de los cómics, pero que dejará algo desconcertada a la gente que solo conozca el personaje por las películas. Hellboy: El Hombre Retorcido (Hellboy: The Crooked Man, Brian Taylor, 2024) es una muy fiel adaptación de una de las historias más queridas por l@s fans del personaje.

La travesía de Hellboy por el cine ha sido algo accidentada, pero siempre he disfrutado con cada una de las distintas adaptaciones estrenadas en cines. Las dos primeras de Guillermo del Toro, Hellboy (2004) y Hellboy II: El ejército dorado (Hellboy II: The Golden Army, 2008), eran fantásticos espectáculos, en los que Del Toro se llevaba el personaje a su terreno, alejándose tanto de la fuente original que el director y Mike Mignola acabaron peleados durante el rodaje de la segunda entrega (una de las muchas razones por las que nunca se completó la trilogía). Hellboy (Neil Marshall, 2019) es otro gran espectáculo que celebra las raíces pulp y de Serie B del personaje, pero una excesiva intervención de los ejecutivos del estudio Millennium Films hizo que la película no alcanzara todo su potencial. Estas tres películas tienen en común que, para llegar al gran público, convertían al personaje en el protagonista de épicas mezclas de fantasía y acción, algo que las historias de Hellboy nunca fueron.

Tras el estreno del Hellboy de Marshall, parece que la gente de Millennium aprendió de sus errores y ha devuelto el personaje a sus raíces, en una película más humilde en cuanto a presupuesto que las anteriores películas, lo que permite ser más fiel a la fuente original y arriesgar más (aunque dudo que esto último fuera su intención). El Hombre Retorcido es una historia de folk horror que adapta con gran fidelidad la historia original, en la que se unieron los grandiosos talentos de dos leyendas: Mignola y el gran ilustrador Richard Corben. Su fidelidad al cómic original hace que tenga un grupo reducido de personajes y que su duración sea de solo 99 minutos (contando títulos de crédito).

El año es 1959. Hellboy (Jack Kesy) y la agente de la BRPD Bobbie Jo Song (Adeline Rudolph) regresan en tren de una misión cuando un accidente hace que se queden varados en algún lugar de los Apalaches. Allí descubren que la comunidad está asediada por la malvada bruja Effie Kolb (Leah McNamara), que está al servicio de la entidad conocida como El Hombre Retorcido (Martin Bassindale). Con la ayuda de Tom Ferrell (Jefferson White), que regresa tras sus experiencias en la guerra y descubre que sus padres han sido víctimas de Effie, y la bruja y antigua amante de Tom Cora Fisher (Hannah Margetson), Hellboy y la agente Bobbie Jo intentarán descubrir cómo hacer que la comunidad se libre de la demoníaca presencia del Hombre Retorcido.

La sencilla historia permite al director centrarse en desarrollar a los personajes y crear una atmósfera inquietante, con los ocasionales sustos de rigor. Taylor equilibra bien el terror y la acción, pero también maneja bien las escenas más atmosféricas y visuales, canalizando el homenaje al folk horror más clásico que Mignola tenía en mente para el cómic original. Jack Kesy no lo tiene fácil, teniendo en cuenta los anteriores actores que han interpretado al personaje, pero con la ayuda del maquillaje y el guion no lo hace nada mal. Adeline Rudolph, cuyo personaje ha sido creado para la película, y Leah McNamara son los personajes más destacados, sin tener en cuenta a la araña gigante poseída por un demonio.

Como ya he dicho, siempre he encontrado algo con lo que disfrutar con las películas de Hellboy, pero está es la primera vez que me encuentro con una película que reproduce con exactitud la experiencia de leer un cómic de Hellboy. Y tal vez por eso la película me encantó, si bien soy consciente que quienes busquen una épica de acción y fantasía como las anteriores películas se sentirán decepcionados, pero los que busquen una íntima película de terror protagonizada por una mezcla de demonio y humano disfrutarán al máximo con Hellboy: El Hombre Retorcido.


13 dic 2024

Mausoleum


 

Hay veces, cuando uno está viendo una película especialmente caótica y delirante, que es inevitable preguntarse cómo se llegó a semejante resultado cuando los responsables buscaban algo más comercial y popular. Y hay veces en que uno sabe cómo la película ha acabado siendo cómo es, pero eso no le quita valor o capacidad ojiplática, sino todo lo contrario. Es lo que pasa con Mausoleum (Michael Dugan, 1983).

Susan Walker (Bobby Bresee) es descendiente de la familia Nemod (Nemod, ¿lo pilláis?), una familia que vive bajo una terrible maldición: la primera hija nacida de cada descendiente será poseída por una entidad diabólica. Y eso le sucede a Susan cuando visita la tumba de su madre y se reencuentra con una entidad diabólica que le había visitado cuando era niña. Ahora, todos aquellos alrededor de Susan están en peligro de muerte, ya que la entidad que la posee tiene la costumbre de matar sangrientamente a aquellos que se cruzan en su camino.

Mausoleum es una película muy ochentera. Efectos sangrientos, desnudos gratuitos y cierta inclinación hacia el camp, marcan los puntos álgidos del film como era el tono general de la época dentro del cine de terror de bajo presupuesto. Pero si hablamos de tono, el de la película va de un lado al otro. En ocasiones quiere ser una película seria de terror pero en otras adopta un estilo más cómico. La explicación de esta esquizofrenia es que la película tuvo al menos dos directores: el acreditado Michael Dugan y Robert Barich, también cinematógrafo y guionista de la película. Dugan se cree fue el director al inicio del rodaje, pero este se interrumpió cuando se descubrió que uno de los productores pertenecía a la mafia y usaba el dinero para producir películas como una operación de blanqueo de capital. Luego se retomó el rodaje, momento en el que, posiblemente, Barich tomó las riendas.

El guion también tiene un tono dispar, alternando entre la explotación de la protagonista, la actriz de culto Bobby Bresee, y el hecho que aquellos a los que la poseída Susan ataca son principalmente hombres que intentan abusar de ella. De nuevo, esta disparidad puede que se origine en que, mientras que Barich y Robert Madero aparecen acreditados como guionistas al principio, enterrado en los créditos finales podemos leer que Katherine Rosenwink fue la creadora del guion original. Esto es pura suposición, pero es posible que los toques de empoderamiento femenino se hallaran en el guion original y Barich y Madero añadieran los toques más puramente exploitation.

Lo importante de esta mezcolanza de directores y guionistas es el resultado final. Y este es que Mausoleum es una película de terror divertida y muy entretenida de forma constante. Tiene toques sorprendentes que la convierten en memorable, no siendo el menor de estos que cuando Susan se transforma completamente en demonio tiene pechos con pequeñas caras demoníacas que atacan sin piedad. La película arranca con el demonio haciendo que le explote la cabeza a un pobre desgraciado que quería ayudar a la pequeña Susan, así que ya sabes que no se trata de un sutil ejercicio de terror psicológico. Además, se ha de agradecer que, aunque trata con posesión demoníaca, no hay exorcismos de segunda para salvar a Susan sino que la solución es algo distinto y único del film.

Mausoleum no entrará en la lista de nadie dentro de las mejores películas de terror de la historia, pero sí que ofrece una experiencia única y divertida, aunque sea como resultado de tener una producción accidentada. Es puro cine de serie B con todas las virtudes que lo hacen especial.