Gracias al éxito de las películas de Stuart Gordon, en los 80 y 90, el nombre de H. P. Lovecraft era usado de la misma manera que el de Edgar Allan Poe era usado en los 60. Aunque nunca se llegó al extremo de usar el nombre de Lovecraft en algo que no fuera una adaptación de un relato suyo, como sí sucedió en el caso de Poe (los capitostes de la AIP cambiaron el título de El general Witchfinder [Witchfinder General, Michael Reeves, 1968] por Edgar Allan Poe's Conqueror Worm para venderla en Estados Unidos, El palacio de los espíritus [The Haunted Palace, Roger Corman, 1963] se vendió como una adaptación del poema homónimo de Poe pero en realidad se trataba de una adaptación de El caso de Charles Dexter Ward de Lovecraft), en muchas ocasiones las adaptaciones que se hacían eran muy libres.
Este es el caso de El innombrable (The Unnamable, Jean-Paul Ouellette, 1988), film basado en el relato de Lovecraft Lo innombrable. Los primeros diez minutos son una adaptación más o menos fiel del cuento pero el resto es pura invención del director/guionista Ouellette.
Un grupo de estudiantes de la universidad de Arkham se mete en la vieja casa Winthrop para explorarla, atraídos por las leyendas que se cuentan del lugar. Allí, uno a uno serán eliminados por una monstruosa criatura. Randolph Carter (Mark Kinsey Stephenson) y Howard Damon (Charles King) se enfrentarán a la criatura con la ayuda del Necronomicón.
Como he dicho, los primeros minutos de la película siguen el relato de Lovecraft, así como la película está protagonizada por Randolph Carter, recurrente personaje que protagoniza diversos relatos del maestro del terror cósmico, incluido entre ellos Lo innombrable. Y entiendo que, debido a la breve naturaleza del relato, Ouellette decidiera expandir la historia añadiendo material de su cosecha. Lo que no entiendo es que se usara a Lovecraft para hacer una típica película de "estudiantes" perseguidos por un monstruo.
Además de típica y tópica, El innombrable es bastante aburrida. Aunque los efectos especiales están bastante bien, no salvan al espectador del sopor que provoca el film siguiendo a unos personajes sin interés deambulando por una casa abandonada. A pesar de todo, el film funcionó en vídeo, ya que al cabo de poco tiempo apareció The Unnamable II: The Statement of Randolph Carter aka The Unnamable Returns (Jean-Paul Ouellette, 1992), que por supuesto no tiene nada que ver con el cuento de Lovecraft La declaración de Randolph Carter aunque coja algunos personajes del mismo.
El film arranca momentos después del final de El innombrable para seguir las peripecias de Randolph Carter y Howard Damon enfrentándose a la criatura innombrable. Por increíble que parezca, aunque este film contó con un mayor presupuesto, es más ambicioso y amplía la historia del primer film, es casi tan aburrido como el anterior.
La única razón por las que he visto estas películas es por mi amor a la obra de Lovecraft, que con espíritu masoquista me lleva a ver adaptaciones de sus cuentos y novelas por más malas que sean. Lo curioso es que volví a ver El innombrable porque tenía un buen recuerdo de ella de cuando la vi por primera vez en vídeo, pero no sé en qué estaría pensando.
4 comentarios:
Yo no sé por qué, leo cosas como esto que escribes y en lugar de alejarme de la peli me atraen más. Ahora tengo una necesidad absurda de ver las dos pelis y comprobar que efectivamente son tan malas como dices.
Por favor, hazlo. Independientemente de lo que escriba, siempre es mejor juzgar por uno mismo. Además, a mí me pasa exactamente lo mismo.
A mi me trae buenos recuerdos de cuando la ví en vídeo, con mi grupo de amigos. A todos nos impactó, aunque no era muy buena. Aún recuerdo el nombre de la criatura; Aliada.
Perdón: Alaida.
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