La conversación (The Conversation, Francis Ford Coppola, 1974) es un clásico en todo el sentido de la palabra: es tan relevante (o más) hoy día como lo fue en el momento de su estreno en 1974.
El protagonista es Harry Caul (Gene Hackman), un paranoico y solitario profesional de las escuchas clandestinas. El último encargo que ha recibido implica grabar la conversación de una joven pareja, grabación que logra con el éxito habitual que le caracteriza. Sin embargo, temeroso de haber puesto en peligro a la pareja, se empezará a obsesionar con esa conversación e intentará averiguar que la hace tan importante.
La invasión de la privacidad y el control de nuestra rutina cotidiana es algo que hoy día, con los avances tecnológicos y el desarrollo de las redes sociales, está a la orden del día. Sin embargo, el film de Coppola va más allá del reflejo de una preocupación social, ofreciéndonos el retrato de un personaje oscuro y solitario.
Una de las cosas que más llama la atención de este film es que sabiendo el año en que se estrenó uno no puede más que pensar que se produjo al calor del escándalo de las escuchas del Watergate, pero de hecho no fue así. El personaje central del film, Harry Caul, es un personaje que en cierta forma aparece ya en un cortometraje amateur que hizo Coppola en 1956, cuando tenía 16 años. Otros motivos que según Coppola cuenta le influyeron fueron la novela El lobo estepario de Hermann Hesse, cuyo protagonista se llama Harry Haller y es igualmente un hombre solitario de mediana edad, y el film Blow-Up (Deseo de una mañana de verano) (Blowup, Michelangelo Antonioni, 1966), de la cual le interesó a Coppola el motivo de la repetición.
Aquí vemos también la diferencia entre inspirar o influir y el plagio descarado: Coppola utilizó el motivo de la repetición que aparece en Blowup en una historia y una película que no tiene nada que ver con la de Antonioni, pero igualmente Coppola cuenta de dónde le vinieron las ideas. Brian De Palma copió el argumento de Antonioni para hacer un thriller en Impacto (Blow Out, 1981), vanagloriándose de ser un director tremendamente original.
La película originalmente se terminó de escribir a finales de los 60, pero ningún estudio estaba interesado en hacerla, al igual que otras películas que hoy son clásicas pero los estudios rechazaron hasta que se estrenó Easy Rider. Buscando mi destino (Easy Rider, Dennis Hopper, 1969), cuyo éxito hizo que de repente se empezaran a producir películas del mismo estilo. Sin embargo, no La conversación. El gran éxito de El padrino (The Godfather, Francis Ford Coppola, 1972) tanto artístico como, más importante para el estudio, económico hizo que Paramount le pidiera a Coppola dirigir una continuación. Coppola accedió a hacer la segunda parte de El padrino si el estudio le dejaba hacer antes La conversación (lo que hoy día se llama "hacer un Nolan"). El estudio aceptó aunque no le interesaba para nada el film, por suerte para nosotros que ahora podemos disfrutar tanto de La conversación como de la magnífica secuela de El padrino.
Todo esto es para que os deis cuenta de la extraña coincidencia que fue el hecho de que la película saliera al mismo tiempo que se produjo lo del Watergate. Mientras estaban filmando una escena que transcurre en una convención de "escuchadores clandestinos profesionales" (convención real, aunque cueste de creer), aparecieron en los periódicos las primeras noticias al respecto. Además, uno de los asesores técnicos de la película fue más tarde el encargado de analizar los misterios 18 minutos borrados de las cintas de la Casa Blanca.
La creación de Harry Caul es realmente brillante, exceptuando una escena que creo es un fallo (cuando después de la convención van todos al taller de Harry, algo que creo que el personaje no haría nunca). Por ejemplo, me encanta el detalle de que su casa esté protegida por varias cerraduras de seguridad y una alarma, pero no guarda nada en casa que sea personal o que revele algo de su personalidad. Es una casa prácticamente vacía, exceptuando los discos de música de Harry, su saxofón y unas figuras de adorno. También es representativo el ataque de paranoia que le entra a Harry cuando descubre que su portera le ha dejado un regalo de cumpleaños dentro de casa. La paranoia de Harry se va acentuando a medida que avanza la trama, culmimando con el terror definitivo de un paranoico: descubrir que tus miedos son reales y no imaginarios.
Lo único que revela la época en que fue filmada la película es la tecnología utilizada, que ya en el momento de ser filmada tenía aparencia obsoleta, ya que los profesionales auténticos como Harry se hacen su propio equipo, así que el equipo de Harry está fabricado aprovechando partes de otros aparatos. Aparte de eso, la trama y la tensión son actuales. Gracias especialmente a la manera adelantada a su tiempo que tiene Coppola de filmar imitando cámaras de seguridad, convirtiendo al espectador en un escuchador clandestino como Harry.
Recomiendo disfrutar de este clásico fundamental en la edición en Blu-ray inglesa, de momento no está editada en nuestro país.
Todo esto es para que os deis cuenta de la extraña coincidencia que fue el hecho de que la película saliera al mismo tiempo que se produjo lo del Watergate. Mientras estaban filmando una escena que transcurre en una convención de "escuchadores clandestinos profesionales" (convención real, aunque cueste de creer), aparecieron en los periódicos las primeras noticias al respecto. Además, uno de los asesores técnicos de la película fue más tarde el encargado de analizar los misterios 18 minutos borrados de las cintas de la Casa Blanca.
La creación de Harry Caul es realmente brillante, exceptuando una escena que creo es un fallo (cuando después de la convención van todos al taller de Harry, algo que creo que el personaje no haría nunca). Por ejemplo, me encanta el detalle de que su casa esté protegida por varias cerraduras de seguridad y una alarma, pero no guarda nada en casa que sea personal o que revele algo de su personalidad. Es una casa prácticamente vacía, exceptuando los discos de música de Harry, su saxofón y unas figuras de adorno. También es representativo el ataque de paranoia que le entra a Harry cuando descubre que su portera le ha dejado un regalo de cumpleaños dentro de casa. La paranoia de Harry se va acentuando a medida que avanza la trama, culmimando con el terror definitivo de un paranoico: descubrir que tus miedos son reales y no imaginarios.
Lo único que revela la época en que fue filmada la película es la tecnología utilizada, que ya en el momento de ser filmada tenía aparencia obsoleta, ya que los profesionales auténticos como Harry se hacen su propio equipo, así que el equipo de Harry está fabricado aprovechando partes de otros aparatos. Aparte de eso, la trama y la tensión son actuales. Gracias especialmente a la manera adelantada a su tiempo que tiene Coppola de filmar imitando cámaras de seguridad, convirtiendo al espectador en un escuchador clandestino como Harry.
Recomiendo disfrutar de este clásico fundamental en la edición en Blu-ray inglesa, de momento no está editada en nuestro país.
0 comentarios:
Publicar un comentario