Apenas se había estrenado X (2022) que Ti West anunció que ya había rodado la precuela. Fue un anuncio sorprendente teniendo en cuenta que todavía no se sabía si X sería un éxito o un fracaso. Pero X fue un éxito y Pearl (2022) no solo se suma a este éxito, sino que supera a la entrega precedente gracias a la colaboración entre el director Ti West y una inmensa Mia Goth.
Ambientada en 1918, mientras el mundo se encuentra presa de una terrible epidemia de una nueva cepa de gripe y la Primera Guerra Mundial está llegando a su fin, la historia cuenta el origen de la asesina de X, que entonces no es más que una joven Pearl (Goth) que sueña dejar la granja en la que vive para convertirse en una gran estrella. Cuando se anuncia que se hará un casting en el pueblo para un grupo de danza de variedades, los sueños de Pearl por convertirse en una estrella darán pie a una sangrienta pesadilla.
X y Pearl son dos películas muy distintas. La primera es un homenaje al cine exploitation de los 70 y el slasher de los 80. La segunda arranca como un melodrama de Douglas Sirk en brillante Technicolor que se transforma en un retorcido gótico sureño. Al mismo tiempo, ambas tienen varios puntos de contacto, como sus protagonistas dispuestas a todo por convertirse en estrellas. Las conexiones entre ambas surgen a partir del trabajo de Mia Goth y el director Ti West desarrollando el personaje de Pearl para X, trabajo que se acabaría convirtiendo en el guion de la precuela, escrito cuando todavía no se había puesto en marcha el rodaje de X. Cuando se aprobó rodar la precuela, se puso en marcha rápidamente, aprovechando los escenarios ya localizados para la primera entrega.
Pearl es una película más difícil de clasificar que X. Mezcla drama y terror para mostrarnos el viaje emocional del personaje principal, metiéndonos en su cabeza, haciendo que la acompañemos de principio a fin. Un retrato psicológico de pesadilla que funciona gracias al talento de Mia Goth. Su interpretación es magnífica y brutal, merecedora de premios y reconocimientos por doquier que, por desgracia, no recibirá al tratarse, de cara a la industria, de una película de terror de bajo presupuesto, no de cine "serio".
La película tampoco tiene miedo de añadir toques de humor negro a la historia, resaltando los elementos góticos a medida que se va acercando al clímax. Es el ingrediente que acaba de darle cuerpo al delicado cóctel tonal del film en el que todos los elementos funcionan gracias a la pasión de los cineastas por el proyecto. Pearl es una fantástica película que hace que esperemos con ansia la conclusión de esta sorprendente trilogía.
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