2 may 2025

Conciertos de cine

 
 

 
 
La primera constancia escrita que se tiene del fenómeno fan se produjo a mediados del siglo XIX. Crónicas de la época cuentan con estupor  las reacciones histéricas de las mujeres jóvenes que asistían a los conciertos del compositor Franz Liszt. En el siglo XX, se observaron reacciones histéricas parecidas en los jóvenes adolescentes que asistían a las actuaciones de Elvis Presley. Luego vinieron The Beatles y demás grupos y artistas que provocaban apasionado histerismo y éxtasis casi religioso en sus actuaciones. Es un fenómeno que afecta principalmente a los jóvenes, en la edad en la que abandonarse a la absoluta adoración a un/una cantante es permitido y visto casi con afecto (y algo de condescendencia).

Este fenómeno se produce principalmente en un momento del desarrollo vital que coincide con la primera vez que se asiste a conciertos y actuaciones en vivo sin supervisión paterna, ya sea con amistades, con la pareja o solo/sola/sole. Es un momento en el que el adolescente empieza a forjar una personalidad propia y desarrollar su individualidad dentro de la uniformidad de la manada. Un momento clave que, por supuesto, el cine ha reflejado de distintas formas.

Ofrecemos aquí al lector interesado, curioso o morboso una selección de películas en las que dejarse llevar por la música, las pasiones desenfrenadas y el caos emocional está permitido y es, es cierto modo, necesario. Unas películas, algunas ya comentadas aquí pero en este centrándonos en el aspecto musical, que presentamos en estricto orden cronológico que se han de ver con el volumen alto.

 



Locos por ellos (I Wanna Hold Your Hand, Robert Zemeckis, 1978)

Robert Zemeckis debutó como director de largometrajes con esta película que traslada al espectador al 9 de febrero de 1964. Este fue el día en que los Beatles debutaron en la televisión americana en The Ed Sullivan Show, consolidando la popularidad del grupo a nivel mundial. En este día Rosie (Wendie Jo Sperber), fanática del grupo, intenta desesperadamente conseguir un par de entradas para ver a los cuatro fabulosos llamando sin parar a un concurso de la radio. Rosie arrastra con ella a Pam (Nancy Allen), otra fan del grupo pero que tiene otras cosas en la cabeza ya que se supone que se tiene que casar a escondidas de sus padres. Grace (Theresa Saldana), otra amiga de Rosie y Pam, les propone un plan para colarse en el hotel donde se hospedan los Beatles, así espera Grace conseguir una foto en exclusiva del grupo y lanzar su carrera periodística antes incluso de llegar a la universidad. Janis (Susan Kendall Newman) se apunta a la expedición con la intención de boicotear a los Beatles, que considera comerciales y vacíos, al contrario que la música con mensaje que ella escucha, aunque a sus amigas no les gustan esos artistas de los que nadie ha oído hablar como Bob Dylan o Joan Baez. El grupo de chicas recluta al joven Larry (Marc McClure), cuyo padre tiene una limusina que utiliza en su negocio funerario, si bien Larry no tiene carnet de conducir eso no le detendrá ya que espera  de esta forma conquistar a la joven Grace. La expedición se pone en marcha con una adición de última hora: Tony (Bobby Di Cicco), un roquero fan de Elvis que no soporta a los Beatles pero eso no le detiene para intentar ligar con alguna de las chicas. Una vez lleguen a Nueva York, el grupo se verá dividido y vivirá distintas aventuras con el objetivo de asistir a esta histórica actuación.

El film de Zemeckis nos introduce en un momento en el tiempo en el que la música y la cultura adolescente estaban a punto de cambiar de forma revolucionaria. El personaje de Tony sirve para ver de dónde procede este cambio (aunque Tony en sí no quiera cambiar), quiénes fueron los que iniciaron el camino, mientras que el personaje de Janis es un precedente de los revolucionarios hippies que empezaban a aparecer por entonces y cuyo movimiento explotaría cuatro años más tarde. Entre medio, aparecen todo tipo de personajes extraños e interesantes, como el fanático Richard "Ringo" Klaus interpretado por Eddie Deezen, un cómico americano no muy conocido fuera de Estados Unidos pero que muchos recordarán por sus apariciones en películas como Critters 2 (Critters 2: The Main Course, Mick Garris, 1988), que se aliará con Rosie aunque ambos luchan por ser considerado el mayor fan de los Beatles. También acabará formando en cierto grado parte del grupo el joven Peter (Christian Juttner), cuyo padre quiere obligarlo a cortarse el pelo para "que no parezca una niña". Gran parte de la comedia proviene de cómo se muestra las actitudes de los fans, en particular Pam que tiene reacciones próximas al éxtasis religioso y su comportamiento cuando se encuentra ante el bajo de Paul McCartney resulta bastante libidinoso.

Locos por ellos es también una especie de viaje del héroe aunque a un nivel más de calle. Es decir, cuando los personajes regresen no serán los mismos que cuando salieron, cambiados por todo lo que viven en su esfuerzo por ver en vivo a los Beatles. Sin embargo, aunque a primera vista parezca un ejercicio de divertida nostalgia (que en parte es), los sentimientos y las peripecias por los que pasan los personajes siguen siendo vigentes hoy día, lo que hace de ella una película con un atractivo universal. También ayuda que es muy divertida y consigue hacerte reír de forma constante y sostenida.




Rock 'n' Roll High School (Allan Arkush, 1979)

Sabes que algo ha pasado de moda cuando Hollywood hace una película al respecto. Cuando se estrenó Fiebre del sábado noche (Saturday Night Fever, John Badham, 1977), el fenómeno de la música disco estaba ya de capa caída, aunque el éxito de la película le dio algo de oxígeno. El éxito del clásico de John Badham le dio al legendario productor Roger Corman la idea de producir una película musical para jóvenes que llevara por título Disco High School. Corman le presentó el proyecto al director Allan Arkush, que llevaba un tiempo trabajando para Corman en diferentes capacidades. Arkush, fanático de la música, le explicó a Corman que era una terrible idea, que la música disco estaba de salida y que lo que tenía que hacer era algo que se adelantara a la curva. A Corman le pareció bien. Bueno, en realidad le importaba poco, mientras fuera una película juvenil que se hiciera con poco dinero y recaudara mucho dinero. Los únicos trabajos como director de Arkush habían sido dirigir a medias con Joe Dante Esas locas del cine (Hollywood Boulevard, 1976), realizada con el objetivo de reciclar material de otras producciones de Roger Corman, y terminar Deporte mortal (Deathsport, 1978) después de que el director original fuera despedido, así que aprovechó la oportunidad para hacer algo que realmente le apasionara por si no tenía otra oportunidad de dirigir y decidió que el grupo en torno al cual giraría la película sería uno de sus favoritos: los Ramones.

Riff Randell (P.J. Soles) es una rocanrolera de pies a la cabeza que sueña con poder escribir canciones para la mejor banda del planeta: los Ramones. Su mejor amiga es Kate Rambeau (Dey Young), un prodigio científico a pesar de estar todavía en el instituto. Riff intenta transmitirle su amor por los Ramones, pero Kate solo se interesa por la ciencia y por el compañero estudiante Tom Roberts (Vincent Van Patten). Tom, tan habilidoso en el deporte como torpe con las chicas, se siente atraído no por Kate sino por Riff. Para intentar conseguir sus respectivos objetivos, Kate y Tom contratan los servicios de Eaglebauer (Clint Howard), un experto en conseguir de todo desde su oficina en el baño de los chicos. La plácida existencia de estos típicos adolescentes se verá alterada por la llegada de la nueva directora, la señorita Togar (Mary Woronov). La señorita Togar quiere imponer la disciplina entre los revoltosos estudiantes y en especial quiere poner en vereda a la rebelde Riff. El enfrentamiento entre ambas llegará a su punto álgido cuando la malvada directora intente impedir que Riff asista al concierto que los Ramones celebrarán en la ciudad.

No es de extrañar que esta película se haya convertido en una cinta de culto. El reparto solo, lleno de nombres familiares para los aficionados al cine de género como P. J. Soles, Mary Woronov, Clint Howard, Paul Bartel y Dick Miller, ya es un factor importante. Pero, por supuesto, el nombre que más destaca es el de los Ramones. El film de Arkush capturaba para la eternidad al grupo en su mejor momento, a punto de publicar End of the Century (que incluye temas de la banda sonora de esta película), el álbum que sería su cumbre creativa. Pero, además, es una inspiración para muchas jóvenes rebeldes todavía hoy gracias al carisma de Riff Randell. Una especie de versión humana de Bugs Bunny, un terremoto anárquico que no es una fanática que adora en silencio a su grupo favorito, sino que le sirve de trampolín para desarrollar su creatividad como autora de canciones.

Arkush se inspiró en ¡Qué noche la de aquel día! (A Hard Day's Night, Richard Lester, 1964) (la primera película de los Beatles) para crear con Rock 'n' Roll High School una comedia absurda y delirante, con logrados números musicales a pesar del escaso presupuesto. No siendo el momento menos febril y delirante el concierto de los Ramones, lleno de gags, alguno de los cuales sería luego incorporado por los Ramones en sus conciertos. Pero además de la fantástica música y el humor absurdo, el film es un gran dedo medio contra el autoritarismo y la represión. En resumen, una obra maestra.

 
 




Volverse loco (Get Crazy, Allan Arkush, 1983)

Teniendo en cuenta el tema del artículo, soy consciente de que esta película puede que no encaje a primera vista con el resto. Pero hay varias razones para incluirla. Para empezar, se trata de una secuela espiritual de Rock 'n' Roll High School (ya, ya lo sé, existe una secuela real, Rock 'n' Roll High School Forever (Deborah Brock, 1991), pero es una película terrible y es mejor mantenerla en el olvido), con el mismo estilo de humor, aunque ahora para un público más adulto (lo que quiere decir: desnudos, palabrotas y más drogas), sin que falte la misma pasión musical. Otra razón más para incluirla es que también toca algunos de los temas vistos hasta ahora, aunque no forme el centro de su narrativa.

La sala de conciertos Saturn Theatre, propiedad de Max Wolfe (Allen Garfield), se prepara para su concierto de Año Nuevo, una tradición que se ha convertido en un gran evento. El gran promotor e industrial Colin Beverly (Ed Begley Jr.) quiere hacerse con el Saturn para demoler la manzana y crear un monstruoso rascacielos. Tras la visita de Beverly, Max sufre lo que parece un ataque cardíaco, así que queda en manos de su segundo, Neil (Daniel Stern), organizarlo todo. Neil tiene a su disposición a los dedicados trabajadores del Saturn y también cuenta con la ayuda de Willy Loman (Gail Edwards), una antigua trabajadora del Saturn que se encuentra de visita. Para salvar el Saturn, deciden llamar a artistas que dieron sus primeras actuaciones allí como Nada (Lori Eastside) y su banda de chicas, Auden (Lou Reed), que reaparecerá tras mucho tiempo apartado de la luz pública, King Blues (Bill Henderson), su nombre ya lo dice todo, y la megaestrella del rock Reggie Wanker (Malcolm McDowell). El equipo de Neil se enfrentará a mil problemas, deberá mantener a las bandas contentas y evitar los intentos de sabotaje de los esbirros de Beverly. Por si fuera poco, Neil debe vigilar que su hermana adolescente Susie (Stacey Nelkin), fan de Auden, no se meta en problemas inapropiados para su edad; mientras todo esto sucede, además, Neil intentará seducir a Willy, de la que se ha enamorado.

Primero nos detendremos en la trama más relevante de la película en lo que respecta al tema de este artículo, la que afecta a Susie, la hermana adolescente de Neil. Interpretada por Stacey Nelkin, a la que los aficionados al terror recordaréis por su papel en Halloween III: El día de la bruja (Halloween III: Season of the Witch, Tommy Lee Wallace, 1982), Susie debe superar un gran obstáculo para poder ver a Auden en directo: sus conservadores padres. Y al llegar al Saturn descubrirá todo un mundo nuevo que le abrirá los ojos a diversas experiencias. La más importante no la comento para no destripar nada, pero es uno de los puntos álgidos de la película.

Los otros aspectos que hacen interesante esta película tienen un trasfondo musical. Arkush originalmente tenía la intención de hacer una película autobiográfica, un film de época que se basaría en sus experiencias trabajando en una sala de conciertos a finales de los 60. El éxito de Aterriza como puedas (Airplane!, Jim Abrahams, David Zucker, Jerry Zucker, 1980) hizo que solo encontrará financiación para Get Crazy si la convertía en una película contemporánea de humor absurdo. Arkush y los guionistas hicieron el cambio y en el proceso la película se convirtió en un alegato en defensa de las salas de conciertos, que entonces estaban desapareciendo en Estados Unidos debido al auge de los conciertos de estadio. Un cambio que encarecía las entradas de los conciertos y hacía más difícil que jóvenes sin mucho dinero para gastar pudiesen acceder a la música en directo. Un problema parecido tenemos en la actualidad con los intermediarios on-line que encarecen el precio de las entradas. En todo caso, si el argumento de salvar la sala de conciertos del malvado promotor os recuerda a Rock of Ages. La era del Rock (Rock of Ages, Adam Shankman, 2012) no es de extrañar porque se ha convertido en un argumento clásico utilizado en cantidad de películas.

La música en Get Crazy la interpretan grupos ficticios, diseñados por Arkush para crear una especie de paseo por la historia del rock. Empezando por el blues y acabando, irónicamente, con el estilo de rock de estadio. Para hacer la cronología más clara, cada grupo interpreta una versión de I'm Your Hoochie Coochie Man, original de Willie Dixon que ha sido versionada por multitud de artistas como Jimi Hendrix, Eric Clapton y Muddy Waters, que en el film es una canción compuesta por King Blues. De entre todas las actuaciones, la más memorable es la que lleva a cabo la Nada Band. Lori Eastside, cantante y coreógrafa, es Nada, la líder de un grupo que es un homenaje a las bandas de chicas de los 60 y que es una lástima que no sea un grupo real. Ver a Malcom McDowell como una mezcla de Mick Jagger y Rod Stewart no está mal, pero la Nada Band es realmente insuperable.



Además de grandes actuaciones musicales, el film es un constante flujo de gags y chistes absurdos. En otras palabras, una fiesta constante tremendamente divertida. Y también comparte con Rock 'n' Roll High School su desprecio por el mercantilismo y el autoritarismo. Por desgracia, los productores pensaron que les saldría más a cuenta si la película era un fracaso que un éxito, al estilo de Los productores (The Producers, Mel Brooks, 1967). No llegaron a cancelar su estreno como hizo la Warner con Batgirl, pero la enterraron y no hicieron nada para que la gente supiera de su existencia. Pero Get Crazy sobrevivió, convirtiéndose en una cinta de culto, durante años imposible de ver a no ser que fuera en VHS pero recientemente rescatada para la era digital. Es la más desconocida de esta lista de películas por eso es la que recomiendo que descubráis primero.


 
 
 

 

Cero en conducta (Detroit Rock City, Adam Rifkin, 1999)

Y cerramos el círculo con otro grupo de chicos que se embarca en una odisea para poder ver a su grupo favorito. Es 1978, cuando KISS se encontraba en su punto álgido de popularidad. Hawk (Edward Furlong), Lex (Giuseppe Andrews), Trip (James DeBello) y Jam (Sam Huntington) son cuatro amigos fans de KISS que se preparan para verlos en concierto en Detroit. Por desgracia, la beata madre (Lin Shaye) de Jam quema las entradas que han comprado y los cuatro se lanzan a la aventura para escapar de sus casas y del colegio para lograr colarse en el concierto de sus vidas.

A finales de los 90, tras una década de comedias más suaves, el éxito de Algo pasa con Mary (There's Something About Mary, Bobby Farrelly, Peter Farrelly, 1998) y American Pie (Paul Weitz, Chris Weitz, 1999) trajo de vuelta la comedia gruesa, picante y obscena que había dominado durante la década de los 80. Adam Rifkin había empezado su carrera trabajando ese estilo de comedia con El maníaco invisible (Invisible Maniac, 1990), una película al estilo de Movida en la universidad (Zapped!, Robert J. Rosenthal, 1982). Ocasionalmente había rozado el mainstream, como con la entretenida comedia Con la poli en los talones (The Chase, 1994), pero se había mantenido en el cine independiente hasta que tuvo la oportunidad de nuevo de trabajar para un gran estudio, si bien dentro del entonces sello independiente New Line Cinema, con Cero en conducta.

Como le sucedió a todas las películas aquí presentadas, el film fue un fracaso de taquilla cuando se estrenó originalmente, pero con el tiempo se ha convertido en un film de culto. Es especialmente apreciado por los fans de KISS, pero funciona aunque no te guste demasiado el grupo en cuestión, ya que, al contrario que los Ramones en Rock 'n' Roll High School, solo aparecen en el film en el momento que se supone que han de aparecer. Eso si no tenemos en cuenta la banda sonora, claro.

Rifkin crea una serie de peripecias que hacen que los cuatro protagonistas atraviesen una crisis antes de volver a reunirse de nuevo, como sucede en las comedias románticas. En este caso, sirve para que los amigos revalúen su amistad y su futuro, sin dejar nunca el terreno de la comedia adolescente. Una comedia adolescente que tiene sus mejores momentos cuando trata las situaciones propias de la época, como la cruzada de los padres religiosos contra el rock, aunque los chistes de drogas a veces se hacen algo repetitivos. De todos modos, el film se ha convertido en una cinta de culto porque acierta más veces de las que falla. Sin embargo, también es cierto que este gusto por la comedia ochentera más destripada hace que parte de la odisea adolescente quede en segundo plano.

Como hemos visto, los tiempos cambian pero los adolescentes no. Es un momento en el que dejarse llevar por la pasión hacia un artista o una banda o un estilo musical puede llevar a grandes experiencias personales. Algo tan simple como acudir a un concierto puede convertirse en una experiencia transformadora y reveladora. Estas películas reflejan este momento mágico (para bien y para mal), también pueden ser una manera de recordar esta época desde el confort del sofá de casa.


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