13 ene 2010

Deadgirl


De entre toda la caterva de pelis de zombis que se han estrenado, pocas pueden vanagloriarse de tratar el tema de forma original. Deadgirl es de esas pocas películas.

Esta es la historia de J.T. y Rickie. Un día deciden explorar un hospital abandonado en el que se encuentran una muerta viviente. Una joven muerta viviente. Así que deciden hacer lo que cualquiera haría en esa situación: quedársela para "disfrutar" de ella. Bueno, a lo mejor no cualquiera, pero sí que dos o tres de vosotros seguro. J.T. tiene sus reservas sobre todo el asunto, mientras que Rickie parece bastante cómodo con la situación, lo que provocará cierta tensión entre ambos. Esta tensión irá aumentando a medida que el secreto lo sea cada vez menos. No os espoilaré más la película, aunque ya os digo, esto no es una comedia romántica.

Uno de los puntos fuertes de Deadgirl es la relación entre J.T. y Rickie. Ambos representan la luz y la sombra de todos nosotros, el eterno enfrentamiento entre nuestros deseos más oscuros y prohibidos y la prudencia o cobardía que nos impide llevarlos a cabo. Otro de los aspectos que trata la película, y que aparece anunciado en el tráiler, es el de madurar, dejar atrás el mundo seguro de la infancia y entrar en el mundo real de los adultos. Un mundo que puede estar lleno de promesas o de desesperanza, que puede ser ilusionante o aterrador. Así se explica, en parte, el atractivo que ejerce la chica muerta para Rickie y por qué cada vez pasa más tiempo con ella. En el mundo exterior no es nadie, no tiene ningún futuro, mientras que en el sótano, con la chica muerta, ha creado todo un mundo del que él es el rey. J.T., por otro lado, tampoco tiene nada en su vida que no sea desesperanza y mediocridad, pero desea encajar en la sociedad, por eso siente atracción y repulsión al mismo tiempo por el mundo de la chica muerta.

La película se anuncia como "del productor de Hellraiser y Escuela de jóvenes asesinos". Y es cierto que Christopher Webster trabajó como productor en Hellraiser (Clive Barker, 1987) y en Escuela de jóvenes asesinos (Heathers, Michael Lehmann, 1988), sin embargo el proyecto nace de su guionista Trent Haaga. De todas maneras, las referencias a ambas películas no resultan gratuitas. Deadgirl comparte con Escuela de... el análisis que hace de la adolescencia y la sociedad que la rodea con ácido sulfúrico y bisturí (por cierto, Escuela de... es una gran comedia negra a reivindicar). Con Hellraiser comparte un enfermizo romanticismo; al fin y al cabo ambas son, en el fondo, historias de amor.

Deadgirl es a un tiempo divertida y perturbadora, el tipo de película que uno comenta después de verla. Tremendamente inteligente y original, algo que no abunda en estos tiempos.

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