2 jun 2014

Treinta minutos para morir (Timebomb)

 
Tras un film intenso y serio como Punishment Park (Peter Watkins, 1971), nada mejor que algo ligero y entretenido para pasar el rato. Algo como Treinta minutos para morir (Timebomb, Avi Nesher, 1991). Una película que en su día me llamó la atención porque estaba protagonizada por Michael Biehn, entonces conocido como "el tío de Terminator", y Patsy Kensit, entonces conocida por ser la cantante de un mediocre grupo pop llamado Eigth Wonder, del que por algún motivo tenía un disco en casa, y por su aparición en Arma Letal 2 (Lethal Weapon 2, Richard Donner, 1989).

Eddie Kay (Biehn) es hombre normal y corriente que se gana la vida como relojero. Un día rescata a una mujer y su hijo de un edificio en llamas, lo que llama la atención de un grupo de asesinos del gobierno liderado por el coronel Taylor (Richard Jordan) que, por algún oscuro motivo, intentan matarlo en distintas ocasiones. Es entonces que Kay empieza a tener extraños flashbacks y sueños, además de descubrir que es capaz de hacer cosas que no sabía que podía hacer. En su huida de los asesinos, Kay recibirá la involuntaria ayuda de la psicóloga Anna Nolmar (Kensit) para desentrañar el enigma de su pasado.

Esta mezcla entre El mensajero del miedo (The Manchurian Candidate, John Frankenheimer, 1962) y Conspiración terrorista (The Bourne Identity, Robert Young, 1988), primera adaptación de la novela de Robert Ludlum El caso Bourne hecha para la televisión, suple su falta de originalidad con generosas dosis de acción y violencia. Es una de esas películas en las que el mínimo golpe provoca que un coche explote y todas las armas parecen cañones. En este aspecto me hizo especial gracia el tiroteo en un cine porno, donde un grito de femenino placer parece puntuar cada vez que Biehn tumba a un malhechor de un disparo.

Dejando la acción aparte, a mí siempre me han gustado las historias de lavados de cerebro y personas programadas para matar a lo MK-ULTRA. Un tipo de historia para la que Biehn parece especialmente capacitado ya que es capaz de manejar la acción pero también los elementos dramáticos. Además, el director llena la película de pequeños detalles que le dan algo de personalidad, y que enriquecen la textura de una película que de otro modo no sería nada del otro mundo.

Esta es una película para aquellos a los que le guste el cine de acción sin muchas complicaciones, una película para cuando simplemente quieran pasar un rato entretenido.


2 comentarios:

Daniel Bermeo dijo...

A veces necesitamos de esos ratos de cine 'descompliado' :)
Recomendación tomada.Saludos!

Raúl Calvo dijo...

Espero que la disfrutes si la ves, que no todo va a ser arte y ensayo! Saludos.