1 dic 2011

La indecente Mary y Larry el loco (Dirty Mary Crazy Larry)


La indecente Mary y Larry el loco (Dirty Mary Crazy Larry, John Hough, 1974) es una clásica y representativa road movie de los 70. En 90 minutos hace un retrato bastante aproximado de lo que era el espíritu del momento, a pesar de no tener el componente filosófico de filmes como Punto límite: cero (Vanishing Point, Richard C. Sarafian, 1971) o Carretera asfaltada en dos direcciones (Two-Lane Blacktop, Monte Hellman, 1971). Eso no quiere decir que sea un film superficial, posee elementos dramáticos que la hacen más interesante que simplemente ver coches chocando.

Larry (Peter Fonda) y Deke (Adam Roarke) son un conductor y un mecánico, respectivamente, que para conseguir suficiente dinero para entrar a competir en la Nascar planean atracar un gran supermercado. Todo sale a la perfección, menos una cosa: Mary (Susan George), un chica con la que Larry había ligado la noche anterior decide sumarse a la pareja, por más que a ellos no les haga gracia. Pronto serán perseguidos por la policía, con el sheriff Everett Franklin (Vic Morrow) encabezando la persecución.

Basada en la novela The Chase de Richard Unekis, me sorprendió en un primer momento ver que esta película estaba dirigida por John Hough, al que conocía simplemente por dos películas de terror: La leyenda de la mansión del infierno (The Legend of Hell House, 1973) y El íncubo (Incubus, 1982). Pero resulta que antes de adentrarse en la aterradora mansión Belasco, Hough había trabajado en televisión dirigiendo episodios de Los Vengadores (The Avengers, 1961-1969) donde se había familiarizado con las exigencias de dirigir escenas de acción.

Hough y los actores protagonistas aportaron una serie de detalles al guion que son los que hacen que el film resulte interesante hoy día. Morrow, por ejemplo, tuvo la inspiración de hacer que su personaje no llevase ni uniforme, ni placa, ni armas. De este modo lo convierte en un rebelde dentro del sistema que a su vez es un reflejo del personaje que encarna Fonda. Ambos son bastante parecidos, haciendo lo que haga falta para cumplir su objetivo. Esta mentalidad hace que Morrow se enfrente a sus superiores y que Fonda parezca dispuesto a sacrificar cualquier relación que pueda tener centrándose en conseguir su objetivo: convertirse en un piloto de carreras.

El título de la película era originalmente The Chase ("la persecución") como la novela en que se basaba, pero se cambió ya que ya existía una película con ese título, el clásico La jauría humana (The Chase, Arthur Penn, 1966), por el que tiene ahora. Es un título que no me gusta mucho ya que no refleja bien la película. En realidad, el centro dramático lo forma la relación entre Larry, Deke y Mary y no simplemente Mary y Larry. Deke, un alcohólico en vías de recuperación, es en ocasiones el cerebro, en ocasiones el alma de Larry, al cual sólo le importa conducir y ser el primero. Adam Roarke decidió interpretar el papel haciendo lo opuesto a lo que en aquel momento hiciera Peter Fonda: si éste sonreía, Roarke estaba serio y viceversa y etcétera. De este modo, algunos de los momentos más tensos se producen por la relación entre Deke y Larry, el cual tiene una manera casi infantil de dar donde más duele. Mary, la joven-que-ha-vivido-mucho, fantasiosa y mentirosa, intenta introducirse en la pareja que forman mecánico y conductor, buscando desesperadamente algo de atención y amor, cosa que es posible que encuentre más fácilmente en Deke que en Larry.

De entre las aportaciones del director John Hough, la más significativa e importante es el final, el cual me gustaría comentar brevemente, así que si no has visto la película harías bien de saltarte este párrafo. Cuando el guion llegó a Hough, este decidió cambiar el final por el que ahora tiene la película: una vez han escapado de la policía, el trío es atropellado por un tren que los mata. Este cambio vino originado por el sentido moral del director, que creía que, al ser criminales, los protagonistas no debían salirse con la suya. Para impactar a los espectadores, hizo que el trío fuera bastante simpático a ojos del espectador, que no utilizasen armas en ningún momento y que no matasen a nadie al hacer que los coches de la policía chocasen, mostrando en todo momento que los policías salen de los coches sin heridas de gravedad. Pero si bien la intención de Hough era simplemente moral, en perspectiva este final es una metáfora perfecta de lo que fueron los cambios sociales de finales de los 60 y primeros 70. Peter Fonda representaba el rebelde hippie por antonomasia, gracias a filmes como Easy Rider. Buscando mi destino (Easy Rider, Dennis Hopper, 1969) y The Trip (Roger Corman, 1967). A esto se le suma la creciente desconfianza y pérdida de fe en el sistema y el gobierno que el público americano había adquirido tras la guerra de Vietnam, el escándalo Watergate y los disturbios y protestas sociales que habían degenerado en violentas confrontaciones debido a la intervención y represión policial. Por tanto, en muchos filmes se empieza a representar a la policía y al sistema como los malos de la película, con el público poniendo todas sus simpatías en el rebelde: Kowaslki en Vanishing Point, Larry en Dirty Mary Crazy Larry. El tren que acaba con las vidas de los tres protagonistas es la realidad imponiéndose. Todas aquellas protestas y movimientos destinados a cambiar el mundo acabaron olvidando la revolución en favor de la música disco y el puro hedonismo que caracterizaron los 70.

El reparto es una de las razones principales por las que esta película funciona. Fonda hace de Fonda bastante bien, Morrow interpreta con su habitual intensidad y Roarke es un interesante contrapunto a Fonda. Sin embargo, destaco especialmente a Susan George porque hace la interpretación más conseguida y fantástica, ya que -y es algo que, a riesgo de resultar pesado, no se aprecia con el doblaje- si no la hubiese visto antes en Perros de paja (Straw Dogs, Sam Peckinpah, 1971) y supiese que es una actriz inglesa, habría creído que era una actriz nacida en Estados Unidos, ya que borda el acento y la forma de hablar típica de la white trash americana tal y como la hemos visto representada en el cine.

Entretenida y divertida, Dirty Mary Crazy Larry es otra producción de bajo presupuesto que se ha acabado convirtiendo en clásica.

4 comentarios:

Marisa dijo...

Ame tu blog ni bien lo vi , su estetica , su contenido y la dedicacion que le imprimis se notan con solo leerlo y te felicito !!
No conocia esta pelicula pero ya mismo va a mis lista de pendientes
Te sigo !

Raúl Calvo dijo...

Gracias por tus palabras Marisa y bienvenida al blog! Espero que te siga interesando en el futuro.

Anónimo dijo...

Hola, excelente aportación a esta película.

En primer lugar amo los coches puesto que es mi afición y entonces he de amar a esta película por lo que es: una película de acción de persecuciones bien hechas, montadas y rodadas.

Recuerdo a principios de los noventa de verla en Telecinco con otro doblaje, lo poco que se de la película es que fue estrenada en España en el 75 y que contó para la época con un presupuesto bastante significativo, no estamos ante un producto de serie B hecho con poco dinero y dudosa calidad.

Esta película la he vuelto a ver esta semana mismamente, desgraciadamente como no está editada en DvD en España me tuve que conformar con verla en inglés con subtitulos.

Los paisajes, el sonido de los motores de los grandes coches americanos, el espíritu rebelde de la película, en definitiva toda ella es grande.
El elenco actoral es muy bueno y poco hay más que aportar a la gran Susan George y Peter Fonda por poner un ejemplo.

Os recomiendo que disfruteís esta película si podéis y comprobar como hace casi cuatro décadas los especialistas se dejaban la piel en las escenas de acción y todo era más real que ahora.

Un saludo a todos!

Raúl Calvo dijo...

Desde luego, es de admirar las cosas que se lograban antes usando especialistas.