29 oct 2021

Death Screams

 

En Estados Unidos se conocen como "regionales" aquellas películas rodadas de forma independiente fuera de Hollywood. A veces realizadas por estudios que trabajan de forma local, otras por individuos que se lían la manta a la cabeza y se ponen a rodar, supliendo medios con ilusión. En ocasiones, estas películas regionales acaban convirtiéndose en grandes éxitos de taquilla o en clásicos de culto. Un gran ejemplo de película de culto que nace como cinta de terror regional es Death Screams (David Nelson, 1982), un slasher de culto producido en el momento álgido del género.

Lo que hace especial Death Screams no es su argumento, que es bastante básico: una serie de misteriosos asesinatos empiezan a tener lugar en un tranquilo pueblo, amenazando las vidas de los jóvenes del lugar. No, no es un argumento original ni cautivador. Lo que hace especial la película de David Nelson es su peculiar desarrollo, sus efectos especiales y su frenética parte final. Es decir, las distintas maneras en que se aparta de las películas más "hollywoodienses", ofreciendo sorpresas en la manera de presentar la historia, que de forma no intencionada se aparta de la estructura más habitual de los guionistas y directores habituados a trabajar dentro del sistema.

Death Screams no tiene mucha historia que contar, así que se centra en desarrollar a las futuras víctimas, presentando personajes que no dejan de resultar familiares. Los hemos visto en otras películas: la zorra del pueblo, el sheriff gordo, la buena chica (aquí interpretada irónicamente por Susan Kiger, Playmate y actriz porno). Mientras vamos paseando por este pueblo, se sucede puntuales asesinatos, algunos con momentos algo absurdos: una de las víctimas, después de que le disparen una flecha sale corriendo no en busca de ayuda, sino hacia un tiovivo que no le queda precisamente cerca. Pero, como ya he dicho, son estos momentos extraños los que hacen que un film como este resulte tan entretenido y disfrutable.

Sin embargo, esta película es famosa por su tramo final, en el que se concentra la acción de forma frenética, con una serie de asesinatos encadenados que superan todo lo ofrecido hasta el momento. Una manera de presentar la historia que hace que, a pesar de no tener mucho argumento, hay detalles que le dan sentido a todo que a uno se le pasan por alto hasta que no la ve por segunda vez, logrando ver así el cuadro completo con más o menos sentido.

Ciertamente, Death Screams no es el mejor ni el más pulido slasher de la historia. Sí es efectivo, entretenido, sangriento y divertido. Sus gotas de absurdo son lo que acaban de hacer de este un memorable ejemplo del género.

21 oct 2021

Halloween Kills


 

Los fans del terror ya lo saben, pero Michael Myers regresa para poner en marcha otra masacre en Halloween Kills (David Gordon Green, 2021). Podéis leer mi crítica de esta nueva entrega de la franquicia en:

https://underbrain.com/cine/halloween-kills/

Una entrega que no hace nada nuevo, pero por lo menos es entretenida. Creo que la tercera entrega será mejor, por lo menos creo que será más interesante.

15 oct 2021

Los colmillos del lobo (The Werewolf)

 

En la década de los 50 del siglo XX, los mitos clásicos del terror recibieron una actualización. Una actualización atómica, se podría decir. La fascinación y el miedo que provocaba la ciencia en la sociedad americana post-Segunda Guerra Mundial, tras la atómica devastación de Hiroshima y Nagasaki, contribuyó a que el cine de terror y ciencia-ficción se dedicara a alimentar esta ansiedad con múltiples y aterradoras posibilidades: monstruos gigantes, mutantes, peligrosos experimentos... Y no tardó en llegarle el turno al hombre lobo en la fantástica Los colmillos del lobo (The Werewolf, Fred F. Sears,1956).

Un hombre (Steve Rich) entra amnésico y desorientado en un tranquilo y típico pueblo americano de montaña. Pero cuando un desconocido intenta robarle el dinero que lleva, este hombre sufre una aterradora transformación: se ha convertido en un hombre lobo. Tras asesinar al ladrón, el hombre vuelve corriendo a las montañas. Este hombre ha sido víctima de un experimento pensando que iba a recibir ayuda tras sufrir un accidente de coche, ahora cada vez que se encuentra en una situación de estrés, miedo o furia se transforma en una criatura sedienta de sangre sin recordar luego nada de lo que ha hecho. Así acaba siendo perseguido por las montañas por el sheriff del pueblo Jack Haines (Don Megowan) que quiere proteger a los ciudadanos, la enfermera Amy Standish (Joyce Holden) y el doctor Jonas Gilcrist (Ken Christy), tio de Amy, que quieren salvarlo, su familia, que quiere que vuelva a casa, y los doctores Emery Forrest (S. John Launer) y Morgan Chambers (George Lynn), los científicos que quieren continuar con su investigación para crear un suero que les permita sobrevivir un holocausto nuclear sin sufrir mutaciones.

Mientras que las películas posteriores a El hombre lobo (The Wolf Man, George Waggner, 1941) seguían las reglas inventadas por el guionista Curt Siodmark, esta película destaca por ser la primera que rompe el molde y crea sus propias normas. Este hombre lobo no se ve afectado por la luna llena ni la plata le resulta mortal. Luego, películas como Yo fui un hombre lobo adolescente (I Was a Teenage Werewolf, Gene Fowler Jr., 1957) también eliminaron los elementos sobrenaturales, buscando otros orígenes para la criatura, pero The Werewolf fue toda una pionera. Dicho esto, sí que mantiene el aire trágico del licántropo siguiendo el modelo establecido por el pobre Larry Talbot. El hombre lobo que interpreta Steve Rich es una víctima inocente, que mata sin control cuando se transforma, que sufre al ser consciente de que no podrá volver con su familia.

El diseño del maquillaje es muy bueno, si bien las transformaciones son las habituales a base de fundidos, típicas de la época, sin darle giros interesantes como la transformación entre columnas de El lobo humano (Werewolf of London, Stuart Walker, 1935). Por otro lado, el desarrollo es el típico de las películas de la época, pero eso no quiere decir que no carezca de interés. Los 79 minutos de duración se pasan muy rápido, no pierde el tiempo en meterse en la acción y desarrollar la historia de la manera más rápida y eficiente posible.

The Werewolf es un gran ejemplo de lo mejor que podía ofrecer la llamada serie B de los 50. Un título con buenas interpretaciones y una historia que, vista hoy día, era diferente y original, aunque se alimentara de géneros ya establecidos. Una película que, a pesar del bajo presupuesto, no escatimó en calidad dramática y hoy puede considerarse un pequeño clásico.

8 oct 2021

El aparecido (The Wraith)

Es posible que si hubiese visto El aparecido (The Wraith, Mike Marvin, 1986) en algún videoclub del barrio o por televisión en su día, me hubiese encantado. Pero no la descubrí hasta que se añadió a la colección de ediciones especiales en Blu-ray de Vestron. Y es por eso que se puede decir de esta película que es una película de culto: en el momento en que se estrenó pasó desapercibida, fue vista y no vista en cines debido a una mala distribución, pero con el tiempo más y más gente la fue descubriendo, aumentando su popularidad hasta que alguien consideró que una edición especial en Blu-ray cargada de extras tendría buenas perspectivas comerciales.

Packard Walsh (Nick Cassavetes) es el líder de una pandilla de jóvenes criminales que se dedican a "ganar" coches proponiendo carreras a aquellos infortunados con los que se cruzan en la carretera, forzándolos a participar usando métodos tan efectivos como coger de rehén a su pareja. Packard está enamorado de Keri Johnson (Sherilyn Fenn), y lo está de la forma más tóxica y obsesiva posible, controlando a dónde va y con quién habla. Las cosas cambian cuando llega un nuevo chico a la ciudad: Jake (Charlie Sheen). Su llegada coincide con la aparición de un misterioso conductor de un no menos misterioso coche negro que se dedica a perseguir y matar uno a uno a los miembros de la pandilla de Packard. Unas muertes cuya motivación parece estar relacionada con el asesinato del antiguo novio de Keri, Jamie.

El director Mike Marvin definió El aparecido como un cruce entre Infierno de cobardes (High Plains Drifter, Clint Eastwood, 1973) y Mad Max: Salvajes de la autopista (Mad Max, George Miller, 1979). Una definición que resume a la perfección lo que hace atractiva esta película: una historia de venganza sobrenatural presentada con un toque moderno, propio del cine de acción de la época. Por desgracia, los productores no otorgaron los días que el director quería para rodar las secuencias de acción, así que las persecuciones no destacan demasiado, pero sí las explosivas conclusiones. La película busca maneras creativas con la que acabar con los pandilleros asesinos con el coche negro del aparecido.

Al espectador actual le llamará la atención la "ochenticidad" de la película, con una banda sonora típica de la época que llena El aparecido de canciones casi de principio a fin. El diseño de producción y el de vestuario son, obviamente, otros elementos que gritan "¡años 80!" al espectador. Pero seguramente lo que más llame la atención es el reparto, cargado de actores que al cabo de poco tiempo se convertirían en estrellas. Aquí destacan Charlie Sheen y Sherilyn Fenn, muy jóvenes y motivados a darlo todo en una humilde película de terror y acción.

Arrancando con la llegada del misterioso coche negro, una introducción fantástica que prepara el terreno al espectador, el film no decepciona siendo entretenido de principo a fin. Logra que su historia no demasiado original acabe enganchando gracias a la acción y a los pequeños toques que le dan personalidad propia al film. Otra joya ochentera para disfrutar.