29 sept 2023

Los mercen4rios (Expend4bles)

 

Parece mentira pero esta franquicia, como sus protagonistas, no se rinde y se estrena Los mercen4rios (Expend4bles, Scott Waugh, 2023). Podéis leer mi opinión al respecto en Underbrain Mgz:

underbrain.com/cine/los-mercen4rios

Lo mejor y lo peor que se puede decir de esta película es que ofrece exactamente lo que te esperas de esta película. Chistes malos, grandes explosiones y peleas a tutiplén. Es entretenida, pero parece obvio que nunca llegará a ser el gran retorno del cine de acción ochentero que imaginaba Sylvester Stallone.

28 sept 2023

Saw X


 

Se estrena nueva entrega de la saga Saw y viví para contarlo. Podéis leer qué me pareció Saw X (Kevin Greutert, 2023) en Underbrain Mgz, clicando aquí:

underbrain.com/cine/saw-x

Aunque es una película medianamente entretenida, solo espero que sea la última entrega porque están cerca de caer en el ridículo buscando maneras de mantener a Jigsaw en la saga.

12 sept 2023

Taxi Hunter (Di shi pan guan)

 

Las habituales películas de justicieros callejeros tienen una estructura común. El protagonista se presenta como una persona normal, en ocasiones veterano de Vietnam durante la década de los 80, que, tras una serie de desgracias/conflictos con criminales, decide tomarse la justicia por su mano, como acto de venganza. Taxi Hunter (Di shi pan guan, Herman Yau, 1993) tiene una estructura similar, pero el objetivo del protagonista no son los típicos delincuentes, sino "malos" taxistas que actúan de forma criminal.

Esta película tiene una trama que resulta chocante, pero para los habitantes de Hong Kong durante finales de los 80 tenía perfecto sentido. Al parecer, según se comenta en los extras de la edición en Blu-ray de 88 Films de esta película, el comportamiento y la actitud de los taxistas en la época rozaba muchas veces lo criminal: aceptar solo los clientes que podían darles una ruta más beneficiosa, añadir gastos extras sin justificar para aumentar la tarifa, tomar siempre las rutas más largas para cobrar más, eran rudos, maleducados... Actitudes que con el tiempo fueron rectificadas mediante distintas leyes, pero algunas de las cuales siguen a día de hoy. En todo caso, el ambiente social de principios de los 90 del siglo XX era el apropiado para contar la historia de Kin (Anthony Wong), un vendedor de seguros de clase media que es feliz con su vida. Es probable que le den un ascenso y su mujer (Hoi-Shan Lai) está embarazada y a punto de dar a luz a su primer hijo. Kin tiene una par de encontronazos con taxistas, pero intenta no darle importancia. Esto es hasta la fatídica noche en que, cuando Kin intenta llevar a su mujer al hospital, ella muere por culpa de un taxista irresponsable que se niega a llevarlos y acaba arrastrando a la pobre mujer por la calle con el taxi. Sumido en una fuerte depresión tras la muerte de su esposa y su hijo no nacido, Kin se lanza en una misión de venganza contra los taxistas criminales.

Como es habitual en el género, la actitud criminal de los taxistas es exagerada para que se entiendan las acciones del protagonista. Por ejemplo, una de las escenas más memorables es cuando Kin detiene a un taxista que está a punto de violar a una clienta. Pero otros incidentes están inspirados en incidentes reales (o al menos eso aseguran los cineastas), lo que está encaminado a que el espectador sienta simpatía por Kin, al que se retrata como un pobre inocente al que se ha empujado demasiado lejos. De todas formas, la idea de un hombre que se dedica a ir "cazando" taxistas no deja de ser algo cómica, lo que explica el tono del film, que va oscilando entre serio y comedia negra. Mención aparte merece Man-Tat Ng como el policía Gao, compañero del policía protagonista Yu Kai-Chung (Rongguang Yu), un personaje exagerado y ridículo que parece que se ha escapado de otra película. El caso es que el uso de humor negro, con momentos muy divertidos, y la interpretación de Anthony Wong son los elementos clave que hacen de este un film tremendamente entretenido. Además de la acción habitual en el cine de Hong Kong, la película intenta introducir cierto comentario social, de ahí que no exagere demasiado la violencia, lo que explica también que sea menos extrema que una película de Categoría III.

Taxi Hunter tiene un argumento inusual, que desde Occidente puede ser interpretado como una sátira de la típica película de justiciero callejero, que la hace destacar frente a otras películas del mismo estilo. En cierto modo, se puede ver como la respuesta asiática a Un día de furia (Falling Down, Joel Schumacher, 1993), estrenadas ambas el mismo año. Un argumento más para ver esta interesante película de Herman Yau.

8 sept 2023

Secreto sangriento (Doppelganger)

 

La idea de un doble malvado, un gemelo que encarna lo peor de nuestra naturaleza, está presente en la mitología y en el arte casi desde el inicio de los tiempos. Es una potente alegoría, que se encuentra, por ejemplo, en la base del desdoblamiento del doctor Jekyll y míster Hyde. En la mitología alemana este doble se conoce como "doppelgänger" y verlo significa que la muerte está próxima. El director Avi Nesher se inspiró en todos estos mitos en Secreto sangriento (Doppelganger, 1993).

Patrick Highsmith (George Newbern) es un guionista sin trabajo que decide alquilar una habitación en su casa para ganar algo de dinero. Así se presenta en su casa Holly Gooding (Drew Barrymore), una atractiva mujer que Patrick está encantado de tener de inquilina. Entonces, Holly empieza a actuar de forma extraña, con súbitos cambios de humor y personalidad. Cuando empieza a morir gente, Patrick debe decidir si ayudar a Holly a luchar contra la doble que asegura que la persigue, o creer a los que le dicen que Holly sufre de doble personalidad.

En su día, Doppelganger llamó la atención cuando se estrenó en Sitges, más que nada porque no era habitual tener a una estrella como Drew Barrymore de protagonista en una película de terror como esta. Recuerdo que un tiempo más tarde la vi cuando se pasó por televisión, sin que me dejara una fuerte impresión, pero sin llegar a olvidarla del todo. Tuve la idea de recuperarla cuando vi que su director fue Avi Nesher, director de dos películas que me gustan bastante como son She (1982) y Treinta minutos para morir (Timebomb, 1991). Vista hoy día se entiende que no sea recordada como un clásico del género o una película de culto. Dicho esto, la película también tiene detalles curiosos y un buen final que la redime de los momentos más mediocres.

El problema de Doppelganger es que el director y guionista Nesher no parece tener claro que tipo de historia quiere contar. Arranca con Holly, pero luego el protagonista pasa a ser Patrick, uno de esos personajes que se supone son divertidos y encantadores pero no acaban de ser ni una cosa ni la otra. A partir de aquí, el film se desarrolla como un thriller, no muy original, sobre un hombre que sospecha que su inquilina tiene doble personalidad y puede resultar muy peligrosa. El guion separa las dos personalidades al estilo de muchas películas sobre Jekyll y Hyde, presentando a la otra Holly como mucho más desinhibida sexualmente y dada a seguir sus impulsos más oscuros sin remordimientos. Pero Nesher también decide jugar la carta de que la doble sea real, para mantener el interés del espectador. El resultado es que ambas posibilidades se van desarrollando, siendo el objetivo del director una mezcla de las dos. Esto puede que la perjudicara, ya que los espectadores que esperaban ver un thriller al estilo de Atracción fatal (Fatal Attraction, Adrian Lyne, 1987) o Mujer blanca soltera busca... (Single White Female, Barbet Schroeder, 1992) se quedarían decepcionados o desconcertados ante los elementos más fantásticos del film.

Esto hace que el desarrollo de la película sea algo confuso, pero también hace que el final sea muy entretenido, con momentos algo ridículos que funcionan a favor de la película. Esto hace que Doppelganger quede como una curiosidad. No es lo bastante buena para que sea un título a reivindicar dentro del género, pero no deja de ser entretenida y puedes pasar un buen rato con ella.

6 sept 2023

El Viernes 13 indonesio

 
Si la imitación es la forma más sincera de elogio, desde luego a Sisworo Gautama Putra le entusiasmó Viernes 13 (Friday the 13th, Sean S. Cunningham, 1980). El director llevaba tiempo buscando inspiración para rodar una película de terror y el clásico de Sean S. Cunningham fue lo que necesitaba para poner en marcha Srigala (1981).

Caroko (S. Parya), Tommy (Barry Prima) y Johan (Rudy Salam) llegan a un lago para buscar un tesoro que se rumorea está hundido allí. Nina (Lydia Kandou), Hesty (Siska Widowati) y Pono (Dorman Borisman) van al mismo lago pero para disfrutar de un divertido fin de semana. Los dos grupos se unirán primero por la diversión, luego por el terror a medida que uno a uno sea asesinado por un intruso misterioso. Una trama que no es muy distinta de los slashers de la época, pero novedosa dentro del cine indonesio más aficionado al terror místico y sobrenatural.

La influencia de Viernes 13 se nota durante la parte final de la película, en el enfrentamiento entre la final girl y el asesino, con algunos momentos copiados casi plano a plano. Sin embargo, Srigala es lo bastante exótica y diferente como para que resulte entretenida sin tener en cuenta el plagio, un poco como pasa con las películas de Sergio Leone y sus deudas con el cine de Akira Kurosawa. Lo curioso es que por como cambia la trama el director Gautama Putra, Srigala resulta un curioso, y completamente inconsciente, enlace entre el slasher y el giallo. La película mezcla elementos argumentales propios del giallo con el estilo y los asesinatos del slasher, como lo hacen híbridos italianos como Aquarius aka Stage Fright (Deliria, Michele Soavi, 1987).

Por supuesto, para el espectador occidental, lo que más llama la atención son los toques exóticos, perfectamente normales para el espectador indonesio. El que se hizo más llamativo para mí fue la manera en que, a pesar de que no se trata de un film de terror sobrenatural, los personajes parecen envueltos en un mundo místico. Cuando Caroko intenta disuadir al trío juvenil de que se vayan para que no interfieran en su búsqueda del tesoro, les dice que la zona del lago ha sido declarada "embrujada" por el gobierno y que hay una gran presencia de demonios y fantasmas. Un comentario que parecería absurdo fuera de un episodio de Scooby-Doo, pero que es aceptado por los jóvenes que aseguran no estar preocupados porque respetan y aman a la Naturaleza y no darán motivo a los fantasmas para enfadarse. Más tarde, Pono comenta de forma casual que su abuelo es un chamán y que le ha acompañado en distintas cazas de fantasmas. Si esta aceptación del mundo místico como algo real y evidente me resultaba chocante, no lo fue menos la escena en la que una discusión entre Nina y Hesty, sobre como Hesty es demasiado lanzado con los muchachos, se convierte en una pelea de artes marciales propia de una cinta de acción. A esto hay que sumarle una súbita persecución con lanchas como si fuera una peli de James Bond.

Tener elementos reconocibles mezclados con otros muy exóticos convierte el visionado de Srigala en algo a un mismo tiempo extraño y familiar. Por tanto, aunque la copiada de Viernes 13 es bastante obvia y reconocible, esto no le quita valor al film, todo lo contrario. Es una experiencia tan peculiar y entretenida que no puedo más que recomendarla a los fans del género.

30 ago 2023

Labios ardientes (The Hot Spot)


 

El thriller erótico y el neo-noir son dos géneros que empezaron a coger fuerza a mediados de la década de los 80 del siglo XX, pero realmente alcanzaron su máxima popularidad durante la década siguiente. La década de los 90 fue la época dorada de estos dos géneros que se entrecruzaban y alimentaban mutuamente. Por un lado, muchos de los argumentos del thriller erótico provienen del cine negro clásico, como base para crear tramas en las que tengan cabida un abundante número de tórridas escenas. Por otro lado, el neo-noir podía ser mucho más explícito en el terreno sexual de lo que fueron sus clásicos antecedentes del cine negro al ser rodados con una censura más permisiva. Labios ardientes (The Hot Spot, Dennis Hopper, 1990) es un gran título dentro del neo-noir con unas gotas de thriller erótico.

Resulta sorprendente que este no sea un título más conocido o que no funcionara en el momento en que se estrenó. Tiene un reparto que hoy es más notorio de lo que podía serlo para el público de 1990. Don Johnson encarna a la perfección el seductor vagabundo Harry Madox, de oscuro pasado y con aficiones criminales, Jennifer Connelly encarna a la perfección la "chica decente" Gloria Harper y Virginia Madsen es una fantástica femme fatale como Dolly Harshaw. Completando el elenco tenemos una gran selección de actores de reparto como William Sadler, Charles Martin Smith y Jack Nance. Es posible que el gran trabajo del reparto se deba a que el director era otro actor notable como fue Dennis Hopper. Y para los amantes del género, el argumento es puro cine negro: Madox llega a un pueblo pequeño de Texas, en el que hace mucha calor. Allí no tardará en verse envuelto en un atraco, un affair amoroso con la esposa de su jefe, Dolly, la cual no tarda en proponerle un plan para librarse del mencionado jefe, y una trama de chantaje cuya víctima es Gloria. No solo el argumento se adhiere fielmente al género, queda claro que Hopper quería realizar una pieza de cine negro con todas las letras.

Charles Williams publicó en 1953 Hell Hath No Fury, luego retitulada en siguientes reediciones The Hot Spot. A principios de los 70 hubo un primer intento de llevar la novela al cine con guion del propio autor y Nona Tyson. Al final el proyecto no llegó a buen puerto y se quedó dando vueltas por los estudios hasta que a finales de los 80 se le ofrece a Mike Figgis, que acababa de estrenar el thriller Lunes tormentoso (Stormy Monday, 1988). Figgis reescribió el guion para darle un aire más contemporáneo y convertirla en una película de atracos. Desacuerdos con el reparto escogido por Figgis hizo que el proyecto volviera a quedar en nada y fue entonces que le llegó a Dennis Hopper.

Hopper recuperó el guion original escrito por Charles Williams y Nona Tyson, lo que ya dejaba claras sus intenciones de rodar una auténtica pieza de cine negro. Esto se nota también en como visten los protagonistas y los coches que conducen. Es decir, mientras que la película se sitúa en el presente en que fue rodada, el vestuario de Don Johnson, Virginia Madsen y Jennifer Connelly parece sacado de los años 50, al igual que los enormes coches que conducen Johnson y Madsen. Esta decisión de Hopper hace que los personajes se muevan en el presente dentro de su propia burbuja noir. Esta decisión puede que también venga influida por el trabajo de David Lynch, que también hace esta especie de mezclas entre presente y pasado, así como la presencia de Jack Nance, un habitual de Lynch, ya que Hopper había trabajado con ambos en Terciopelo azul (Blue Velvet, David Lynch, 1986).

Tanto el título castellano como el original son bastante apropiados, porque es un film muy caliente. La temperatura en la que transcurre la acción es alta, aunque no tan alta como las pasiones bajas que dominan a los personajes. No solo sexuales, también les mueve la avaricia y la ambición. De nuevo, algo muy habitual dentro del cine negro.

Cine negro cargado de pasión, una mezcla irresistible que hace de este un film una delicia. ¿Por qué no triunfó como se merecía? Es un misterio, pero poco importa lo que pasó cuando se estrenó. Lo que importa es poder disfrutarla en el presente, disfrutar con su colección de personajes amorales e inmorales, corruptos y de alma podrida.

25 ago 2023

Fuerza máxima (Drive)


 

El destino puede ser bastante cabroncete. Si Fuerza máxima (Drive, Steve Wang, 1997) hubiese tenido un estudio que hubiese sabido comercializarla y distribuirla, habría tenido un éxito que se habría adelantado a Hora punta (Rush Hour, Brett Ratner, 1998) y Matrix (The Matrix, las hermanas Wachowski, 1999) a la hora de crear una película de acción americana con toda la furia y energía de las películas de acción de Hong Kong, antes de que se pusieran de moda en Hollywood. Por desgracia, el estudio que produjo Fuerza máxima decidió recortar casi 18 minutos de metraje (todo lo que era desarrollo de los personajes y recortar las escenas de acción, además de cambiar la banda sonora) y distribuirla sin pena ni gloria directamente en video. Con el tiempo, especialmente desde que al cabo de unos años se editó el montaje del director, el Drive de Steve Wang se ha convertido, merecidamente, en un título de culto dentro del cine de acción.

Nos encontramos en un futuro cercano, pasado mañana como quien dice. Toby Wong (Mark Dacascos) huye de una gran corporación china con la intención de llegar a Los Ángeles, ciudad en la que otra gran corporación americana le pagará para quitar las mejoras que han introducido en el cuerpo de Toby para hacerlo más rápido y fuerte. Toby tiene también motivos más personales y políticos para huir del país, pero eso no le preocupa demasiado al grupo de mercenarios que le persigue sin descanso, encabezados por Vic Madison (John Pyper-Ferguson) y Hedgehog (Tracey Walter). En su huida, Toby se aliará con Malik Brody (Kadeem Hardison), que es un involuntario testigo de lo que sucede.

Hasta el estreno de John Wick 4 (John Wick: Chapter 4, Chad Stahelski, 2023), Fuerza máxima era la única película americana que realmente capturó la energía de las películas de acción de Hong Kong, mientras que muchas producciones hollywoodienses lo intentaron fracasando estrepitosamente. Incluso cuando las películas americanas de acción con artes marciales funcionaban, nunca acababan de entender la magia de las producciones hongkonesas. Pero el director Steve Wang, posiblemente porque era un fan del género, supo crear energéticas y vibrantes escenas de acción, coreografiadas por Koichi Sakamoto junto su equipo japonés de especialistas Alpha Team, que cuentan con la ventaja de tener a un Mark Dacascos en plena forma.

La terrible versión editada directamente en video, como ya hemos dicho, eliminaba todo el desarrollo de los personajes y se centraba en la acción (que también está recortada). Lo que demuestra que no entendían en absoluto lo que hacía funcionar la película. Porque sí, la acción es espectacular y fantástica y la razón de ser de una película del género, pero si no se le da al espectador una razón por la que implicarse en la historia y los personajes, la acción no funciona de la misma manera, incluso puede llegar a cansar. Parte de lo que hace Drive tan efectiva como película de acción es la relación entre los dos protagonistas y lo que vamos descubriendo de cada uno a lo largo que avanza la historia. Que te importen los personajes y lo que les sucede es lo que hace que te involucres en la acción. Además, el director consigue hacer funcionar las distintas oscilaciones en el tono del film, saltando de la comedia a la seriedad tan bien como salta Dacascos dando patadas. El tono cómico ayuda a procesar los momentos más absurdos de la trama y le da salsa a algunas escenas de acción. En este sentido destaca la aparición de Britanny Murphy como Deliverance Bodine, en un papel pequeño pero memorable.

Drive es una película que recomiendo sin reservas, en especial si te gusta el cine de acción a la Hong Kong, pero solo si es el montaje del director que dura 117 minutos.

23 ago 2023

No tengas miedo (Cobweb)


 

Ya podéis leer la crítica que he escrito de No tengas miedo (Cobweb, Samuel Bodin, 2023) para Underbrain Mgz, solo está a un clic de distancia:

https://underbrain.com/cine/no-tengas-miedo-cobweb/

Una película que demuestra que no se ha de contar una historia original para crear una película entretenida que funciona como simple cuento de terror.

18 ago 2023

Orca: La ballena asesina (Orca)


 

Cuando Orca: La ballena asesina (Orca, Michael Anderson, 1977) se estrenó en cines, lo hizo rodeada de imitaciones de Tiburón (Jaws, Steven Spielberg, 1975), títulos que seguían explotando el éxito del clásico de Steven Spielberg como Tentáculos (Tentacoli, Ovidio G. Assonitis, 1977), ¡Tintorera! (René Cardona Jr., 1977) o la italiana L'ultimo squalo (Enzo G. Castellari, 1981) que en su día se estrenó en España como Tiburón 3. Muchas de estas películas se pusieron en marcha ya que Universal también quería su ración de explotación con el estreno de Tiburón 2 (Jaws 2, Jeannot Szwarc, 1978). Es por esto que Orca, de forma algo injusta, fue apilada con el resto de estos títulos. Y es injusto porque, aunque es obvio que Dino De Laurentiis puso en marcha la producción por el éxito de Tiburón, el film resultante es muy distinto y tiene mucha más personalidad que el grupo de películas en el que fue apilado. Con la distancia del tiempo, es ahora que Orca empieza a ser valorada y juzgada por sus méritos, que no son pocos.

Lo que hace diferente a Orca es la manera en que trata los elementos propios del cine ecoterror de los 70, para presentarnos una historia con un tono trágico y melancólico, se podría decir muy "setentero", en la que la orca protagonista se presenta como algo más que un simple monstruo devorador de incautos. Richard Harris es Nolan, un pescador irlandés que busca la manera de ganar suficiente dinero como para pagar la hipoteca del barco que heredó y regresar a Irlanda. Nolan ve una oportunidad de oro cuando descubre la presencia de orcas en la zona, e intenta capturar viva una para venderla a un parque acuático. La bióloga marina Rachel Bedford, a la que da vida Charlotte Rampling, intenta persuadir a Nolan para que se olvide de pescar una orca, sin éxito. El intento de pesca resulta es un fracaso y tiene un terrible resultado: mueren la orca hembra y la cría que llevaba en su vientre delante de la orca macho que, desde ese momento, se empeña en vengar la muerte de su familia persiguiendo a Nolan y a su tripulación.

La película crea un retrato de la orca que busca que el espectador entienda sus motivaciones. No se trata de una criatura malvada porque sí, es una criatura que ha sufrido terriblemente por culpa del ser humano. En concreto, por culpa de uno en particular: Nolan. Aquí también la película se aparta del tópico, ya que el personaje que interpreta Harris podría muy bien resultar odioso al espectador. Pero a lo largo del film Nolan muestra una interesante evolución, en la que pasa de ver a la orca como un simple animal al que explotar a verlo como un igual.

Eso no quiere decir que entre la orca y Nolan no haya un creciente odio, alimentado por las muertes que la orca provoca con su venganza. Una venganza que ofrece al espectador escenas espectaculares, siendo la más memorable el ataque a la casa de Nolan, una escena que se me quedó grabada en la memoria desde que vi la película de niño en televisión, si bien entonces no tenía ni idea que la infortunada a la que devoran una pierna era nada menos que la futura mujer 10 Bo Derek en uno de sus primeros papeles.

La publicidad de la época presentaba la criatura titular como un monstruo más típico. Lo que tampoco resulta decepcionante, ya que el film ofrece muchos momentos "monstruosos", pero se ha de reconocer el trabajo en el guion, en el que participó Robert Towne, para ofrecer una historia más interesante, más profunda que las más superficiales películas que se estrenaron por la época. Que no es que quiera hacerlas de menos, es que Orca es mucho más.

8 ago 2023

Cocodrilo (Crocodrile)

 

Cada vez tengo más claro que Tobe Hooper fue uno de los directores más menospreciados, incomprendidos e infravalorados dentro del cine de terror. La mayoría de sus películas, en el momento en que se estrenaron, fueron destrozadas por la crítica y por los aficionados, pero con el tiempo se ha demostrado que simplemente fueron malentendidas por la mayoría y se han revalorizado, aunque es una lástima que Hooper no llegara a verlo. Como Alianza macabra (The Mangler, Tobe Hooper, 1995), una película que con el tiempo cada vez me gusta más, en su día Cocodrilo (Crocodrile, Tobe Hooper, 2000) fue recibida como una muestra más de la decadencia de Hooper. Pero al volverla ver con un ojo más atento, se descubre que es mucho más de lo que parece a simple vista.

El argumento de Cocodrilo es bastante simple. Un grupo de típicos jóvenes de vacaciones provocan inadvertidamente la ira de un gran cocodrilo, que procede a perseguirlos y devorarlos uno a uno. Y si eso es todo lo que uno busca en una película, esta se lo ofrece de forma bastante entretenida teniendo en cuenta el presupuesto. Sin embargo, Hooper, con la colaboración de la pareja de guionistas Jace Anderson y Adam Gierasch, aprovechando la simple estructura de la película, introdujo toda una serie de detalles y elementos que, con no poco humor negro, reflejan elementos de sus películas pasadas.

El rodaje de Cocodrilo coincidió con el 25º aniversario del estreno de La matanza de Texas (The Texas Chain Saw Massacre, 1974), el clásico de Hooper que marcó toda su carrera. Esto no le pasó desapercibido al director, que le puso en un modo no nostálgico, pero sí reflexivo. En diversas escenas esconde elementos que remiten al clásico título. Tenemos, por ejemplo, la decoración de calaveras en la tienda de un cazador de caimanes o la escena en la que los protagonistas llegan a una tienda en busca de refugio y armas, encontrando una sierra mecánica... que no funciona. La referencia más clara, que me hizo darme cuenta de lo que Hooper estaba haciendo, es cuando quedan tres supervivientes, uno de ellos debe ser llevado en un carrito debido a una herida, quejándose y lloriqueando continuamente de modo parecido a como lo hacía Franklin en La matanza de Texas. Este fue el momento que me hizo abrir los ojos y empezar a ver todos los detalles a los que antes no les había dado la importancia que se merecían.

El tono oscila entre la seriedad y la comedia negra, los protagonistas se pelean entre ellos casi más que con el cocodrilo. Un gran número de sustos cortesía del gigantesco cocodrilo acaban de redondear esta película que, aunque no está entre los grandes títulos de Hooper, demuestra hasta que punto fue un incomprendido, incluso entre aquellos que deberían haber tenido un poco más de fe en el director.

 

Cocodrilo fue seguida de la secuela Cocodrilo. Aguas sangrientas (Crocodrile II: Death Roll aka Crocodrile 2: Death Swamp, Gary Jones, 2002), con guion, de nuevo, de Jace Anderson y Adam Gierasch. El planteamiento traslada la acción a México, con un grupo de atracadores que huye con un importante botín y quedan atrapados, junto a sus rehenes, en un pantano perseguidos por un cocodrilo enorme.

Se repite de nuevo el planteamiento simple y no muy original, que queda compensado con la energía que le imprime el director Gary Jones al film y la presencia en un papel secundario de Martin Kove. El film ronda los 90 minutos y se pasa bastante rápido, es poco más que un simple entretenimiento. Admito que no la habría visto si no fuera porque iba incluida con la película de Hooper, pero hizo que la inversión en el pack fuera más acertada.

28 jul 2023

Playa sangrienta (Blood Beach)


 

El impacto de Tiburón (Jaws, Steven Spielberg, 1975) fue tan brutal que, años después de su estreno, se seguían produciendo imitaciones intentando replicar el éxito del clásico de Steven Spielberg. Una oleada de imitaciones que se reavivaba con el estreno de las secuelas oficiales. Estas imitaciones adoptaban distintos enfoques, dejando de lado las copias italianas, para que no fuese tan obvia la intención. Esto dio a pie a excelentes películas de culto como Piraña (Piranha, Joe Dante, 1978) o Asesino invisible (The Car, Elliot Silverstein, 1977). En el caso de Playa sangrienta (Blood Beach, Jeffrey Bloom, 1980), hay un claro intento de recuperar el cine de monstruos de la década de los 50 del siglo XX, mezclado con el terror ecológico de moda durante la posterior década de los 70 y la "tiburonitis".

Varias personas desparecen misteriosamente en una playa de Los Ángeles. La policía, liderada por el capitán Pearson (John Saxon), no tiene pistas sobre lo que puede estar pasando. El guardacostas Harry Caulder (David Huffman) sospecha que se trata de una criatura extraña que acecha en la arena de la playa. Harry está decidido a cazarla con la ayuda de Catherine Hutton (Marianna Hill), hija de una de las víctimas y antigua prometida de Harry. Este argumento hace más evidente los paralelismos entre Blood Beach y películas de la edad dorada de los monstruos atómicos como El ataque de los cangrejos gigantes (Attack of the Crab Monsters, Roger Corman, 1957), incluso algunas posteriores como The Horror of Party Beach (Del Tenney, 1964). Y, sin embargo, Blood Beach carece de la energía de las películas que quiere imitar.

La ausencia de un presupuesto robusto trajo consigo que la criatura responsable solo aparece brevemente en el clímax del film. Durante el grueso de la película se ve a las víctimas desaparecer bajo la arena, como máximo aparece una solitaria garra que coge a la víctima escogida y algo de sangre. Lo que se traduce en que todo se hace muy repetitivo y no hay auténtico suspense, ya que es obvio lo que sucederá cuando algún personaje se queda solo en la arena. Entre ataques, el metraje se rellena con los protagonistas deambulando por la pantalla dándole vueltas a lo mismo (¿es un asesino o es una criatura? ¿Es una criatura o es un asesino?). En otras palabras, a pesar de lo prometedor del póster (más divertido que la película) y el argumento, Blood Beach resulta ser una película bastante aburrida.

El director Jeffrey Bloom no sabe evitar que se note el bajo presupuesto y el ritmo es muy lento. Sumado al decepcionante final, carente de emoción (al menos está en sintonía con el resto de la película), resulta en uno de esos títulos que resulta más popular por su argumento que por ella misma. Por supuesto, tiene sus fans que la han convertido en película de culto, si bien es una de esas ocasiones en que no acabo de ver el motivo, ni siquiera habiendo visto la versión sin cortes. Juzgad por vosotros mismos si vale la pena poner pie en la Playa sangrienta.

20 jul 2023

Guerreros del espacio (The Ice Pirates)


 

Cada vez que se estrenaba una nueva entrega de Star Wars, una nueva horneada de producciones dentro del género, imitaciones y derivados intentaba aprovechar algo del éxito de la saga creada por George Lucas. Algunas de estas producciones sabía identificar las bases sobre las que se asentaba la creación de Lucas y darle su propia personalidad, convirtiéndose ellas mismas en películas de culto, como fueron Star Crash, choque de galaxias (Starcrash, Luigi Cozzi, 1978) o la plagiada en la Rebel Moon (2023) de Zack Snyder Los 7 magníficos del espacio (Battle Beyond the Stars, Jimmy T. Murakami, 1980). Otras películas copiaban elementos de la saga Star Wars y los mezclaban con otros elementos del pulp y películas también populares entonces, para darle su propio giro, como Krull (Peter Yates, 1983) o Cazador del espacio: Aventuras en la zona prohibida (Spacehunter: Adventures in the Forbidden Zone, Lamont Johnson, 1983). Tampoco podemos dejar de lado las diversas parodias inspiradas por Star Wars como Galaxina (William Sachs, 1980) o La loca historia de las galaxias (Spaceballs, 1987). Y luego tenemos Guerreros del espacio (The Ice Pirates, Stewart Raffill, 1984), que intentó aglutinar todo lo mencionado anteriormente sin conseguirlo del todo.

La acción arranca en un lejano futuro. Resulta que dentro de 10000 años el agua se convertirá en un bien escaso, por tanto, extremadamente valioso. Los Templarios son la corporación que domina el comercio de agua, lo que ha provocado la aparición de los "piratas del hielo", que se dedican a robar el agua de las naves de los Templarios, amenazando su monopolio. Uno de estos piratas, Jason (Robert Urich), es capturado junto a sus compañeros y marcado para ser convertido en esclavo. Jason es rescatado por la princesa Karina (Mary Crosby), con la condición de que Jason y su tripulación le ayuden a encontrar a su padre, que fue en busca del legendario séptimo planeta. Un argumento que descubre que usó el director Stewart Raffill como base para su aventura espacial: si George Lucas utilizó las películas de samuráis de Akira Kurosawa y el western, Raffill mezcló la aventura espacial con las clásicas aventuras de piratas al estilo de El capitán Blood (Captain Blood, Michael Curtiz, 1939) o El temible burlón (The Crimson Pirate, Robert Siodmark, 1952). Aunque esa no era la intención original.

Originalmente, The Ice Pirates iba a ser una épica aventura de ciencia ficción titulada The Water Planet que mezclaría la ciencia ficción con el mito de Jasón y los Argonautas, escrita por Stanford Sherman, el guionista de Krull. Pero entonces, principios de la década de los 80, Metro Goldwyn Mayer, el estudio que financiaba el proyecto, entró en dificultades económicas. Por ello, se decidió reducir el presupuesto del film para hacerlo más factible. La reducción del presupuesto trajo consigo que se cambiara el tono del film: de aventura seria (con toques de humor) a aventura cómica (con toques serios). El director se encargó de rescribir el guion para convertirlo en una comedia espacial.

Esta apresurada rescritura no le sentó muy bien a la película. Hay muchos chistes que están fuera de lugar y no encajan con el estilo del film (añadiendo algunos que son directamente racistas como el chulo-robot), hay momentos que rozan la pura parodia, mientras que otros momentos son extrañamente serios. Sin embargo, la mayor parte del reparto, como Ron Perlman y Anjelica Huston, se adaptan bien a la comedia, excepto Robert Urich, que no tiene el carisma ni la gracia necesarias. Urich habría sido una mejor opción si el film hubiese mantenido el tono serio original.

Durante la mayor parte del metraje, la película funciona. Más o menos. Hay momentos que la comedia es efectiva y la acción también contribuye a que la película mantenga al espectador entretenido, aunque no muy enganchado. Tal vez por las limitaciones del presupuesto, Guerreros del espacio se desmonta en la última parte, con una serie de secuencias que se acaban haciendo aburridas por lo repetitivas y un final apresurado que deja muchas cosas en el aire.

Imagino que incluso The Ice Pirates tiene sus fans, supongo que personas que la vieron cuando eran pequeños y les provoca un cariño nostálgico. Pero, dentro de las muchas producciones del estilo que se rodaron entonces, no resulta especialmente memorable, ni siquiera como un título particularmente terrible o inepto. En algunos momentos te ríes, en otros te aburres, lo que se dice una película mediocre.

Oppenheimer


 

¡¡¡KA-BUUUUMMM!!! Ya ha caído el bombazo que ha dirigido Christopher Nolan. Oppenheimer (2023) es una tremenda película de la que podéis leer mi crítica en Underbrain Mgz:

https://underbrain.com/cine/oppenheimer/

Solo Nolan podía coger un biopic y transformarlo en un thriller con momentos de pesadilla. Las tres horas más cortas que he vivido.

11 jul 2023

Misión imposible: Sentencia mortal - Parte 1 (Mission: Impossible - Dead Reckoning Part One)


 

Se estrena Misión imposible: Sentencia mortal – Parte 1 (Mission: Impossible – Dead Reckoning Part One, Christopher McQuarrie, 2023), un festival de acción del que podéis leer la crítica que he escrito para Underbrain Mgz aquí:

https://underbrain.com/cine/mision-imposible-sentencia-mortal-parte-1/

Fantástica montaña rusa, se prepara un final realmente épico para esta franquicia.

La saga Crepúsculo

 

Hasta el momento en que se me ocurrió la idea de escribir este artículo, nunca había visto ninguna de las películas de la saga Crepúsculo ni leído ninguna de las novelas en que se basaban. Cuando se estrenaron no me llamaron la atención ni me interesaron, no parecía que fuera algo hecho para mí. Además, de joven era un gran fan de la serie creada por Joss Whedon Buffy, cazavampiros (Buffy the Vampire Slayer, 1997-2003). Y hay algo que nunca me gustó de la serie, por mucho que me apasionara el resto, el romance entre Buffy (Sarah Michelle Gellar) y Angel (David Boreanaz). No solo porque Angel nunca me gustó como personaje, de ahí que nunca me molestara en ver el spin-off protagonizado por él, sino porque se trataba de un hombre adulto con mucha experiencia (más teniendo en cuenta el factor vampiro que le añade cientos de años) y una chica adolescente menor de edad sin experiencia en relaciones. Era una relación muy desigual que me parecía más tóxica que romántica. Eso influyó en que decidiera pasar de ver Crepúsculo (Twilight, Catherine Hardwicke, 2008). Imagino que también me influyeron las exageradas reacciones a favor y en contra a su alrededor.

Lo que 15 años después de que se estrenara la primera película me dio ganas de visitar el universo Crepúsculo fue ver AMC Visionaries: Historias de terror de Eli Roth (History of Horror, 2018-2021). En el episodio que trataba sobre las películas de vampiros me sorprendió que dedicaran casi cinco minutos a despotricar de Crepúsculo, como si fuera una ofensa personal su mera existencia, lo que me sorprendió. Sobre todo porque ya había visto hasta series infantiles con vampiros, o sea que no es como si Crepúsculo fuera a destruir el poder de la figura del vampiro dentro del género. Y luego me pregunté si este ataque habría sido tan enconado si no se hubiera tratado de una serie de películas/novelas cuyo público principal eran chicas adolescentes, ya que no es extraño que películas, novelas, series o grupos musicales sean más criticados y ridiculizados si están pensados para chicas jóvenes. O tal vez las críticas eran merecidas y la verdad es que tanto la saga cinematográfica como la literaria son una afrenta a la fantasía de tan malas que son. La única manera de salir de dudas era leer las novelas y ver las películas, con una mente abierta, sin prejuicios, para formarme mi propia opinión.

Lo primero fue ponerme con las novelas escritas por Stephenie Meyer. He de reconocer que cuando empecé a leerlas temí que se tratara de una copia suavizada de las historias de Anne Rice. Cuando se estrenó Entrevista con el vampiro (Interview with the Vampire, Neil Jordan, 1994), se produjeron muchas imitaciones con la esperanza de aprovechar algo del éxito de la película de Neil Jordan. Estas imitaciones acabaron creando también una corriente crítica hacia Anne Rice como la culpable de "suavizar" el vampiro (unas críticas en las que había algo de homofobia). Pero estos críticos olvidaban que la novela Entrevista con el vampiro se publicó originalmente en 1976, causando un gran impacto por su originalidad. Rice también jugó de forma más explícita con la sexualidad del vampiro, sin que dejara de ser un asesino bebedor de sangre. Luego, Billy Martin cuando todavía era Poppy Z. Brite, hizo mucho más explícita las escenas sexuales en sus novelas El alma del vampiro y La llamada de la sangre. Pero Rice siempre se mantuvo entre la ambigüedad y la fantasía, reinterpretando a Lestat en Lestat el vampiro, en la que el famoso vampiro solo bebe la sangre de criminales o gente malvada, algo habitual en los héroes del cómic que también son vampiros como Hannibal King.

Con La reina de los condenados Rice cerraba una fantástica trilogía vampírica. Sin embargo, a medida que fue desarrollando las crónicas vampíricas es innegable que se fue produciendo un bajón en la calidad de las novelas, siendo la peor la última que publicó en vida. Es esta última representación de menor calidad del vampiro más romántico y fantasioso, menos terrorífico y más tópico, la que temía que Stephenie Meyer imitara. Pero al leer las novelas me sorprendí al descubrir que eran bastante entretenidas. No había nada original que no hubiera visto/leído antes, pero las tramas de batallas contra hombres lobo y otros clanes vampíricos me parecieron entretenidas, así como me gustó la manera que tenía de matar vampiros: desmembramiento seguido de cremación. Aún me sorprendió más verme disfrutando con el flirteo con el body horror de la cuarta novela; la novela breve La segunda vida de Bree Tanner, explicada desde el punto de vista de una vampiresa, también me gustó.

Esto no quiere decir que las novelas de la saga no tengan sus problemas, más allá del estilo simple en que están escritas (que supongo no es extraño teniendo en cuenta el público juvenil al que van destinadas). Los principales problemas de las novelas están relacionados en la tóxica manera en que presenta la relación entre Bella y Edward, tremendamente posesiva y obsesiva, todo muy negativo fuera de una canción pop. En un momento, Edward le confiesa que la ha estado espiando en su dormitorio por las noches y Bella se lo toma como un gesto romántico (!), tal vez por eso, aunque se supone que se centra en el romance, me parece una saga muy poco romántica. También es muy poco sana la manera en que Bella deja de lado sus amistades y vida personal para convertir Edward en el centro de su existencia. Jacob, su otro interés romántico, tampoco queda mucho mejor, competiendo con Edward en quién es más manipulador y controlador de Bella.

Son también novelas tremendamente conservadoras. Bella y Edward no mantienen ningún tipo de relación sexual, no me refiero solo al coito, tampoco juegos y demás prácticas, hasta después de casarse. Lo primero que hace Bella cuando llega a casa de su padre es ponerse a cocinar para él, ya que los hombres no saben cocinar ni cuidarse ni limpiar la casa. Luego supe que Stephenie Meyer es mormona y lo entendí todo.

Siguiendo en los aspectos negativos, también me sorprendió lo firmemente heterosexuales que son estas novelas, sobre todo teniendo en cuenta que estamos hablando de vampiros. Y sobre todo, repito, después de haber leído El alma del vampiro y La llamada de la sangre en las que hay escenas de sexo explícito homosexual.

A pesar de todo, no fueron una lectura muy complicada ni difícil, aunque al acabar estaba hambriento de algo más "adulto" y me lancé de cabeza a leer Our Wives Under The Sea de Julia Armfield y Exterminator! de William S. Burroughs.

Una vez superada la prueba literaria, me puse a ver Crepúsculo.

La versión cinematográfica es una buena adaptación de la novela, ya que suaviza los aspectos más tóxicos del romance entre Bella (Kristen Stewart) y Edward (Robert Cullen). También es más eficaz a la hora de presentar los villanos vampiros, haciendo que estén presentes a lo largo de la película en lugar de aparecer solo al final como sucede en la novela. Sí que es cierto que el centro de la película, el romance entre Bella y Edward, no es su punto más fuerte. No es muy apasionado, es muy casto y contemplativo, debido a la excusa de que la fuerza de Edward podría matar a Bella, lo que le da un aire de romance del siglo XVIII. Los ataques de los villanos vampiros están muy bien ejecutados teniendo en cuenta que es una película pensada para ser calificada PG-13.

La película en sí es inofensiva y entretenida. Un buen reparto da vida a una trama que no es muy original, pero está presentada de forma efectiva. Es una película que puede servir como puerta de entrada al género para personas que lo desconozcan, pero para el aficionado al cine de terror o la fantasía (ya que Crepúsculo es más fantasía que terror) no tiene muchos alicientes. Además, es la entrega más floja de la saga ya que se dedica a introducir a los personajes y el mundo que habitan. Pero tampoco es tan terrible ni abominable como parecen indicar los comentarios, he visto cosas mucho peores y no solo dedicadas a adolescentes.

Pero verla me confirmó que hay muchos prejuicios en contra de ella que no están enteramente basados en la realidad de la película, que es bastante normalita. Tampoco es que acabe de ver justificado el entusiasmo a favor, pero yo no soy una chica adolescente, lo cual puede influir. Y tampoco quiero generalizar, no es que solo las chicas adolescentes la puedan disfrutar (y a algunas tampoco les gustará). Supongo que lo que quiero decir es que Crepúsculo es una fantasía pensada para el público adolescente que explota el romanticismo del vampiro de una forma segura y contenida, realizada de forma competente y efectiva. No es ni la peor ni la mejor de su género.

 

 

Las cosas se ponen más interesantes con La saga Crepúsculo: Luna nueva (The Twilight Saga: New Moon, Chris Weitz, 2009). Se confirma el excelente trabajo de la guionista Melissa Rosenberg a la hora de adaptar las novelas de Stephenie Meyer. Rosenberg condensa las novelas de la saga de forma efectiva, muchas veces potenciando los aspectos positivos y limando los negativos.

En esta entrega se introducen los hombres lobos, usando como base mitológica las leyendas de los nativos americanos (algo que no hizo muy felices a los nativos americanos afectados). Se utiliza la clásica animadversión entre hombres lobo y vampiros que se remonta a los años de Abbott y Costello contra los fantasmas (Bud Abbott and Lou Costello Meet Frankenstein, Charles Barton, Walter Lantz, 1948). Jacob, interpretado por Taylor Lautner, es el hombre lobo principal que se convierte en el rival de Edward por las atenciones de Bella. La cual, en esta entrega, redefine el concepto de obsesión y depresión. La abrupta marcha de Edward la deja en un estado depresivo en el que deja de lado todo para pasar el tiempo tirada en el sofá pensando en Edward. Sorprendentemente nadie piensa en hacer que Bella busque ayuda profesional. Una ayuda que necesita con urgencia a partir de que descubre que, cuando pone su vida en peligro, puede ver el fantasma de Edward. De modo que decide realizar actividades cada vez más peligrosas para poder ver a Edward diciéndole que no haga la tonta como si fuera más su padre que su novio.

Así explicado parece realmente absurdo, pero es también lo que le da atractivo a la saga, donde tienes personajes que actúan como si estuvieran en una novela romántica gótica a pesar de estar ambientada en la actualidad.

Luna nueva mantiene presente y activa a la malvada vampiresa Victoria, interpretada de nuevo por Rachelle Lefevre tras su presentación en Crepúsculo, de forma más efectiva que en la novela. Pero los auténticos antagonistas son el clan de los Volturi, que incluye a Dakota Johnson como Jane, una pequeña vampira capaz de hacer que sus enemigos se retuerzan de dolor con el poder de su mente, y a Michael Sheen como Aro, uno de los líderes del clan. Los Volturi no son muy distintos de los clanes que aparecen en otras películas del estilo, como en la saga Underworld, pero los actores los hacen interesantes.

De nuevo, Luna nueva resulta ser una película entretenida. A veces por sus fallos (la trama de Bella viendo el fantasma de Edward), a veces por sus aciertos (los Volturi y los hombres lobo), pero mantiene el interés del espectador. Puede que tal vez sea porque el aspecto más flojo para mí, el romance entre Bella y Edward, va dejando cada vez más sitio a los aspectos más fantásticos del universo creado por Stephenie Meyer. Dicho esto, la introducción del triángulo amoroso le añade algo de salsa a la trama.

 

 

Lo primero que me llamó la atención de La saga Crepúsculo: Eclipse (The Twilight Saga: Eclipse, 2010) es que estaba dirigida por David Slade, el director de Hard Candy (2005) y la muy diferente película de vampiros 30 días de oscuridad (30 Days of Night, 2007). Otro detalle que me llamó la atención es que Rachelle Lefevre, la actriz que interpretó a Victoria en las dos entregas anteriores, fue despedida y sustituida por Bryce Dallas Howard, debido a un conflicto de calendario.

En esta entrega vemos como el ansia de venganza de Victoria la lleva a crear un ejército de nuevos vampiros, que se dedican a dejar seca Seattle, lo que obliga a los vampíricos Cullens y a la manada de hombres lobo a forjar una complicada alianza. Esto trae consigo que la tensión entre Edward y Jacob por las atenciones de Bella aumente. Es por eso que Edward y Jacob están en su momento más controlador y posesivo y manipulador, ambos tratan a Bella como una niña de la que han de cuidar. Eventualmente, Bella logrará imponer su voluntad, lo que tal vez le da un toque feminista a la saga, pero no demasiado. Y, claro, hay que tener en cuenta que se supone que los personajes son adolescentes, de modo que su actitud inmadura se entiende aunque no se apruebe.

Supongo que para sortear la censura americana, en las películas, cuando a los vampiros los hieren/mutilan/decapitan se muestra como si su piel fuera de porcelana. Entiendo la opción, pero no me acaba de convencer. Pero es el único aspecto negativo en esta entrega que es la que tiene más acción.

Lo que no tiene es sexo. Llega a su máximo la tensión abstinente, lo cual me hizo pensar si no se trata en sí de una opción erótica. Que no haya sexo es el sexo. Que se trate de alimentar la pasión mediante la abstinencia. Solo Stephenie Meyer tiene la respuesta.

Creo que esta es la entrega que más me ha gustado, junto con la batalla de la película final. Incorpora elementos de La segunda vida de Bree Tanner, de modo que, de nuevo, los villanos están mejor desarrollados en la película que en la novela homónima de Meyer. La batalla y las peleas también están bien realizadas, dándole a la película una intensidad que estaba ausente en las anteriores entregas.

 

 

Y llegamos a la conclusión de la saga. Y aquí, por fin, ¡Bella y Edward follan! Pero no nos adelantemos. Amanecer, la que entonces era la última novela de la saga, fue dividida en dos películas para ser llevada al cine: La saga Crepúsculo: Amanecer (The Twilight Saga: Breaking Dawn - Part 1, Bill Condon, 2011) y La saga Crepúsculo: Amanecer (The Twilight Saga: Breaking Dawn - Part 2, Bill Condon, 2012). Esta decisión vino motivada por el ejemplo de la franquicia Harry Potter, que ofrecía una manera de seguir exprimiendo el éxito de una franquicia basada en novelas llegados al último libro, que se justificaba diciendo que así se era más fiel al material y resultaba en un final más épico.

La realidad es que esta tendencia de partir en dos las adaptaciones de novelas era bastante molesta, porque quedaban en películas muy desequilibradas. Sin embargo, por lo menos en el caso de Amanacer, tiene algo de sentido ya que en la novela hay dos tramas bien diferenciadas: el embarazo de Bella y el enfrentamiento con los Volturi.

Así, la primera parte es más dramática, con todo lo que tiene que ver con el embarazo de Bella bordeando el body horror. El director Bill Condon y la guionista Melissa Rosenberg le añaden a la historia momentos que me gustaron mucho, como el flashback al primer asesinato de un humano por parte de Edward, mientras está en el cine viendo La novia de Frankenstein (Bride of Frankenstein, James Whale, 1935) (de esperar, teniendo en cuenta la carrera de Condon), así como también me gustó la alucinación de Bella en que se ve en su boda sobre una montaña de cadáveres. Lo que me lleva a la luna de miel en la que, como ya he mencionado, por fin Bella y Edward van más allá de los simples besos. Una vez rota la tensión provocada por la abstinencia, es cierto que la pareja pierde algo de interés y la abstinencia de Edward por miedo a matar a Bella con su fuerza sobrehumana se puede ver como una especie de retorcido erotismo.

La segunda parte, por contraste, tiene mucha más acción y tensión. La necesidad de proteger a la recién nacida Renesmee y el enfrentamiento con el clan Volturi permite a la saga terminar con un toque épico, bien introducido, por oposición al de la novela que era casi como un juicio, no muy cinematográfico. Es también la entrega en la que, por fin, Bella se alza como un igual ante Edward y Jacob, aunque después de pasar por el altar y tener una hija. Como ya he dicho antes, Stephenie Meyer es mormona, así que seguramente de ahí proceden los toques conservadores de la saga.

¿Qué he aprendido yo tras este viaje? Para empezar, que no hay que juzgar lo que no se conoce y no dejarse llevar por los prejuicios. Que entiendo por qué tantos jóvenes son fans de la saga (pelis y libros) si bien no es un entusiasmo que comparto, reconociendo que, por lo menos, me mantuvieron entretenido. Finalmente, que el odio que algunos "protectores" del género tienen hacia la saga está claramente motivado por lo que se interpreta como una intromisión, aunque las películas son más fantasía que terror. Pero realmente el problema está en que es algo destinado al principalmente (aunque no solo) al público femenino y por tanto abierto a la mofa y la befa, ya que el trato que los vampiros reciben en esta saga no es muy distinto del que reciben en la saga Underworld, esta más orientada hacia la acción, o series como Crónicas vampíricas (The Vampire Diaries, 2009-2017).

O lo que es lo mismo: juzgad siempre por vosotros mismos sin dejaros llevar por los prejuicios. A veces te llevas sorpresas.

3 jul 2023

Te estoy amando locamente


 

Esta semana se estrena Te estoy amando locamente (Alejandro Marín, 2023) y podéis leer mis pensamientos sobre ella en la crítica que he escrito para Underbrain Mgz:

https://underbrain.com/cine/te-estoy-amando-locamente/

Esta película es una dramedia, esto que está tan de moda ahora en series y películas y que es la comedia dramática de toda la vida, que consigue eso tan difícil que es ser una película "con mensaje" y seguir siendo entretenida. Es decir, no deja que el mensaje deje de lado construir una buena historia con personajes interesantes.

28 jun 2023

Ruby, Aventuras de una kraken adolescente (Ruby Gillman, Teenage Kraken)


 

Se nota que ya empieza el verano con la llegada de los estrenos veraniegos como Ruby, aventuras de una kraken adolescente (Ruby Gillman, Teenage Kraken, Kirk DeMicco, Faryn Pearl, 2023), de la que acabo de publicar una crítica en Underbrain Mgz, que podéis leer clicando aquí:

https://underbrain.com/cine/ruby-aventuras-de-una-kraken-adolescente/

No es una maravilla como la reciente película de animación de Spiderman, pero sirve para mantener a la chavalada entretenida.

27 jun 2023

Supernova (El fin del universo) (Supernova)

 

Hacia finales de los 90 del siglo XX, entre 1998 y 1999 imagino, leí en la revista Fangoria una interesante entrevista al director Walter Hill. En ella hablaba de la que iba a ser su próxima película, una mezcla de terror y ciencia ficción que se titulaba Supernova. La entrevista estaba ilustrada con fotografías del rodaje, sugiriendo que iba a ser sangrienta y "monstruosa". Me apunté el título para cuando se estrenara en España, pero pasaba el tiempo y no llegaba. Finalmente, se estrenó a finales del año 2000 Supernova (El fin del universo) (Supernova, Thomas Lee, 2000). Un momento, ¿quién era el tal Thomas Lee? ¿Y cómo era recomendada para mayores de 13 años si por las fotos debería haber bastante sangre? ¿Qué había pasado aquí?

Todo empezó con una estrella muerta. William Malone y el productor Daniel Chuba comenzaron a desarrollar a finales de los 80 lo que tendría que haber sido una sencilla y entretenida película de serie B que combinaría elementos de terror y ciencia ficción. Malone ya había demostrado habilidad mezclando estos géneros en Creature (Creature aka The Titan Find, William Malone, 1985) y Scared to Death (William Malone, 1980). Por su parte, Chuba planeaba llenar la película de efectos visuales creados por su compañía, de modo que les saldría más barato y parecería que la película habría costado mucho más de lo que hubiese costado en realidad. Por aquel entonces, el proyecto llevaba por nombre Dead Star y explicaba como un equipo de rescate acude a la luna Titán, tras recibir una llamada de socorro. Una vez allí recogen a un tripulante y se descubre que en esa luna se encontró algo que no había sido creado por humanos. La idea era hacer énfasis en las relaciones entre los personajes, explotando la tensión creada cuando un grupo de personas pasa mucho tiempo encerrada en un mismo lugar, añadiéndole luego el peligro de una criatura mutante, siendo el objetivo final convertirla, según Malone, en algo así como "Hellraiser en el espacio". O sea, Horizonte final (Event Horizon, Paul W. S. Anderson, 1997).  Además, si habéis visto la mencionada Creature, en seguida veréis las similitudes entre los argumentos de ambas películas.

Las cosas se pusieron en marcha para Dead Star cuando MGM/UA se interesó por el proyecto, ahora titulado Supernova, pasando de ser la humilde producción de serie B imaginada para pasar a ser una producción de gran presupuesto, con la intención de convertirla en un blockbuster veraniego. Malone se desentendió del proyecto, el estudio decidió poner como director a Walter Hill. Lo primero que hizo Hill fue rescribir el guion, que entonces estaba atribuido a David C. Wilson, lo que hizo posible atraer a un atractivo reparto entre los que se encontraban James Spader, Robert Forster, Angela Basset, Lou Diamond Phillips y Robin Tunney.

Una de las primeras cosas que hizo Hill con el guion era alejarlo lo máximo posible de Alien, el octavo pasajero (Alien, Ridley Scott, 1979), de la que él había sido uno de los productores y se había mantenido como productor en el resto de secuelas. Unas semejanzas que, teniendo en cuenta los trabajos previos de William Malone, no deberían ser pocas. Pero la dirección hacia la que trabajaba Hill no debería ser del gusto de los ejecutivos de MGM, ya que se vio obligado a rescribir las páginas del guion continuamente, en presencia de los ejecutivos en el set, provocando que los actores se vieran obligados a memorizar escenas en el momento de rodarlas.

A pesar de todo, el rodaje transcurrió sin incidentes. Los problemas de verdad empezaron en la posproducción, cuando Hill editó la película y hizo una lista de escenas que se tendrían que rodar de nuevo. Los ejecutivos estaban de acuerdo en que se deberían rodar escenas de nuevo, pero no compartían la visión de Hill, de modo que lo despidieron. Entraba así en escena el director Jack Sholder, encargado del rodaje de las nuevas escenas y de editar la película más al gusto de los ejecutivos. Mientras Sholder trabajaba en darle a la película un tono menos oscuro y añadirle acción, a sus espaldas los ejecutivos llevaron la película a Francis Ford Coppola. Coppola se decidió a salvar la película mediante la edición, añadiendo escenas como una escena de sexo entre el personaje de Angela Basset y el de James Spader. Como esta escena no existía, se decidió utilizar material descartado de una escena de sexo entre los personajes de Robin Tunney y Lou Diamond Phillips, oscureciendo la piel de Tunney para hacerla pasar por la de Basset.

Por si todo esto fuera poco, se decidió hacer una versión para mayores de 13 años para ser estrenada en el cine, cambiando diversas escenas violentas y sexuales. Esta versión fue acompañada por uno de los peores tráileres de la historia del cine. El tráiler resulta interesante por ver fragmentos de escenas eliminadas, pero vende Supernova como una especie de comedia de acción y ciencia ficción que no se parece en nada a la película. Es verdaderamente terrible.

Teniendo en cuenta que ya se sabía los problemas por los que había pasado la película y el terrible tráiler, no es de extrañar que la película fuera un fracaso. Cuando se editó en formato doméstico, se decidió estrenar la versión para mayores de 18 años, versión en la que se notan más las raíces de serie B de la película, como por ejemplo que al personaje de Robin Tunney no se le pide nada más que poner cara de pasmo y quitarse la ropa. Un elemento de pura exploitation que nos encontramos en muchas producciones ochenteras de Roger Corman, cuando se dedicaba a hacer imitaciones de Alien.

Fue esta versión "R" la que vi en su día. La película me llamó la atención, primero, debido a la edad que tenía entonces, por la presencia de Tunney, claro. También me pareció una efectiva cinta de serie B, no muy distinta de las muchas que consumía por entonces (y ahora también). Sin embargo, me ha sorprendido ver como Supernova ha sobrevivido, recibiendo completas ediciones en Blu-ray. La más reciente edición hizo que volviera a visitar la película y, para mi sorpresa, fue una experiencia muy grata.

El film tiene sus problemas, es obvio. Las relaciones entre los personajes apenas se desarrollan, hay cosas que se explican en exceso y otras que no se explican lo suficiente para tener impacto. Pero, como ya he dicho, es una entretenida serie B que, en lugar de ser rodada en un almacén con unos decorados de saldo, cuenta con todo el lujo de producción hollywoodiense, una fantástica fotografía, buenos efectos especiales (para la época) y un gran reparto. Los conceptos más interesantes (e inquietantes) que plantea no se desarrollan y el final original es mucho más oscuro y memorable (el título castellano os da una pista). Pero eso no la hace muy distinta de otras producciones del mismo calibre, producciones de serie B con un presupuesto de serie A como Life (Vida) (Life, Daniel Espinosa, 2017). Que la película sea mínimamente coherente ya es un milagro teniendo en cuenta su complicada historia tras las cámaras, de modo que celebro que sea lo entretenida que es.

El tráiler es realmente malo, eso sí.

21 jun 2023

Deep Murder


 

¿Alguna vez os habéis preguntado qué pasaría si los personajes típicos de una película porno se viesen envueltos en una trama propia de una película de terror? Si es así, Deep Murder (Nick Corirossi, 2018) es la película para vosotros.

Las cosas avanzan con normalidad en casa de los Dangler. Babs Dangler (Katie Aselton) y su cuñado Doug Dangler (Jerry O'Connell) estás inmersos en una maratón sexual, mientras el marido y hermano de ambos, respectivamente, Richard Dangler (Christopher McDonald) está ocupado con sus negocios a través del teléfono. Hugh Dangler (Quinn Beswick) está preocupado porque sigue siendo virgen y su mejor amigo Jace Bigman (Chris Redd) le intenta convencer que se apunte a un trío con la canguro (Jessica Parker Kennedy). Es entonces que llega a la casa de los Dangler la doctora Bunny Van Clit (Stephanie Drake) para anunciar que se han perdido la evacuación por la llegada de un huracán y que todos deberán permanecer encerrados en la mansión. Esto coincide con que se descubre el cuerpo sin vida de Doug. La llegada del detective Cross (Josh Margolin) no parece que sea de mucha ayuda debido a su extremada incompetencia. Mientras los cadáveres se empiezan a acumular, los ocupantes de la casa intentarán descubrir quién es el asesino antes de convertirse en una de las víctimas.

Esta comedia absurda parte de un concepto interesante. Parodiar los clichés de los misterios a lo Agatha Christie, del giallo y del slasher pero, en lugar de hacerlo utilizando como base los personajes típicos de este tipo de películas, hacerlo utilizando los personajes típicos de una película porno. Esto provoca que los personajes empiecen a ir más allá del cliché y poco a poco romper el molde que los constriñe. El reparto es fundamental en este aspecto y se ha de reconocer que el de Deep Murder hace un buen trabajo. Los actores mantienen la realidad de los personajes para transmitir mejor el absurdo de la comedia, sin exagerar la parodia, dándoles entidad a personajes cliché que se supone no tienen personalidad más allá de su habilidad para convertir cualquier situación en un encuentro sexual.

Pero por muy bueno que sea el reparto, reconozco que la película es algo irregular. En ocasiones repite demasiado un mismo chiste y se puede hacer algo larga. Dicho esto, también he de admitir que tiene momentos muy divertidos. El personaje de la canguro en particular fue la que me hizo reír más con dos momentos en concreto. El primero es cuando empieza a cuestionarse su papel en la vida y se dice: "últimamente he empezado a preguntarme las grandes incógnitas de la vida, como ¿sueñan los osos?". El otro es cuando, tras varios asesinatos y peripecias se dice a si misma: "empiezo a sospechar que en esta casa no hay niños que cuidar, ni siquiera hay una guardería". El otro personaje que también me hizo reír bastante fue la doctora Van Clit y su peculiar manera de concebir la ciencia.

Las partes positivas pesan más que las negativas, así que aunque me pareció irregular también me divirtió. De modo que no es que la recomiende, pero la presento como una comedia interesante.

19 jun 2023

Solo tendría que haber quedado uno: La saga de los Inmortales

 

Acabo de publicar en Underbrain Mgz un artículo sobre la franquicia que arrancó con el clásico de los 80 Los Inmortales (Highlander, Russell Mulcahy, 1986). Espero que los fans descubran cosas que tal vez no sabían sobre la saga y que aquellos que no la conozcan se animen a verla, especialmente la fantástica primera parte. Leedlo clicando aquí:

https://underbrain.com/cine/saga-los-inmortales/

La primera entrega hace poco fue editada en 4k, todo un lujo. De nuevo, os recomiendo este clásico.