28 dic 2021

Ebola Syndrome (Yi boh lai beng duk)

 

No acabo de estar seguro de si este es el mejor momento o el peor para ver Ebola Syndrome (Yi boh lai beng duk, Herman Yau, 1996). ¿Hay algún momento ideal para ver una salvajada delirante como Ebola Syndrome? Claro que sí, si se es aficionado al cine salvaje y extremo siempre es momento para ver esta maravilla, haya pandemia o no.

Kai (Anthony Chau-Sang Wong) no se podría considerar un ciudadano ejemplar: después de cometer un triple asesinato, huye a Sudáfrica. Diez años después, Kai está harto de su trabajo, su jefe y su vida allí. Un día, en un viaje para comprar carne para el restaurante, Kai descubre a una nativa moribunda y decide violarla. Sin ser consciente de ello, Kai se contagia de ébola, pero sin experimentar ninguno de los síntomas, convirtiéndose así en portador de la enfermedad, contagiando a todo aquel que entra en contacto con alguno de los fluidos que segrega su cuerpo. Tras cometer otra pequeña masacre y contagiar a decenas de personas al servirles carne humana (sí, has leído bien), Kai regresa a Hong Kong, donde sigue dejando un rastro de muerte a su paso.

Ebola Syndrome es punk. Es cruel, nihilista, brutal y sangrienta, buscando continuamente confrontar y provocar al espectador con sus escenas ultraviolentas. Es también muy divertida, cargada de un humor más negro que un charco de petróleo en una cueva subterránea. Su naturaleza excesiva provocó que fracasara en taquilla en su día y también hizo que se convirtiera en un film de culto. La película de Yau se estrenó hacia el final de la moda de las películas de categoría III en Hong Kong. Bajo esa clasificación se habían estrenado una larga lista de películas cargadas de sangre, sexo y violencia, acabando por saturar al espectador y que ya nada le impresionara. Fuera de Hong Kong, la película fue circulando en versiones censuradas, pero a pesar de los cortes, no se podía eliminar la locura y el desenfreno que impregnan cada fotograma de Ebola Syndrome.

Ahora, cortesía de Vinegar Syndrome, se puede disfrutar de esta película en toda su gloria. Verla ahora puede servir como una manera catártica de enfrentarse a la ansiedad provocada por la pandemia COVID. O disfrutarla simplemente como la genial comedia negra ultraviolenta que es, si bien debo advertir que no es apta para personas con gustos sensibles y delicados. Pero si estás leyendo esto no creo que sea tu caso.

17 dic 2021

Secta siniestra

 

El prolífico Ignacio F. Iquino dirigió una única película de terror, pero volcó en ella tanto delirio, desmadre y demencia como para una docena. Secta siniestra (1982) desapareció en su momento debido a una mala distribución pero ha sobrevivido gracias a ser una deliciosa locura psicotrónica. Una joya para los amantes del cine bizarro.

Frederick (Carlos Martos) disfruta de una noche de placer con su amante Helen (Emma Quer), cuando se escapa su esposa demente Elizabeth (Diana Conca) del ático en el que está encerrada. Elizabeth deja ciego a Frederick y escapa en la noche, siendo detenida demasiado tarde para Frederick. Frederick y Helen se casan pero, cuando quieren tener hijos, descubren que el gafe de Frederick es estéril. La pareja opta por la fecundación in vitro, cayendo así víctimas de una secta satánica que quiere hacer nacer al hijo de Satán.

Iquino se puso al frente de esta película ya hacia el final de su carrera, tras varios años dirigiendo películas "S", obviamente cargadas de sexo y desnudos. Teniendo esto en cuenta, se ha destacar la tremenda energía de la película, no tiene un momento aburrido. Su frenético ritmo hace que uno tenga que estar atento a lo que sucede o tal vez se pierda alguna clave para entender el argumento. Un argumento al que se le añaden elementos de gran número de éxitos de taquilla previos como La semilla del diablo (Rosemary's Baby, Roman Polanski, 1968), El Exorcista (The Exorcist, William Friedkin, 1973)La profecía (The Omen, Richard Donner, 1976), Poltergeist (Fenómenos extraños) (Poltergeist, Tobe Hooper, 1982), El Resplandor (The Shining, Stanley Kubrick, 1980) y los slashers de moda entonces. Todo ello mezclado y agitado de manera que se le ofrece al espectador un festival de momentos que le dejan a uno ojiplático y extasiado.

Asesinatos pasados de rosca, interpretaciones tan sobreactuadas que podrían alumbrar un pueblo, un final de traca, ante el que uno no puede más que ponerse de pie y aplaudir, y mucho más es lo que ofrece Secta siniestra. Algunos de los detalles que más me gustaron: para identificador a los malos, el director decidió iluminarlos con una luz roja tremenda y, en algunos planos, se puede ver claramente la mano de alguien del equipo creando efectos especiales como una lámpara que se mueve "sola". ¿Qué más puedo decir para convenceros de la genial que es esta película? En la edición en Blu-ray de Vinegar Syndrome, la experta Kat Ellinger compara esta película a Superstición (Superstition, James W. Roberson, 1982), una acertada comparación que os puede dar una idea de lo tremendamente entretenida que es Secta siniestra. Recomendada para los amantes del terror desmelenado y frenético.

10 dic 2021

En carne viva (In the Cut)


En carne viva
(In the Cut, Jane Campion, 2003) fue bastante polémica en su día, aunque no polémica de la manera en que resulta beneficiosa para la taquilla, todo lo contrario. Fue un sonoro fracaso, tanto de crítica como de público. Sin embargo, en tiempos recientes se ha hecho una revaluación de este film de Jane Campion, ensalzándolo y planteando que tal vez fue severamente incomprendido en su día.

Recuerdo que fui a ver En carne viva al cine, porque mi pareja de entonces quería ver lo que parecía un thriller protagonizado por Meg Ryan. Ella salió del cine escandalizada por la franqueza de algunas secuencias y a mí el film me dejó bastante indiferente. Una reacción que creo se debe a que era demasiado joven para entender bien los temas que Jane Campion presentaba en su adaptación de la novela homónima de Susanna Moore, también guionista de la película. En el momento de estrenarse recibió críticas muy severas, algunas de las cuales serían hoy día inaceptables como las que se fijaban más en el cuerpo de Meg Ryan que en su interpretación, por otro lado excelente. El tráiler tampoco le hacía ningún favor a la película, presentándola como si fuera una especie de thiller erótico a lo Instinto básico, un género que por entonces estaba ya desapareciendo.

Por supuesto, la sinopsis parece propia de uno de esos thrillers eróticos, que empezaron a despuntar durante los 80 y que reinaron durante la era entre el VHS y los DVD. Frannie Avery (Meg Ryan) conoce al inspector Giovanni A. Malloy (Mark Ruffalo) cuando este investiga el asesinato de una chica en el vecindario de Frannie. Ambos inician una relación apasionada, que se ve ensombrecida por las sospechas de Frannie de que Malloy sea el asesino que acecha por el vecindario, sin que eso sea motivo para dejar de verlo. Sin embargo, Jane Campion se centra más en la relación de los protagonistas que en la trama de intriga, poniendo el énfasis en hacer un retrato del personaje encarnado por Meg Ryan.

La atracción de Frannie por el lado oscuro es lo que hace que sea un personaje interesante. Al inicio, Frannie es testigo de una felación realizada en los lavabos de un bar, un suceso que parece despertar en ella cierta inclinación hacia "el lado más bestia de la vida", en palabras de Albert Pla. Arranca así una exploración de la sexualidad femenina sin juicios morales ni culpa. Un planteamiento que en el momento de estrenarse el film no era tan abiertamente aceptado como podría serlo hoy día. O por lo menos algo más aceptado que cuando se estrenó en 2003. También es posible que espectadores actuales no tengan las perspectivas hacia un film de Meg Ryan que tenían los espectadores en la época en que Ryan era "la novia de América". Una imagen construida a partir de las numerosas comedias románticas que la actriz protagonizó y que es posible que Ryan quisiera destruir participando en In the Cut.

In the Cut es un film muy sólido, una interesante mezcla de drama y thriller que hoy día se entiende y aprecia mejor que cuando se estrenó. Una muestra más de lo que cada vez más rápido cambia la sociedad.

29 nov 2021

Guerreros del sol (Solarbabies)

 

Solamente en los 80. Guerreros del sol (Solarbabies, Alan Johnson, 1986) es una película que solo podría haber sido creado en la década de los 80 del siglo XX. Para bien o para mal, pero principalmente bien, es un producto de la década en que fue creada. Es lo que la distingue de otras distopías juveniles y también lo que, irónicamente, hizo que fuera un fracaso de taquilla en su momento.

El Solarbabies del título original hace referencia al nombre del equipo formado por Terra (Jami Gertz), Jason (Jason Patric), Daniel (Lukas Haas), Metron (James Le Gros), Rabbitt (Claude Brooks) y Tug (Peter DeLouise). Un nombre que les trae problemas dentro y fuera de la película, ya que se consideró una de las razones por las que no funcionó en taquilla en Estados Unidos, de ahí que cuando llegó a Europa el título se cambió por Solarwarriors o Solarfighters, Guerreros del sol en España, sin mencionar el muy soso póster americano comparado con la versión internacional. Los Solarbabies son un equipo de "skateball", el juego futurístico en el que compiten en el orfanato en el que viven, también futurístico. El "skateball" es igual que el rollerball pero con unos palos de hockey con luces de neón para darle un toque más futurista. El futuro es de neón, todo el mundo lo sabe. En el orfanato, además de jugar a "skateball", se preparan para trabajar dentro del sistema que domina el mundo (se introduce así una sutil alegoría), hasta que Daniel descubre una esfera brillante con poderes. Los Solarbabies huyen del orfanato y se embarcan en una aventura para proteger a esta esfera que les llevará a enfrentarse al sistema totalitario en el que viven.

Como podéis ver, el argumento base de esta película es la típica aventura distópica juvenil. Lo que la hace diferente es la manera en que mezcla diversos detalles propios de películas más exitosas y modas del momento. Una mezcla pensada para asegurar el éxito que, obviamente, la llevó al fracaso. Entre estos dispares elementos tenemos una ciudad sospechosamente parecida a la ciudad posapocalíptica que aparece en Mad Max, más allá de la cúpula del trueno (Mad Max Beyond Thunderdome, George Miller, 1985), pero según el estilo de las aventuras juveniles que Steven Spielberg había puesto de moda. Pero lo que más llama la atención es que sus protagonistas se desplazan a todos lados en patines, muy de moda entonces pero no el calzado más práctico para usar en el desierto. Por suerte, el desierto que atraviesan los Solarbabies tiene convenientes caminos planos de los que se ha limpiado las rocas y piedras que podrían hacer que los protas se matasen.

La película tuvo bastantes problemas durante el rodaje, principalmente debido a un director inexperto que había trabajado antes como coreógrafo, trabajo al que volvió tras esta película. Como ya he dicho, fue un fracaso de taquilla, pero su ochenticidad le ha otorgado un merecido estatus de culto. Sinceramente, aunque muchos la encuentren cutre y delirante, a mí me parece tan deliciosa como los canalones que hace mi madre. En su reparto, además de futuras estrellas juveniles, encontramos veteranos como Robert Jordan y Charles Durning, así como una favorita del género como es Sarah Douglas. Su historia mezcla diversas mitologías y religiones, lo que le da personalidad, y se explica en poco más de hora y media, sin necesitar trilogías de seis horas.

Solarbabies no es un gran clásico del género, pero a aquellos que se dejen llevar por su magia ochentera les proporcionará unas generosas dosis de diversión y entretenimiento.

11 nov 2021

The Sparks Brothers


 

Publicada mi crítica del recomendado documental The Sparks Brothers (Edgar Wright, 2021), del cual podéis saber más clicando en:

https://underbrain.com/cine/the-sparks-brothers/

Un documental muy entretenido, interesante y divertido, tanto si conocéis a Sparks o no.

9 nov 2021

Till Death. Hasta que la muerte nos separe (Till Death)


 

Ya podéis leer mi crítica de Till Death. Hasta que la muerte nos separe (Till Death, S. K. Dale, 2021), publicada en Underbrain Mgz:

https://underbrain.com/cine/till-death-hasta-que-la-muerte-nos-separe/

Un film entretenido y poco más. Pero, como ya menciono en la crítica, que una película sea solo entretenida no está nada mal. No todo han de ser grandes épicas.

2 nov 2021

Apocalipsis Voodoo


 

Toda regla tiene su excepción. Desde el estreno de Grindhouse (Quentin Tarantino, Robert Rodriguez, Edgar Wright, Eli Roth, Rob Zombie, 2007) y la cada vez mayor popularidad de la exploitation, la serie B y el cine trash, se han prodigado las imitaciones/homenajes/parodias de lo mal llamado cine cutre. Películas como la saga Sharknado o las dos entregas de Iron Sky que intentan compensar su falta de medios y talento buscando la complicidad del espectador, haciendo películas malas a posta en pocas palabras. Es algo que normalmente no me gusta. El auténtico cine basura resulta mágico porque sus autores, genios como Tommy Wiseau o Neil Breen, están convencidos de estar haciendo obras maestras, cine serio con mayúsculas. Estas imitaciones y parodias se quedan cortas porque nunca son capaces de reproducir algo creado desde la ceguera artística y la ineptitud inconsciente. Pero, repito, siempre hay excepciones. Apocalipsis Voodoo (Vasni Ramos, 2018) es una de esas excepciones.

El argumento de Apocalipsis Voodoo nos presenta una seria amenaza en forma de canción que puede convertir a quién la oye en zombi y unos héroes que son Starsky y Hutch bañados en LSD. La película mezcla kung fu, buddy movies y terror bailongo con grandes dosis de cachondeo y amor al cine B, Z, e incluso cine G, W y Q. Que me lo acabo de inventar, pero si existe está en Apocalipsis Voodoo. Sergio G. Ramos y José Ramallo encabezan un reparto ecléctico de actores que interpretan el film en inglés sin tener ni idea de inglés (salvo honrosas excepciones), dando vida a White Chocolate y Charlie Vargas respectivamente. También destacan Raquel Rial como Kowalsky y Jorge Galván como Blackman, este último robando cada escena en la que aparece.

Película hecha con muy poco dinero pero con muchas ganas y convicción, el psicotrónico guión coge al espectador y lo lleva a un Los Ángeles de final de los 70 de fantasía, en el que la música funk puede matar y uno se puede convertir en un maestro del kung fu en una tarde gracias a la magia del montage. De principio a fin, las carcajadas se suceden en esta parodia/carta de amor tan imaginativa que es inevitable rendirse a sus encantos. Incluso pudo seducir a un escéptico del cine cutre intencionado como yo, algo que no es fácil cuando ya has visto películas setenteras sobre camas asesinas y a Regaliz enfrentarse a los monstruos de la Universal. Respeto al equipo y al reparto de Apocalipsis Voodoo que espero no sea tan buena como el siguiente proyecto en que se embarquen sus creadores.

29 oct 2021

Death Screams

 

En Estados Unidos se conocen como "regionales" aquellas películas rodadas de forma independiente fuera de Hollywood. A veces realizadas por estudios que trabajan de forma local, otras por individuos que se lían la manta a la cabeza y se ponen a rodar, supliendo medios con ilusión. En ocasiones, estas películas regionales acaban convirtiéndose en grandes éxitos de taquilla o en clásicos de culto. Un gran ejemplo de película de culto que nace como cinta de terror regional es Death Screams (David Nelson, 1982), un slasher de culto producido en el momento álgido del género.

Lo que hace especial Death Screams no es su argumento, que es bastante básico: una serie de misteriosos asesinatos empiezan a tener lugar en un tranquilo pueblo, amenazando las vidas de los jóvenes del lugar. No, no es un argumento original ni cautivador. Lo que hace especial la película de David Nelson es su peculiar desarrollo, sus efectos especiales y su frenética parte final. Es decir, las distintas maneras en que se aparta de las películas más "hollywoodienses", ofreciendo sorpresas en la manera de presentar la historia, que de forma no intencionada se aparta de la estructura más habitual de los guionistas y directores habituados a trabajar dentro del sistema.

Death Screams no tiene mucha historia que contar, así que se centra en desarrollar a las futuras víctimas, presentando personajes que no dejan de resultar familiares. Los hemos visto en otras películas: la zorra del pueblo, el sheriff gordo, la buena chica (aquí interpretada irónicamente por Susan Kiger, Playmate y actriz porno). Mientras vamos paseando por este pueblo, se sucede puntuales asesinatos, algunos con momentos algo absurdos: una de las víctimas, después de que le disparen una flecha sale corriendo no en busca de ayuda, sino hacia un tiovivo que no le queda precisamente cerca. Pero, como ya he dicho, son estos momentos extraños los que hacen que un film como este resulte tan entretenido y disfrutable.

Sin embargo, esta película es famosa por su tramo final, en el que se concentra la acción de forma frenética, con una serie de asesinatos encadenados que superan todo lo ofrecido hasta el momento. Una manera de presentar la historia que hace que, a pesar de no tener mucho argumento, hay detalles que le dan sentido a todo que a uno se le pasan por alto hasta que no la ve por segunda vez, logrando ver así el cuadro completo con más o menos sentido.

Ciertamente, Death Screams no es el mejor ni el más pulido slasher de la historia. Sí es efectivo, entretenido, sangriento y divertido. Sus gotas de absurdo son lo que acaban de hacer de este un memorable ejemplo del género.

21 oct 2021

Halloween Kills


 

Los fans del terror ya lo saben, pero Michael Myers regresa para poner en marcha otra masacre en Halloween Kills (David Gordon Green, 2021). Podéis leer mi crítica de esta nueva entrega de la franquicia en:

https://underbrain.com/cine/halloween-kills/

Una entrega que no hace nada nuevo, pero por lo menos es entretenida. Creo que la tercera entrega será mejor, por lo menos creo que será más interesante.

15 oct 2021

Los colmillos del lobo (The Werewolf)

 

En la década de los 50 del siglo XX, los mitos clásicos del terror recibieron una actualización. Una actualización atómica, se podría decir. La fascinación y el miedo que provocaba la ciencia en la sociedad americana post-Segunda Guerra Mundial, tras la atómica devastación de Hiroshima y Nagasaki, contribuyó a que el cine de terror y ciencia-ficción se dedicara a alimentar esta ansiedad con múltiples y aterradoras posibilidades: monstruos gigantes, mutantes, peligrosos experimentos... Y no tardó en llegarle el turno al hombre lobo en la fantástica Los colmillos del lobo (The Werewolf, Fred F. Sears,1956).

Un hombre (Steve Rich) entra amnésico y desorientado en un tranquilo y típico pueblo americano de montaña. Pero cuando un desconocido intenta robarle el dinero que lleva, este hombre sufre una aterradora transformación: se ha convertido en un hombre lobo. Tras asesinar al ladrón, el hombre vuelve corriendo a las montañas. Este hombre ha sido víctima de un experimento pensando que iba a recibir ayuda tras sufrir un accidente de coche, ahora cada vez que se encuentra en una situación de estrés, miedo o furia se transforma en una criatura sedienta de sangre sin recordar luego nada de lo que ha hecho. Así acaba siendo perseguido por las montañas por el sheriff del pueblo Jack Haines (Don Megowan) que quiere proteger a los ciudadanos, la enfermera Amy Standish (Joyce Holden) y el doctor Jonas Gilcrist (Ken Christy), tio de Amy, que quieren salvarlo, su familia, que quiere que vuelva a casa, y los doctores Emery Forrest (S. John Launer) y Morgan Chambers (George Lynn), los científicos que quieren continuar con su investigación para crear un suero que les permita sobrevivir un holocausto nuclear sin sufrir mutaciones.

Mientras que las películas posteriores a El hombre lobo (The Wolf Man, George Waggner, 1941) seguían las reglas inventadas por el guionista Curt Siodmark, esta película destaca por ser la primera que rompe el molde y crea sus propias normas. Este hombre lobo no se ve afectado por la luna llena ni la plata le resulta mortal. Luego, películas como Yo fui un hombre lobo adolescente (I Was a Teenage Werewolf, Gene Fowler Jr., 1957) también eliminaron los elementos sobrenaturales, buscando otros orígenes para la criatura, pero The Werewolf fue toda una pionera. Dicho esto, sí que mantiene el aire trágico del licántropo siguiendo el modelo establecido por el pobre Larry Talbot. El hombre lobo que interpreta Steve Rich es una víctima inocente, que mata sin control cuando se transforma, que sufre al ser consciente de que no podrá volver con su familia.

El diseño del maquillaje es muy bueno, si bien las transformaciones son las habituales a base de fundidos, típicas de la época, sin darle giros interesantes como la transformación entre columnas de El lobo humano (Werewolf of London, Stuart Walker, 1935). Por otro lado, el desarrollo es el típico de las películas de la época, pero eso no quiere decir que no carezca de interés. Los 79 minutos de duración se pasan muy rápido, no pierde el tiempo en meterse en la acción y desarrollar la historia de la manera más rápida y eficiente posible.

The Werewolf es un gran ejemplo de lo mejor que podía ofrecer la llamada serie B de los 50. Un título con buenas interpretaciones y una historia que, vista hoy día, era diferente y original, aunque se alimentara de géneros ya establecidos. Una película que, a pesar del bajo presupuesto, no escatimó en calidad dramática y hoy puede considerarse un pequeño clásico.

8 oct 2021

El aparecido (The Wraith)

Es posible que si hubiese visto El aparecido (The Wraith, Mike Marvin, 1986) en algún videoclub del barrio o por televisión en su día, me hubiese encantado. Pero no la descubrí hasta que se añadió a la colección de ediciones especiales en Blu-ray de Vestron. Y es por eso que se puede decir de esta película que es una película de culto: en el momento en que se estrenó pasó desapercibida, fue vista y no vista en cines debido a una mala distribución, pero con el tiempo más y más gente la fue descubriendo, aumentando su popularidad hasta que alguien consideró que una edición especial en Blu-ray cargada de extras tendría buenas perspectivas comerciales.

Packard Walsh (Nick Cassavetes) es el líder de una pandilla de jóvenes criminales que se dedican a "ganar" coches proponiendo carreras a aquellos infortunados con los que se cruzan en la carretera, forzándolos a participar usando métodos tan efectivos como coger de rehén a su pareja. Packard está enamorado de Keri Johnson (Sherilyn Fenn), y lo está de la forma más tóxica y obsesiva posible, controlando a dónde va y con quién habla. Las cosas cambian cuando llega un nuevo chico a la ciudad: Jake (Charlie Sheen). Su llegada coincide con la aparición de un misterioso conductor de un no menos misterioso coche negro que se dedica a perseguir y matar uno a uno a los miembros de la pandilla de Packard. Unas muertes cuya motivación parece estar relacionada con el asesinato del antiguo novio de Keri, Jamie.

El director Mike Marvin definió El aparecido como un cruce entre Infierno de cobardes (High Plains Drifter, Clint Eastwood, 1973) y Mad Max: Salvajes de la autopista (Mad Max, George Miller, 1979). Una definición que resume a la perfección lo que hace atractiva esta película: una historia de venganza sobrenatural presentada con un toque moderno, propio del cine de acción de la época. Por desgracia, los productores no otorgaron los días que el director quería para rodar las secuencias de acción, así que las persecuciones no destacan demasiado, pero sí las explosivas conclusiones. La película busca maneras creativas con la que acabar con los pandilleros asesinos con el coche negro del aparecido.

Al espectador actual le llamará la atención la "ochenticidad" de la película, con una banda sonora típica de la época que llena El aparecido de canciones casi de principio a fin. El diseño de producción y el de vestuario son, obviamente, otros elementos que gritan "¡años 80!" al espectador. Pero seguramente lo que más llame la atención es el reparto, cargado de actores que al cabo de poco tiempo se convertirían en estrellas. Aquí destacan Charlie Sheen y Sherilyn Fenn, muy jóvenes y motivados a darlo todo en una humilde película de terror y acción.

Arrancando con la llegada del misterioso coche negro, una introducción fantástica que prepara el terreno al espectador, el film no decepciona siendo entretenido de principo a fin. Logra que su historia no demasiado original acabe enganchando gracias a la acción y a los pequeños toques que le dan personalidad propia al film. Otra joya ochentera para disfrutar.

30 sept 2021

Sin tiempo para morir (No Time to Die)


 

Tras mucho, mucho tiempo esperando, me alegra por fin poder escribir que se ha publicado mi crítica de Sin tiempo para morir (No Time to Die, Cary Joji Fukunaga, 2021) y la podéis leer clicando en:

https://underbrain.com/cine/sin-tiempo-para-morir/

Una crítica difícil de escribir porque intenté al máximo que el lector no descubriera nada que pudiera estropear la experiencia de ver la película con todas sus sorpresas intactas, dando a entender que es una gran película de acción. Como fan de James Bond, me encantó y me alegré de que Daniel Craig pudiera despedirse del personaje a lo grande.

27 sept 2021

Benedetta


 

Se ha publicado mi crítica de Benedetta (2021), la nueva película de Paul Verhoeven, que podéis leer clicando en:

 https://underbrain.com/cine/benedetta/

Verhoeven no es precisamente un director sutil y delicado, con lo que su manera de presentarnos esta historia basada en sucesos históricos es mucho más cercana y real de lo que lo sería en manos de otros directores más "serios y formales".

Los surfistas nazis deben morir (Surf Nazis Must Die)

 

La película es Los surfistas nazis deben morir (Surf Nazis Must Die, Peter George, 1987) y fue distribuida por la Troma. Esa es casi toda la información que uno necesita para saber si le puede interesar o no verla. Para aquellos que necesiten algo más, es el momento de coger la tabla de surf y la ametralladora para adentrarnos en la peligrosa playa de los surfistas nazis.

Un terremoto ha convertido la costa de California en una zona catastrófica en la que las bandas surferas se han hecho con el control. Y los surfistas nazis luchan por hacerse con el control de las bandas surferas, liderados por Adolf (Barry Brenner). Pero los surfistas nazis cometen el error de matar a Leroy (Robert Harden), el hijo de Eleanor "Mama" Washington (Gail Neely), una jubilada que se embarca en una misión de venganza contra la banda de Adolf. Para Eleanor, los surfistas nazis deben morir.

Este es uno de los títulos, y quiero decir literalmente título, del catálogo ochentero de la Troma más memorables. Y un título llamativo es a veces todo lo que necesita una película para convertirse en cinta de culto. Eso y un póster igualmente memorable. Por suerte, la película de Peter George ofrece lo que promete: una serie B pasada de vueltas, con las indispensables interpretaciones sobreactuadas y generosas dosis de violencia gratuita.

La idea se le ocurrió a Peter George cuando, surfeando, se topó con una banda de surfistas que le increpó por meterse en su territorio. George pensó que sería divertido ver a una mujer mayor enfrentarse a una banda callejera pero trasladada al ambiente surfero. De hecho, el término "surfista nazi" se venía empleando desde mediados de los 50 para referirse a los surferos territoriales obsesionados con el surf. Fue cuestión de añadirle la ideología para dar forma a este grupo de adolescentes surferos que han adoptado motes nazis para crear su banda. El guionista Jon Ayre fue quien tuvo la idea de trasladar la acción al habitual "futuro cercano", un escenario posapocalíptico en el que la presencia de estos nazis surferos fuera menos (o no tan) absurda. Fue asi como el film se acabó convirtiendo en una mezcla imposible entre Los amos de la noche (The Warriors, Walter Hill, 1979), Mad Max: Salvajes de la autopista (Mad Max, George Miller, 1979) y El gran miércoles (The Big Wednesday, John Milius, 1978).

La película peca de ser algo lenta al principio, la acción tarda bastante en arrancar. Pero no deja de ofrecer momentos absurdos y divertidos, haciendo todo lo posible por resultar entretenida dentro de las limitaciones del bajo presupuesto. A veces los momentos divertidos son buscados, como la búsqueda de Hook (Joel Hile) por el garfio perfecto que sustituya a su mano ausente, y otras veces son involuntarios, como que la única caracterización de Gail Neely como jubilada sea simplemente ponerle una peluca de pelo gris. ¿Y no es precisamente esto lo que buscan los amantes de la serie B o Z? Así es Los surfistas nazis deben morir: pura serie B para lo bueno y para lo malo, lo que significa que la línea que separa lo bueno y lo malo queda bastante difuminada.

16 sept 2021

De Slinger a Cyborg y de Cyborg a Slinger

 

Descubrí Cyborg (Albert Pyun, 1989) por televisión. En su momento me pareció una entretenida mezcla de acción y ciencia ficción, no ser fan de Jean-Claude Van Damme en su momento no me impidió disfrutarla. Con el tiempo, mi apreciación, tanto de la película como de Van Damme, fue creciendo. Sin embargo, mi interés por el film realmente despegó cuando descubrí su complicada producción gracias al estupendo documental Electric Boogaloo: La loca historia de Cannon Films (Electric Boogaloo: The Wild, Untold Story of Cannon Films, Mark Hartley, 2014).

Yoram Globus y Menahem Golan, los jefes de la Cannon, querían rodar la secuela de Masters del universo (Masters of the Universe, Gary Goddard, 1987) y la primera película protagonizada por Spiderman rápido antes de que los derechos que poseían expiraran. El encargado de dirigir las dos fue Albert Pyun. La idea era empezar a rodar la película de Spiderman y, mientras el actor que interpretaba a Peter Parker lograba un cuerpo de superhéroe tras interpretar a Peter Parker previa mordedura de araña radioactiva, aprovechar para rodar la secuela de Masters del universo. Pero la Cannon ya empezaba a tener problemas económicos, así que cuando no se hicieron los pagos de los derechos a Mattel y Marvel, el estudio los perdió, quedando las dos películas automáticamente canceladas.

Pyun ya había hecho parte del casting, creado vestuarios y construido algunos decorados. Para que no quedase todo perdido, el director les propuso a Golan y Globus rodar una película por una cantidad ridícula aprovechando el material creado para los proyectos cancelados. Los productores aceptaron encantados la propuesta y Pyun puso en marcha lo que en el futuro sería Cyborg.

Pyun ideó una historia en la que Estados Unidos se ha colapsado, víctima del apocalipsis provocado por la Guerra Fría. En este escenario, un veterano y desengañado soldado inicia un viaje para encontrar a su familia y asegurarse de que han sobrevivido a la hecatombe. Este soldado iba a ser interpretado por Chuck Norris, estrella de la casa Cannon. Pero Golan y Globus le pidieron a Pyun que, en lugar de Norris, el protagonista fuera una prometedora joven estrella: Jean-Claude Van Damme. Van Damme acababa de protagonizar para la Cannon Contacto sangriento (Bloodsport, Newt Arnold, 1988), un sorprendente gran éxito de taquilla por el que nadie apostaba.

Pyun aceptó y cambió la historia. Así nació Slinger. Este era el título que tenía la película mientras Pyun trabajaba en el montaje. Un primer montaje que resultó muy conflictivo. El director tuvo la idea de hacer que la película fuera en blanco y negro, reduciendo al mínimo el diálogo de Van Damme para ocultar su acento y con una constante banda sonora de heavy metal, que a la práctica convirtiera el film en una especie de ópera metal de ciencia ficción. Un enfoque que a los ejecutivos de la Cannon no les hizo ninguna gracia, pero Pyun se obsesionó con esta versión y no tenía intención de cambiarla.

Mientras este drama tenía lugar, a Van Damme, que se estaba preparando para rodar Kickboxer (Mark DiSalle, David Worth, 1989), le llegaron voces de que la película, todavía Slinger, iba a ser un desastre que hundiría su carrera. Van Damme decidió volver a Los Ángeles y les pidió a Golan y Globus que le dejaran reeditar la película. Los productores accedieron, porque no era la primera vez que pasaban por esa situación: la primera versión de Contacto sangriento también fue un desastre que parecía destinada a ser estrenada en vídeo o enterrada, hasta que Van Damme reeditó las escenas de acción. El trabajo de Van Damme dio sus frutos, como ya he dicho, Contacto sangriento fue un gran éxito de taquilla. Cambiando el título de Slinger a Cyborg, Van Damme reeditó las escenas de acción y el guionista Sheldon Lettich, colaborador de Van Damme, se encargó de las escenas dramáticas. Pero los cambios no se redujeron solo a la edición de escenas, también se cambió la historia por completo.

Cyborg se estrenó con gran éxito. El film mezclaba elementos clásicos del western y la ciencia ficción para crear un híbrido de acción que presentaba a Van Damme de una forma distinta a la que hasta entonces se le había mostrado al público. En un mundo posapocalíptico, Van Damme interpreta a Gibson Rickenbacker, slinger de profesión. Los slingers son una especie de mercenarios del futuro que ofrecen sus servicios al mejor postor. Gibson decide ayudar a Pearl Prophet (Dayle Haddon), un cyborg que lleva consigo la clave para crear una cura que acabe con una plaga que ha asolado al mundo. Los motivos de Gibson no son puros: espera de esta manera poder vengarse del clan de Fender Tremolo (Vincent Klyn) y matar a Fender.

Resulta sorprendente que el film no solo se haya conservado muy bien, parece que ha ganado con el tiempo. Es un film trepidante y efectivo, lleno de personajes memorables con una historia sencilla en la que resuenan arquetipos clásicos. No es de extrañar que se haya convertido en un film de culto. Pero la curiosidad por ver cómo fue originalmente concebida la película no se apagó con el tiempo, sino todo lo contrario. En 2011, Albert Pyun encontró un workprint de la película que hizo disponible a los fans, enviando copias a quién le escribiese por internet a través de su página web.

El workprint conserva el título de Slinger y tiene una banda sonora distinta, más de rock progresivo. Esta versión tiene un tono muy distinto del de la película que se estrenó. Para empezar, arranca con un plano de Van Damme crucificado. Aquí Fender y sus secuaces son satánicos caníbales. La trama de la plaga no aparece, en su lugar Pearl es una cyborg que ha ido recopilando información para volver a poner en marcha la tecnología que ha dejado de funcionar. Cargada de alusiones religiosas y cuestiones filosóficas, es un film más oscuro y pesimista. Y completamente distinto de Cyborg. Muchos de los planos son distintos y aparecen escenas que no aparecen en la versión cinematográfica así como hay escenas en la versión cinematográfica que no aparecen en el workprint, ya que fueron rodadas durante un rodaje adicional a petición de los productores. Y hay otro añadido interesante, al final Albert Pyun añadió el anuncio de una futura secuela que nunca se produjo: Cyborg Legacy: Rise of the Slingers. Unos años más tarde, mediante un sello alemán, se editó un montaje del director, con el título Slinger de nuevo, que aprovecha material del montaje cinematográfico con insertos en calidad VHS del workprint, cambiando las secuencias, aunque manteniendo el orden de los acontecimientos del workprint, la trama del colapso de la tecnología y el satanismo de los villanos, aunque eliminando algunos momentos. Al final de este montaje del director, Pyun extendió el final añadiendo una escena que servía de teaser a la posible secuela Cyborg Nemesis: the Dark Rift. Esta secuela sí que se rodó pero, debido a problemas de salud de Pyun, no se completó.

Cuando finalmente se produjo el colapso de la Cannon, Albert Pyun se puso en contacto con el productor Raju Patel para intentar convencerlo de que comprara los derechos de Cyborg y rodar una secuela. Cosa que el productor hizo pero la compañía decidió utilizar otro guion y prescindió de Pyun. Desde entonces, Pyun dirigió distintas secuelas no oficiales y películas que transcurren en el mismo universo, aunque sin especificarlo por temas de derechos, como la saga Nemesis de la que llegó a rodar cuatro entregas.

Comparadas Slinger y Cyborg creo que prefiero Cyborg, más que nada porque la historia está más enfocada y mejor concebida. La trama del colapso tecnológico de Slinger resulta muy vaga y abstracta. Aunque me hubiera gustado ver la primera versión de Pyun, esa ópera metal en blanco y negro.

 
 
 

 
De Cyborg se hicieron dos secuelas oficiales. Cyborg 2: La sombra de cristal (Cyborg 2: Glass Shadow, Michael Schroeder, 1993) fue la primera de ellas. Como ya he mencionado, la compañía que la produjo decidió no utilizar el guion de Pyun y utilizar un guion que ya existía previamente y que fue ligeramente modificado para convertirlo en una secuela de Cyborg. Eso explicaría que esta película no sabe la diferencia entre un cyborg y un androide, lo cual resulta llamativo en una película con la palabra "cyborg" en el título.

Por supuesto, hoy día seguramente esta película es recordada por ser el debut cinematográfico de Angelina Jolie, que por entonces tenía 17 años. En el reparto también nos encontramos a Elias Koteas, a Billy Drago y a Jack Palance, que se pasa gran parte de la película hablando a través de una pantalla lo que le da la oportunidad de sobreactuar que da gusto.

El argumento es bastante cyberpunk: una compañía decide terminar con una compañía rival enviando a un androide que lleva incorporada una bomba que detonará cuando llegue a su cuartel general. Jolie interpreta a dicho androide, Cash, aunque se refieran a ella como cyborg, repito. La diferencia: un androide es completamente artificial y un cyborg tiene componentes orgánicos. Cash se rebela contra su programación y contará con la ayuda de Colton Ricks (Koteas), su entrenador de artes marciales, en su huida.

Es un film entretenido si no se es muy exigente. El buen reparto ayuda a que la película pase mejor de lo imaginado y el guion proporciona algunos momentos agradablemente absurdos.

Pero si Cyborg 2 resulta pasable y medianamente entretenida, la tercera entrega Cyborg 3: The Recycler (Michael Schroeder, 1994) es bastante aburrida. No solo, repito, es ignorante de la diferencia entre cyborgs y androides, sino que su guion justifica que gran parte del metraje consista en hombres negándole a una mujer la decisión de abortar y obligarla a tener un hijo. El bajo presupuesto se nota bastante en esta continuación directa de la segunda entrega. Entre el reparto encontramos nombres como Zach Galligan, William Katt, un cameo de Michael McDowell y un siempre fantástico Richard Lynch como villano de la función. Khrystyne Haje interpreta al personaje de Angelina Jolie en la anterior entrega.

Típica historia de androides que se rebelan contra los humanos que los oprimen, el hecho de estar contada desde el punto de vista de los androides no le aporta nada nuevo. Resulta un film bastante predecible y sin mucho interés. Prescindible.

A pesar de lo deslucido de las secuelas, Cyborg se mantiene como una muy recomendable película que, con su mezcla de acción y ciencia ficción, sigue en plena forma.

10 sept 2021

Gunpowder Milkshake (Cóctel explosivo) (Gunpowder Milkshake)


 

Explota en nuestras pantallas Gunpowder Milkshake (Cóctel explosivo) (Gunpowder Milkshake, Navot Papushado, 2021) y podéis leer mi crítica de ella en Underbrain Mgz:

https://underbrain.com/cine/gunpowder-milkshake-coctel-explosivo/

Como aficionado al género la disfruté bastante, pero no sé cómo la recibirá el público que tenga un conocimiento superficial del género, sin captar los guiños y referencias.

30 ago 2021

Link

 

El equipo formado por el director Richard Franklin y el guionista Everett De Roche, equipo responsable de los clásicos de culto Patrick (1978) y Carretera mortal (Roadgames, 1981), se reunió de nuevo en Link (1986), un inquietante film sobre un chimpancé asesino.

Al leer o escuchar juntas las palabras "chimpancé asesino", uno se imagina un film al estilo de Shakma (Hugh Parks, Tom Logan, 1990), en la que un animal enloquecido víctima de experimentos se dedica a matar un largo número de víctimas. Pero Link va más en la línea de Atracción diabólica (Monkey Shines, George A. Romero, 1988), siendo un film que combina el thriller y el terror de una manera que quiere ser elegante sin caer en la exploitation.

Y ciertamente lo logra. El film cuenta la historia de Jane Chase (Elisabeth Shue), una estudiante que empieza a trabajar como asistente del profesor Steven Phillip (Terence Stamp). El doctor Phillip vive en una aislada mansión en la campiña inglesa debido a que con él viven tres chimpancés. Un día, el doctor Phillip desaparece y Jane empieza a notar una actitud cada vez más peligrosa y amenazante por parte de Link, uno de los chimpancés. Hasta que empieza una batalla entre la humana y el chimpancé por sobrevivir.

Franklin era un notorio fan de Alfred Hitchcock, lo que se nota en su forma de construir el suspense. Y si bien Franklin se toma su tiempo hasta que empieza realmente la acción, la construcción de los personajes y la atmósfera se hace de manera que cuando arranca el tercer acto, el espectador se encuentra sumergido en la historia. Una historia en la que de fondo se plantea la idea de que humanos y simios no somos tan distintos en realidad. La prueba de ello es que Link no es un chimpancé (en realidad, el personaje lo "interpreta" un orangután maquillado para parecer un chimpancé) con el que se ha experimentado manipulando su inteligencia, como en la mencionada Atracción diabólica, sino que su inicial fascinación por Jane y no querer ser sacrificado son los que le hacen actuar. De este modo, el film resulta mucho más "realista" que si metemos experimentación y mad doctors en la trama.

Otro punto a favor del film es que no se utilizan actores disfrazados sino auténticos animales. Por supuesto, hay escenas en las que se utilizan animatrónicos y dobles, para no lastimar a los animales, pero la interpretación de los simios resulta muy auténtica y le da más poder a la historia.

Como ya he mencionado, el film es un slow burn, trabajando el suspense hasta entrar en el terreno del cine de terror en el tercer acto. Pero gracias a las interpretaciones de Elisabeth Shue y Terence Stamp (y la de los simios) el film no se hace pesado ni aburrido. Continúa siendo un título tremendamente efectivo y recomendable.

26 ago 2021

Candyman (2021)


 

Se estrena Candyman (Nia DaCosta, 2021), nueva entrega en la que regresa el asesino creado por Clive Barker. Parte secuela directa, parte reboot, podéis leer ya mi crítica en:

https://underbrain.com/cine/candyman/

Como secuela funciona bastante bien, a pesar de los sermones, pero no es tan buena como la original de Bernard Rose. Entretenido film de terror pero nada revolucionario.

18 ago 2021

Sin aliento (Highwaymen)

 

Nadie mejor que Robert Harmon, el director de Carretera al infierno (The Hitcher, 1986), para ponerse al frente de esta mezcla de thriller y terror que hace buena la promesa que hizo Quentin Tarantino y no cumplió cuando hablaba de Death Proof (2007).

Molly (Rhona Mitra) espera que su amiga Alexandra (Andrea Roth) la lleve de vuelta a casa. Tras estar practicando canto coral, Molly espera que sea un viaje de vuelta a casa como el de cualquier otra noche, pero el coche en que van se ve envuelto en un accidente. Alexandra muere y Molly cree que el accidente no fue tal, el conductor tenía la intención de matarla. Es entonces que conoce a James Cray (Jim Caviezel), un hombre que va en busca del asesino que mató a su esposa, Fargo (Colm Feore), y que James cree que es el mismo que asesinó a Alexandra. Un asesino que usa como arma su coche, rondando por las carreteras en busca de mujeres a las que matar. Ahora, James utilizará a Molly como cebo para atrapar a Fargo en un juego mortal.

Como sucedió con Carretera al infierno, Highwaymen pasó desapercibida por las taquillas pero está destinada a convertirse en una película de culto. Harmon concentra la historia al máximo, la película no llega a los 80 minutos, para potenciar el suspense y la emoción. Se nos ofrece lo justo para conocer a los personajes y se concentra en la persecución entre James y Fargo. Este último es un villano memorable, un psicópata cuyo cuerpo lleno de prótesis da la impresión de que se ha fundido con su coche mientras busca víctimas para saciar su sed de sangre. Colm Feore hace un excelente trabajo como es habitual cuando le toca encarnar a villanos. Jim Caviezel también hace un buen trabajo dando vida al vengador y atormentado James. Sorprende Rhona Mitra, ya que normalmente suele dar vida a personajes más fuertes y aquí encarna a un personaje que empieza como una víctima atrapada en el juego mortal de los dos protagonistas.

En conjunto, Highwaymen es una efectiva mezcla de thriller y terror que logra poner al espectador al borde del asiento y hacer que tenga más cuidado a la hora de cruzar la calle.

27 jul 2021

Dark Angel: Ángel de la muerte (Dark Angel)

 

El cine de acción desmesurado, cargado de violencia gratuita y el ocasional desnudo, característico de la década de los 80 del siglo XX llegaba a su fin. Películas como Speed - Máxima potencia  (Speed, Jan de Bont, 1994) marcan el cine de acción de los 90: más apto para todos los públicos, espectacular pero sin los excesos violentos típicamente ochenteros. Dark Angel: Ángel de la muerte (Dark Angel aka I Come in Peace, Craig R. Baxley, 1989) fue uno de los últimos ejemplos de un estilo muy particular de enfocar el cine de acción, que acabaría a lo grande con Desafío total (Total Recall, Paul Verhoeven, 1990).

Pero ya comenté Desafío total, este artículo está dedicado a Dark Angel, una mezcla de acción, ciencia ficción y thriller que protagoniza un Dolph Lundgren en plena forma. Lundgren es el inspector Jack Caine, un policía envuelto en una operación encubierta que acaba mal: el narco Victor Manning (Sherman Howard) escapa y el compañero de Caine, el inspector Ray Turner (Alex Morris), es asesinado. Aunque no es el único que muere en la operación: todos los hombres de Manning son asesinados también debido a la inesperada aparición de Talec (Matthias Hues), un narco que viene del espacio exterior para producir droga usando endorfinas de los humanos. Caine debe encargarse de eliminar a este indeseado visitante con la ayuda de su nuevo compañero, el agente Smith (Brian Benben), y la forense Diane Pallone (Betsy Brantley).

Dark Angel se ha convertido merecidamente en un film de culto. Craig R. Baxley, que venia de dirigir la estupenda Acción Jackson (Action Jackson, 1988), logra estirar el presupuesto de manera que el film resulta espectacular, escondiendo el bajo presupuesto de forma efectiva. Utilizando su experiencia en la realización de escenas peligrosas, Baxley llena los 90 minutos del film de explosiones, persecuciones y escenas de acción. El guion, original de Jonathan Tydor y reescrito bajo pseudónimo por el hoy prestigioso David Koepp, le da a la historia un tono ligero que equilibra bien las partes serias y las partes cómicas, de modo que no se reduzca la amenaza que representa este narco espacial que se dedica a sorber cerebros de forma indiscriminada pero se mantenga un espíritu lúdico a lo largo del film. La pareza cómica que forman Lundgren y Benben funciona bastante bien, empezando por el hecho de que Lundgren le saca un par de cabezas a Benben.

Vista hoy día, la película funciona mejor que cuando se estrenó. En su momento apareció rodeada de películas excesivas y desmadradas, sus cualidades se pueden apreciar mejor hoy día, en un contexto más sobrio y serio si lo comparamos con el ambiente de la era dorada de los calentadores y las cintas de vídeo. Por supuesto, si diálogos como "-Vengo en paz -Y te vas en pedazos" no os hacen gracia y buscáis realismo y situaciones que no desafíen las leyes de la física, esta película no es para vosotros. Los fans de la acción y el desmelene no se deberían perderla.

15 jul 2021

La Purga Infinita (The Forever Purge)


 

Se estrena  La Purga Infinita (The Forever Purge, Everardo Gout, 2021), nueva entrega de la saga La Purga, esta vez sin James DeMonaco en la dirección. Acabo de publicar la crítica de este estreno en Underbrain Mgz:

https://underbrain.com/cine/la-purga-infinita/

Creo que esta franquicia alcanzó el punto máximo con la tercera entrega, Election: La noche de las bestias (The Purge: Election Year, James DeMonaco, 2016), las dos siguientes se han mantenido en la misma linea: películas correctas pero que no llegan a superar lo anterior. De todos modos, es un film entretenido para los seguidores de la saga.

9 jul 2021

Furia homicida (Fango caliente) (Fango bollente/Savage Three)


 

Delante de un film tan potente como Furia homicida (Fango caliente) (Fango bollente aka Savage Three, Vittorio Salerno, 1975) se pueden experimentar emociones contradictorias. Creado en unas específicas circunstancias sociales en la década de los 70 en Italia, resulta impresionante por como sigue siendo vigente hoy día y resulta también terrible porque sigue siendo vigente hoy día.

Ovidio (Joe Dallesandro), Giacomo (Gianfranco de Grassi) y Pepe (Guido de Carli) son tres amigos que trabajan en una compañía que se dedica a recopilar datos y conducir experimentos informáticos. Cansados y aburridos, empiezan a cometer actos aleatorios de violencia que van subiendo de intensidad, hasta que se de dedican a matar y violar sin motivo. El inspector Santagà (Enrico Maria Salerno) es el único que sospecha que los crímenes están relacionados y ve resolver el caso como una oportunidad de redimirse por sus fallos del pasado.

La década de los 70 en Italia se conoce como "los años de plomo" por el ambiente violento que se vivía en el país. La criminalidad relacionada con las mafias subía de intensidad y grupos de ideología extrema, tanto de izquierda como derecha, cometían atentados terroristas buscando dominar el país mediante el terror. No es de extrañar que esta sea la década en la que dos géneros tan violentos como el giallo y el poliziottescho dominasen las pantallas. El poliziottescho, una especie de thriller policíaco de acción a la italiana, se inspiraba en ocasiones en crímenes y sucesos reales acontecidos en Italia. El director Vittorio Salerno llevaba tiempo fascinado por los crímenes pasionales sin motivo que empezaba a proliferar cada vez más en Italia. Un caso en particular fue el que acabó inspirando Furia homicida: un gris oficinista conducía tranquilamente hasta que un camión le cortó el paso. La respuesta del oficinista a los insultos del camionero fue bajarse del coche sin mediar palabra y clavarle un destornillador en el estómago al conductor del camión.

El director parece sugerir en su película que la raíz de estos crímenes se encuentra en una sociedad cada vez más desensitivizada, hacinados en los centros urbanos los ciudadanos no tienen otra salida que la violencia para deshacerse de la frustración que provoca sentirse desgraciado en un estilo de vida que se supone ha de proporcionar la felicidad. Los tres protagonistas viven vidas que, a primera vista, parecen ideales, con un buen trabajo que les permite una vida más o menos acomodada. Sin embargo, Ovidio, un excelente Joe Dallesandro, se encuentra atrapado en un matrimonio sin amor, ligado a una mujer, Alba a la que da vida Martine Brochard, que no duda en ofrecer favores sexuales a su jefe para satisfacer sus ambiciones económicas y sociales. Pepe se ve atrapado en una casa que ha sido tomada por su extensa familia sin intimidad. Giacomo pasa las noches escuchando las continuas peleas de sus vecinos, que le impiden concentrarse en su trabajo. Además, el espacio en que trabajan es poco más que una jaula, como lo define Ovidio en una escena, y les hace sentir más atrapados y agobiados. Cuando un día inician una pelea en un campo de fútbol que desemboca en un enorme tumulto es la primera vez que se les ve felices. Que salgan indemnes de sus siguientes crímenes no hace más que animarlos a que estos vayan subiendo en intensidad y en violencia.

La razón principal por la que estos tres depravados son capaces de mantener su reino de terror es que la policía se deja guiar por sus prejuicios a la hora de atribuir las culpas. No es hasta que la mujer de un ministro es asesinada que no encuentran una auténtica motivación para actúar y escuchar a la única voz de la razón en toda la película, la del inspector Santagà. Santagà se encuentra ocupando un puesto tras un escritorio después de ser degradado de su puesto original en la patrulla criminal. Resulta significativo que la razón por la que Santagà se ha convertido en un apestado es, precisamente, por el uso excesivo de fuerza en la detención de un sospechoso, provocando la muerte de este. Es como si, tras este crimen, Santagà se hubiese visto purgado de su propia violencia, lo que hace que sea capaz de ver con perspectiva lo que sucede.

Es inevitable, y triste, encontrar paralelismos entre la sociedad que nos muestra esta película y el actual ambiente social del 2021. Los crímenes de odio aumentan y los extremismos son tratados con permisividad, contribuyendo a que el ambiente se vea cada vez más enrarecido. Pero es también el talento del director y guionista y el excelente reparto el que hacen de este un film potente, absorbente y sobresaliente.

1 jul 2021

Fast & Furious 9 (F9)


 

Por fin se estrena Fast & Furious 9 (F9, Justin Lin, 2021), otra fantástica entrega de la genial franquicia Fast & Furious. Podéis leer mi crítica en Underbrain:

https://underbrain.com/cine/fast-furious-9/

Otro monumento a la acción más desproporcionada, desfasada y demencial. Un placer de absurdo principio a absurdo fin.

18 jun 2021

La liga de la justicia de Zack Snyder (Zack Snyder's Justice League)

 


No tengo HBO así que he tenido que esperar hasta que se ha editado en Blu-ray y, entonces, buscar un hueco para poder ver una película que dura cuatro hora pero, tras mucho tiempo esperando, por fin he podido ver La liga de la justicia de Zack Snyder (Zack Snyder's Justice League, Zack Snyder, 2021). Obviamente, tenía curiosidad por ver cómo se había concebido originalmente La liga de la justicia antes de que cayera en manos de la Warner y Joss Whedon. Si bien, tras haberla visto, queda claro que es una versión que nunca se habría estrenado en cines aunque Snyder no se hubiese visto obligado a retirarse de la producción debido a una terrible desgracia personal.

He de admitir que me lo pasé bastante bien con la versión estrenada en cines. Me sorprendió su corta duración, me recordó al cine de superhéroes de los 90: una historia simple sin ningún intento de profundizar, y, además, me creí las informaciones que decían que se habían hecho cambios mínimos porque cuando Snyder abandonó el proyecto se encontraba en posproducción. El argumento de ambas es el mismo, pero mientras que la versión de Whedon es solo la historia, en su versión Snyder enriquecede el argumento añadiendo personajes, expande la historia para que sea más épica y desarrolla más profundamente aquellos personajes que no habían contado todavía con una película propia. Muchas escenas de acción se repiten, pero rodadas de forma diferente, con diferente montaje, diferentes ángulos y diferente tono. Ahora no voy a fingir que la película de Whedon no me gustó, pero queda claro que esta es la versión superior.

Pero, como ya he dicho, esta no es la versión que se hubiera estrenado en cines. Para empezar, la excesiva duración. Warner habría exigido una duración menor, un máximo de 150 minutos seguramente, para poder tener más pases en cada sesión. También habría exigido que fuera calificada para mayores de 13 años y un ancho de pantalla más acorde con las pantallas modernas. Una serie de cambios que habrían provocado que la recepción de La liga de la justicia de Zack Snyder no hubiese sido muy distinta de la fría recepción que tuvieron sus dos anteriores películas dentro del universo DC, por muy vocales que sean los fans más fanáticos de Snyder.

Creo que el universo DC según Zack Snyder estaba destinado al fracaso desde el prinicipio. Más que nada porque no era un universo. Marvel empleó 23 películas en contar la historia de la guerra de las gemas. Se fueron presentando personajes, estableciendo relaciones y todo un universo. Los cineastas al cargo del universo DC parecían tener prisa, lo que se tradujo en películas demasiado largas y sobreargumentadas. La razón por la que La liga de la justicia de Zack Snyder dura cuatro horas es que emplea mucho tiempo desarrollando personajes que merecían su propia película. ¿Por qué no seguir el estilo Marvel? ¿Por qué no establecer cada personaje con su propia película y luego reunirlos en un solo film? Intuyo que la razón fue que era precisamente lo que había hecho ya Marvel y que Zack Snyder no estaba interesado en crear un universo sino en contar las historias que quería contar, terminando su proyecto en una épica distópica que habría implicado que en algún momento Flash viajara al pasado para arreglarlo, como ya ha sucedido en distintas ocasiones.

Me gustan las películas de Zack Snyder, pero su enfoque de Superman y del universo DC no me acabó nunca de convencer (y Ejército de los muertos [Army of the Dead, 2021] fue una decepción). Así que, mientras su versión de La liga de la justicia me ha gustado mucho, en cierto modo me alegro que el universo DC haya quedado abierto a otras voces.

11 jun 2021

El gran Halcón (Hudson Hawk)


 

Las películas de culto suelen ser películas de bajo presupuesto. Producciones modestas que en su momento, debido a dificultades de distribución o de otra índole, quedaron sepultadas por el poderío de Hollywood o se estrenaron en un mal momento. Pero, ocasionalmente, también se producen, de forma completamente involuntaria, películas de culto de gran presupuesto. Títulos que, a pesar de todos los medios a su disposición que tienen los grandes estudios de Hollywood, fueron sonoros fracasos. Filmes ignorados por el público y destrozados por la crítica que, al cabo de unos cuantos años, se ven reivindicados gracias a los fieles fans que han acumulado a lo largo de los años. A este segundo tipo de películas de culto pertenece El gran Halcón (Hudson Hawk, Michael Lehmann, 1991).

El enrevesado argumento del film arranca con el recién salido de prisión "Halcón" Hudson (Bruce Willis), el mejor ladrón de guante blanco de su generación. Ni siquiera ha salido de prisión cuando le ofrecen un trabajo aparentemente simple: robar una pequeña estatua de caballo de una empresa de subastas. A partir de aquí, Halcón y su compañero Tommy Five-Tone (Danny Aiello) se verán envueltos en una complicada trama en la que se mezclan mafiosos, espías y una malvada pareja de multimillonarios: Minerva y Darwin Mayflower (Sandra Bernhard y Richard E. Grant).

Este era un proyecto muy personal para Bruce Willis. Willis y Robert Kraft habían creado el personaje, primero en forma de canción y luego desarrollando una historia a su alrededor. Esta historia fue luego cambiada y transformada a lo largo de diversos guiones. Joel Silver fue el productor que finalmente puso en marcha la película con guion de Steven E. de Souza, guionista con el que tanto Willis como Silver habían trabajado en La jungla de cristal (Die Hard, John McTiernan, 1988). A Silver y Willis les gustó mucho Escuela de jóvenes asesinos (Heathers, Michael Lehmann, 1988), así que contactaron con su director para que se pusiera al frente de Hudson Hawk. Decisión que llevó a que la película se acabara convirtiendo en un título de culto.

Michael Lehmann trajo consigo al guionista de Heathers, Daniel Waters. La idea de Silver y Willis es que Lehmann y Waters convirtieran Hudson Hawk en una comedia siguiendo el estilo de Heathers, ya que Willis quería regresar a la comedia con la que se había hecho popular en la serie Luz de luna  (Moonlighting, 1985-89) y eso exactamente es lo que hicieron: cogieron una típica cinta de acción hollywoodiense y le dieron un baño de humor bizarro y locura. Mucho más demente que lo que Willis y Silver se esperaban, de modo que llamaron de vuelta a Steven E. de Souza para que le diera algo de sentido a la historia. Pero ya era demasiado tarde para "normalizar" la película. El rodaje fue además bastante complicado para Lehmann, atrapado entre los egos de Silver y Willis.

El film fue promocionado con una campaña de marketing mediocre y fea, que lanzaba la idea de que Hudson Hawk era una cinta de acción como las anteriores películas protagonizadas por Bruce Willis, que no le hizo ningún favor. Fue masacrada por la crítica y el público le dio la espalda ya que no era la película que se esperaban. En Europa le fue algo mejor, sin ser un gran taquillazo tampoco fue un desastre. Aunque imagino que también hubo ciertas reacciones contrarias como en Estados Unidos. Recuerdo que me interesó verla porque recordaba a Willis de las anteriores Jungla de cristal y me sorprendió lo diferente que era de esas películas, aunque para mí eso no fue un problema.

Resulta obvio que las razones por las que fracasó en su día son las mismas por las que se ha convertido en una cinta de culto. Son las razones por las que me divierto de principio a fin con este film: su humor bizarro y sus personajes alocados. La película le da la vuelta al cine de acción y los clichés que lo forman: la habitual escena de robo se convierte en un número musical, parodia los villanos megalómanos de las películas de James Bond y tiene personajes absurdos como el espía que encarna David Caruso Kit Kat, un mudo camaleón.

Hudson Hawk es una comedia bizarra que satiriza el cine de acción, de la misma manera que Lehmann y Waters satirizaron la comedia adolescente con Heathers. No es lo que buscaba el estudio, aunque Willis parece que está bastante contento con el film en la actualidad, y parece ser que no es lo que buscaba el público. Pero es el tipo de película que busco, una deliciosa dosis de locura para mantener la cordura en estos tiempos.

4 jun 2021

Cazador del espacio: Aventuras en la zona prohibida (Spacehunter: Adventures in the Forbidden Zone)


Recuerdo descubrir esta película, como tantas otras, en una insomne noche televisiva. Ya entonces me pareció un derivado de La guerra de las galaxias (Star Wars, George Lucas, 1977), pero con suficiente personalidad como para que se quedara rondando por mi cabeza. Décadas después, he redescubierto Cazador del espacio: Aventuras en la zona prohibida (Spacehunter: Adventures in the Forbidden Zone, Lamont Johnson, 1983) con gran placer, ya que ahora la puedo apreciar mejor que cuando era niño.

El film está protagonizado por Peter Strauss, interpretando a Wolff, rompiendo un poco su imagen de elegante seductor, un mercenario que va a un remoto planetoide a rescatar tres terráqueas que se han quedado allí atrapadas por accidente. Una jovencísima Molly Ringwald como Niki, es su reluctante compañera en esta aventura. Y en papeles secundarios: Ernie Hudson y Michael Ironside, el gran villano de la función. Como ya he mencionado, es obvio que Columbia puso en marcha esta producción con la esperanza de aprovechar el éxito de Star Wars, que por entonces estaba a punto de estrenar su tercera entrega. Esta intención queda patente en el título, que recuerda el de los antiguos seriales a los que el film de Lucas hacía homenaje. Este es un aspecto que se ha perdido en la actualidad: Star Wars era un ejercicio nostálgico, un intento de recuperar el espíritu de los antiguos seriales de los años 30 y 40. El aparatoso título de Spacehunter también da la sensación de que no se acababan de decidir entre dos títulos y optaron por usarlos los dos. Columbia, además, decidió estrenarla en 3-D, aprovechando el revival de esta técnica que tuvo lugar al principio de los 80 del sigo XX.

Pero el film de Lamont Johnson consigue ser algo más que una simple imitación, derrochando personalidad por los cuatro costados. Cómo consiguió esta hazaña lo descubrimos en los títulos de crédito: fue producida por Ivan Reitman y entre los guionistas encontramos a Daniel Goldberg y Len Blum. Exacto, parte del equipo que hizo posible Heavy Metal (Gerald Potterton, 1981). Se nota en el enfoque del film, especialmente en como mezcla diversos elementos: space opera, cine de aventuras y ambientación posapocalíptica a lo Mad Max.

Esta mezcla, más las generosas dosis de diversión, el diseño de producción y el sólido reparto, convierten Spacehunter en una perfecta aventura futurista. Con un ritmo ligero, el film exprime al máximo sus 90 minutos de duración, haciendo posible que los protagonistas se enfrenten a deformes y horribles mutantes, monstruos acuáticos y otras amenazas futuristas, lo que incluye un fantástico laberinto mortal. Sin olvidar que hoy día ha adquirido un encanto ochentero irresistible.

Recomendado sin reservas, Spacehunter es un film que se mantiene tan trepidante y entretenido como el día que se estrenó.