Mi primer impulso a la hora de escribir esta crítica/comentario/opinión sobre
Django desencadenado (
Django Unchained, 2012), el nuevo film de Quentin Tarantino, fue hacerlo de la misma manera que empiezan la mayoría -no todas- de las críticas de una nueva película de Quentin Tarantino: "homenaje a...", "referencias..." y blah, blah, blah. Pero no lo haré porque el cine de Tarantino, y esta película no es una excepción, va más allá de las simples referencias u homenajes. El cine forma parte del discurso del film de la misma manera que un artista de Hip Hop integra
samplers de otras canciones en sus composiciones.
Esto no quiere decir que no haya guiños más tradicionales en el cine de Tarantino y en esta película. Los hay. Por ejemplo, la escena con Franco Nero es un claro saludo al clásico Django (Sergio Corbucci, 1966), e incluso hay un guiño a Pulp Fiction (Quentin Tarantino, 1994). Pero hay otras películas que sirvieron de referencia a Tarantino las cuales son usadas para su comentario sobre la esclavitud en Estados Unidos y cómo ha sido representada en el cine, más que como simple homenaje o guiño. En esta categoría entrarían títulos como la trilogía de Nigger Charlie, Adiós tío Tom (Addio zio Tom, Gualtiero Jacopetti, Franco Prosperi, 1971) o Mandingo (Richard Fleischer, 1975).
La esclavitud es el gran tema sobre el que gira el film, lo que ha causado mucha polémica en Estados Unidos, acostumbrados a representaciones más ¿políticamente correctas? ¿suaves? No sabría escoger el término adecuado. Esto es así porque los abusos a los que eran sometido los esclavos se representan de manera muy realista e históricamente correcta. Es por ello que tenemos dos tipos de violencia en Django desencandenado que provocan dos tipos de reacciones: una más visceral, otra más "entretenida".
Primero tenemos la que llamaré "violencia de cine", momentos en los cuales Tarantino da rienda suelta al humor negro habitual en su cine y que provocan carcajadas en el espectador (por lo menos en el espectador que esto escribe). Entre esta categoría podríamos incluir también la violencia provocada por la venganza de Django (Jamie Foxx), que el espectador celebra desde su butaca de cine (de nuevo, por lo menos este espectador) igual que celebra los desmanes de Frank Castle o John Eastland.
El otro tipo de violencia que vemos en este film es el que tiene que ver con la esclavitud, y no me refiero solo a la violencia física. Cuando se trata de los abusos a los esclavos, Tarantino deja de lado el humor negro para representar una violencia realista que incomoda y resulta desagradable. Y fueron hechas con ese objetivo. Esto no es la habitual treta de representar al villano como un malvado para que luego el héroe se vea justificado (o al menos no totalmente), es algo que sucedía cada día en aquella época y Tarantino lo expone sin suavizarlo. En estas escenas brutales lo que resulta más perturbador son las reacciones de aquellos que ejercen la violencia sobre los esclavos, porque te das cuenta de que los tratan como si fueran cosas. De la misma manera que los nazis trataban a los judíos, a los gitanos, a los africanos...
En este aspecto del film no resultan gratuitas las referencias a la frenología. Una "ciencia" muy popular en el XIX (y que todavía hoy cuenta con seguidores). No solo en Estados Unidos, también en Europa.
Este southern western presenta una importante mejora respecto a las anteriores películas de Tarantino. En Django desencadenado no hay escenas de diálogo donde la película simplemente se detiene para regodearse en la habilidad para escribir diálogos del director como sucedía en el anterior film de Tarantino Malditos bastardos (Inglourious Basterds, 2009). Aquí todos los diálogos sirven al argumento o nos descubren mejor a un personaje. El parlamento más largo (por duración, no que se haga largo, son todos muy disfrutables) es el momento en el cual el doctor King Schultz -¿lo pilláis? doctor King-, maravillosamente interpretado por Christoph Waltz, le cuenta a Django la historia de Siegfried y Brunhilda. Es largo pero tiene un propósito y no es simple egonanismo por parte de Tarantino: nos cuenta de que trata la historia de Django desencadenado, una historia en la que la venganza es una parte muy importante, pero que no es una "historia de venganza".
La película está estructurada de una manera que recuerda bastante al cine de los 70, siguiendo la estela de directores como Sam Peckinpah. Con ello me refiero a que en el desarrollo de la historia se trabaja el aspecto dramático que se ve salpicado por puntuales escenas violentas, evitando la estructura de peli porno habitual en el cine de acción de hoy día. Estoy pensando en las mismas películas que estáis pensando muchos, títulos clásicos como
El ex preso de Corea (Rolling Thunder, John Flynn, 1977) o
Grupo salvaje (The Wild Bunch, Sam Peckinpah, 1969) que seguían esta misma estructura. Esto sirve para que el espectador no se desensibilice y las escenas violentas causen un auténtico impacto.
Con gran maestría Tarantino equilibra el tono de su film, con momentos extremadamente divertidos, como la discusión de las capuchas, con otros más serios y dramáticos. Esto se relaciona con los tipos de violencia que os comentaba antes. Este tono está magníficamente manejado por una colección de actores y actrices que dan vida al universo de esta película. Secundarios y actores de carácter que ofrecen todos ellos grandes interpretaciones, incluso aquellos como Don Johnson que nunca habían destacado por su arte. También tenemos a grandes profesionales como James Remar, Bruce Dern o Michael Parks.
Pero, sin duda, el trío protagonista formado por Jamie Foxx, Cristoph Waltz y Leonardo DiCaprio son los que se llevan la palma en cuanto a actuaciones orgásmicas. Foxx como Django crea un héroe badass que no tiene nada que envidiar a los personajes creados por Fred Williamson y Waltz está estupendo e incluso diría que mejor que en Malditos bastardos. Pero DiCaprio realmente me sorprendió como Calvin Candie. Desde que se puso a trabajar con Scorsese y ha entrado en una fase más madura, su talento interpretativo ha mejorado bastante pero aquí tiene momentos realmente brutales. La escena de la cena es una de las mejores de la película y concluye con un speech increíble de DiCaprio que consigue un impacto visceral gracias a un accidente: cuando golpeó la mesa durante el rodaje se cortó la mano con un cristal, algo que no estaba planeado, pero DiCaprio no paró y siguió la escena incorporando su sangre a la actuación, de forma especialmente inesperada por parte de Kerry Washington (que interpreta a Broomhilda) que vio como DiCaprio restregaba la sangre que salía de la herida en su mano por su cara ( la de Kerry, quiero decir), así que la reacción de Washington es muy realista. Al terminar le tuvieron que poner puntos en la herida a DiCaprio. Todo ello sirve para darle un extra toque a una escena de por sí sublime. La sangre que poco a poco cubre la mano de Candie es una alegoría perfecta del sur estadounidense de la época. La película se ambienta justo dos años antes de la Guerra Civil americana, así que Tarantino representa una sociedad en decadencia a punto de extinguirse de una manera que ya habría querido para sí Visconti.
Django desencadenado es una nueva obra maestra de Tarantino. Una maravilla que a pesar de durar casi tres horas se pasa en un suspiro. Te absorbe como solo el buen cine te puede absorber. Fantástica, genial, soberbia... No tengo palabras. Id a verla y disfrutadla.