"Realismo" no es un adjetivo que te venga a la cabeza al pensar en el cine de acción ni los thrillers producidos en Hong Kong, especialmente durante la década de los 70 y los 80 del siglo XX. Pero eso era a lo que aspiraba Ringo Lam cuando puso en marcha City on Fire (Lung foo fung wan, 1987). Un thriller que entonces era otra producción de bajo presupuesto que se ha convertido en un clásico del género.
El uno de mayo de 1985 en Hong Kong, siete hombres entraron a robar en The Time Watch Company. La policía sabía del plan para el atraco, pero la incompetencia por su parte durante la operación de vigilancia desembocó en el mayor tiroteo que hasta entonces había tenido lugar en Hong Kong. Unos días más tarde, la policía detuvo a los atracadores y Ringo Lam asistió al juicio con curiosidad por ver a los responsables de tan notorio crimen. En lugar de encontrarse villanos "de película", genios criminales musculosos y de aspecto peligroso, lo que vio fue un grupo de personas de aspecto anodino, alejado de los clichés cinematográficos. Eso fue lo que le inspiró para crear City on Fire, una historia más cruda y cercana a la realidad que las acrobáticas películas de acción a lo Jackie Chan o los operísticos tiroteos al estilo John Woo (que en realidad no sería el John Woo que conocemos y amamos hasta el estreno de Un mañana mejor [Ying hung boon sik aka A Better Tomorrow, 1986]), siguiendo el ejemplo de Contra el imperio de la droga (The French Connection, William Friedkin, 1971).
City on Fire está protagonizada por Chow Yun-Fat, que da vida a Ko Chow, un policía que se logra infiltrar en la banda de atracadores de la que forma parte Fu (Danny Lee). Ko está atormentado por una misión semejante que llevó a cabo en el pasado y no acabó bien. Su trabajo también está afectando a su relación con Hung (Carrie Ng), que no sabe de la doble vida de Ko. A pesar de ser consciente de que se trata de un criminal, Ko no puede evitar desarrollar amistad con Fu, lo que hará que sea peor cuando todo estalle durante un atraco que sale mal.
Aunque esta película se suele incluir con otros títulos de la época centrados en la acción y el llamado heroic bloodshed o Gun Fu, lo cierto es que esta película está más cerca del cine negro o el thriller policial con toques de tragedia. La devolución de Hong Kong a China flotaba en el ambiente, dotando al film de mucha inquietud y angustia por el futuro. Los protagonistas se encuentran en situaciones desesperadas y buscan labrarse un futuro mejor, lo que hace aún más potente la tragedia que flota en el ambiente. Es casi un alivio cuando finalmente todo estalla y todos se enfrentan a su destino. Y es lo que sigue haciendo que el film sea efectivo y funcione, a pesar de las películas del mismo estilo que hemos visto desde entonces a ahora.
Supongo también que debería mencionar que esta película es famosa por ser la película que Quentin Tarantino copió cuando hizo Reservoir Dogs (1992). Tarantino cogió giros argumentales, planos y situaciones dramáticas de la película de Lam y los incorporó a su film debut. No es exactamente plagio, Tarantino lo metió todo en su batidora particular, pero es cierto que tuve la idea de hacer este artículo cuando Tarantino acusó a la autora de Los juegos del hambre de plagiar Battle Royale (Batoru rowaiaru, Kinji Fukasaku, 2000). Me sorprendió por dos motivos: uno, que es una visión muy superficial y que analizando ambas en profundidad son bastante distintas las películas y los libros, y dos porque Tarantino no ha realizado ni una sola película que no contenga dentro argumentos y personajes de otras películas. Que alguien como él no sepa ver que no hay plagio resulta al menos algo irónico.
Volviendo al clásico de Ringo Lam, City on Fire es un título que se ha convertido en clásico más allá de ser una de las muchas películas que han "inspirado" a Tarantino. Es un gran título dentro del cine criminal con escenas cargadas de tensión y una gran interpretación por parte de Chow Yun-Fat.
