Lo primero que quiero dejar claro con este artículo es que yo no soy ni un entusiasta ni un lector habitual de espada y brujería o fantasía heroica. Las novelas de Tolkien se me hacen algo pesadas y aburridas y, en general, son dos géneros que se me hacen muy repetitivos, una cuestión de gusto personal. Las historias protagonizadas por Conan que escribió Robert E. Howard son la excepción que confirma la regla.
Este es un blog, en su mayor parte, sobre cine, pero antes de entrar a hablar sobre las películas protagonizadas por el bárbaro cimmerio, creo que es conveniente comentar la historia de Conan dentro de la cultura popular para entender el enfoque que se adoptó en cada una de las películas.
El primer relato que Howard publicó sobre el personaje fue El fénix en la espada, ambientado en la época en que un maduro Conan se ha convertido en el rey de Aquilonia. El personaje, ya en este primer relato, tocó alguna fibra en los lectores de la revista Weird Tales y se convirtió en un personaje muy popular, el más conocido de los creados por Howard.
Los relatos de Conan también habían tocado una fibra en su creador, escribiendo los cuentos (y una novela: La hora del dragón) casi como si estuviera poseído por el personaje. En sus historias, Howard desarrolló un tema que abarca todos los relatos protagonizados por el cimmerio: el bárbaro enfrentado a la corrupta civilización. Lo hizo en adrenalíticas aventuras cargadas de violencia, sangre, terror, sexo y mucha fantasía, pero ese valor añadido es una de las razones por las que ha sobrevivido hasta nuestros días.
La razón por la que me gusta leer las aventuras de Conan a pesar de no ser para nada aficionado al género es, además de por su visceralidad e intensidad, la mezcla de géneros y elementos que se encuentran presentes. De un relato de pura aventura pasamos a otro con elementos de terror a otro más fantasioso e incluso algunos con toques de ciencia ficción. Todo ello saltando en el tiempo, ya que Howard escribía los relatos como si fuera Conan recordando sus aventuras, con lo que nos encontramos historias de un viejo Conan rey seguida de una en la que es un joven mercenario o pirata o ladrón.
La prematura muerte de Howard, que se suicidó en 1936, dejó huérfanos a sus personajes pero por poco tiempo. La demanda de más historias de Conan hizo que diversos autores publicaran relatos del personaje (como L. Sprague de Camp y Lin Carter) que estaban muy lejos de la calidad lograda por su creador y que en ocasiones contradecían lo establecido por él. En una de las historias escritas por De Camp, utiliza el gastado deus ex machina de hacer que Conan le rece a su dios Crom para que le saque de un apuro, algo que jamás habría hecho Howard.
Estos pastiches de ínfima calidad acabaron con la popularidad del personaje que cayó en el olvido. Era rescatado ocasionalmente en distintas reediciones de sus aventuras, en ediciones no muy cuidadas, manipuladas y que insistían en publicar las historias en orden cronológico en lugar del orden en que las escribió Howard. En los 60 se hizo bastante popular una edición en la que llamó mucho la atención las portadas dibujadas por el gran Frank Frazetta. Por fortuna, hoy en día se pueden encontrar perfectamente editadas las historias de Howard tal y cómo las escribió originalmente y en el orden en que fueron escritas.
El personaje volvió a la primera línea de la cultura popular cuando Marvel Comics empezó a editar una colección protagonizada por Conan, en ocasiones adaptando relatos de Howard, en los 70. La serie fue escrita por Roy Thomas y dibujada por Barry Windsor-Smith. Si bien de indudable calidad, era inevitable que en el cómic se suavizaran los relatos de Howard y que se explotaran los tópicos asociados con la espada y brujería. De todas formas, su enorme popularidad hizo que se pusiera en marcha la primera de las películas sobre el personaje.
Ahora que vamos a entrar a hablar sobre las películas, he de decir que no entiendo por qué en ninguna de ellas se adaptan uno o más relatos de los escritos por Howard. Siempre parten de historias "originales", lo que las acaba haciendo, argumentalmente hablando, muy semejantes entre sí.
Conan, el bárbaro (
Conan the Barbarian, John Milius, 1982): Creo que esta película es una obra maestra, pero estuvo muy cerca de no serlo. El proyecto se inició a finales de los 70, cuando el productor Edward R. Pressman buscaba un vehículo para ser protagonizado por Arnold Schwarzenegger, al que había visto en
Músculos de acero (
Stay Hungry, Bob Rafelson, 1976). Es entonces que alguien le enseña un ejemplar de
Conan el bárbaro de la Marvel y, sin saber que era una creación literaria y no de cómic, decidió llevar el cómic al cine.
Por suerte, el encargo de escribir el guion cayó en manos más capaces: Oliver Stone y John Milius. Fue Milius quien acabaría escribiendo la versión final y quien dirigiría la película, dándole la gravedad y peso que se merecía.
Milius para mí es un genio por haber escrito los guiones de
Harry, el fuerte (Magnum Force, Ted Post, 1973) y
Apocalypse Now (Francis Ford Coppola, 1979). Sin embargo, nunca me ha acabado de convencer el acercamiento biográfico que tiene la película. Me parece innecesario mostrar la vida de Conan de pequeño, más aún cuando evoluciona la historia y se podía haber hecho perfectamente sin necesidad de mostrar la infancia y adolescencia del personaje. A pesar de ello, creo que la película es, como he dicho al principio, una obra maestra.
Por supuesto, el acercamiento biográfico forma parte del tema que Milius desarrolla a lo largo del film y que tiene la gentileza de indicarnos con una cita de Friedrich Nietzsche antes de los títulos de crédito: "Lo que no te mata te hace más fuerte". Y, efectivamente, todo lo que le sucede a Conan en el film lo muestra como un hombre excepcional ya que se va haciendo más fuerte tras cada desafío vital al que se enfrenta.
El film, a través del tono, el diseño de producción y un guion muy bien trabajado; capta perfectamente el tono y la atmósfera de las historias de Howard. Schwarzenegger encarna a la perfección al bárbaro cimmerio, pero además el trabajo de Gerry Lopez, James Earl Jones, Sandahl Bergman, Mako y todo el reparto en general contribuye a darle vida al mundo de la Edad Hiboria.
Personalmente me gusta por grandes momentos cinemáticos como el rescate de la princesa, secuencia sin diálogos y con una gran banda sonora de Basil Poledouris. Así como los toques de feroz romanticismo, como este momento, sacado del relato de Howard
La reina de la Costa Negra, en que Valeria (Bergman) le dice a Conan:
Ni todos los dioses pueden separarnos. Si yo estuviera muerta y tú siguieras luchando por tu vida, regresaría de la oscuridad, de los pozos del infierno, para pelear a tu lado.
Otro gran momento de los personajes, para mí, es este diálogo entre el Brujo (Mako) y Subotai (Lopez):
Brujo:
¿Por qué lloras?
Subotai:
Él es Conan, el cimmerio. Él no llorará. Así que lloro por él.
Es esta manera que tiene Milius de construir los personajes y el mundo que habitan, más que la originalidad de la historia, la que hacen de esta una gran película. Es en esta ejecución en lo que creo que fallan las otras películas. Es el peso dramático sumado a la aventura lo que hace que este film sea un clásico.
Conan, el destructor (
Conan the Destroyer, Richard Fleischer, 1984): Yo no culparía a Fleischer de que esta película no acabe de funcionar como película de Conan. Los estudios quisieron suavizar esta secuela respecto a la anterior para hacerla más accesible, así que hay menos sangre, violencia y nada de sexo. Además, el reparto carece del carisma de la anterior, e incluso la interpretación de Schwarzenegger está menos lograda, aunque la peor interpretación de todas sin duda recae en Grace Jones.
El primer guion fue responsabilidad de Roy Thomas y Gerry Conway que, obviamente, lo acercaron más al personaje del cómic y lo alejaron del creado por Howard. Sin embargo, el guion definitivo fue de Stanley Mann, que lo llenó de todos los clichés y tópicos que os podáis imaginar.
El tono en este film es mucho más ligero, con continuos toques de comedia que no encajan para nada en el universo de la Edad Hiboria. Es decir, lo que hicieron fue una simple y típica película de aventuras que, eso sí, cuenta con un monstruo final realmente fantástico diseñado por Carlo Rambaldi.
El fracaso del film acabó con cualquier intento de hacer más continuaciones.
Conan el Bárbaro (
Conan the Barbarian, Marcus Nispel, 2011): Tal vez porque me regalaron esta película en Blu-ray y no me costó nada verla, soy más benévolo de lo que debería serlo. Esta nueva aventura cinematográfica del personaje es regular. Tiene cosas buenas y cosas malas.
Aprecié que decidieran hacer una película "para adultos", en lugar de simplemente hacer la fantasía para mayores de 13 años que normalmente se estrena ahora en cines. También intentaron ser más fieles al espíritu de Howard. Pero el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones.
El principal problema de este film es que su historia es básicamente una repetición de lo que había hecho Milius, pero Nispel no tiene, ni de lejos, la misma personalidad que Milius. Tenemos, por tanto, una historia nada original pero sin los toques de ejecución que la hacían original en el film de Milius. No es de extrañar que mucha gente pensara que se trataba de un
remake del
Conan de 1982.
A pesar de ello, la primera mitad del film me parece bastante entretenida (aunque de nuevo se inventen una innecesaria infancia para Conan, que aquí interpreta Jason Momoa). Por desgracia, el film progresivamente pierde empuje e interés hasta que llega a un predecible final.
Tal vez con un director con un poco de personalidad al frente y un guion un poco más original, podríamos haber tenido una nueva épica de espada y brujería en lugar de la mediocre aventura que acabó siendo. Aún así, es mejor que
Conan, el destructor.
Actualmente se encuentra en desarrollo
King Conan, una película que estaría protagonizada de nuevo por Schwarzenegger y estaría ambientada en la época madura de Conan.