Resulta trágico que una película tan imitada e influyente, un gran clásico del cine de terror gótico, sea, al mismo tiempo, tan desconocida para el público. Mario Bava construyó con Operazione paura (1966) un film que, desde el principio, atrapa al espectador con su atmósfera malsana.
El doctor Paul Eswai (Giacomo Rossi Stuart) llega a un pequeño pueblo para realizar la autopsia de una mujer que, aparentemente, se ha suicidado. El doctor es llamado por el inspector Krueger (Piero Lulli), el cual recibió una carta de la mujer poco antes de morir que le hace sospechar que no se trata de un suicidio. El doctor Eswai y la recién llegada Monica Schuftan (Erika Blanc) descubrirán que el pueblo se haya bajo una terrible maldición que mantiene a la población sometida a un régimen de terror.
Federico Fellini, Martin Scorsese, David Lynch, Guillermo del Toro... Estos son algunos de los directores que cogieron elementos de esta película o fueron inspirados por las imágenes creadas por Mario Bava en este clásico. Su influencia llega hasta el cine de terror actual también de forma indirecta, con películas inspiradas por el film de Bava que a su vez han creado sus propios seguidores. Operazione paura era el regreso de Bava al terror gótico que le dio fama, después de estar trabajando en diversos géneros durante una larga temporada. Lo que resulta sorprendente es que el film fue casi improvisado, con un guion que consistía en treinta páginas detallando el argumento y los diálogos creados a medida que iban rodando, igual que la historia se iba alterando a medida que avanzaban. Además, el dinero se terminó cuando llevaban rodando un par de semanas, pero, debido al material que había creado hasta entonces, Bava decidió terminar la película sin cobrar, igual que el equipo y el reparto por lealtad a Bava. Más tarde, cuando el film se estenó con bastante éxito, los productores desaparecieron con el dinero y ni Bava ni nadie fue pagado. Pero a Bava no le importó ya que estaba muy orgulloso del resultado final.
Y tenía motivos para estar orgulloso. En condiciones en las que otros directores habrían producido un bodrio, el maestro italiano creó un film con una gran atmósfera de terror, que atrapa al espectador en este pueblo en el que la aparición de una misteriosa niña provoca la muerte del que la ve. Como he mencionado al principio, desde el primer minuto el film se encuentra plenamente sumergido en el terror gótico, sin dar un momento al espectador para aclimatarse. Esto le da al film un toque casi onírico, que recuerda al expresionismo alemán, alejándose conscientemente del realismo.
Para el aficionado al terror este es un título imprescindible no solo por su calidad, sino también para entender de dónde surgieron muchas imágenes e ideas hoy comunes y familiares para el espectador.
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