26 jun 2024

Las hijas de Nikita, más que duras de matar

 


 

Se puede juzgar el impacto de una película por la cantidad (y calidad) de imitaciones que genera. Nikita, dura de matar (Nikita, 1990) fue la película que convirtió en una estrella internacional a su director Luc Besson; una celebrada película de acción con generosas dosis de drama que generó unas interesantes imitaciones o derivaciones o "películas inspiradas en" o las típicas copias de toda la vida.

Empezaremos por la película que lo inicia todo, claro. El cine francés había producido unas distintivas películas de acción durante la década de los 70 del siglo XX, pero poco a poco fue dejando el género de lado. Besson desde el principio se mostró como un director con un gran énfasis en lo visual y el cine de género, produciendo títulos que habían llamado la atención fuera de Francia como Subway (En busca de Freddy) (Subway, 1985). Es este interés en el cine de género, en particular el producido en Hong Kong, aunque interpretado de forma muy personal, que Besson ideó Nikita. En este film una criminal, la epónima Nikita interpretada por Anne Parillaud, es encarcelada por matar un policía, para luego ser secuestrada por una agencia secreta que, a través de un severo entrenamiento, la convierte en una asesina utilizada en misiones especiales.

Lo que hace interesante la película de Besson es la transformación física y psicológica de la protagonista. Al inicio, Nikita aparece como una drogadicta antisocial que comete crímenes sin pestañear, violenta y agresiva como una bestia salvaje. El entrenamiento la convierte en una mujer cultivada y atractiva, pero he aquí el problema. A medida que madura psicológicamente y se enamora de Marco (Jean-Hugues Anglade), su trabajo como asesina empieza a pesar sobre ella. También pesa sobre ella su relación con Bob (Tchéky Karyo), su entrenador y controlador en la agencia secreta, que alternativamente le da soporte emocional, como una figura paterna, o le corta cualquier ilusión. Esta manipulación constante hace que uno no esté seguro de si Bob realmente la aprecia o solo la usa según sus intereses.

Si bien el entramado dramático está muy conseguido y es muy efectivo, lo que realmente atrapa son las tremendas escenas de acción. Unas escenas de acción que, además, estaban protagonizadas por una mujer, algo que en Occidente todavía era raro y exótico. Es decir, en 1990, el gran público apenas había visto ninguna película de acción protagonizada por una mujer, aparte de Aliens: el regreso (Aliens, James Cameron, 1986), El guerrero rojo (Red Sonja, Richard Fleischer, 1985), que no funcionó en taquilla, y películas como China O'Brien (Robert Clouse, 1990), protagonizada por la actriz de culto Cynthia Rothrock, y otras parecidas que se estrenaban directamente en vídeo y no tenían un impacto masivo como el clásico de James Cameron. Nikita fue un gran éxito internacional que, en Occidente, abrió las puertas a las películas de acción a las actrices. Lamentablemente pasarían décadas hasta que esto se normalizara.

Nikita se ha convertido en un clásico del género por esta efectiva mezcla del drama y la acción. Los años no parecen pasar por esta película que ha envejecido como el buen vino y, como veremos, ha inspirado otros clásicos por derecho propio.

 

 

 

 

Black Cat (Hak mau, Stephen Shin, 1991)

Como decía antes, en Occidente no estaban acostumbrados a películas de acción protagonizadas por mujeres. En Asia, en cambio, sí que había tradición de mujeres protagonistas de películas de acción como Angela Mao, Etsuko Shihomi, Michelle Yeoh, Pei-Pei Cheng y la propia Cynthia Rothrock que empezó trabajando en la industria del cine de acción de Hong Kong. Así que es natural que rápidamente se viera el potencial que tenía Nikita y se produjo una versión de la historia al más puro estilo hongkonés. Fue la productora D & B la que intentó hacerse con los derechos para hacer un remake de Nikita, si bien la americana Warner se les adelantó. Esta productora había estrenado Ultra Force 2 (Huang jia shi jie aka Yes, Madam!, Corey Yuen, 1985) y lanzado al estrellato a Michelle Yeoh y a Cynthia Kan, poniéndose al frente de las películas de acción protagonizadas por mujeres que dominaron durante mediados de los 80 hasta mediados de los 90 del siglo XX en el cine de Hong Kong.

Con estos antecedentes es natural que vieran el potencial de Nikita, de modo que siguieron adelante con su versión a pesar de no tener los derechos (luego se hizo un pequeño arreglo cuando Luc Besson amenazó con demandarlos y listo). Para protagonizar el film se buscó a una nueva cara, y la fortuna quiso que esta fuera la primera película que protagonizó Jade Leung, que acabaría siendo una estrella del cine de acción en Hong Kong. Leung es Catherine, una mujer presa de una rabia y una furia inagotable que estalla cuando un camionero intenta aprovecharse de ella en una solitaria parada de camioneros. La situación acaba con Catherine asesinando a un policía pensando que es otro atacante. La CIA intercepta a Catherine cuando escapa de la custodia policial y, aprovechando que oficialmente está "muerta", la utiliza en un experimento: le instalan un microchip en el cerebro para que mejore sus habilidades físicas y mentales, lo que acelera su preparación como agente supervisada por Brian (Simon Yam). La agencia le da un nuevo nombre, Erica, para su vida civil y el nombre en código Black Cat, para cuando la necesitan en alguna misión. Como es de esperar, Erica/Catherine conoce a Allan (Thomas Lam) y ambos se enamoran complicando la situación de Erica dentro de la agencia.

El argumento, como podéis ver, es bastante parecido al de Nikita, pero su narrativa es más eficiente (dura 96 minutos) y está cargada de fantástica acción made in Hong Kong, más un curioso toque de ciencia ficción. Jade Leung no era una artista de artes marciales, pero no se nota porque su trabajo en el film es excelente, aún más su trabajo dramático. La influencia de Nikita se nota no solo en el argumento, también en el tono de Black Cat, sin giros bruscos a la comedia, y la acción también es relativamente realista. Es decir, no hay acción con cables ni nadie da saltos imposibles y mata a tres hombres de una patada. La conclusión, más pesimista que la de ninguna de las otras versiones, también es propia del cine hongkonés y es un motivo por el que hay muchos aficionados que prefieren esta versión a la original Nikita.





 

Black Cat 2. Operación Yeltsin (Hak mau II: Chi saat Yip Lai Hing, Stephen Shin, 1992)

El éxito de Black Cat puso rápidamente esta secuela en marcha, en la que la productora D & B, que atravesaba dificultades económicas, lo dio todo para convertirla en un gran éxito. La jugada no funcionó y la productora entró en bancarrota poco después. La parte positiva del enfoque de D & B es que Black Cat 2 es una locura. Una fantástica y entretenida locura.

En el cine de Hong Kong era más habitual que las secuelas fueran más temáticas que argumentales, repitiendo actores pero sin que la historia siguiente tuviera nada que ver con lo visto anteriormente. La influencia del cine occidental cambió este enfoque en algunos casos. En Black Cat 2 se produce una extraña mezcla: a ratos parece un remake de Black Cat y a ratos una secuela directa, llevando los toques de ciencia ficción más lejos.  Cambiando el diálogo de una escena de la primera entrega en un flashback, ahora se le dice a Erica, Jade Leung de nuevo, que su nombre ahora ya no es ese sino Black Cat... Aunque su nombre no es Erica sino Catherine, Erica es el nombre que le había dado la misma CIA. El caso es que le instalan un nuevo microchip y le borran la memoria, de modo que durante gran parte de la película Erica se comporta como un cyborg sin sentimientos, hasta que poco a poco va recuperando la humanidad gracias a su compañero Robin (Robin Shou). Seguro que ya os habéis dado cuenta que en la secuela hay una mayor influencia de Terminator (The Terminator, James Cameron, 1984) y Robocop (Paul Verhoeven, 1987) que de Nikita.

En esta secuela la acción es más propia del cine hongkonés: peleas con coreografías intrincadas, persecuciones en la nieve y tiroteos imposibles. Acción sin pausa gracias a una trama delirante en la que Black Cat/Erica y Robin deben detener a unos asesinos mejorados empeñados en asesinar al entonces presidente de Rusia Boris Yeltsin. Unos asesinos que Erica puede detectar gracias a  que su chip detecta la radiación que emiten, incluso, en uno de los momentos más delirantes, cuando ve a uno de estos asesinos en televisión.

Adiós al realismo de la primera entrega. Black Cat 2 se lanza hacia la fantasía, en una secuela que casi se puede ver como una película independiente. Es una maravilla que no llega a la altura de la primera, pero es más espectacular y absurda, un delicioso y entretenimiento como solo podía proporcionar el cine de Hong Kong en su época dorada.

 

 


 

 
 
 
La asesina (Point of No Return, John Badham, 1993)

Ah, el inevitable remake americano de una película de éxito extranjera. En este caso, vuestro disfrute de La asesina dependerá bastante de vuestro nivel de "purismo cinematográfico". En mi caso, es una película que disfruto casi tanto como la original de Luc Besson. "Casi" porque tiene algunos puntos flojos.

Tal vez su principal problema es que es muy fiel a la película original, así que no hay sorpresas en cuanto al argumento ni a como avanza la trama. Gabriel Byrne es un actor que me gusta, pero no acaba de funcionar como Bob, Tchéky Karyo maneja mucho mejor la ambigüedad del personaje que oscila entre la manipulación psicológica de Nikita y el afecto real. Por otro lado, prefiero a Bridget Fonda como Maggie, la Nikita americana, antes que a Anne Parillaud. El resto del reparto funciona más o menos igual. Sí que creo que el ritmo y la edición en esta película funciona algo mejor que en el film de Besson. En el original, toda la parte de entrenamiento se hace algo lenta, mientras que Badham lo maneja mejor para pasar a las secciones que más interesan al espectador.

Badham es lo que se llama un director artesano, que se maneja bien en diversos géneros, y que, a pesar de no ser considerado un "autor", tiene unos cuantos clásicos en su filmografía. Uno de sus puntos fuertes es la acción, perfeccionando la comedia de acción, así que en este aspecto su versión no tiene nada que envidiar al film de Besson.

En definitiva, es una de esas raras ocasiones en que disfruto con ambas versiones, optando por una u otra dependiendo del humor en que me encuentre (que quede entre nosotros, creo que Black Cat es la superior de las tres).

 

 

 

La villana (Aknyeo, Jung Byung-gil, 2017) 

Esta película ya la comenté en su día (clicar en el título para saber más) pero no podía faltar en un artículo sobre la influencia de Nikita. Además de influir también en películas de acción posteriores como en la saga John Wick, La villana es posiblemente la película que mejor maneja la mezcla de drama y acción tras el film de Luc Besson. Aunque en este caso el drama está íntimamente ligado con la trama que convierte a la protagonista en "la villana". No cabe duda de que el punto fuerte de esta película son las espectaculares secuencias de acción, en particular la escena de inicio y el fantástico clímax. En definitiva, un clásico moderno de acción que no ha tardado en convertirse en referente.

La influencia de Nikita no se limita solo a estas películas, también hay otras diversas versiones, como una producida en la India, pero estas son las que más fácilmente se pueden ver y, también, son las más notables. El legado del film de Luc Besson también se nota en la cantidad de películas protagonizadas por espías y asesinas con problemas sentimentales (lo que indica que la mayoría fueron escritas por hombres). Tampoco podemos olvidar las dos series de televisión que inspiró, con Peta Wilson como Nikita en la primera y Maggie Q en la segunda en el papel. Algo notable para lo que en un principio se vio como una cinta de acción más.


21 jun 2024

El cristal mágico (Mo fei cui)

 


 

Una de las cualidades que más aprecio del cine de género de Hong Kong de los 80 y 90 del siglo XX es la habilidad de coger o copiar tramas o elementos del cine taquillero occidental, pasarlos por su mezcladora personal y convertir el resultado en una película original y distinta. El cristal mágico (Mo fei cui, Jing Wong, 1986) es el ejemplo perfecto: coge elementos de películas de Steven Spielberg que habían tenido mucho éxito en Hong Kong como E.T. El extraterrestre (E.T. the Extra-Terrestrial, 1982), las dos primeras entregas de las aventuras de Indiana Jones y Encuentros en la tercera fase (Close Encounters of the Third Kind, 1977), y los mezcla con la comedia y la acción propia del cine hongkonés. El resultado es una locura tremendamente entretenida que os dejará ojipláticos.

Andy Lo (Andy Lau) y su ayudante Snooker (Jing Wong) trabajan por libre colaborando con la policía cuando esta necesita ayuda "paralegal". Andy recibe una llamada de Shen (Phillip Ko), un amigo arqueólogo que le pide ayuda ya que está siendo perseguido debido a un gran descubrimiento que ha hecho. Andy, Snooker y Ban-Ban (Siu Ban-Ban), el sobrino de Andy, se dirigen a Grecia para ayudar a Shen. Una vez allí descubren que Shen está siendo perseguido por agentes del KGB, dirigidos por el malvado Karov (Richard Norton). Andy recibe la ayuda de los agentes de Interpol Cindy Morgan (Cynthia Rothrock) y Billy (Siu Chan Mok). Los tres no pueden evitar que los rusos secuestren a Shen, que ha escondido un extraño cristal en el equipaje de Ban-Ban. Cuando Ban-Ban lo abre de vuelta en Hong Kong, descubre que el cristal es una extraña criatura con poderes que le pide ayuda para que no se lo lleve el malvado Karov.

El cristal mágico es una película que busca entretener a toda la familia. Por lo menos, a toda la familia hongkonesa. De ahí que a ratos parezca una película infantil, a ratos una brutal película de acción y a ratos una comedia absurda. El tono de la película salta y cambia constantemente, mezclando la comedia y la acción sin descanso. Y el caso es que funciona, gracias al talento del reparto, que incluye a tres grandes del cine de acción como son Andy Lau, Cynthia Rothrock y Richard Norton. Wei-Wei Huang, que interpreta a la hermana de Andy/madre de Ban-Ban, tiene una fantástica escena de acción, que resulta sorprendente por lo inesperado, pero ejemplifica como esta película hace que funcionen los disparatados ingredientes que la forman. También hay momentos para el humor absurdo, como la escena en la que a un pesado, interpretado por Pak-Cheung Chan, el cristal lo castiga intercambiando sus manos por sus pies.

En otras palabras, esta película es una fiesta. Es divertida, trepidante y llena de impresionantes coreografías de acción. Una de esas películas que te alegran el día y que hacen que tus conocidos se preocupen por tu cordura. Por mi parte, muy recomendada.


19 jun 2024

Black Mask (Hak hap)

 


 

Ahora pegas una patada y te salen cuarenta adaptaciones de cómic, pero durante la década de los 90 del siglo XX las adaptaciones de cómic eran más bien escasas y casi todas americanas, de ahí que Black Mask (Hak hap, Daniel Lee, 1996) resultara una producción tan sorprendente. No solo adaptaba un cómic hongkonés sino que además rozaba la ciencia ficción, un género entonces no muy tratado en el cine de Hong Kong. Pero claro, se trataba de una producción de Tsui Hark, conocido como un visionario dentro del cine hongkonés introduciendo efectos especiales modernos y temáticas que hasta entonces se dejaba para el cine americano. Esta película es el perfecto ejemplo de la manera en que tenía Hark de mezclar influencias occidentales con el estilo oriental.

Tsui Chik (Jet Li) es un hombre tranquilo y pacífico que trabaja como bibliotecario. O, al menos, eso es lo que le parece a sus compañeros de trabajo, en particular a Tracy (Karen Mok), y a su amigo policía Shek Wai-Ho alias "la Roca" (Ching Wan Lau). Lo que ellos no saben es que Chik formó parte del escuadrón 701, formados por un país desconocido "del norte", y que está integrado por hombres y mujeres que formaban parte de un experimento para crear al soldado perfecto. Parte de estos experimentos consistía en cortar los nervios que transmiten los impulsos del dolor, así que no sienten nada cuando les golpean, apuñalan o disparan. Chik, que no quería convertirse en un asesino para el gobierno, escapó y, durante mucho tiempo, pensó que era el único que había logrado sobrevivir. Sin embargo, los supervivientes del escuadrón 701 han regresado, dándose a conocer masacrando a todos los traficantes de droga de la ciudad. Chik adoptará la identidad de Black Mask para enfrentarse a sus antiguos compañeros.

En Hong Kong la industria del cómic, llamados allí "manhwa", estaba prácticamente dominada por la industria del manga. Así que el éxito de Hak hap de Pang Chi-Ming y Li Chi-Tat a principios de los 90 fue muy notorio, lo suficiente para que Tsui Hark decidiera adaptarlo al cine. El proceso para adaptarlo fue bastante largo y la película final es bastante distinta del material en que se basa (al menos eso cuentan las fuentes que he consultado, no he tenido oportunidad de leer el manhwa original). El director escogido por Hark fue Daniel Lee, un director que se caracteriza por ser un estilista, poniendo el estilo para plasmar la historia por encima de todo lo demás. En ocasiones eso puede resultar perjudicial, pero en esta ocasión, teniendo en cuenta el argumento y los personajes exagerados que aparecen, el estilo de Lee encaja a la perfección con la trama de Black Mask, con muchos planos que parecen viñetas que han cobrado vida.

El diseño de la acción corrió a cargo de Yuen Woo-Ping, así que no resulta una sorpresa si digo que las escenas de acción son espectaculares. Más aún si le sumamos las habilidades de Jet Li como artista de artes marciales. Lo que sí sorprende es que es un film muy violento. Es decir, es de esperar una gran cantidad de acción en una adaptación de un cómic de acción enfocada al gran público, pero sorprende el nivel de violencia sangrienta, rozando en ocasiones la clasificación Cat III (el equivalente a nuestro "no recomendada a menores de 18 años"), si bien no me quejo de ello. En la versión americana esta violencia se ve extendida, lo que sorprende ya que lo habitual es lo contrario, cortando otras escenas y añadiendo a la película una blanda banda sonora hip-hop junto a un nuevo doblaje. La versión taiwanesa extiende las escenas de acción y violencia sin cortar nada, solo alterando el texto al inicio que explica el origen del escuadrón 701. En la edición limitada que ha publicado Eureka aparecen todas las versiones del film más una edición extendida que incluye todo el material particular de cada edición.

La historia de Black Mask no es muy original, mezclando elementos que ya habíamos visto en otros títulos como Darkman (Sam Raimi, 1990) o Soldado universal (Universal Soldier, Roland Emmerich, 1992). Pero lo que carece de originalidad lo compensa con pura energía y furia cinética, creando unas frenéticas y exageradas secuencias de acción como solo podía hacerlo el cine de Hong Kong de la época. Un título ideal para los aficionados al cine de acción y al de superhéroes que quieran ver algo distinto, recomiendo la versión sin cortes de Hong Kong o la versión extendida que aparece en la edición limitada de Eureka.


13 jun 2024

Ellas también se deprimen (Even Cowgirls Get the Blues)

 


 

Cuando Ellas también se deprimen (Even Cowgirls Get the Blues, Gus Van Sant, 1993) se estrenó en España en 1995, fui a verla al cine sin saber bien qué iba a ver. Por entonces yo no era más que un adolescente más interesado en el cine gore que en el cine indie, que consideraba que el summum del humor eran las comedias adolescentes con desnudos gratuitos a punta pala (aunque me encantaba el cine de los hermanos Marx y ya conocía las comedias de Billy Wilder). Tampoco sabía quién era Gus Van Sant, aunque resulta que ya había visto una película suya en televisión, cuando pasaban cine en versión original de madrugada, Drugstore Cowboy (1989). Era la época en que empezaba a refinar mi paladar, ampliando también mis horizontes literarios y musicales, pero no estaba listo para apreciar esta película. Y así fue que me dejó completamente indiferente y la olvidé en poco tiempo. Esto es hasta que hace poco leí un artículo sobre la película que me dio ganas de volver a verla, en especial después de leer sobre lo virulentamente que fue rechazada en el momento de estrenarse.

Uma Thurman es Sissy Hankshaw, una mujer que nació con unos pulgares enormes que la han convertido en una experta autoestopista. No hay vehículo que se le resista, lo que le facilita una vida nómada, en movimiento perpetuo. La Condesa (John Hurt), para quien Sissy trabajó en su día como modelo, le pide que acuda a su rancho para rodar un anuncio. Allí Sissy conoce a las vaqueras que se han hecho con el lugar y se queda prendada de su líder Bonanza Jellybean (Rain Phoenix). Sissy se verá envuelta con Bonanza y las vaqueras en su lucha contra las figuras autoritarias que se les pongan por delante.

La película de Van Sant es una adaptación de la novela de Tom Robbins También las vaqueras sienten melancolía, publicada originalmente en 1976. Van Sant decide mantener el periodo histórico en que se publicó la novela y ambienta la historia a mediados de los 70. Y se nota, la película está llena de motivos culturales de los 70 del siglo XX, empezando por la afición a hacer autoestopismo, aunque ya entonces se había convertido en una práctica muy peligrosa. La fidelidad del director hacia la novela explica para mí el rechazo con el que fue recibida la película. Si se hubiese estrenado en el momento de publicarse la novela o incluso ahora, creo que no habría sido recibida de forma tan negativa pero los 90 no eran la década para estrenar una película llena de motivos cómicos psicodélicos que también satirizaba el estilo de vida hedonista de la época. Demasiado extraña para los 90, una década más bien sosa tras los excesos ochenteros.

Pero los motivos por los que fue rechazada en 1993, obligando a Van Sant a reeditarla y volverla a estrenar al año siguiente, son los mismos motivos por los que ahora la película me encantó. Tiene un sentido del humor extraño y peculiar, con diálogos llenos de la jerga psicotrópica y de exploración mental de los 70, cuyos temas de liberación femenina encajan a la perfección con las inquietudes actuales. Por supuesto, personalmente me siento muy identificado con su reivindicación de lo extraño, de la belleza de todo aquello que se aparta de la norma. Además, cuando la he vuelto a ver, con unos horizontes intelectuales mucho más amplios que cuando no era más que un mequetrefe adolescente, me ha divertido mucho y me ha hecho reír con sus rarezas. He sintonizado muy bien con su peculiar sentido del humor, lo bastante como para buscar la novela en que se basa para leerla. Tras verla también me ha hecho preguntarme cómo era la versión original que fue presentada por Van Sant y luego retirada. Más aún tras ver el tráiler, en el que se ven varias escenas que no aparecen en la película; me ha hecho desear que en el futuro se edite una edición coleccionista de esta película que incluya una versión extendida. De momento, os invito a uniros al rancho Rosa de Goma y a la revolución de las vaqueras.


11 jun 2024

Respira (Breathe)

 


Se ha publicado mi crítica de la película de ciencia ficción Respira (Breathe, Stefon Bristol, 2024) en Underbrain Mgz:

https://underbrain.com/cine/respira/

Este es el tipo de película sobre el que más odio escribir: la película mediocre, que no es una buena película pero tampoco particularmente mala. No deja impresión y se olvida rápido.