1 jul 2020

We Summon the Darkness

 
Dentro del cine de terror reciente, además de familias que entran a vivir en casas chungas, se ha puesto de moda explotar el "pánico satánico" que se produjo a mediados de los 80 del siglo XX en Estados Unidos. En esta época, además de personas aterradas ante la posibilidad de ser atacadas por sectas satánicas, los evangelistas televisivos empezaron su particular cruzada contra la música rock. El ejemplo más reciente de esta moda lo encontramos en We Summon the Darkness (Marc Meyers, 2019).

Estamos en 1988, como podemos deducir por las ropas de las protagonistas, el lenguaje y el letrero que aparece en pantalla indicando que es 1988. Alexis (Alexandra Daddario), Val (Maddie Hasson) y Beverly (Amy Forsyth) son tres amigas en ruta hacia un concierto de música heavy. Allí conocen a Ivan (Austin Swift), Kovacs (Logan Miller) y Mark (Keean Johnson), tres amigos "jeviatas" como ellas. Los seis deciden irse de fiesta tras el concierto y, como os podéis imaginar, las cosas se torcerán rápidamente para todos.

El film de Marc Meyers juega con muchos elementos que fácilmente atraen a los aficionados al género: la relación entre el terror y el rock duro, los 80 y Alexandra Daddario, que encarnó a la perfecta novia para los fans del terror en Enterrando a la ex (Burying the Ex, Joe Dante, 2014). Y, sin embargo, We Summon the Darkness acaba resultando una película anodina. Tal vez las limitaciones del bajo presupuesto afectaron a la película, el guion necesitaba más trabajo o el director no supo sacarle jugo al argumento. La cuestión es que la película promete más de lo que acaba ofreciendo. Las interpretaciones están bastante bien, en particular Daddario, también productora, que tiene un personaje muy jugoso. El film tiene un par de momentos divertidos, pero al llegar los títulos de crédito no hay nada que haga el film memorable.

El director no consigue crear la tensión que la historia exige, ni la mezcla de terror y comedia funciona. Sus carencias se hacen más evidentes si la comparamos con películas más exitosas en ese sentido como Satanic Panic (Chelsea Stardust, 2019). Se esfuerzo en aludir, de forma alegórica, a la hipocresía de la época y la doble moral de los televangelistas tan populares en Estados Unidos, pero no tanto como para salvar la película.

We Summon the Darkness puede servir para pasar el rato un domingo por la tarde, pero hay demasiadas películas que explotan mejor los elementos en que se sostiene la película de Meyers. Fans de Alexandra Daddario también pueden encontrar motivos para disfrutar con esta película.


0 comentarios: