La casa encantada (Ghosthouse aka Ghosthouse: La casa fantasma aka La Casa 3 aka La maison du cachemar, Umberto Lenzi, 1988) es un divertido despropósito con el cual Lenzi, que aquí utilizó su habitual pseudónimo Humphrey Humbert, demostró de nuevo que puede que sus películas no sean muy buenas pero son igualmente muy entretenidas.
El film arranca en una tenebrosa mansión en la cual un cabreado Sam Baker (Alain Smith) descubre que su hija Henrietta (Kristen Fougerousse) se ha cargado al gato de la familia a martillazos. Ya sabéis, la típica travesura infantil. Baker encierra a la niña en el sótano para que piense en lo que ha hecho con la única compañía de su increíblemente inquietante muñeco payaso. Mientras la niña está encerrada en el sótano empieza a sonar una más que perturbadora música infantil y, tras una serie de extraños fenómenos, alguien se carga a los Baker a hachazos. Veinte años más tarde, el radioaficionado Paul (Greg Scott) capta una extraña transmisión en la que alguien pide ayuda. Paul y su novia Martha (Lara Wendel) investigan de donde proceden hasta descubrir que, casualidades de la vida, proviene de la casa que hemos visto en el prólogo. Allí, Paul y Martha coinciden con un grupo de amigos que había salido de acampada y deciden parar en el jardín de la casa (?). Muy pronto, descubren que esa misteriosa casa suceden muchas cosas, todas ellas malas.
En Italia, esta película se estrenó con el título de La Casa 3 para pasarla como una falsa secuela de la serie iniciada por Sam Raimi con Posesión infernal (The Evil Dead, 1981), lo que seguramente hizo que la película funcionara bien allí, porque desde luego no lo hizo por su argumento, sus efectos especiales o sus interpretaciones.
Pero son las abundantes carencias de La casa encantada las que hacen que acabe siendo un film divertido si se ve desde la perspectiva adecuada. La ausencia de lógica en el argumento o las acciones de los personajes, por ejemplo, provoca momentos absurdos que permiten estudiar cómo no se comportaría nunca un ser humano. Pero mi favorito es la manera tan torpe con la que se transmite información al espectador.
Por ejemplo, cuando Paul y Martha llegan a la casa encantada y suben al ático donde se encuentran la radio con la que, de alguna forma misteriosa, se les ha transmitido el mensaje, de repente aparece cuchillo en mano Mark (Ron Houck) qué les pregunta qué hacen allí y a una pregunta de Paul añade sin soltar el cuchillo: "yo estoy aquí de acampada con mi hermano y su novia. Mi hermana también ha venido, estamos acampados en el jardín". Que es el tipo de información que le darías a alguien que se ha colado en una casa sin permiso y estaba trasteando con tu equipo de radio y a la que amenazas con un cuchillo. Luego, a una pregunta de Paul, un policía informa de todo tipo de detalles de un caso, para luego decirles que se vayan de allí ¡porque no es asunto suyo! Lo cierto es que este Paul parece tener una especie de asombroso poder: durante toda la película simplemente tiene que preguntar para que le den todo tipo de información confidencial sin necesidad de ofrecer ningún tipo de identificación o soborno.
Un detalle de la película algo más irritante es que la hermana de Mark, Tina (Kate Silver), se supone que es una niña de unos 14 o 15 años, pero está interpretada por una actriz que obviamente pasa de los 20. O eso, o el personaje de Tina es insufriblemente inmaduro y estúpido. Pero todo queda compensado por lo absurdo de los fenómenos que suceden en la casa, a lo que se le añade un asesino que hacha en ristre despacha a los incautos que no se carga la casa.
En definitiva, La casa encantada es una película malibuena. Su naturaleza cutre-salchichera hace que provoque abundantes carcajadas, aunque si lo que queréis es ver una película de casa encantada que sea buena, Ghosthouse no sería la opción más acertada.
4 comentarios:
Justo antes te iba a decir lo que tu has escrito: "La casa encantada es una película malibuena". Es tan loca que por lo menos tiene su punto… como todas italianadas de terror de la época, jejeje!
Es lo que tienen las italianadas de esta época: las buenas son muy buenas, las malas son casi mejores!
Por cierto. La casa es la de Aquella casa al lado del cementerio no?
Eso dice IMDB, pero la verdad es que no se parecen demasiado en los planos exteriores.
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