26 mar 2011

Fiebre del sábado noche (Saturday Night Fever)



Gracias por los mensajes de apoyo de todos. Parece que mi anatomía se adapta a la vida en la Tierra y me he recuperado de un traspiés orgánico antes de lo que me esperaba, al contrario que les pasó a mis buenos primos marcianos, y podré continuar con mi objetivo de conquistar el planeta. El caso es que buscaba un título adecuado para la semana que he pasado, pero ya había comentado todas las películas de David Cronenberg. También ésa en la que estás pensando. Así que finalmente me he decidido por la película quintaesencial de los setenta: Fiebre del sábado noche (Saturday Night Fever, John Badham, 1977). Una de esas películas que están tan grabadas en la cultura popular que resulta reconocible incluso para aquell@s que no la han visto. Lo que también ha originado que se tenga una idea distorsionada de ella y de lo que trata. Me atrevería a decir que incluso hay quién piensa que la película es una especie de musical discotequero, algo completamente falso.

Fiebre del sábado noche es un retrato urbano con toques de drama y violencia callejera. La película se basa en un artículo periodístico de Nik Cohn llamado "Tribal Rites of the New Saturday Night" ("Ritos tribales del nuevo sábado noche"), el cual Norman Wexler convirtió en guion cinematográfico. Como es habitual, Hollywood se fijaba en una moda cuando ésta estaba a punto de desaparecer, ya que para 1979 el movimiento antidisco que acabó provocando el nacimiento del punk y el cansancio de los propios participantes era un hecho. Para los ochenta, la disco estaba muerta. Muerta hasta su renacimiento en el 2000.

La cultura disco surgió como conjunción de varios elementos. Por un lado, en muchas ciudades se escapaba de las tensiones habituales bailando en almacenes reconvertidos que se llamaban "discos". En Europa estaban las "discotheques", que eran lo mismo que las discos pero aquí eran clubes de alto standing para la jet set. A su vez, la cultura gay intentaba salir de la oscuridad y saltar a la palestra, siendo los clubes de baile uno de los pocos sitio seguros para ello. En todos estos sitios sonaba música negra: soul y R&B. Coincidiendo con que muchas bandas de soul empezaron ha añadir ritmos más pesados a las melodías creando un nuevo estilo musical: el funk. De ahí a la música disco hubo un paso. De la mezcla de todos estos elementos surgió un fenómeno social basado en la diversión por la diversión.

Todo esto sobre la música disco no lo sé porque estuviese allí, ya que todo este rollo disco no va mucho conmigo, si no por la lectura del excelente The Big Book of the '70s de Jonathan Vankin. Fascinante lectura que recomiendo a todo el mundo.

La película se centra en un grupo de jóvenes amigos encabezados por Tony Manero (John Travolta) para representar la juventud de la época que se movía en los barrios de clase media baja. La película está situada en Brooklyn, en un barrio predominantemente italiano, y el retrato que hace de los protagonistas es de los típicos chicos de barrio, a los cuales sólo les importaba que llegase el sábado y divertirse en la disco. La auténtica trama de la película es la que muestra el proceso de maduración y cambio de  un chico de barrio como es Tony Manero.

Como he dicho, la película no es un musical ni gira en torno al baile como lo hace, por ejemplo, Flashdance (Adrian Lyne, 1983) pero eso no quiere decir que la música y el baile no sean un elemento importante. Parte de la intención de la película es precisamente retratar el ambiente de una discoteca, algo nuevo en los setenta, así que el ambiente disco es importante, pero no un fin. De hecho, la música se usa de forma muy dispersa y realista. Realista en el sentido que, exceptuando tres momentos, sólo se oye música cuando hay música ambiente. Igual que el baile, que es importante porque es lo único en la miserable vida de Tony Manero que le hace sentir bien, pero no es lo más importante de la película. Y será está pasión por el baile la que, en una subtrama sobre un concurso, le deparará uno de los momentos más amargos de su existencia, que a su vez resulta uno de los más reveladores.

Lo importante de la película es el retrato que hace de Tony Manero y su grupo de amigos: Joey (Joseph Kali), Double J. (Paul Pape), Bobby C. (Barry Miller) y Gus (Bruce Ornstein). Sus códigos sociales, sus peleas con bandas, su manera de relacionarse con las mujeres... Un mundo que poco a poco va asfixiando a Tony que empezará buscar una salida, especialmente tras conocer a Stephanie (Karen Lynn Gorney), que luego descubre está tan despistada existencialmente como él.

La parte dramática de la película, filmada con el estilo seco y contundente del cine de los setenta, le da una profundidad que ha hecho que el film sea interesante más allá del retrato sociológico que hace de un momento concreto en el tiempo, alternando dramatismo costumbrista con violencia seca, en una mezcla tonal y temática muy interesante; que queda algo supeditada en una visión superficial originada por su utilidad como cápsula temporal.

Recuerdo que cuando vi la película por primera vez, en TV1 tenían la costumbre de hacer una breve introducción del film que presentaban como estreno. En esta presentación, el comentarista definió Fiebre del sábado noche como "la película definitiva de los setenta" ya que hacía alusión o aparecían representados todos aquellos aspectos que hicieron característico no sólo el cine, también las modas de la época.

El hecho que pueda recordar el comentario de un reportero sobre una película que oí cuando tenía seis o siete años y sea incapaz de recordar cumpleaños y fechas señaladas parece exasperar o extrañar a mi círculo cercano. Pero qué le voy hacer si me han dibujado así.

El caso es que es un comentario bastante acertado. El dormitorio de Tony Manero está adornado con pósteres representativos de algunas de las grandes figuras de los setenta. Echemos un vistazo a algunos de los iconos que nos encontramos en la habitación de Tony Manero:

Bruce Lee es un mito y un icono todavía hoy. Aunque éste no es el mismo póster que aparece en la habitación de Manero, sirve para ejemplificar el entusiasmo que provocó entre la muchachada del momento con su inimitable estilo a la hora de pelear. Actor, guionista y director, sus películas lo convirtieron en leyenda, de manera justificada, y en Estados Unidos lo convirtió en estrella el gran clasicazo Operación dragón (Enter the Dragon, Robert Clouse, 1973) que protagonizó poco antes de morir.

Farrah Fawcett Majors se convirtió en mito sexual de los setenta gracias a la serie Los ángeles de Charlie (Charlie's Angels, 1976-1981). La serie era una excusa para poner a sus tres bellas protagonistas en las situaciones más comprometidas posibles, y por ello fue uno de los más populares "jiggle shows". Jiggle en inglés significa "agitarse" o "se agitan" y el término hace referencia a los pechos de las protagonistas. Para ello se las vestía con ropa ligera y la mínima ropa interior posible para que se apreciara el movimiento y se notaran los pezones. ¿O pensabais que se lo habían inventado Los vigilantes de la playa? Este póster de Farrah fue uno de los pin ups más vendidos de la historia. En la película se hace un plano inserto subjetivo del póster que resalta la parte que se queda mirando el padre de Tony (Val Bisoglio): los pezones que la hicieron una estrella de la televisión.


Con Serpico (Sidney Lumet, 1973) (a la cual pertenece la imagen del póster en el dormitorio de Tony), Tarde de perros (Dog Day Afternoon, Sidney Lumet, 1975) -hay un momento en el cual Tony Manero imita a Al Pacino en esta película- y El Padrino (The Godfather, Francis Ford Coppola, 1972), Al Pacino se convirtió en una gran estrella en los setenta. Ésta es la década en la cual Pacino se transformaba en los personajes, en lugar de hacer que los personajes se transformaran en él.
Este drama sobre un perdedor que intenta hacer algo con su vida le valió dos nominaciones al Oscar a Sylvester Stallone: una por mejor guion y otra como actor principal; y se llevó tres Oscars: mejor película, mejor director y mejor montaje. Ahora se hace difícil de creer, pero antes de los ochenta Stallone no era una estrella del cine de acción, era un serio actor dramático. Rocky (John G. Avildsen, 1976) fue un tremendo éxito y es un film a reivindicar por su calidad cinematográfica, ya que pesa sobre él la imagen que se tiene hoy día de Stallone y mucha gente que no ha visto la película tiene una idea preconcebida sobre como és y cómo acaba. Ironías del destino, en 1983 Sylvester Stallone dirigió Staying Alive: La fiebre continúa (Staying Alive), una secuela de Fiebre del sábado noche, que Stallone escribió junto al guionista de la original Norman Wexler.
Como otros grandes títulos setenteros, la película se centra en un personaje: Tony Manero. John Travolta realmente hace un trabajo notable a la hora de encarnar un personaje y resultar atractivo a pesar de que la película no esconde los rasgos más negativos de su personalidad. Simplemente viéndole caminar en la secuencia inicial, Travolta transmite quién es y en qué momento se encuentra Manero. La interpretación de Travolta resulta aún más lograda si comparamos al Manero del principio de la película con el que aparece al final. También llama la atención la conflictiva vida familiar de los Manero, llena de tensiones y discusiones, que resulta algo tragicómica.

En definitiva, Fiebre del sábado noche es un estupendo drama, una cápsula temporal, una historia de crecimiento y madurez y mil cosas más de las que podréis disfrutar si la veis. Su influencia se ha notado en películas tan diferentes como Nadie está a salvo de Sam (Summer of Sam, Spike Lee, 1999) o Boogie Nights (Paul Thomas Anderson, 1997). Sólo me queda añadir una cosa: Burn, baby, burn! Disco inferno!

10 comentarios:

Dr. Gonzo dijo...

¡Nueva entrada! ya se echaban de menos.
Mira por donde, yo soy de los que pensaba que Fiebre del sabado noche era una película sobre baile, aunque siempre he tenido claro que no era un musical.

¿Como es que no has hablado de su secuela?

ATTICUS dijo...

Como me alegra que ya estes bien Raul ,la verdad es que as escogido
a mi entender,una de las peliculas
que retrataban perfectamente la sociedad y una epoca.Ha sido representante ademas de una moda y por supuesto de la era de las discotecas,ya que consiguio que toda clase social se apuntaran al movimiento.

Raúl Calvo dijo...

Dr. Gonzo, sobre la secuela ya cuento todo lo que se tiene que contar de interesante bajo la foto de Rocky, pq la verdad, no es que sea muy destacable.

Atticus, sí es curioso como la película descubrió el mundo discotequero a gente que no lo conocía al tiempo que era el canto de cisne del mismo, presagiando su cercana muerte.

Javier Simpson dijo...

Me parece una grandísima película. Tiene más chicha de la que parece. El estilo de este grupo de muchachos no iba conmigo; de hecho, en su momento, cuando la vi por primera vez, me parecían bastante horteras; eso le restaba encanto, pero vista más tarde eso era lo de menos, lo importante era la historia: un retrato costumbrista de como se divertían los jóvenes y las preocupaciones que tenían. Ese toque existencial, como comentas, aunque no llega a profundizar como en las pelis de Bergman ;-) sí tiene el encanto y la sencillez suficientes como para valorarla en su justa medida...tiene un guión muy bien planificado que utiliza hábilmente los recursos sencillos que se ponen a la disposición de unos personajes con sus conflictos existenciales y las maneras de afrontarlos y darles "solución".
Muy bueno el post, Raül, y muy bueno todo lo que explicas acerca de las tendencias musicales de la época... de ese estilo de música a mí lo que más me va, y me iba, es el Funky tipo Jamiroquai (aunque éste sea de los 90), sin que sea mi estilo predilecto. Ciao.

Raúl Calvo dijo...

Javi, gracias por comentar. Es cierto que el conflicto base de los protagonistas es bastante universal, especialmente los problemas que te encuentras a medida que entras en la edad adulta, lo que hace que la película tenga valor más allá de los pantalones de campana.

Perradesatan dijo...

No sé si me he ido quedando ciega a medida que leía el post, pero las letras se me hacían más pequeñas :P
¡Qué peliculón, Fiebre del Sábado noche! Qué fan soy de John Travolta, qué cantidad de títulos míticos a sus espaldas.

Raúl Calvo dijo...

Bea, normalmente la letra de los pies de foto se hace más pequeña para que no se confunda con el cuerpo principal. No te estabas quedando ciega. ;D De nada.

Oye, ¿cuando hablas de títulos míticos se incluye Campo de Batalla: La Tierra y la serie Mira quién habla? Porque míticos, a su manera, lo son.

Patricia dijo...

Vi la peli a los 14 años ahora tengo 49 jeje, y no la olvido. Farrah Fawcett, Al Pacino y Bruce Lee aparecen en los posters de esa inolvidable década de los 70, con un John Travolta admirable.

Patricia dijo...

Vi la peli a los 14 años ahora tengo 49 jeje, y no la olvido. Farrah Fawcett, Al Pacino y Bruce Lee aparecen en los posters de esa inolvidable década de los 70, con un John Travolta admirable.

Raúl Calvo dijo...

No por nada está considerada la peli definitiva de los 70.