24 oct 2025

The Island (Sang sei sin)

 


 

El argumento de The Island (Sang sei sin, Po-Chih Leong, 1985) no parece, a primera vista, muy distinto de los slashers americanos de la época: el profesor/tutor Cheung (John Sham) acompaña a un grupo de estudiantes durante una excursión a una de las islas de Hong Kong que se supone deshabitada, pero una vez allí descubren a una familia formada por tres hermanos que no están demasiado cuerdos. Lo que pasa a continuación no os sorprenderá: entre los urbanitas y los tres hermanos se desata una sangrienta batalla por la supervivencia. Sí, es una trama bastante parecida a la de otros slashers de la época como Escóndete y tiembla (American Gothic, John Hough, 1987) o Pánico antes del amanecer (Just Before Dawn, Jeff Lieberman, 1981). Pero esta incursión del cine de Hong Kong en el terror de supervivencia ofrece mucho más de lo que parece a primera vista.

El terror de supervivencia empezó a andar con el estreno de Defensa (Deliverance, John Boorman, 1972) y se desarrolló al máximo durante la década de los 70 en Estados Unidos con clásicos como Las colinas tienen ojos (The Hills Have Eyes, Wes Craven, 1977) y La presa (Southern Comfort, Walter Hill, 1981). Con la llegada de la explosión slasher, se crearon híbridos como El terror final (The Final Terror, Andrew Davis, 1983). Pero más o menos todas tienen la misma estructura y comparten temáticas: un grupo de civilizados urbanitas se adentra en un paraje natural, allí se convierten en víctimas de un grupo de personas que ha abandonado las formas civilizadas y vive según su propio código y normas. Esto trae consigo que los urbanitas inevitablemente se hayan de asalvajar para sobrevivir. Y mientras algunos de estos temas se mantienen en The Island, aquí la raíz del conflicto es que uno de los hermanos quiere que una de las estudiantes excursionistas se case con él para mantener el nombre familiar. Ella se niega, claro, y arranca así el conflicto que degenera en una sangrienta batalla. La estructura del film también es distinta de sus contrapartidas americanas, así como la mezcla de géneros. El inicio mezcla suspense y comedia, hasta que el conflicto se exacerba y se convierte en una frenética película de terror.

Como he mencionado, hay una temática común entre esta película y las entradas americanas en el género. Al inicio del film, vemos al personaje que interpreta John Sham, el señor Cheung, que se siente horrorizado viendo como un pez devora a otro en una pecera. Se presenta así como un personaje pacífico, con un punto infantil. De hecho, la razón por la que va a la isla es porque la visitó de niño y quiere revivir su pasado. Sin embargo, en un arco parecido al personaje de Dustin Hoffman en Perros de paja (Straw Dogs, Sam Peckinpah, 1971), la naturaleza bondadosa del señor Cheung se ve radicalmente alterada. Se hace más efectivo este arco por el hecho de que John Sham normalmente interpretaba personajes cómicos y algo cobardes, así que su transformación resulta más inesperada. Le vemos intentar, de manera respetuosa y civilizada, que haya una desescalada, pero enfrentado a la locura homicida de los hermanos no le quedará más remedio que recurrir a los mismos métodos para proteger a sus estudiantes.

Por lo mencionado, The Island es una estupenda película de terror que se puede disfrutar tal cual. Pero hay más bajo la superficie. Hay algunas cosas que no vi debido a mi desconocimiento de la idiosincrasia de Hong Kong y supe luego gracias a los extras que acompañaban la edición en Blu-ray. Por ejemplo, la isla está deshabitada por leyes que aplicaba entonces el gobierno de Hong Kong, responsables de que muchos pueblos situados en la cadena de islas quedaran casi vacíos y esto es algo que el film critica. Así como el conflicto entre los tres hermanos y los estudiantes puede verse como un enfrentamiento entre el Hong Kong tradicional y el moderno, algo parecido a lo que sucede en La matanza de Texas (The Texas Chain Saw Massacre, Tobe Hooper, 1974). También supe que un mismo tutor se mantiene con un mismo grupo de estudiantes durante toda la época del instituto, así que es normal que el señor Cheung se llevara a los estudiantes de viaje mientras estos esperan saber el resultado del equivalente allí de la selectividad.

Estos son detalles que enriquecen el film, pero se puede disfrutar sin verlo todo a la primera, como me pasó a mí. The Island no deja de ser una fantástica entrada dentro del género de terror de supervivencia y, si os gusta el género, es tremendamente satisfactoria como tal.

 

17 oct 2025

Susurros en la oscuridad (Whispers in the Dark)

 


 

En el inagotable pozo del thriller erótico noventero nos encontramos Susurros en la oscuridad (Whispers in the Dark, Christopher Crowe, 1992). Annabella Sciorra es la doctora Ann Hecker, una psicóloga que se siente cada vez más atraída y fascinada por las actividades de interior que le cuenta Eve, una de sus pacientes a la que da vida Deborah Kara Unger, cada vez más retorcidas y más cerca del sado. Las confidencias de su paciente le hacen evidente a Ann lo estancada que está su vida, por lo menos hasta que conoce a Doug, interpretado por Jamey Sheridan, un hombre atractivo que hace que Ann vuelva a sentirse viva. Pero todo se complica cuando Ann descubre que Doug es el mismo amante perverso sobre el que le ha hablado Eve. Es entonces que la doctora se ve envuelta en una trama mortífera.

Esta es la única entrada del director Christopher Crowe en el género, sin contar su trabajo como guionista en Pasión obsesiva (Fear, James Foley, 1996) que era una especie de versión adolescente de Atracción fatal (Fatal Atraction, Adrian Lyne, 1987), pero es una contribución de notable interés. La idea de la que parte el argumento es interesante, la progresiva fascinación de la psicóloga por las experiencias eróticas de la paciente y convertirse sin saberlo en la amante de la pareja de esa misma paciente resulta atractiva por el morbo con el que se puede jugar y el dilema ético de la psicóloga. El reparto está bien escogido, completado por John Leguizamo, como otro paciente que puede ser un posible sospechoso, Anthony LaPaglia, como un policía que siente gran desprecio por la psicología, y Alan Alda como el mentor de Ann. Y la trama de intriga ofrece suficientes giros como para mantener el interés.

Sin embargo, el trabajo de Crowe como director solo sirve para cumplir el cupo. Es funcional sin elevar nunca el material con el que está trabajando. Es la razón por la que este thriller cumple con su función de resultar entretenido pero nunca se convirtió en un clásico memorable del género, hoy día solo se interesarán en Susurros en la oscuridad aquellos que de forma activa busquen títulos del género que tengan un pulido acabado hollywoodiense y quieran darse un descanso de Shannon Tweed.

 

10 oct 2025

La locura de los Joker

 


 

Ahora que ha pasado el tiempo y se pueden ver las cosas con algo más de perspectiva, me gustaría detenerme un momento a analizar las distintas reacciones a Joker (Todd Phillips, 2019) y Joker: Folie à Deux (Todd Phillips, 2024). La extremada disparidad de críticas que ambas recibieron me pareció fascinante, especialmente la quema en la hoguera de la secuela. Huelga decir, destripada general de ambas películas, si no se han visto es mejor no leerlo. Y a lo mejor si se han visto también.

Supongo que debería empezar diciendo que no me gustó Joker. Animado por el talento detrás y delante de las cámaras que había dado forma a la película fui a verla con grandes expectativas, pero la decepción fue muy grande. Lo que vi, para mí, no era más que un refrito de El rey de la comedia (The King of Comedy, Martin Scorsese, 1982) y Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976). Además, el origen que presenta del Joker (o lo que entonces se creía que era un origen cinematográfico del Joker) era bastante mediocre y tópico. El Joker es un personaje anárquico y demente, que no tiene un origen fijo como otros personajes de cómic tienen. Personalmente, el origen que creía más interesante fue el creado por Alan Moore en el clásico La broma asesina, tal vez por eso la pedestre historia que presentaba Phillips me pareció demasiado normal y tópica para hacerle justicia al personaje. Eso sin mencionar que parecía una de esas películas en la que los responsables parecen avergonzados de estar haciendo un película basada en un personaje de cómic.

A mí no me dijo nada, pero la película desde luego conectó con la audiencia, que la convirtió en un gran éxito y declaró a Joaquin Phoenix como el mejor Joker cinematográfico de la historia. Esta recepción me pareció excesiva, pero quién soy yo para juzgar lo que gusta a los demás cuando me lo paso bien viendo una película sobre un feto diabólico asesino. En todo caso, cuando se anunció la inevitable secuela nacida a partir de los miles de millones que Joker recaudó en cines, la noticia me dejó indiferente. El anuncio de que Lady Gaga iba a interpretar el papel de Harley Quinn y que la película iba a ser un musical sí que me despertó algo de curiosidad, pero tampoco un gran interés en verla. Pero para el resto del mundo, la expectativa de una secuela pareció realmente excitante. El hype era desmesurado, Folie à Deux copaba la portada de todas las revistas de cine y todo el mundo esperaba que fuera poco menos que una obra maestra. Y entonces se estrenó.

El odio y el rechazo hacia la secuela fue tan pasado de vueltas como el éxito de la primera. Si antes Joaquin Phoenix era el mejor Joker de la historia, ahora había pasado a ser el peor, aunque la interpretación era más o menos la misma. Esta visceral reacción me sorprendió y me hizo tener ganas de ver la película en el cine, pero otras películas se interpusieron que me interesaban mucho más y no la vi hasta que se estrenó en streaming.

Al contrario que Joker, posiblemente porque no me gustó, esta película sí que me pareció interesante y me gustó bastante. Pero lo que más, me pareció fascinante cómo Todd Phillips dedicaba 138 minutos de película a abroncar a los fans por haberles gustado Joker por las razones equivocadas, que no la habían entendido y que estaban equivocados. Al contrario que otros directores, Phillips buscó enfrentarse y arengar a la audiencia, representada en la película por la Lee Quinzel de Lady Gaga.  Claro, entre el estreno de la primera y la segunda, el Joker se había convertido en un héroe, especialmente entre el público más de derechas, y, según el director, había malinterpretado completamente sus intenciones. Y viendo el arco de Lee Quinzel en la secuela, había interpretado bastante bien cuál iba a ser la reacción del público.

Esta cuasi suicida y prepotente actitud del director no pasó desapercibida, incluso aunque fuera de forma inconsciente, y la audiencia respondió de forma acorde. Esto era algo que no había visto nunca, al menos de esta forma. Claro que ha habido muchos casos de directores que se dejan llevar por su ego y se convierten en su peor enemigo, pero no había visto nunca un director que creara una película con el expreso deseo de trolear al público. Pero, de nuevo posiblemente porque no me gustó la primera, esto me permitió al menos disfrutar con esta película que, para darle el gran toque final, ni siquiera trataba del "verdadero" Joker enemigo de Batman, este aparece al llegar al clímax de Folie à Deux, una peineta final del director a la audiencia. Las cuatro horas y 18 minutos que habían visto al final resultan que ni siquiera eran sobre el auténtico Joker sino sobre un desgraciado que lo inspiró. Es por esto que Folie à Deux posiblemente sea la películas más punk que se ha estrenado en décadas. Y eso creo que merece algo de respeto.

 Oh, antes de acabar, para que conste, este es el mejor y más auténtico Joker que he visto fuera de los cómics:

3 oct 2025

El abogado del diablo (Guilty as Sin)

 


 

El abogado del diablo (Guilty as Sin, Sidney Lumet, 1993) no es un gran clásico olvidado que debe ser reivindicado ni es una película de culto que merece ser más conocida. Para mí, es un perfecto ejemplo de un tipo en particular de película que se sigue produciendo hoy día: la película que cuenta con un guion de género que es dirigido por un director de prestigio que busca "elevarlo" con irregulares resultados.

Jennifer Haines (Rebecca De Mornay) es una exitosa abogada que gana casos que parecen imposibles de ganar. Sus habilidades se ponen a prueba cuando David Edgar Greenhill (Don Johnson) llega para contratarla. Greenhill está acusado de matar a su esposa y lleva un tiempo observando el trabajo de la abogada, convencido de que es la más adecuada para defenderlo. Al principio Jennifer lo rechaza, pero luego decide aceptar el desafío. Pronto se arrepiente, no solo descubre que Greenhill es un asesino que está involucrándose en su vida de manera malsana, sino que también se da cuenta de que ella puede ser su siguiente víctima.

El abogado del diablo fue producida a principios de los años 90 del siglo XX, la década del thriller con psicópata. De hecho, Rebecca De Mornay acababa de tener un gran éxito con La mano que mece la cuna (The Hand That Rocks the Cradle, Curtis Hanson, 1992). No era el caso de Sidney Lumet, un prestigioso director de cine, uno de los nombres destacados del cine americano, al que la década de los 90 no estaba tratando demasiado bien, ya que venía de pegarse un batacazo con Una extraña entre nosotros (A Stranger Among Us, 1992). La posibilidad de tener un éxito dirigiendo una entrada en el género de moda debía ser muy jugosa. Y aquí entra en escena el guionista, Larry Cohen.

Larry Cohen se había labrado una gran reputación como maestro del cine de género, dirigiendo importantes éxitos como Estoy vivo (It's Alive, 1974) y  La serpiente voladora (Q, 1982). También se había labrado una buena reputación como guionista, desarrollando sus historias a partir de un potente concepto inicial. Un ejemplo ideal de su estilo sería Última llamada (Phone Booth, Joel Schumacher, 2003): nos presenta una idea sencilla, un hombre atrapado por un francotirador en una cabina, que sirve para sostener una entretenida cinta de suspense. La idea central de El abogado del diablo (¿no habría sido más adecuado La abogada del diablo?) es simple, un abogado descubre que su cliente no es solo culpable sino que busca convertirlo en su próxima victima, y da pie para construir una historia llena de suspense y giros de guion. En cierto modo, el guion nos presenta un personaje clásico de la literatura negra y criminal como es el gigoló asesino o cazador de herencias, habitual desde Un beso antes de morir (A Kiss Before Dying, Gerd Oswald, 1955) (curiosamente, se estrenó un remake de esta película un par de años antes de la película de Lumet), actualizado para el presente.

Cohen tenía un estilo que mezclaba el tono serio con el humor negro, trabajando los géneros con no poca ironía. Por desgracia, el humor negro y la ironía no eran los fuertes de Lumet, que filma de manera clásica y genérica una historia que pedía a gritos alguien que supiera explotar las posibilidades sórdidas y sensacionalistas de la historia. Paul Verhoeven o Joel Schumacher habrían hecho maravillas con este guion. Por desgracia, la película de Lumet acaba siendo un olvidable thriller debido a la reticencia del director a hacer nada que pudiera ser considerado de mal gusto. Tampoco ayuda que Don Johnson fuera demasiado mayor para interpretar el papel del asesino de mujeres ricas, que se supone es un gigoló seductor de mujeres maduras.

En otras palabras, cuando un director serio busca trabajar en un género para "elevarlo" por encima del mal gusto y el exceso, el resultado es un film mediocre sin sustancia.

 

26 sept 2025

La mansión de la niebla

 


 

La mansión de la niebla (Francisco Lara Polop, 1972) es café para los muy cafeteros. Una superviviente de la edad dorada del fantaterror español que mezcla distintos géneros para satisfacer a los aficionados a las historias con un toque gótico.

Elsa (Analía Gadé) es una empresaria que espera cerrar un importante negocio, acompañada de los Tremont (Yelena Samarina y Eduardo Fajardo), se dirige a reunirse con su marido Ernest (Alberto Dalbés). Porter (Franco Fantasia) está de viaje por la carretera y recoge a Laura (Lisa Leonardi), una atractiva autoestopista. Laura rechaza los avances de Porter y decide seguir viaje con el motorista Fred (Andrés Resino), que circula por la misma carretera. Todos estos personajes se pierden cuando la noche trae consigo una espesa niebla, de algún modo todos acaban llegando a una mansión en la que la misteriosa Martha Clinton (Ida Galli) les hace de anfitriona. Como os podéis imaginar, la noche estará llena de misteriosos sucesos y asesinatos.

La mansión de la niebla, conocida internacionalmente como Murder Mansion, es una coproducción italo-española que se produjo cuando el giallo italiano arrancaba con fuerza. Entonces, claro, no se era consciente de eso, solo que las películas de suspense producidas en Italia estaban cosechando mucho éxito internacionalmente. Por eso, la dirección de Francisco Lara Polop, un todoterreno del cine exploitation, y el guion de Luis G. de Blain y Antonio Troiso mezcla distintos elementos populares entonces. Es parte giallo, parte suspense clásico y parte terror gótico de ambientación contemporánea. Este cóctel tiene cosas positivas y negativas. Los aficionados disfrutarán con los elementos clásicos del suspense gótico, pero si están muy familiarizados con el género reconocerán enseguida las claves para desentrañar el misterio en el centro de la historia. Dicho esto, hay suficientes escenas y momentos propios del género como para mantener entretenido al fan: paseos por catacumbas, secretos familiares, cementerios sumergidos en la niebla y una dama en camisón explorando pasajes secretos iluminándose con una vela. También hay algo que para mí la hace interesante que es que mientras el espectador sabrá qué ha sucedido, para los personajes la historia permanecerá siendo un misterio.

Desde luego, este título no es ningún clásico, pero sirve para satisfacer el mono si ya se han visto los grandes títulos y uno se siente con ánimo de explorar los rincones más oscuros de la intersección entre el terror gótico y el giallo.

 

19 sept 2025

Her Vengeance (Huet mui gwai)

 


 

Hay pocos géneros tan problemáticos como el rape & revenge, traducido "violación y venganza". Es un género que ha dado películas tanto feministas como misóginas, dependiendo de la sensibilidad de los cineastas. Es reivindicado principalmente por autoras especializadas en el cine de género, por esas ocasiones en las que la película en cuestión llega a tocar de forma profunda el planteamiento. Una de las muestras más extremas de este género es Her Vengeance (Huet mui gwai, Ngai Choi Lam, 1988).

Kit-Jing (Siu-Fung Wong) es víctima de una brutal violación en grupo. Cuando descubre que los hombres responsables están detrás también de la muerte de su padre, su sed de venganza no hace más que aumentar. Con la ayuda de Hsiung (Ching-Ying Lam), un antiguo miembro de las tríadas que estuvo casado con su hermana Susan (Elaine Jin) y ahora es paralítico, los cinco culpables serán el objetivo de una sangrienta venganza.

Her vengeance es un remake de Kiss of Death (Du nu, Meng-Hua Ho, 1973). El director Ngai Choi Lam mantiene la premisa básica: una mujer violada en grupo, durante la violación le contagian una enfermedad venérea mortal y se venga de forma violenta. Pero, como es habitual, Choi Lam exagera y lleva hasta el extremo todas las situaciones. La secuencia de la violación es brutal y desagradable, como debe ser una escena de este tipo, siendo relevante la manera en que Kit-Jing va desconectando de la realidad a medida que el ataque se va alargando pero el dolor la trae de vuelta. La escena en que descubre que le han contagiado una enfermedad venérea, sin embargo, no ha envejecido demasiado bien, debido a la mentalidad y la ignorancia que había en la sociedad de Hong Kong en la época, con el doctor reaccionando de una manera melodramática que resulta algo ridícula. No se especifica qué tipo de enfermedad es, pero es algo que a finales de los 80 era tratable.

Pero la película es memorable, claro, por la sangrienta venganza a la que Hsiung contribuye a dar forma. Hsiung es un personaje memorable, despachando malvados desde su silla de ruedas de forma espectacular. Es un personaje que sería fantástico ver en otra película protagonizada por él, es una gran contribución que hace creíble que con su ayuda Kit-Jing pueda acabar con los monstruos que la atacaron. Porque son auténticos monstruos, unos desalmados que van dejando tras de sí un rastro de crímenes y asesinatos. La representación de los villanos cumple su objetivo de que te impacientes por ver cuándo los destrozarán los dos protagonistas, pero es también una película oscura cuyas escenas brutales están ejecutadas seriamente.

Viendo cómo el cine de Hong Kong de CatIII trataba esta temática, esta es una de las mejores contribuciones al género surgidas del país. Es también un título notable dentro del género que está a la par de entradas más populares como Desenlace mortal (Thriller - en grym film, Bo Arne Vibenius, 1973) Ángel de venganza (Ms.45, Abel Ferrara, 1981).  Es también una película para los fans del cine de género hecho en Hong Kong. Eso sí, no es una película para personas de estómago delicado.


12 sept 2025

The Cat (Lo mau)

 


 

Hay pocos directores que puedan decir que terminaron su carrera en el cine por todo lo alto, pero Ngai Choi Lam desde luego es uno de ellos. Su última película como director fue The Cat (Lo mau, 1991), una locura que culminó de manera genial una carrera llena de títulos demenciales.

Como The Seventh Curse (Yuen Chun Hap yu Wai See Lee, Ngai Choi Lam, 1986)The Cat se basó en una novela de Kuang Ni. El autor utilizó el pseudónimo de Wisely para escribir toda una larga serie de novelas en las que un precedente de Mulder se dedica ha investigar casos extraños, muchas veces relacionados con extraterrestres o fenómenos paranormales. Wisely era también el nombre del protagonista de estas aventuras y en The Cat está interpretado por Waise Lee (en The Seventh Curse fue interpretado por Chow Yun Fat). En The Cat, Wisely investiga las extrañas actividades de un misterioso trío que resulta estar formado por una princesa (Gloria Yip), un hombre mayor llamado Errol (Siu-Ming Lau) y un gato que parece más inteligente y hábil de lo que seria un gato normal. Este trío de personajes son visitantes de otro planeta, que están aquí para parar la sangrienta invasión de una especie extraterrestre malvada.

Aunque resulta obvia la influencia de algunas de las situaciones de la película, en particular El terror no tiene forma (The Blob, Chuck Russell, 1988)La invasión de los ultracuerpos (Invasion of the Body Snatchers, Philip Kaufman, 1978), el mayor mérito de The Cat es que resulta impredecible. Incluso teniendo en cuenta que el argumento es muy común, una clásica historia de invasión extraterrestre, el desarrollo no lo es, así como tampoco las bizarras secuencias en las que el director sumerge al espectador. Posiblemente la más memorable es una increíble pelea entre el gato espacial y un perro policía. Como, obviamente, los animales reales no podían llevar a cabo la pelea, que incluye llaves de artes marciales y saltos en el aire, se utilizaron una diversidad de técnicas para hacerla realidad, desde animales mecánicos a animación stop-motion. Los animales reales se utilizaron solo para primeros planos y reacciones, lo que hace que la pelea sea una delicia de ver, además de muy divertida (más sabiendo que no se maltrataron animales, lo que no habría sido extraño en aquella época). Pero mi secuencia favorita, además de la ojiplática secuencia final, es la que nos muestra como el alien malvado, una especie de hongo espacial carnívoro, se deshace de un grupo de policías. Es el tipo de secuencia que solo se podría ver una película de Ngai Choi Lam y en el cine extremo de Hong Kong de la época.

The Cat también contiene escenas de acción más habitual en el cine de Hong Kong, pero con un toque demencial, para que no desentone con el resto de la película. Es lo que acaba de redondear esta joya con la que Ngai Choi Lam se despidió del cine. En la película se ve de fondo la angustia por lo que sucedería en 1997, cuando Hong Kong regresa al control chino. Teniendo en cuenta que el gobierno chino no permite las películas con contenido sobrenatural, ¿es posible que Choi Lam emigrara de Hong Kong hacia Estados Unidos por esa razón? Lo desconozco, es pura especulación, pero lo que es seguro es que esta película es un fantástico broche de oro a una carrera que transitó por el lado más salvaje y loco del cine.

 

11 sept 2025

Historia de Ricky (Riky-Oh/Lik wong)

 


 

Desconozco la razón, pero estaba convencido de que ya había comentado Historia de Ricky (Riki-Oh aka Lik wong, Ngai Choi Lam, 1991) en este blog. Pero preparando una entrada para otra película de este director realicé una búsqueda entre las entradas del blog y descubrí, con no poca sorpresa, que esta obra cumbre del cine extremo no aparecía. Alguna vez me había pasado que escribía un artículo sobre una película sobre la que ya había escrito, sin embargo es la primera vez que me pasa lo contrario.

La razón por la que estaba convencido de que ya había escrito sobre Historia de Ricky es que es un título mítico, sobre todo entre los de mi generación. Cuando, entre finales de la década de los 90 y primeros 2000, empezaron a llegar títulos del cine asiático en vídeo y DVD, previamente imposibles de ver para el típico adolescente sin muchos medios, este fue uno de esos títulos cuya fama se propagó más rápido que una noticia falsa en Tik Tok. Algo solo comparable a las películas de John Woo.

Sobre el papel, Riky-Oh no parece nada del otro mundo. Nos encontramos en el futuro: el año 2001. Las prisiones son llevadas por empresas privadas, lo que ha hecho que acaben convertidas en centros de corrupción. Riky-Oh (Louis Fan) es encarcelado tras vengar la muerte de su prometida, al poco de llegar se enfrentará con las diferentes bandas que pueblan la cárcel y a un alcaide corrupto. Sí, el argumento parece el mismo de otros tantos dramas carcelarios, si bien con un toque futurístico. Pero esta adaptación de un manga creado por Masahiko Takajo y Saruwatari Tetsuya, es de todo menos típica. Llena de personajes grotescos y casi inhumanos, Riky-Oh deja una huella indeleble debido a la extrema y grotesca ultraviolencia con que Ngai Choi Lam ilustra las peleas que lleva a cabo el protagonista, con golpes imposibles capaces de reventar estómagos y personajes que utilizan su propio intestino para estrangular a un combatiente.

Ngai Choi Lam, tras unos inicios no muy destacables en Shaw Brothers, se reveló como un experto en el cine extremo y pasado de vueltas cuando empezó a trabajar en Golden Harvest. Riky-Oh es la película en la que su estilo llega a la cumbre. La mezcla de la violencia de tebeo con lo grotesco y el body horror llenan esta cinta de culto de momentos memorables, pero la habilidad de Choi Lam va más allá de simplemente acumular escenas bizarras. El director imprime a la historia un estilo energético y cinético que logra dar vida al mundo en que se mueve Riky-Oh, evitando resultar repetitivo o cansar al espectador con su oleada de sangre y puñetazos.

Historia de Ricky se ha mantenido como un film de culto no solo entre los de mi generación, sino que nuevas generaciones continuamente descubren esta obra maestra. Una gran manera de descubrir a un director cuya filmografía está llena de maravillas como esta.

 

5 sept 2025

Sangre de héroes (The Salute of the Jugger)

 


 

Cada vez es más raro encontrarse con auténticas películas de culto. Películas que cumplen con la definición original de "película de culto". En el caso de Sangre de héroes (The Salute of the Jugger, David Peoples, 1988), incluso hay personas que le rinden culto sin saberlo.

Nos encontramos en un futuro posapocalíptico. Menos los privilegiados que viven en ciudades subterráneas, la gente sobrevive en pequeños poblados, trabajando duro para poder comer y sobrevivir. La única distracción es El Juego. Un deporte que juegan los juggers, violento y brutal pero que se rige por un estricto código de honor. El equipo de Sallow (Rutger Hauer) llega al poblado en el que vive Kidda (Joan Chen). Kidda sueña con ser una campeona del Juego y llegar a vivir en una ciudad. Tras unirse al equipo, Kidda presionará para intentar el desafío de la Liga. Pero Sallow, en su día campeón de la Liga, no quiere regresar, debido a la manera en que fue expulsado. Pero la insistencia de Kidda da frutos y el humilde equipo se dirige a la ciudad para intentar lograr lo que ningún equipo ha logrado.

The Salute of the Jugger fue creación de David Peoples, el único esfuerzo como director de este prestigioso guionista. Concibió la idea a finales de la década de los 70 inspirado por el relato original Roller Ball Murder de William Harrison, que también inspiró el clásico Rollerball (Norman Jewison, 1975), y la clásica Rocky (John G. Avildsen, 1976). Pero la película no se puso en marcha hasta finales de los 80, cuando el género posapocalíptico estaba de moda. Y, tal vez, eso fue un problema.

El tremendo éxito de Mad Max 2, el guerrero de la carretera (Mad Max 2, George Miller, 1981) generó una gran cantidad de imitaciones. Algunas muy entretenidas, como 1990: Los guerreros del Bronx (1990: I guerrieri del Bronx, Enzo G. Castellari, 1982) o El exterminador de la carretera (Il giustiziere della strada, Giuliano Carnimeo, 1983), otras, la mayoría, simples imitaciones sin imaginación. Para cuando The Salute of the Jugger se estrenó, el género ya estaba bastante quemado. Por supuesto, el film de Peoples no trata de imitar la saga creada por George Miller, sino que se trata de un tipo de historia muy distinto, aunque su ambientación podría hacerlo pensar a primera vista. Esto provocó que aquellos ya cansados de estos futuros desérticos estuvieran ya cansados del tema y decidieran ignorar la película, pero también aquellos aficionados al género, esperando ver un tipo determinado de historia, quedaran decepcionados por el film. Puede que hubiera otras razones, pero el resultado no cambia: el film fue un fracaso de taquilla y prácticamente desapareció. El film reapareció en vídeo, medio en el que poco a poco fue adquiriendo devotos seguidores.

The Salute of the Jugger es una película de acción, pero no la típica película de acción. Es más bien como una película deportiva en la que los jugadores pueden acabar muertos. Los Juggers se mueven por un código de honor que hace que incluso los equipos contrarios compartan un sentimiento de hermandad, un respeto adquirido en este peculiar campo de batalla. Es la historia de un equipo con todo en contra que intenta lograr un hito aparentemente imposible. Pero, y aquí está la influencia de Rocky, no se trata tanto de ganar como de llegar a la meta con dignidad. Lo que sí es ganador es el reparto, empezando por Rutger Hauer, que está fantástico, y nombres que uno no esperaría ver en una película como esta como Joan Chen, Delroy Lindo y Vincent D'Onofrio. Para los fans del cine de género, también nos encontramos a Richard Norton y Hugh Keays-Byrne. Este reparto, sumado a la ambientación, hace que el espectador lo tenga fácil a la hora de sumergirse en este mundo.

Pero el elemento que más llama la atención, como es de esperar, es El Juego. Tanto que fans de la película empezaron a jugarlo en la vida real, con algunos cambios para que todos acabaran el partido con vida. Se inició en Australia, en un festival dedicado al cine posapocalíptico, pero rápidamente saltó a otras partes del mundo, como Alemania. Incluso hay una liga Jugger en España. Creo que es posible que muchos jugadores de la liga Jugger desconozcan la película que inspiró el juego (espero equivocarme), pero resulta fascinante como una película que en su día pasó completamente desapercibida haya acabado inspirando una disciplina deportiva.

Confieso que a mí no me gustan las películas deportivas, no me interesan y me aburren. Pero, claro, con su ambientación futurista, su reparto y sus escenas brutales, The Salute of the Jugger va más allá del género. Es una mezcla que realmente la hace única.

 

29 ago 2025

Los guerreros de la muerte (Stone)

 


 

El fenómeno de las bandas moteras tuvo su entrada en el cine a lo grande con Salvaje (The Wild One, Laslo Benedek, 1953). Pero muy pronto se convirtieron en villanos de pacotilla, hasta que, a mediados de la década de los 60 del siglo XX, se convirtieron en héroes con la llegada de la contracultura y el cine enfocado a un público joven con títulos como Los ángeles del infierno (The Wild Angels, Roger Corman, 1966). Aunque los moteros no tardarían en volver a ser villanos de pacotilla, cumpliendo con el papel que luego tendrían los punks en la década de los 80, empezaron a surgir más películas que los representaban no como héroes, pero como figuras que se rebelaban contra la autoridad. La contracultura tardó un poco en llegar a Australia, pero allí se produjo un clásico del cine motero que hoy día sigue siendo considerada la mejor película motera de la historia. Esta película, escrita, dirigida, producida y protagonizada por Sandy Harbutt, es Los guerreros de la muerte (Stone, 1974).

Toad (Hugh Keays-Byrne) es miembro de los Grave Diggers y, en una salida, ve como un asesino profesional mata a un político. Muy pronto, los Grave Diggers empiezan a ser asesinados uno a uno. Stone (Ken Shorter) es el policía encargado de averiguar quién es el asesino que se ha obsesionado con estos moteros. A Undertaker (Sandy Harbutt), el líder de la banda, no le hace gracia tener a un policía siguiéndoles, así que obliga a Stone a adoptar la vestimenta y el modo de vida de la banda. Stone empezará a admirar el modo de hacer de los Grave Diggers mientras intenta detener al asesino.

El interés de Sandy Harbutt por rodar una película sobre moteros tiene un doble origen. Por un lado, Harbutt conocía personalmente a diversos moteros. Esto influyó no solo en querer representar este estilo de vida, también en intentar ofrecer un retrato que no juzgara moralmente a los protagonistas, representándolos tal cual eran. Por otro lado, muchos de los moteros de la vida real que conocieron Harbutt y el productor David Hannay eran veteranos de la guerra de Vietnam, entonces todavía presente. Harbutt y Hannay vieron que los veteranos se habían sumergido en la vida motera como manera de rechazar a la sociedad que, antes, les había hecho sentir rechazados. De esta manera, a la acción y el drama, se le añadió a la película un sustrato político.

La película se rodó siguiendo un estilo "comunal", donde todos colaboraban en todas las funciones, bajo la dirección de Harbutt. Era como si el espíritu de los personajes, su ansía de libertad, se hubiese contagiado a los cineastas. Esto hizo que la película se pudiera completar a pesar del bajo presupuesto con que contaba el film. Se ha de añadir que este espíritu libertario se aplicaba principalmente a los hombres, las mujeres, delante y detrás de la pantalla, eran tratadas tan pobremente como era habitual en el cine de los 70 del siglo XX. Son poco más que objetos decorativos al servicio de los moteros. Claro, esto se hace obvio al ver el film con ojos actuales, no se trata de quitarle mérito artístico.

Cuando se estrenó no fue bien recibida en su Australia natal, si bien fue un éxito de taquilla. No representaba el tipo de cine por el que el país quería ser conocido y Harbutt no pudo seguir trabajando en la industria cinematográfica australiana. El film también fue un éxito internacional, captando el espíritu rebelde de la época y admirada por moteros alrededor del mundo. Hoy día se mantiene como un clásico del cine de los 70, una máquina del tiempo que nos sumerge en otra década y otra manera de ver el mundo.

 

22 ago 2025

Houseboat Horror

 


 

Houseboat Horror (Ollie Martin, Kendal Flanagan, 1989) es una película que parecía destinada a la oscuridad, a desaparecer por el mismo camino que los videoclubes. Pero ha sobrevivido, contra todo pronóstico, mantenida viva en el recuerdo gracias a ser un fantástico ejemplo de cine trash. Amantes del mal gusto y del cine de calidad alternativa, he aquí una película para alegraros las noches de invierno (cuando lleguen).

Un grupo de rock decide filmar un videoclip en distintas localizaciones, usando casas flotantes como medio de transporte. El rodaje arranca en el lago Infinity, donde hace años un rodaje acabó en tragedia y desde entonces, todo aquel que ha intentado filmar en la zona ha terminado desapareciendo en misteriosas circunstancias. Pero nuestros protagonistas no lo saben, ni sospechan que nada vaya mal cuando uno a uno van siendo eliminados.

Sobre el papel, Houseboat Horror parece otro típico slasher de los muchos que se hacían entonces. Incluso el hecho de ser rodada directamente en video era ya algo común entonces (si bien no en Australia, donde esta película fue la primera). El argumento también es bastante tópico, pertenecer a una banda de rock en una película de terror trae bastante mala suerte; hay muchos ejemplos de películas cuyo argumento gira en torno a grupos que van a rodar un videoclip y la experiencia se convierte en una pesadilla como Estela de sangre (Blood Tracks, Mats Helge Olsson, Derek Ford, 1985)Al filo del infierno (Rock 'n' Roll Nightmare, John Fasano, 1987)Melodía de horror (Paganini Horror, Luigi Cozzi, 1988). Además, Houseboat Horror fue una producción de muy bajo presupuesto que, con la excepción de algunos miembros del reparto, era la primera película que hacían los cineastas delante y detrás de las cámaras.

Teniendo todo esto en cuenta, ¿qué es lo que hace de esta una película especial que ha sobrevivido durante décadas? La ejecución. Todo se basa en la ejecución, desde los diálogos inventados sobre la marcha hasta los torpes movimientos de cámara que continuamente tapan con su sombra al reparto. La inexperiencia del equipo de rodaje se ve también en que en la mayoría de escenas se ve el borde del objetivo de la cámara, como si se estuviera filmando a través de un agujero.

Houseboat Horror fue ideada por Ollie Martin, un productor y periodista que trabajaba en televisión. Martin, viendo cómo el mercado se llenaba de películas de terror llegadas de Estados Unidos decidió sumarse a la moda. Y lo hizo a través de un nuevo, llamativo y, lo más importante, barato sistema: el video. Martin escribió un guion inspirado en las hazañas de Jason Voorhees, con no pocas dosis de humor, sangre y desnudos gratuitos. Sin embargo, cuando empezó el rodaje, Martin se dio cuenta de que era demasiado lento y no podría de rodar el guion en el tiempo que tenían. Como también era el productor, decidió despedirse a si mismo y pasarle las riendas de director a Kendal Flanagan. Flanagan era un director curtido en televisión y aplicó la misma mentalidad al slasher. Por supuesto, lo que funciona en un culebrón diario no funciona en una película de terror, lo que no detuvo a Flanagan.

El cambio entre ambos directores se nota. Las dos secuencias que dirigió Martin, aún con la fea estética del video, están medianamente bien realizadas. El resto dirigido por Flanagan se convirtió en un festival de incompetencia, llevada a un extremo que la hace inolvidable. De este modo, Houseboat Horror pasó de ser lo que podría haber sido un correcto pero poco imaginativo slasher a convertirse en una cinta de culto.

La dirección puso la rapidez por encima de todo. El resultado es que, por ejemplo, aunque los maquillajes están bien hechos para el presupuesto que tenían, están filmados bajo una luz brillante, habitual en la televisión, y con ángulos poco favorecedores. Hasta el trabajo de Tom Savini tendría mal aspecto en esas condiciones. Personalmente, los mejores momentos son los de involuntario surrealismo. Por ejemplo, una de las actrices sale del agua (no se nombra a los personajes así que no se puede saber quién es quién) y es iluminada por una linterna. Ella se gira y suelta el habitual: "oh, eres tú" y algunas líneas de diálogo más. Parece la típica escena en que alguien es asesinado por alguien que conoce dando pistas al espectador sobre quién es el culpable, ¿verdad? Pues no, la siguiente escena es luego la actriz en la casa flotante preparándose para ir a dormir. ¿Con quién hablaba? ¿Por qué no responde ni aparece en cámara? ¿Qué objetivo tenía la escena si ya se sabe quién es el asesino? Creo que simplemente se olvidaron de rodar las respuestas de otro personaje para que el diálogo tuviera sentido pero incluyeron la escena igualmente porque la actriz aparece desnuda. No cambia que sea un momento absurdo y divertido, de los que la película está lleno.

Este el tipo de película que hará que muchos dejen de verla a los cinco minutos,  pero que los aficionados al cine trash y al cine involuntariamente hilarante disfruten de principio a fin. Houseboat Horror requiere un paladar entrenado en este tipo de cine para disfrutarla pero no os arrepentiréis de subir a bordo.

 

15 ago 2025

Desolation Angels

 


 

¿Qué les pasa a los australianos con los coches? ¿Qué obsesión les lleva a meter persecuciones y amenazas vehiculares en sus películas de género? Casi resulta extraño que en Picnic en Hanging Rock (Picnic at Hanging Rock, Peter Weir, 1975) no haya por lo menos una persecución. Un ejemplo de esta obsesión es Desolation Angels (Christopher Fitchett, 1982).

Jilly (Kim Trengove), Joanne (Kerry Mack) y Liz (Marie O'Loughlin) son tres amigas que deciden celebrar que han acabado los exámenes pasando un fin de semana de relax en la casa en la playa que tienen los padres de una de ellas. Pamela Wilkinson (Karen West) forma parte de una trama que busca enriquecerse con cheques falsos y desfalcos, pero ella quiere dejar la banda e irse por su cuenta. Normalmente, las tres amigas y Pamela no deberían cruzar sus destinos, pero sucede cuando tres psicópatas se encaprichan de ellas y empiezan a acosarlas.

La primera parte del film se centra en presentar a las futuras víctimas. Por un lado, las protagonistas adolescentes y las preocupaciones habituales de esa edad. Por otro lado, Pamela y su plan para quedarse ella con todo el dinero que ha conseguido con su cómplice. Ambas historias se mantienen separadas durante gran parte de la película. La acción arranca cuando las amigas se lanzan a la carretera y se cruzan con lo que parece un vehículo fúnebre negro, matrícula HEX777. Los conductores del vehículo intentan llamar la atención de las chicas, que los ignoran, pero el vehículo parece encontrarlas allá donde van. Esto es así porque ellas no se han dado cuenta de que se trata de dos vehículos, el otro con matrícula END666. Esta sección parece influenciada por El diablo sobre ruedas (Duel, Steven Spielberg, 1971), creando tensión con las persecuciones y la creciente obsesión de los psicópatas. Luego, la acción se traslada a la localidad de la playa y se dejan de lado las persecuciones, aún así los psicópatas hacen notar su presencia haciendo sonar los motores de sus vehículos en la noche. Es en esta parte que finalmente se cruzan las historias de las tres amigas con Pamela, en lo que se convierte en una lucha por la supervivencia con la tranquila localidad veraniega como fondo.

Desolation Angels mezcla elementos de suspense y terror, con toques de slasher, para construir una historia sencilla pero cargada de tensión. Karen West fue una modelo de Penthouse, lo que parece inspiró algunos momentos de desnudos gratuitos, el único elemento que chirría un poco en el conjunto. El reparto hace un trabajo correcto, nada especial pero no te sacan de la película. Tiene algunos momentos algo lentos, pero se compensa con los momentos de acción y las bien construidas secuencias de suspense. Además tiene algunos toque peculiares que hacen que no sea una simple imitación de las películas que llegaban de Estados Unidos. Por supuesto, como ya he comentado, el elemento más australiano es cómo hace que los coches se conviertan en una arma más de los psicópatas. El póster no parece tener ninguna relación con la película, una mala manera de vender una entretenida mezcla de thriller y terror como es Desolation Angels.

 

8 ago 2025

Cobra en el siglo XXI

 


 

No dudé ni un momento en hacerme con la nueva edición en 4K que se ha editado de Cobra, el brazo fuerte de la ley (Cobra, George P. Cosmatos, 1986). Una película esencialmente ochentera, que no se podría haber hecho en ningún otro momento en el tiempo, el tipo de película que Frío como el acero (Stone Cold, Craig R. Baxley, 1991) intentaba emular, que siempre había disfrutado de principio a fin. Sin embargo, al volver a verla ahora, en el actual clima político, he de admitir que me ha preocupado cómo la podrían interpretar las nuevas generaciones.

Cobra nace cuando se estaba poniendo en marcha la producción de Superdetective en Hollywood (Beverly Hills Cop, Martin Brest, 1984). Los productores, teniendo en cuenta que era una superestrella en ese momento, le ofrecieron el proyecto a Sylvester Stallone para que lo protagonizara. Stallone, como es habitual en él, cogió el guion y lo reescribió a su gusto. Los productores vieron que Stallone se apartaba demasiado de la comedia de acción que tenían en mente así que decidieron retirar la oferta. Pero no fue una pérdida de tiempo, ya que es durante la rescritura del guion que Stallone crea a Marion "Cobra" Cobretti.

"Marion" era el nombre real de John Wayne, un homenaje que indica el tipo de héroe que quería crear Stallone. Decidido a no desperdiciar el trabajo que había hecho, Stallone se hizo con los derechos de la novela Fair Game, escrita por Paula Gosling, para aprovechar lo que había hecho para Beverly Hills Cop en una nueva película (la misma novela sería luego la base de Caza legal [Fair Game, Andrew Sipes, 1995], el debut en el cine de Cindy Crawford). Así crea una historia sobre un policía rebelde que sigue sus propias normas, Cobra es el policía que llaman para solucionar los trabajos que nadie quiere. Cobra es asignado para proteger a Ingrid Knudsen (Brigitte Nielsen), la única testigo que puede reconocer al líder de un culto de asesinos que se dedica a cometer asesinatos y crímenes por toda la ciudad. Cobra debe enfrentarse a un ejército de asesinos para protegerla.

La mayor influencia sobre Cobra es la saga de Harry, el sucio, que por entonces iba por la cuarta entrega. El film arranca con un monólogo similar al que hay al inicio de Harry, el fuerte (Magnum Force, Ted Post, 1973) y en el reparto de Cobra nos encontramos a Reni Santoni y a Andrew Robinson, ambos con papeles importantes en Harry, el sucio (Dirty Harry, Don Siegel, 1971). Harry, el sucio nace en un momento social muy específico: por un lado, se tenía la sensación de que el crimen estaba fuera de control, especialmente alto en Nueva York, entonces una ciudad al borde de la bancarrota, y, por otro lado, hacía unos pocos años que se habían empezado a usar los derechos Miranda durante los arrestos. Aquí nace la idea de que los jueces dejaban libres a los criminales para hacer lo que quisieran y los ciudadanos sufrían las consecuencias con las calles llenas de malechores.

Las cosas habían cambiado bastante para cuando Cobra llegó a las salas de cine a mediados de los 80 del siglo XX. Pero era un momento en Estados Unidos en que imperaba la mentalidad conservadora, que gustaba mucho de propagar la idea de que los criminales tenían excesivos derechos. De hecho, se menciona en la película que los jueces dejan libres a los criminales que los policías detienen. Cobra es el medio por el cual Stallone lanzaba estas ideas, creando un policía invencible que, además de contra los criminales, debe luchar contra las normas que intentan atarle de manos. Por supuesto, esto funciona dentro del universo de la película ya que nos presenta una ciudad bajo el dominio del terror de los criminales, en el que la policía está liderada por incompetentes y chupatintas que se preocupan más por los derechos de los criminales que por los ciudadanos. Es una fantasía que hace aceptable la existencia de un policía como Cobra y que sea el héroe de la historia.

"Fantasía" es, precisamente, una palabra que define muy bien esta película. El primer montaje duraba aproximadamente 130 minutos, que luego se recortaron a 120 minutos. Para competir en taquilla, el estudio y Stallone reeditaron la película, que, sumado a los cortes para apaciguar a la censura, dejó el film en los 87 minutos que dura en la actualidad. Esto exigió muchas de las escenas que explicaban la trama y desarrollaban a los personajes quedaran fuera. Algo que en otras películas podría haber sido un detrimento, aquí funciona a su favor. El film fue concebido como una película de acción, pero se añadieron elementos propios del cine de terror y comedia, creando una extraña mezcla de géneros que va muy bien con el frenético montaje.

Estas son las razones por las que fui siempre un fan de Cobra. Lo que me ha hecho verla de distinta manera es que ahora mismo la ultraderecha está al alza, especialmente entre los jóvenes que se tragan sin cuestionar la basura misógina y racista que sueltan "bros" fachas por internet. Es un contexto en el que es más difícil de disfrutar con la película, cuando hay gente que realmente piensa como los personajes que aparecen en ella, tanto el protagonista como los villanos que buscan crear un "mundo nuevo". ¿Deberíamos castigar a la película porque hay espectadores hoy día que serían incapaces de verla como la fantasía que es?

Es algo a lo que le daba vueltas tras ver la película de nuevo, en delicioso 4K. Reflexionando también mientras le daba forma a este artículo he llegado a la conclusión de que la existencia de la ultraderecha, por muy deleznable y vomitiva que me parezca, no debería robarme de poder disfrutar con este clásico. Al fin y al cabo, siempre ha existido esta escoria, solo que ahora es más vocal y ruidosa. Pero no será eterna como lo es Cobra.

 

1 ago 2025

El vigilante nocturno (Nattevagten)

 


 

La década de mediados de los 90 del siglo XX fue una época muy interesante para el aficionado al cine de género. Primero, nuevos directores como Álex de la Iglesia y Quentin Tarantino, entre otros muchos, estaban renovando el panorama con una nueva energía irreverente y gamberra. Segundo, el cine de otros países empezaba a ser más accesible. Principalmente el cine de asiático, con sellos como Manga Films haciendo accesibles películas imposibles de ver antes, pero también de otros lugares tan exóticos como... Dinamarca.

El cine danés en nuestro país era bastante desconocido. Lars von Trier seguramente era el único ejemplo de director danés que era conocido entonces en nuestro país,  Nicolas Winding Refn no debutaría en el largo hasta 1996. Aunque El vigilante nocturno (Nattevagten, Ole Bornedal, 1994) no llegó a España, aproximadamente, hasta que se estrenó la nueva versión americana La sombra de la noche (Nightwatch, Ole Bornedal, 1997), por lo menos en salas comerciales, el hecho si quiera de que se estrenara indicaba que la película era de una gran calidad, a pesar del bajo presupuesto, y que debía haber cosechado un gran éxito internacionalmente para que se considerase distribuirla en nuestro país. Y su fama estaba justificada.

El vigilante nocturno a que alude el título es Martin (Nicolaj Coster-Waldau), un estudiante de derecho que decide coger un trabajo como vigilante nocturno en un instituto forense pensando que será una manera fácil de ganar dinero. Pronto se da cuenta que quedarse toda la noche sentado en una morgue no es el dinero fácil que imaginaba, el ambiente mortuorio empieza a afectarle.  Peor aún, un asesino en serie anda suelto en la ciudad, acumulando víctimas, y Martin se verá atrapado en la red de este psicópata.

Vi El vigilante nocturno y La sombra de la noche muy cerca la una de la otra, cuando era un joven adolescente. Y, en ese momento, me gustó más la versión americana, que discuto más abajo, que la original. Pero al reencontrarme de nuevo con la película como adulto, gracias a un pack en Blu-ray con la original y su secuela, El vigilante nocturno me ha gustado mucho más. Más allá de la calidad técnica, los movimientos de cámara, la banda sonora, ahora he visto elementos en la película que no supe apreciar en su momento. Martin y Jens (Kim Bodnia), los dos protagonistas, se desafían el uno al otro en un juego que tendrá graves consecuencias, como que es la razón por la que el asesino se fija en Martin. Este juego nace del miedo de ambos por entrar en la edad adulta, de convertirse en dos acomodados en una vida gris sin emoción. Esto se enlaza también con otro miedo: el miedo a la muerte. Un miedo que empieza a hacerse cada vez más presente debido al trabajo de Martin y que es la base de los momentos más atmosféricos e inquietantes del film.

Estos elementos enriquecen una historia de suspense, precedente de las truculentas series nórdicas y la fiebre del noir nórdico que tanto éxito han cosechado en nuestro país, que sigue funcionando hoy día. En esta época se pone de moda usar la expresión "thriller psicológico" para referirse al cine de terror, debido a los prejuicios contra el género. Esta es una de las pocas veces que he visto justificado el uso de esta expresión, ya que El vigilante nocturno no es una película de terror, pero desde luego utiliza elementos del cine de terror para añadirle sabor al suspense y la trama de asesino en serie propia del thriller.

Uniendo la riqueza visual y la riqueza textual, se entiende que el film se haya convertido en un clásico del género. Se mantiene tan fresca y efectiva ahora como hace 30 años.

 

 


 

Como ya he mencionado, cuando en su día se estrenó La sombra de la noche me gustó más que la original. Tiene un reparto que, entonces, resultaba más atractivo con Ewan McGregor, Patricia Arquette, Josh Brolin y Nick Nolte. Pero ahora me resulta obvio que los motivos por los que me gustó más son los mismos por los que ahora es una película bastante olvidada.

Producida por los Weinstein, la película sufrió la misma manía intervencionista que otras producciones de los merecidamente denostados hermanos. Temerosos de que el ritmo no funcionara con el público americano y algunos temas se consideraban demasiado morbosos, Harvey Weinstein reeditó la película eliminando prácticamente todo aquello que no tuviera que ver directamente con la trama de suspense. El resultado es un efectista thriller al estilo americano, pero que carece de aquello que hace que la original sea especial. Es solo un thriller que cuenta una historia muy conocida dentro del género, el inocente acusado injustamente que debe demostrar su inocencia y salvar la vida.

Sin embargo, hay algunas secuencias que siguen funcionando debido a la manera en que el director reinterpreta las escenas que ya había rodado previamente.  No es una mala película, pero tampoco es una gran película. Entiendo que a mi yo joven le gustara, pero no tiene lo que hace que la original se mantenga actual, aquello que va más allá del thriller.


 


 

Casi treinta años del estreno de El vigilante nocturno, Ole Bordenal regresó a este mundo con la secuela El vigilante nocturno. Demonios heredados (Nattevagten - Dæmoner går i arv, 2023). En esta ocasión la protagonista es Emma (Fanny Leander Bordenal), la hija de Martin, que intenta averiguar la raíz de que su padre sea un hombre acosado por demonios interiores y que su madre se suicidara. Entonces descubre que su padre trabajó de joven como vigilante nocturno y coge el mismo trabajo para ponerse en el espacio mental de Martin. Los problemas arrancan cuando descubre que sobrevivió al ataque de un asesino psicópata. Cuando decide encarar al asesino, encerrado en una institución psiquiátrica, buscando hacer que su padre supere el trauma, provoca que el asesino salga de su estupor y ponga en marcha una terrible venganza.

Uno de los avances del siglo XXI más positivos es que se trata de forma más abierta y natural la salud mental. Ir a terapia ya no se ve como un estigma, sino como algo positivo. Enfrentarse al trauma exponiéndolo y discutiendo los motivos de su existencia es algo más sano que simplemente enterrarlo todo en un sótano mental donde se puede pudrir y provocar más daño. Este cambio de mentalidad ha resultado muy productivo en el cine de terror, especialmente en las secuelas nostálgicas, en las que un personaje decide hacer frente al trauma que marcó su vida y luchar contra el terror de nuevo. Una tendencia popular ahora que trata también de forma efectiva el film de Bornedal. Martin parece que ha sido incapaz de ir más allá de aquella noche fatídica, ni tampoco sus amigos, algo que comparte con el asesino. Si en la primera película Martin y Jens temían lo que entrar en la edad adulta traía consigo, ahora el temor es verse en la madurez con un fuerte lastre psicológico.

Paralelamente, la trama que afecta a Emma ya no es los miedos de la edad adulta, sino entender el pasado para no repetirlo en el futuro. Teme que el suicidio de su madre la lleve a ella al mismo destino, así que decide desentrañar los misterios del pasado de su familia. Una perspectiva más propia de la mentalidad actual. De este modo, aunque hay muchos guiños y referencias al film original, esta secuela se crea su propia personalidad.

De nuevo, los aspectos propios del thriller y el suspense están muy bien tratados. La idea del asesino orquestando los asesinatos enviando a acólitos dementes es un gran hallazgo, evitando repetir una trama ya explorada. Es lo que hace de esta una digna y entretenida secuela, si bien solo el tiempo dirá si se acaba convirtiendo en un clásico como la primera.

 

25 jul 2025

Shakma

 


 

Las películas de primates asesinos han producido títulos interesantes como Atracción diabólica (Monkey Shines, George A. Romero, 1988)Link (Richard Franklin, 1986)Shakma (Hugh Parks, Tom Logan, 1990) es una entrada en el subgénero que ha ido ganando popularidad con los años, aunque no llega al nivel de las películas mencionadas al inicio.

Un grupo de estudiantes se queda por la noche en la facultad para jugar una partida de rol utilizando el edificio como escenario, bajo la dirección del doctor Sorenson (Roddy McDowall). Sin saberlo, un babuino sobre el que se ha experimentado no está tan muerto como debería y empieza a matar a los jugadores uno a uno.

Durante la década de los 70 del siglo XX, las películas de ecoterror y revueltas de animales tienen su base en el nacimiento de la conciencia ecologista y las reacciones a los desastres ambientales sucedidos entonces. Entrando en la década de los 80, se cambia el foco hacia otro gran motivo de preocupación de la época (y también de hoy día, como el cambio climático): la experimentación con animales. El miedo y la sospecha hacia unas prácticas que entonces se realizaban con menos conciencia que ahora son la base de una gran diversidad de films. Shakma es uno de ellos. El babuino asesino que acecha a los personajes ha sufrido diversos experimentos en el cerebro, centrados en erradicar la agresividad. Por supuesto, buscando suprimirla lo que se hace es exacerbarla. Tras encontrada la justificación para la presencia del babuino asesino, el resto es una rutinaria construcción de una típica película de terror de serie B de la época.

Shakma es una película más oscura de lo que era habitual entonces. También resulta novedosa la idea de reunir a los personajes para jugar una partida de rol a lo grande, como si fuera una especie de gincana o caza del tesoro actual. Por desgracia, los personajes son planos y tópicos, lo que significa que gran parte de la película consiste en ver a personajes sin interés deambulando de aquí para allá. Se ha de admitir que cuando arranca la acción, la película se hace más entretenida y divertida de ver. Una ligera compensación por una primera parte que se hace algo pesada.

En cierto modo es irónico que los aciertos de la película hagan más evidentes sus fallos. Los interesados en las películas de animales asesinos deberían chequear Shakma y decidir si lo negativo pesa más que lo positivo.

 

18 jul 2025

La muerte acecha en la pantalla

 


 

Leyendo críticos anglosajones que escriben sobre el giallo, te puedes encontrar una noción bastante extendida según la cual solo se consideran auténticos gialli las producciones italianas. Es una opinión que siempre me ha parecido tremendamente absurda, principalmente porque los géneros y los estilos no tienen nacionalidad. Tienen lugar de origen, pero no nacionalidad. Es como decir que las películas del oeste de Sergio Leone no son auténticos westerns porque no son americanos. Otro argumento en contra es que gran parte de los gialli fueron coproducciones entre diversos países, para asegurar así una distribución internacional. Muchas de estas coproducciones eran entre España e Italia, países cercanos y que en aquel momento pasaban por momentos sociales parecidos. Lo que nos lleva al ejemplo que para mí hace más obvia que la idea de que solo se puede considerar un auténtico giallo una película enteramente italiana: los que fueron dirigidos por Luciano Ercoli. Ercoli estaba casado con Nieves Navarro, una actriz española que entonces usaba el nombre Susan Scott al aparecer en producciones internacionales. Debido a su matrimonio con Navarro, Ercoli estableció su pequeña productora en España, para luego trabajar en Italia, Inglaterra o donde fuera necesario. ¿Eran sus películas italianas o españolas? Realmente no importa, eran de Luciano Ercoli, eso es lo que importa. En su carrera como director dirigió tres gialli, siendo su díptico La muerte camina con tacón alto (La morte cammina con i tacchi alti, 1971) y La muerte acaricia a medianoche (La morte accarezza a mezzanotte, 1972) grandes títulos dentro del género.

La muerte camina con tacón alto fue la segunda película que dirigió Luciano Ercoli, tras debutar en el largo con Días de angustia (Le foto proibite di una signora per bene, 1970). Las dos son gialli pero concebidas antes de que la fiebre por el género explotara tras el estreno de El pájaro de las plumas de cristal (L'uccello dalle piume di cristallo, Dario Argento, 1970). El éxito del clásico de Argento transformó completamente el género, como si lo hubiera inventado para un nuevo público, lo que provocó que surgieran muchos imitadores. La muerte camina con tacón alto, sin embargo, no es una pálida imitación. Todo lo contrario, tiene una personalidad propia moviéndose dentro del género con un estilo clásico e innovador a un tiempo.

Nicole Rochard (Nieves Navarro) trabaja como bailarina de striptease en París y su padre es un notorio ladrón que ha robado una fortuna en diamantes. Un misterioso encapuchado va tras esta fortuna y, tras haber asesinado a Rochard, acosa a Nicole para que confiese dónde se ocultan los diamantes. Nicole pide ayuda a su amante Michel Aumont (Simón Andreu), pero, tras una discusión, queda claro que Michel no será de mucha ayuda. Desesperada, Nicole decide irse a Londres con el doctor Robert Matthews (Frank Wolff), un hombre atrapado en un matrimonio infeliz que se ha enamorado de Nicole. Pero el peligro sigue a Nicole por más lejos que se vaya.

El film de Ercoli presenta una trama propia del género policíaco, pero estructurado de forma peculiar. El asesinato central sucede a mitad de película, momento en que entra en escena el inspector Baxter (Carlo Gentili). Este es un personaje clásico, un poco al estilo de los investigadores peculiares que muy pronto se harían famosos en televisión como Colombo o Kojak. Esto hace que La muerte camina con tacón alto sea un título de transición entre el thriller habitual que seguía las directrices del estilo americano, francés y alemán, y el giallo de estilo puramente italiano. Con una dirección elegante sin demasiadas florituras, pero sin dejar de lado las innovaciones visuales de la época.

Ercoli ofrece un film de corte clásico, con secuencias que anuncian los excesos que estaban por llegar. Esto hace que algunos que busquen algo al estilo "argentiano" puede que se queden algo desorientados ante una película que sigue más el estilo de las novelas de intriga de la época. Pero hay mucho que apreciar en esta película aunque no tenga un bodycount al estilo de otros títulos de la época.

 

 


 

Tras el éxito de La muerte camina con tacón alto, no tardó en llegar La muerte acaricia a medianoche. Ercoli trajo de vuelta en el reparto, además de a Navarro/Susan Scott y a Simón Andreu como protagonistas, a Carlo Gentili, interpretando a otro inspector, a Claudie Lange y al experto en personajes pervertidos Luciano Rossi.

La película muestra la influencia de los cambios en el género con unas escenas más violentas y sangrientas, pero resulta refrescante que Ercoli no renuncia a construir un giallo siguiendo su propio estilo, sin caer en la simple imitación. Y lo hace con un argumento que presenta un desafío interesante para los cineastas, mostrar al asesino al inicio y mantener el suspense intacto. La modelo Valentina (Navarro) se deja convencer por su amigo periodista Gio Baldi (Andreu) para protagonizar un reportaje en el que probará una nueva droga, con la promesa de que ni su nombre ni su rostro aparecerá en el artículo. Mientras se encuentra bajo los efectos de la droga, Valentina es testigo de un asesinato en el edificio de enfrente. Por supuesto nadie la cree y, además, nadie se la toma en serio porque Gio la engañó y tanto su rostro como su nombre se utilizan en el artículo. Cuando el asesino empieza a seguirla, Valentina tendrá que desentrañar el misterio tras el asesinato antes de que el asesino la calle para siempre.

Navarro impregna a su personaje de una gran energía y personalidad, ayudada por Ercoli, su marido, que al igual que en la anterior película no le hace un plano malo. Andreu encarna a la perfección a este periodista sórdido y encantador, un tipo de personaje que le iba muy bien al actor. Navarro y Andreu tienen una gran química juntos, lo que hacen de este un giallo tan divertido como cargado de suspense. Y violento, como ya he dicho, con momentos en que Ercoli cubre la pantalla de sangre, literalmente.

La muerte acaricia a medianoche tiene un ritmo más rápido y ligero que el de Camina con tacón alto, pero su historia es también bastante intrincada. La manera en que se desarrolla hace que este sea un film más entretenido que el anterior, con un Ercoli que parece cada vez más en dominio de la cámara. De los dos, este es, para mi gusto, el título superior. Coge los elementos más atractivos del género y los sirve de manera única y personal, lo que es de agradecer sobre todo si has visto muchas películas de este estilo.

  

 


 

Pasos de danza sobre el filo de una navaja (Passi di danza su una lama di rasoio, Maurizio Pradeux, 1973) no tiene absolutamente nada que ver con las películas de Luciano Ercoli aquí comentadas. Pero da una idea del éxito de sus películas el hecho de que en países de habla inglesa Pasos de danza sobre el filo de una navaja se estrenó como Death Carries a Cane, traducido: La muerte lleva bastón, en un intento de atraer al espectador despistado y hacerle pensar que era otra película de la serie. La maniobra tenía sentido ya que una de las protagonistas del film de Maurizio Pradeux es Navarro alias Susan Scott, y también aparece Simón Andreu en un rol secundario. La reunión de veteranos de Ercoli se completa con Luciano Rossi en uno de sus habituales roles como personaje sórdido y sospechoso . Así, aunque no tiene nada que ver el díptico de La muerte... de Ercoli pensé que sería divertido añadirla como bonus track.

Mientras espera que llegue su novio Alberto (Robert Hoffman), Kitty mira por un telescopio a monedas el paisaje urbano, siendo testigo de un brutal asesinato. Cuando va a la policía, el inspector Merughi (Jorge Martín con el nombre George Martin) no se acaba de creer su testimonio, pero luego descubre que el crimen puede que esté relacionado con otros asesinatos que investiga. El inspector empieza a sospechar de Alberto, así que este debe demostrar su inocencia con su propia investigación, mientras los cadáveres se empiezan a acumular a su alrededor.

El contraste entre el film de Maurizio Pradeux y los de Ercoli es bastante pronunciado. Mientras Ercoli rodó sus guiones con estilo, clase y personalidad propia, Pradeux se regocija en los elementos más explotables del giallo: crímenes sangrientos y generosas dosis de erotismo. Un enfoque que hace que el film de Pradeux funcione a otro nivel del de los de Ercoli o de otros grandes del género como Dario Argento, Mario Bava o Lucio Fulci. El desarrollo de la trama pasa a segundo plano mientras se acumulan las escenas de suspense salpicadas de desnudos gratuitos, lo que trabajado con savoir faire hace que el film sea constantemente entretenido. La resolución es satisfactoriamente absurda, de modo que aunque se sigue la fórmula sin mucha imaginación el resultado es muy notable.