Como muchos nacidos a finales de los setenta y primeros ochenta, conocí a Chuck Norris en las estanterías del videoclub. Al contrario que otros "artistes" del cine de acción como Steven Seagal o Jean Claude Van Damme, no recuerdo que se estrenase ninguna de sus películas en el cine. Tampoco alquilé nunca ninguna película suya, pero sí recuerdo ver un par por televisión. Lo que sí recuerdo perfectamente es verlo en una de las películas clásicas de Bruce Lee: El furor del dragón (Meng long guo jiang, dir. Bruce Lee, 1972). Fue el debut de Chuck Norris en el cine y sale sin barba, con lo que descubrí que Chuck Norris sin barba es clavado a Homer Simpson. Entonces, sólo era otro tipo al que el grandioso Bruce Lee patea los morros.
En cualquier caso, vista la irónica admiración que ha adquirido Chuck Norris a través de internet, pensé que estaría bien echarle un vistazo a un par de películas suyas. Ambas surgieron de la factoría Cannon, una empresa que durante su breve existencia llenó nuestras pantallas y videoclubs de grandes joyas y de grandes mierdas películas no tan brillantes.
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La película resulta bastante divertida por lo tremendamente ridículo de la premisa. Un ruso malvado (Richard Lynch) encabeza un ejército de enemigos de Estados Unidos: rusos comunistas, cubanos comunistas, chinos comunistas y árabes que no son comunistas pero se juntan con comunistas. En total, unas decenas de terroristas que pretenden conquistar todo un país enorme como Estados Unidos. No sé si os habéis fijado pero Estados Unidos es muy, muy grande. No sólo en el mapa, en la realidad también. La idea, por tanto, que un ejército tan insignificante se apodere una potencia de semejante tamaño es ridícula. Pero a mi no me interesa el realismo o lo que es posible o no, en el universo de la película parece que funciona. Los malos lanzan toda una serie de ataques terroristas por todo el país que provocan el pánico en la población que empieza a armarse mientras el gobierno impone la ley marcial. Por fortuna, aquí está Chuck para encargarse del asunto. Chuck Norris sabe dónde estarán los terroristas antes que ellos mismos lo sepan. No es de extrañar que Rostov, el malo principal, tenga pesadillas protagonizadas por el señor Norris. Éste fue uno de los detalles que me divirtió más: el malo tiene pesadillas recurrentes en que Chuck Norris lo persigue y cuando parece que le va a pegar un tiro, le da una patada que es cuando Rostov despierta. En el sueño, Norris dice siempre la misma frase: "es hora de morir". Rostov está tan desquiciado por esas pesadillas que manda un equipo a matarlo al principio de la película que será lo que provocará su perdición al final, ya que es eso lo que hace que Norris empiece a ir tras él. Lo que se diría una auténtica tragedia griega. Aparte de eso, la película tiene otros detalles divertidos como la relación entre Chuck y una periodista continuamente cabreada o como Norris dice frases del estilo: "te voy a dar tantos izquierdazos que vas a suplicar un derechazo". Hay un momento de casualidad cósmica en que Chuck está descansando en un motel viendo La Tierra contra los platillos volantes echándose unas risas que es justo lo que yo estaba haciendo en ese momento mientras veía su película. Me pregunto si Satán estaba echándose unas risas viéndome ver la peli de Norris echándome unas risas mientras Norris veía otra peli y se echaba unas risas. En cualquier caso, si podéis dejar de lado la política, la película puede ser bastante divertida.
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