Visiones, 13 años después (Bad Dreams, Andrew Fleming, 1988) llegó a nosotros cuando el slasher estaba en plena decadencia y el género de terror estaba a punto de caer en un fuerte bache creativo, llegando a su punto más bajo cuando las pantallas de cine se llenaron de esas películas de terror para mayores de 13 años sin sangre ni imaginación que dominaron durante mediados y finales de los 90. Se seguían haciendo buenas películas, pero en mucha menor cantidad si la comparamos con la impresionante producción de los 80.
Mezcla de thriller y terror, Bad Dreams esta protagonizada por rostros familiares para los aficionados. Jennifer Rubin es la protagonista, Cynthia, recordada por ser una de las guerreras oníricas de Pesadilla en Elm Street 3 (A Nightmare on Elm Street 3: Dream Warriors, Chuck Russell, 1987) (curiosamente, en un breve papel secundario, aparece en Bad Dreams Charles Fleischer, que interpretó otro breve papel en la primera entrega de la saga protagonizada por Freddy Krueger). Bruce Abbott, que interpreta al doctor Alex Karmen, es recordado por su papel en Re-Animator (Stuart Gordon, 1985) y su secuela. Richard Lynch, que interpreta al demente Harris, es recordado por sus papeles, muchas veces de villano, en infinidad de películas a las órdenes de directores de cine de género que van desde el experto en exploitation Joseph Zito hasta el reciclador Rob Zombie.
Resumiendo: que la película cuenta con un buen reparto que insufla vida a una historia que, si bien no es muy original, resulta bastante interesante. A mediados de los 70, una secta apocalíptica dirigida por el no muy estable Harris, se suicida en masa mediante un incendio. Sin embargo, la pequeña Cynthia sobrevive y despierta en un hospital tras estar 13 años en coma. Todo parece ir bien, hasta que Cynthia empieza a tener visiones en la que Harris la llama para que se una a ellos en el más allá u otra persona ocupará su puesto. Muy pronto, los compañeros de terapia de Cynthia empiezan a morir en aparentes suicidios. El doctor Karmen intentará averiguar si son realmente suicidios o los miedos de Cynthia están fundados.
Aunque el guion deja algunos cabos sueltos (que no existirían si no se hubiese decidido eliminar una coda que había originalmente al final) y la conclusión del film puede resultar ligeramente insatisfactoria, lo cierto es que disfruté bastante con Bad Dreams. La intriga funciona y las muertes están bien diseñadas. La banda sonora está muy bien y le da un buen empaque al film. A pesar de su "ochenticidad" (o tal vez gracias a ella), el film se ha mantenido bastante bien y sus componentes siguen funcionando como el primer día. En otras palabras, es un film correcto que puede arreglarle al aficionado una tarde en la que no sepa que ver.
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